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CAPÍTULO V.

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El presi

Primer alzamiento de los patriotas del oriente de Venezuela: sus progresos. Crueldades de Zuazola y Bóves en Aragua. Los patriotas se defienden valerosamente en Maturin. - Level de Goda y Antoñánzas en Cumaná. Opresion y supuestas conspiraciones en Caracas. Déficit de las rentas reales. Fuerte division de tropas realistas en Barínas: su objeto. Real órden en favor de los patriotas. La audiencia la cumple. — Enérgica reclamacion de Miranda : muere en prision. Fria conducta é injusticia del gobierno español. Monteverde va contra Maturin es derrotado. Regresa por temores de perder el mando. Rebelion de Margarita. Preparativos de Bolívar para invadir á Venezuela. - Carácter y proyectos de Antonio Nicolas Briceño: sus asesinatos de Españoles. Ataque feliz de la Grita. Disputas con el coronel Castillo, quien renuncia sus empleos. - Bolívar, irritado, hace lo mismo. dente de la Union lo sostiene y autoriza para abrir la campaña. — Tropas y elementos militares de que disponia. Estado de la opinion en Venezuela. Comision política y militar que envia el congreso. Cuerpos y oficiales que acompañaron á Bolívar á Venezuela. - Derrota y prision de Briceño. Libertad y organizacion de la provincia de Mérida. jillo libre, y estado de la opinion pública. Declaracion de la guerra á muerte sus fundamentos. Victoria de Carache y entusiasmo que produce. - Bolívar no se detiene en su marcha y toma á Guanare. - Accion feliz de Niquitao. Ocupacion de Barinas y dispersion de las fuerzas de Tizcar. Organiza Bolívar el gobierno provincial de Barinas. Sus disposiciones á fin de continuar la campaña. Providencias de Monteverde para defender el país. Derrota de Oberto en los Horcónes. La de Izquierdo en los Taguánes. Monteverde abandona á Valencia y sigue á Puertocabello. Situacion crítica del gobierno de Carácas. Capitulacion en la Victoria. Las autoridades españolas emigran. Entrada solemne de Bolívar en Carácas. — Dicta várias providencias. Asume y organiza el gobierno. - Monteverde no ratifica la capitulacion de la Victoria. Varios actos de Bolívar. Se hace la guerra á muerte. Sucesos del oriente de Venezuela. Rendicion de Cumaná y Barce

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de que hubiera en Venezuela dos jefes independientes.

Año de 1813. Las primeras centellas del grande incendio que se preparaba en Venezuela, se manifestaron en la provincia de Cumaná. Desde que esta se sometió al gobierno real, algunos patriotas, no creyendo en los pactos y promesas de los agentes de la España, se apoderaron del bergantin llamado Boton de Rosa, y huyeron á un islote de la isla de Trinidad llamado Chacachacare: él forma con la punta oriental de la Península de Paria el canal llamado Bocas de Drago; allí se mantuvieron observando la marcha del gobierno de los pacificadores. Entre tanto, irritados los ánimos de los Cumaneses con las prisiones ejecutadas por Servéris y por todos los demas excesos cometidos en la provincia con manifiesta violacion de las capitulaciones de San Mateo, otros varios patriotas huyeron de la tiranía y arbitrariedad de sus dominadores refugiándose en Chacachacare ó en Trinidad. Viendo aumentado su número, y conociendo la exasperacion en que se hallaban los Cumaneses, resolvieron hacer la guerra á sus tiranos invadiendo la Costa-Firme. Era el principal don Santiago Mariño, natural de Margarita, rico propietario de aquellas costas y decidido por la causa de la independencia y libertad de su patria: seguíanle inmediatamente los hermanos José Francisco y Bernardo Bermúdez, Manuel Piar, natural de Curazao é hijo de padre venezolano, Manuel Valdes, José Francisco Azcúe, comandante de ingenieros, Agustin Armario, un marino extranjero llamado Juan Bautista Videau, y otros varios patriotas cuyos nombres adquirieron despues bastante celebridad.

Escasos de medios para su empresa, sin armas y supervigilados por un gobierno como el ingles, apénas pudieron reclutar entre los emigrados de mas exaltacion cuarenta y cinco hombres con seis fusiles y unas pocas municiones. Esta partida salió de Puerto-España, é hizo rumbo á Chacachacare. Reconvenido el gobernador ingles de Trinidad acerca de tales ocurrencias por las autoridades españolas de la Costa-Firme, contestó protestando : - « que por su parte no se habian infringido los principios de neutralidad adoptados por el gabinete británico; pero que por noticias privadas sabía que don Santiago Mariño, un Francés llamado Videau y otros vagamundos habian salido para Chacachacare, llamados por el lamento de sus amigos y parientes, cuyas personas habian sido presas y embargadas sus propiedades con violacion del convenio celebrado en San Mateo. »

D

« A mí me parece como imposible, añadia el gobernador Monró, que una nacion que ella misma ensalza su fidelidad en los pactos y promesas, pueda ser acusada por semejante viola

cion de la buena fe. >>

Reunida la expedicion al mando de Mariño, se puso en comunicacion con los vecinos de la villa de Güiria y los halló dispuestos á la revolucion. Mandaba allí el alférez de fragata don Juan Gabazo, que se habia hecho muy odioso por sus piraterías en las costas de Venezuela; este recibió seguros avisos de la expedicion proyectada, y por consiguiente se preparó á recibirla con trescientos soldados que tenia bajo sus órdenes. El gobernador de Cumaná hizo marchar tambien cien hombres de Barcelona para guarnecer á Maturin, y dictó várias medidas de defensa.

A pesar de esto, Mariño y sus denodados compañeros se dirigieron contra Güiria, confiando en que la guarnicion se componia toda de sus compatriotas. Desembarcando en la Costa-Firme, sorprendieron un destacamento situado en la hacienda de Quebranta, donde tomaron veinte y tres fusiles mas, y seguidamente se dirigieron contra Güiria. En el momento que se presentó la expedicion en la noche del 13 de enero, todos los soldados abandonaron á Gabazo, quien tuvo que huir para salvar la vida. Dueños los patriotas de nueve cañones, de fusiles y pertrechos, reunieron cerca de doscientos hombres bien armados (enero 16). Entonces no se detuvieron un momento, para no dar tiempo al enemigo de que reconociera la pequeñez de la fuerza patriota. El comandante Bernardo Bermúdez siguió con una partida á ocupar á Maturin. Esta era una posicion de la mayor importancia á orillas del rio navegable del Guarapiche, donde aun existian los pertrechos que salvó Villapol de la derrota de Guayana en el año anterior. José Francisco Bermúdez penetró con 75 hombres hasta el puerto de Irapa, en que se hizo fuerte. El destacamento de cien soldados que tenian los realistas en Maturin, no se atrevió á esperar á Bernardo Bermúdez, quien fácilmente se apoderó de la villa y de alguna parte de los elementos militares que no pudieron salvar. los Españoles. Estos últimos sucesos ocurrian en los primeros dias de febrero y casi al mismo tiempo en que fué removido el coronel Ureña y reemplazado por Antoñánzas. Como su reputacion estaba ya manchada por los crueles excesos que cometiera en San Juan de los

Mórros y villa de Cura, su nombramiento habia acrecido el descontento de la provincia de Cumaná.

Sin embargo la expedicion de Mariño y sus valientes compañeros pareció á las autoridades españolas una calaverada de primer órden, que debia terminar por la aprehension y castigo ejemplar de todos ellos. Mas no contaban con las facilidades que les prestaria la opinion pública, exasperada en poco tiempo contra la perfidia y crueles tratamientos que las autoridades españolas habian irrogado á los patriotas, conculcando las terminantes disposiciones de una solemne capitulacion.

Entre tanto Mariño se habia situado en el puerto de Irapa, á fin de defender aquel punto de los ataques de una escuadrilla enemiga mandada por Francisco de Sáles Echevarría, que dominaba el golfo Triste: extendia tambien partidas sobre Yaguaraparo, donde estaba Servéris con cuatrocientos hombres. Tales habian sido los acontecimientos del oriente de Venezuela hasta los primeros dias de marzo.

Monteverde y sus consejeros pintaron la expedicion de Mariño como de extranjeros vagamundos destinados á robar las costas del golfo Triste. Sin embargo, el pacificador envió en auxilio de Antoñanzas trescientos hombres á las órdenes del Vizcaíno don Antonio Zuazola, que adquirió despues tan funesta celebridad.

Cuando en la provincia de Cumaná principiaba esta reaccion, en las márgenes del Táchira, que divide á Venezuela de la Nueva Granada, se formaba una tempestad que debia destruir el poder usurpado de Monteverde. El coronel Simon Bolívar habia derrotado en 28 de febrero la division realista del coronel don Ramon Correa, situada en San José de Cúcuta, y expeliéndola de la Nueva Granada la perseguia en el territorio de Venezuela. Tampoco hizo caso Monteverde de este enemigo que se presentaba en la lid: estaba seguro de vencerle junto con los hombres perdidos que le acompañaban, y ni aun quiso enviar un destacamento de la division que mantenia en Barínas para auxiliar á Correa, segun debió hacerlo desde temprano, si no hubiera sido tan inepto como presuntuoso.

Los independientes establecidos en Maturin habian extendido entre tanto algunas partidas hasta la villa de Aragua de Cumaná, situada al norueste de aquel punto; por consiguiente habian adquirido caballos y otros elementos de guerra, con los

cuales determinaron esperar (marzo 16) á Zuazola, que los iba á atacar: fueron derrotados en los Magüéyes y despues en Aragua, de donde se retiraron. Entónces fué que Zuazola cometió los excesos que se le atribuyeron, y que parecerian increibles si no estuvieran comprobados. Este monstruo, desde su salida de la ciudad de Cumaná, principió á quemar las casas, graneros y conúcos ó estancias de los habitantes pacíficos de los campos, á mutilarlos y asesinarlos bajo de los mas frívolos pretextos. Iba en su compañía el célebre asesino don José Tomas Bóves, Español de nacimiento que hacía entónces su segunda campaña, pues ántes habia comenzado con Antoñánzas cuando tomó á Calabozo, acompañándole en su excursion de San Juan de los Mórros y villa de Cura. En un expediente que se formó aquel año para probar las atrocidades cometidas por Zuazola, consta por declaraciones de cinco testigos presenciales, que Antoñánzas, como gobernador de Cumaná, ofreció á los soldados cuando salia la expedicion, que les regalaria un peso fuerte por cada oreja de insurgentes que le presentáran; que Zuazola les dió la órden de cortarlas, y que no dejaron viviente alguno, sobre todo en Aragua. En esta villa, despues de huir los patriotas, Zuazola y Bóves publicaron bandos asegurando á los vecinos que se habian ocultado en los montes, que podian regresar á sus casas con toda seguridad. Creyendo en estas promesas fueron presentándose sucesivamente, y los crueles verdugos los iban matando por la noche, y arrojando sus cadáveres á una laguna inmediata despues de cortarles las orejas; á otros los unian por la espalda de dos en dos, los cosian con tiras de cuero y así los arrojaban á la misma laguna. No escapó el hijo tierno que intercedia por su padre, ni el feto en el vientre de la esposa que pedia la vida de su marido. Hay variedad sobre el número de víctimas que Zuazola hizo perecer de tan horrible manera: aseguran algunos, que ascendieron á quinientas, y otros dicen que fueron como doscientas. Pero aun falta referir otras circunstancias horrendas. Zuazola pintó á sus jefes como una ilustre victoria la execrable carnicería que habia hecho en Aragua, lo que se celebró con Te Deum, profanando así la santa religion de Jesucristo. Se asegura tambien como cierto, que Zuazola envió á Cumaná cajones llenos con las orejas que habian cortado sus soldados, y que fueron recibidas por los Catalanes con júbilo y gritería. Aunque parezca increible, se añade, que estos hombres feroces adorna

TOMO II.

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