Imágenes de páginas
PDF
EPUB

:

fantería comenzó tambien á plegar, de modo que los independientes ocuparon entónces parte de la ciudad, donde repicaron las campanas y se entregaron á otras demostraciones de júbilo, creyendo que nuestros infantes habrian derrotado igualmente á los de Ceballos. Mas habiendo conseguido este reunir alguna caballería de la dispersa, atacó de repente por la espalda á los cazadores republicanos. Oyóse entónces un malhadado toque de retirada y la funesta voz de Salvese quien pueda. Los cuerpos fueron envueltos al comenzar el repliegue, sin que Bolívar, Urdaneta y los demas jefes pudieran contenerlos. Al regresar nuestra caballería victoriosa, quedó sorprendida cuando vió la derrota de la infantería. Sin embargo, empeñó de nuevo el combate; mas no consiguió restablecer la pelea, y tuvo que seguir en desórden la fuga de los infantes por el mismo camino en donde principiára la batalla. Su éxito fué muy funesto á los patriotas, que, segun los realistas, perdieron trescientos cincuenta muertos, entre ellos diez y ocho oficiales, cuatrocientos prisioneros, contando con trece oficiales y muchos dispersos. Se apoderaron tambien de dos piezas de á cuatro con sus municiones, de tres banderas, seiscientos fusiles y gran número de cartuchos.

Hubiera sido mayor la pérdida de los republicanos, si no hubieran tenido la fortuna de que en el rio Cabudare encontraron al escuadron de Ríbas Dávila; estos dragones contuvieron con mucho valor á los realistas, y desde aquel punto cubrieron la retirada. Las reliquias de la division llegaron por la noche á la entrada de la montaña del Altar, sin que Ceballos hubiera continuado la persecucion. Bolívar siguió á San Cárlos y Valencia á juntar y hacer mover nuevas tropas. Urdaneta quedó encargado de reunir los dispersos y de situarse en la villa de San Cárlos. Entre los fugitivos cayó poco despues en poder de los realistas el secretario del Libertador, Antonio Rafael Mendiri, que fué hecho prisionero en Orachiche. Conducido á Puertocabello estuvo preso algun tiempo, y al fin lo pasaron por las armas. Aunque Ceballos, lento por naturaleza, no hubiera perseguido á los derrotados patriotas, el desastre de Barquisimeto fué muy funesto á la República, tanto por la pérdida efectiva de oficiales, hombres y elementos militares que hizo en él, como porque puso en comunicacion á los vencedores con las tropas del Español Yáñez.

Dejamos á este en San Fernando ocupado en organizar y disciplinar el batallon Numancia y dos regimientos de caballería. Consiguiólo, y despues de vestir su tropa, recibió de Guayana algunas armas y municiones: determinó entónces obrar activamente contra los republicanos, sin esperar que las llanuras secáran. Como tenia fuerzas sutiles armadas en guerra, fué su primera empresa ocupar la importante isla de Acháguas, para lo cual se puso en movimiento el 29 de setiembre. Despues de vencer muy graves dificultades y de dar un combate reñido, los independientes abandonaron aquella isla. En seguida se apoderó Yáñez de Bancolargo, de Nútrias, del Mijagual, de la Cruz y de otros lugares de la provincia de Barínas, de donde se fueron retirando sucesivamente los patriotas, por ser inferiores en número á la division realista. Yáñez se dirigió entonces contra Barinas, que abandonaron el gobernador y el comandante militar coronel Pedro Briceño Pumar. Retiróse este con algunos pelotones de caballería á San Carlos, y la ciudad quedó desierta, porque casi todos los vecinos emigraron, temiendo las crueldades con que Yáñez marcaba su pasaje por do quiera, haciendo la guerra á muerte. En Barinas se apoderó el 2 de noviembre de la artillería y de otros varios elementos militares, que los patriotas no pudieron salvar. Inmediatamente avanzó tropas hasta Guanare al mando del capitan don Antonio Puig, amenazando así al corazon de la provincia de Caracas. En dicha ciudad fué aprehendido su comandante militar Juan Gabriel Liendo, á quien hicieron morir divi lido en pequeños trozos á presencia de los feroces Españoles. Tales ejecuciones llenaron de espanto á la provincia de Barinas; perdida enteramente por los republicanos, se dedicó Yáñez á organizarla, en tanto que combinaba sus ulteriores operaciones con Ceballos, á quien dirigió inmediatamente comunicaciones. Propuso este que reunieran sus fuerzas en Sarare, para dar un golpe decisivo á los insurgentes ocupando á San Carlos, pues sus llanuras eran á propósito para obrar muy bien la caballería; que reunidos podrian introducir víveres en Puertocabello, cuya guarnicion sufria ya bastante escasez; en fin, que á la vez protegerian la salida de ochocientos á mil hombres del regimiento de Granada, que no podian cooperar por falta de caballería. Este plan se adoptó por Yáñez. Fué tambien de la aprobacion del capitan general interino coronel Salomon, á quien instó Ceballos con excelentes razones

que saliera de la plaza y que tomára el camino de San Felipe y Nirgua, para que se juntáran, ya en San Carlos, si despues de la reunion con Yáñez conseguian apoderarse de esta villa, ó ya en Barquisimeto. Salomon, que tenia mil setecientos hombres, escogió ochocientos de Granada y doscientos Venezolanos con dos piezas de á cuatro y dos de montaña, y salió de Puertocabello (noviembre 16). Pero en vez de seguir la ruta de San Felipe, donde Ceballos habia preparado víveres y una columna auxiliar de doscientos hombres regidos por don Antonio Millet, tomó el camino de la cumbre de Patanemo. Era su proyecto salir á Guacara y apoderarse de los valles de Aragua, ó por lo ménos llamar la atencion de los patriotas, á fin de que no pudiesen dirigirse contra las demas tropas realistas que obraban por el interior. Situóse Salomon en las alturas de Vijirima, sobre el camino de Carácas á Valencia. Las tropas granadinas al mando del comandante D'Eluyar, que estaban acampadas en Naguanagua, marcharon hácia el valle de la Yagua, que queda á la falda del Vijirima: allí permanecieron en observacion mientras llegaban algunos otros cuerpos.

Afortunadamente Bolívar estaba en Valencia, donde obraba activamente para reunir sus fuerzas contra Ceballos. Á las primeras noticias de la marcha de Salomon dispuso, que el mariscal de campo José Felix Ríbas volase desde Carácas con todas las tropas que le fuera posible reunir. En efecto, llegó con quinientos hombres de infantería, compuesta en gran parte de los estudiantes de la Universidad, y doscientos caballos del cuerpo de agricultores. Bolívar marchó tambien á la llanura con algunas fuerzas que organizaba en Valencia el coronel Manuel Villapol. El 23 de noviembre fueron atacadas las posiciones enemigas bajo el mando inmediato de Bolívar y por los jefes Ríbas y D'Eluyar. Acometió este por la izquierda, dirigiéndose hácia la cúspide del alto cerro ocupado por los realistas: tocó á Ríbas el ataque por el centro ó frente. En efecto, D'Eluyar con los Granadinos trepa una larga cuesta, y se traba la pelea, creyendo que al mismo tiempo sostenian el empuje los soldados que mandaba Ribas. Mas siendo estos bisoños, y no acostumbrados á oir el estruendo del cañon, se intimidan y bajan en desórden, dejando comprometidos á los Granadinos, que despues de combatir valerosamente mas de seis horas, vieron que retirarse. Bolívar y Ríbas consiguieron por la tarde

tu

reunir los dispersos. Atropellaron estos al teniente coronel Villapol, que se desriscó. Túvosele por muerto hasta el segundo dia, en que se le halló moribundo en una quebrada y se le pudo salvar la vida. Combatióse tambien al siguiente sin resultado definitivo. El 25 se renovó el ataque, y los Españoles fueron desalojados de sus posiciones, especialmente por el valor y arrojo del comandante D'Eluyar y de los Granadinos que mandaba. Salomon tuvo que emprender su retirada aquella misma noche y encerrarse de nuevo en Puertocabello, perdiendo cuatro cañones, las municiones, los víveres y algunos oficiales y soldados. Los patriotas sufrieron tambien bastante pérdida en los reñidos ataques de aquellas cimas escarpadas. No pudo ser mas feliz para los republicanos la resolucion que tomára Salomon de obrar independientemente de los demas cuerpos realistas. Si se hubiera unido con Ceballos y con Yáñez, segun se lo proponian, difícilmente habrian podido resistir las tropas de Bolívar.

El Libertador marchó aceleradamente desde Vijirima al cuartel general de Valencia, donde formaba el ejército que debia obrar al occidente. En cumplimiento de sus órdenes, Campo Elías se avanzaba hácia San Cárlos con una fuerte division, despues de dejar guarnecida á Calabozo con mil hombres al mando del teniente coronel Pedro Aldao, destinados á reprimir cualquier movimiento de Bóves. Estas providencias, ejecutadas con la actividad que entonces caracterizaba á Bolívar, produjeron todo su efecto, pues el 26 de noviembre marchó él mismo á San Carlos, donde vió reunidos cerca de tres mil soldados.

El 1o de diciembre pasó revista al ejército, que tomó el camino de Barquisimeto, creyendo que allí estaria Ceballos; mas sabiendo que habia pasado por Sarare para reunirse con Yáñez en Araure, cambió el Libertador su plan y siguió la ruta de este último punto, dejando en Comoruco dos cuerpos de caballería que asegurasen las comunicaciones con San Carlos. Esta precaucion era necesaria porque el país entero se habia sublevado á favor del rey, y los patriotas ni aun podian hacer el espionaje, pues no tenian de quién valerse; así era que toda persona que se encontraba fuera de las filas podia ser reputada como enemiga. En aquellos alrededores se habia hecho célebre la guerrilla de Cárlos Blanco, que en este año y en el siguiente tuvo en contínua zozobra á los habitantes de San Carlos. Los patriotas, despues de pasar el

rio Cojédes, acamparon el 4 de diciembre al frente de Araure en la llanura. Creían que los realistas ocupaban el mismo pueblo, y sus fuerzas consistian en cerca de tres mil quinientos hombres, entre los cuales se contaban mil cuatrocientos de caballería.

La villa de Araure está situada en una suave planicie que se va elevando hasta un puesto mas alto, que llaman la Galera. Esta era la posicion del campo de Ceballos, que dominaba las estancias del Libertador. Desde la Galera arranca otra llanura mas elevada, que se extiende hasta las Vegas del rio Acarigua. Cuando amaneció el 5 de diciembre, los enemigos habian desaparecido, porque tomaron posiciones un poco distantes á la entrada de la montaña de Acarigua, cubierta su espalda y alas con el bosque en el frente habia una laguna que impedia el que nuestros infantes acometieran por aquella parte. Sostenian tambien á los realistas diez piezas de artillería. En tan buena posicion ocultaba Ceballos sus tropas y tenia segura la retirada.

La vanguardia republicana, compuesta del batallon de Valerosos Cazadores mandado por el teniente coronel Manuel Manrique, se adelantó bastante á las otras divisiones del ejército de Bolívar, para reconocer la situacion y fuerzas de los realistas. La descubierta empeñó temerariamente la accion, haciendo fuego á los enemigos; y cuando el batallon de Valerosos Cazadores se avanzaba sin bastante precaucion para sostenerla, de repente fué flanqueado y cortado por mil jinetes. Ademas sufria el fuego de la artillería é infantería enemigas. Todo el batallon de quinientos hombres pereció combatiendo valerosamente por su patria. Solo escaparon Manrique y seis oficiales que tenian buenos caballos.

A los primeros tiros que se oyeron del cañon realista, las divisiones del Libertador aceleraron su marcha; pero la desgracia estaba consumada. Por fortuna Ceballos no era un hombre audaz, y dió tiempo á Bolívar para formar sus divisiones en línea de batalla, en el mismo lugar en que habian perecido los Cazadores. El coronel Villapol ocupó la derecha, el coronel Palácios el centro, y Campo Elías la izquierda. La caballería estaba á los costados y en la reserva.

Nuestra infantería rompió el fuego con la mayor impavidez á pesar de que sufria repetidas descargas de artillería, y atacó la línea española con admirable órden, sin embargo del terrible con

« AnteriorContinuar »