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Sucesos favorables á los realistas. Situacion Desembarco de Morillo su proclama é intima- Reñido combate en Matasiete :

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cion. Toma de Porlamar y Pampatar. matanza de Juan - Griego y crueldades de los Españoles. Notícias alarmantes que recibe Morillo. · Resuelve abandonar la empresa. Valor de los Margariteños: daños que causaron al ejército real. Morillo en Cumaná. Ocupacion de Yaguaráparo.

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en Barinas y pérdida en Apurito.

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Ventajas de Páez - Indulto publicado en Carácas : promesas de Morillo y desconfianza de los patriotas. Maquinaciones de Piar su proceso y ejecucion. Proclama de Bolívar : decreta el repartimiento de los bienes nacionales. Mariño confinado á Margarita. -El jefe supremo crea un consejo de Estado sus atribuciones, division y miembros que lo componen. - Tribunales civiles que se establePreparativos militares y fuerzas para la próxima campaña. Nueva conducta política de Morillo sus decretos. que hace, y tropas de que dispone.

cen.

tura.

Aprestos militares Recorre su línea de operaciones.

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Sarasa es derrotado en la Hogaza. Bolívar contramarcha á Angos. - Sube el Orinoco y se junta con Páez. Atraviesa el Apure en San Fernando, plaza que deja bloqueada. Calabozo se retira. Combate del Sombrero. á Calabozo. - Morillo sigue á Valencia, donde concentra su ejército. — Vuelve Páez á San Fernando, que toma: heróico valor de sus defensores. El Libertador determina invadir á Carácas. Ocupa los valles de Aragua falsa posicion en que se coloca. Las divisiones Sarasa y Monágas son batidas por Morillo: huyen, y Bolívar se retira á Cura. Pierde la batalla del Sémen: herida que recibe Morillo. Bolívar reune en Calabozo un nuevo ejército. - Combate de Ortiz y pérdidas que sufre. Resuelve ocupar el occidente de la provincia de Carácas. En el Rincon de los Tóros corre mucho riesgo su vida, y es derrotado. Sucesos varios de la campaña se dirige á unirse con Páez ; no lo consigue, y se traslada enfermo á San Fernando. Marcha de Páez sobre San Cárlos. Accion que pierde en Cojede: regresa al Apure. Cedeño es derrotado en los Pátos. Los patriotas pierden los Llanos hasta el Apure. Grandes pérdidas que sufrieron en la campaña. crítica de esta.

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Año de 1817. Mientras que el general Morillo hacía los preparativos necesarios para su expedicion contra Margarita, ocurrian algunos otros sucesos dignos de mencionarse. El mas ruidoso fué la destitucion que el general pacificador hizo del capitan general de Venezuela, Moxó, en virtud de las plenas facultades que el rey le habia concedido. Morillo atribuía á Moxó muchas de las desgracias que durante su ausencia habian ocurrido á las armas reales en las provincias de la Costa-Firme; Moxó tambien decia, que el general en jefe tenia la culpa, á causa de no haberle enviado oportunamente los auxilios que le pidiera. Temiendo Moxó alguna tropelía con su persona, se embarcó en un buque de guerra (julio 7), y á bordo ya, encargó la capitanía general al brigadier don Juan Bautista Pardo, designado por Morillo para sucederle. Desde allí se fué á Puerto-Rico, cargado, segun afirmaron algunos, de riquezas mal habidas, arrancadas á los habitantes de Venezuela, que se complacieron sobremanera al verse libres de aquel tirano opresor y cruel.

Las armas reales consiguieron al mismo tiempo algunas ventajas, aunque poco importantes. Fué la primera el haber sido rechazados en Chaguarámas por un destacamento del batallon de Castilla, dirigido por el capitan don Bartolomé Martínez, cien caballos con que el coronel Leonardo Infante pretendió apoderarse de aquel pueblo; empresa temeraria, porque los Españoles tenian allí una casa fortificada. En los mismos dias ocurrió la defeccion de Juan José Ramírez, que con su guerrilla, compuesta de setenta y seis patriotas, se presentó al jefe realista que mandaba en Camatagua. ¡ Ejemplo raro en los anales de la guerra de la Independencia! y disculpable para ánimos débiles, aterrados entónces con el ejército y grandes preparativos que hacía el general Morillo para destruir á los insurgentes.

Sus primeros esfuerzos iban á dirigirse contra la pequeña, estéril y despoblada isla de Margarita, que en aquella época contaba poco mas de trece mil habitantes. La escuadra del pacificador, compuesta de tres corbetas de guerra, cinco bergantines, cinco goletas, un falucho, cuatro flecheras y dos cañoneras, se hizo á la vela del puerto de Cumaná, conduciendo mas de tres mil hombres de tropas excelentes, mandados por buenos oficiales. Los de Margarita apénas le podian oponer mil y

trescientos hombres, mal armados; los doscientos de caballería, y el resto de infantería con algunos pocos artilleros. Mandaba aquellos valientes el general Francisco Estévan Gómez, y era su segundo ó jefe de estado mayor el coronel Joaquin Manéiro, digno de ocupar aquel puesto. Los habitantes de Margarita habian sido abandonados en los últimos dias de mayo por veinte y tres buques que componian la escuadrilla de Brion, llevándose casi todas las armas y municiones hacia el Orinoco. En ella se escaparon los jefes del gobierno federal establecido por las actas de Cariaco, algunos oficiales y mas de trescientas personas que se embarcaron en Pampatar con la mayor prisa y desórden, como si ya el enemigo estuviera delante. Todos temian la próxima invasion, y los que huyeron carecian de la fuerza de alma, valor y firmeza que manifestaron los demas en aquellas críticas circunstancias; calidades que los hicieron dignos de llevar el nombre de Nueva Esparta que el congreso de Cariaco habia dado á su patria. El ejército de Morillo arribó al puerto de Guamache, y principió su desembarco el 15 de julio en frente de la punta de Mángles, en el punto nombrado los Varáles. El coronel Manéiro con cuatrocientos hombres y cincuenta jinetes le opuso una resistencia vigorosa. El terreno favorecia mucho á los patriotas, que conocian las veredas del espeso bosque de cactos ó tunales y de arbustos espinosos y enramados en que se combatia: detras de las matas peleaban con seguridad y ofendian á los Españoles, matando principalmente á los oficiales, á quienes dirigian sus tiros certeros, sin que los realistas pudieran ofenderlos. Gran parte de las tropas expedicionarias se empeñaron en aquel combate desigual, en que los defensores de Margarita se cubrieron de gloria, causando mucho daño á sus enemigos. La division de Canterac fué de las que mas sufriera, contra la esperanza de su jefe, quien ántes de desembarcar aseguraba á Morillo que vencerian con solo presentarse á los insurgentes. Abrumados por el número, los patriotas se retiraron al fin.

Conociendo Morillo la valentía de los defensores de Margarita, y estando sus tropas faltas de víveres y de agua, de que es muy escasa la isla, se replegó al campo de los Varáles, donde estuvo detenido cinco dias. Desde allí dirigió el pacificador una proclama á los habitantes de Margarita, excitándoles á que se rindieran á las armas del rey, y ofreciéndoles que en este caso

les perdonaria sus crímenes. « De lo contrario, decia, nada habrá que detenga mis empresas, y cesando las consideraciones y las esperanzas de vuestra rendicion, marcharé sobre vosotros con fuerzas respetables que están á mis órdenes; y si los traidores de Barcelona acabaron con su miserable existencia, en esta isla desleal no quedarán ni las cenizas, ni aun la memoria de los rebeldes que despreciaron la piedad del soberano y se empeñaron en su exterminio. » En el mismo dia (julio 17) Morillo dirigió una intimacion al comandante de los rebeldes de Margarita, diciéndole : que si hacía desarmar á los habitantes, y se sometia, con ellos á la obediencia de su amado soberano el señor don Fernando VII, cesaria toda hostilidad, se olvidarian los acontecimientos pasados, y el comandante podria contar con la proteccion del soberano, lo mismo que todos los jefes y demas personas leales que le acompañáran á hacer tan importante servicio. El general Gómez contestó con firmeza y energía, denegándose absolutamente á cumplir los deseos del jefe español, y á aceptar el perdon y olvido que se les ofrecia. Los habitantes de Margarita pensaban lo mismo que sus jefes. Llenos de entusiasmo, todos ellos habian adoptado la firme resolucion de vencer ó morir. Para cumplirla, trabajaban de dia y de noche los hombres, las mujeres y aun los niños en fortificar los puntos ventajosos de la isla, en reunir armas y municiones, y en formar en las alturas montones de piedras, para ofender al enemigo de cuantos modos les fuera posible.

Morillo se indignó sobremanera al ver la firmeza que manifestaban los jefes y habitantes de Margarita. Habiendo hecho desembarcar la segunda division de su ejército, regida por el coronel Aldama y compuesta de mil doscientos hombres del regimiento de la Union y del batallon de cazadores de la Reina doña Isabel, principió de nuevo sus operaciones militares. Al amanecer del 22 de julio se puso en marcha todo el ejército hácia el castillo de Porlamar, faldeando los cerros para evitar los ataques de la caballería independiente. La escuadrilla navegaba tambien cercana á la costa, á fin de proteger con sus fuegos la marcha de los realistas. Los patriotas no pudieron resistir, y poniendo fuego al castillo, lo mismo que á algunos buques, clavaron la artillería y se retiraron, combatiendo siempre. Túvose entónces un consejo de guerra, presidido por el general Gómez, y se acordó que los defensores de Margarita se retirasen

á la línea del Caranai en el pueblo de San Juan, segun se verificó. Era el objeto de esta maniobra obligar á Morillo á que se alejára de sus buques, y que se internára en la isla, donde podrian hacerle una guerra mas cruda, privándole de los recursos que le suministraba su escuadra.

Empero no consiguieron su objeto, porque el jefe español, mejor advertido, continuó por el sur penetrando hasta el valle del Espíritu-Santo, en cuyo tránsito se dieron algunos combates. Despues el ejército real se dirigió (julio 24) contra el castillo, baterías y fortificaciones que rodeaban á Pampatar. Como eran pocas las fuerzas de los independientes, les fué imposible defender tantos puntos. Así resolvieron abandonar la ciudad y sus fuertes con el objeto de concentrar sus tropas. En consecuencia los realistas tomaron la artillería que coronaba las fortificaciones de Pampatar, que no tuvieron tiempo los Margariteños de destruir, perdiendo tambien algunos otros pertrechos. Todas sus fuerzas se concentraron en la ciudad capital de la Asuncion.

El general español habia obtenido estas ventajas con bastante pérdida, y conociendo el valor denodado con que los ‘Margariteños defendian su libertad, dió descanso á sus tropas, é hizo nuevos preparativos para continuar la campaña. Todos sus proyectos se dirigian contra la Asuncion. Era harto difícil el acceso á su territorio, por los bosques de tunales y las fortificaciones de reductos, zanjas, parapetos y fosos con que los insurgentes habian rodeado la ciudad y sus alrededores. Sin embargo de tamaños obstáculos y de lo escabroso del terreno, el ejército real se puso en movimiento el 31 de julio, con el objeto de colocarse entre la Villa del Norte y la Asuncion, por donde el terreno parecia mas llano y accesible, sin que pensára Morillo trabar entonces un combate serio, pues mas bien intentaba hacer un reconocimiento. Al efecto ocupó sin resistencia el cerro de Matasiete, desde donde podia descubrir la ciudad y sus cercanías; entre tanto su escuadra llamaba la atencion por los puertos del Manzanillo, Constanza y Juan-Griego. Mas habiendo bajado del cerro hácia la Asuncion, en su marcha las guerrillas independientes fatigaron á los Españoles, obstruyéndoles el paso con un fuego continuado; así poco á poco se fué trabando la accion, hasta empeñarla los dos mil infantes y seiscientos caballos que componian aquel dia las divisiones de Canterac y

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