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La espedicion de Gomez probó dos cosas: 1., la facilidad que un pais quebrado como España ofrece á toda tropa que intente recorrerle; sobre todo, si marcha á la ligera, si no tiene plan fijo ni órdenes á que atenerse, si no está ligado á base alguna, si es dueño del tiempo, de la ocasion, de hacer alto, de moverse, de tomar la direccion que mas convicne á sus designios. Y todas estas ventajas se aumentan grandemente, cuando las tropas no están sujetas á distribuciones regulares; cuando se apropian cuanto necesitan, y se ven con todos los medios de movilidad que les son indispensables. Contando Gomez en todas las provincias con muchos partidarios de su causa, no podian faltarle gentes que le diesen noticias, que fuesen á espiar los movimientos de sus enemigos, que le guiasen por todos los terrenos. Manejando con tino tan buenos elementos, era imposible que fuese sorprendido, que en caso de revés, ignorase á que punto debia dirigirse. Gomez supo sin duda aprovecharse hábilmente de estas circunstancias, y bajo el aspecto militar, siempre fué un mérito.

Otra cosa puso de patente esta espedicion; á saber, que aunque la causa del pretendiente contaba con muchos partidarios, en ninguna provincia tenian los medios de pronunciarse abiertamente en favor suyo. A la sombra del pendon de Gomez, no se acogieron los campeones del absolutismo. Las poblaciones donde segun voz reinaba mas adhesion al pretendiente, permanecieron mudas, y si dieron ausilios al aventurero, ninguna alzó, á la vista del suyo, mas pendones. ¿Qué aguardaban? La ocasion no podia ser mas favorable. Con Gomez habian salido otros gefes deseosos de aventuras. Nuevas espediciones estaban prontas en Navarra y las provincias Vascongadas. El mismo pretendiente se aprestaba á dirigir sus guerreros en persona. ¿Cómo calló todo entonces y calló despues? Por la razon sencilla de que la causa de D. Cárlos no era tan popular como se queria decir, ni aun en las clases últimas de la sociedad; de que solo sus apasionados por intereses, podian fundar sus esperanzas en un príncipe de su carácter.

Las tropas estranjeras á sueldo de la Reina, y con la ban

dera nacional, habiendo entrado en España en los últimos meses de 1835; mandada la inglesa por el general Sir Lacy Evans, la francesa por el general Bernell, y la portuguesa por el Baron Das Antas. Fué el gobierno español quien promovió estos gefes al generalato. Estas tres divisiones, diferentes en su fuerza y en sus elementos primordiales, se batieron siempre bien, dejando airoso el honor de las armas españolas y el de sus naciones respectivas. Operaron la segunda y tercera en el alto Aragon, en la parte de Navarra confinante. Los ingleses estuvieron casi siempre en las provincias Vascongadas y se lucieron mucho en San Sebastian, repeliendo y batiendo completamente las tropas carlistas que trataron de apoderarse de sus líneas.

Los dos hechos de armas mas notables que à fiñes de aquel á año allí ocurrieron, son los dos sitios de Bilbao, donde se cubrieron de gloria nuestras armas. Se paso el primero mandado por el general Villareal, el 25 de octubre de aquel año; mas despues de varios ataques infructuosos, fué levantado el 31 con gran pérdida.

Rechazados ya los carlistas por dos veces de Bilbao, trataron de acometer la empresa por tercera vez; tal era el incentivo de tan rica presa. El 8 de noviembre volvieron en fuerzas muy considerables á las órdenes del general Eguia, quien las mandó todo el tiempo que duró el asedio. Se puso este con el mayor rigor, con la decision formal de tomar el pueblo á toda costa. Mandaba la plaza, nombre impropio, el general D. Santos San Miguel comandante general de la provincia, ya su defensor durante el primer sitio. Cualquiera que conozca la situacion de aquel pueblo rodeado de eminencias que por todas partes le dominan, se formará una idea del mérito militar de una guarnicion que sin mas fortificaciones que algunas líneas de defensa, á la ligera construidas, hizo frente cerca de dos meses á tantas fuerzas enemigas, que cada vez alacaban con mas furia. Rodeados de todas partes, sin comunicaciones por la ria, reducidos poco á poco al material de las casas, sin contar ya con barrios ocupados, sin víveres, sin municiones, con los hospitales atestados de enfermos y de heridos, se mostraren aquellos defensores,

TOMO IV.

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tanto del ejército como de la guardia nacional, modelos de valor, de sufrimiento y de constancia. El socorro no estaba lejos; mas el corto espacio que me liaba, se ofrecia erizado con dificultades.

Nada pone mas en claro los obstáculos con que luchaban nuestros generales en aquella guerra, que el levantamiento del sitio de Bilbao. El generaben gefe Espartero no podia desconocer cuantos intereses iban envueltos en la conservacion de un punto tan precioso, y se movió por consiguiente á tiempo, para que no se consumase una catástrofe; mas fueron tales las dificultades que cacontró en su marcha; y tal el encarnizamiento con que los sitiadores disputaban esta presa, que hasta el 24 de diciembre, no dió el gran paso que tanto ansiaban no solo los sitiados, sino cuantos tenian puestos sus ojos en este sitio célebre. Paso verdaderamente esforzado, hecho de armas glorioso que con el nombre de batalla del puente de Luchana, ocupa ya un digno sitio en nuestros fastos nacionales.

El regreso de Gomez á Navarra se habia verificado á fines de noviembre. En todo el resto del año, no ocurrió en aquel pais ningun suceso de importancia. El de Aragon permanecia sinser muy molestado por los enemigos. A mediados de octubre, se movió el general del ejército del centro (el que escribe estos renglones) en direccion de Cantavieja, punto muy importante para ellos, que habian fortificado á su manera; base de operaciones, de donde hacian correrías en busca de víveres y de dinero; depósito de prisioneros y almacenes, donde tenian su fábrica de fundicion y hasta su imprenta. En 51 del mismo mes cayó en nuestro poder, no sin grande esposicion, trabajos y penalidades, por lo fragoso del pais que hubo que atravesar, por la falta de víveres y el desecho temporal que arrostraron á la inclemencia nuestras tropas, los cuatro dias que estuvieron enfrente de la plaza. La libertad de ochocientos á novecientos prisioneros de todas clases y graduaciones, no fué el menos importante resultado que la espedicion produjo.

CAPITULO LI.

Apertura de las Córtes.--Discurso del trono.-Contestacion del presidente.— Composicion de las Córtes.-Proposiciones varias -Confirmacion del título y autoridad de la Reina Gobernadora.—Nombramiento de la comision para entender en la reforma de la Constitucion.-Presenta esta cuatro bases que son discutidas y aprobadas.—Varias medidas sobre guerra.-Hacienda.-Milicia Nacional. Asuntos de América. -Proposiciones del gobierno sobre represion de los enemigos de la causa pública.

De abrieron las Córtes en 24 de octubre, segun estaba prevenido, por la Reina en persona con todas las ceremonias y aparato de costumbre. La novedad de la época habia atraido al salon de Córtes, y á los alrededores del edificio, una afluencia estraordinaria. Inmediatamente que la Reina se sentó en el sólio, le presentaron el presidente y secretarios del Congreso la fórmula de juramento á la Constitucion, que prestó S. M. con la mano puesta en los Santos Evangelios. Concluido el acto, le dijo el presidente (el Sr. Gomez Becerra):

«Señora V. M. ha sellado con la religion del juramento sus promesas del 13 de agosto. Esta augusta ceremonia celebrada en el seno de la representacion nacional, y por ella á la faz de la nacion, es anuncio seguro de dicha, de prosperidad y de ventura para los españoles. La historia trasmitirá á las generaciones mas remotas el recuerdo de este acto solemne, y en sus páginas será siempre glorioso el nombre de V. M. acompañado de las

bendiciones y de la admiracion de todos los siglos y de todos los pueblos. >

Hé aquí los pasages que nos parecen mas notables del discurso que S. M. leyó en seguida.

<< Sois llamados, señores, á uno de los actos mas solemnes y grandes á que puede ser convocado un Congreso Nacional: venís á revisar la Constitucion que la nacion española se dió á sí misma, cuando hacia tres siglos que no tenia ninguna, cuando sostenia por su independencia una lucha de muerte con el poder mas colosal del mundo. A tanto mérito, correspondió igual gloria; y este albor de nuestra libertad, fué visto en muchas partes, con envidia; saludado en otras, con aplauso; recibido en todas, con benevolencia. »

No menos lauro os espera á vosotros que vais á perfeccionar la obra entonces comenzada; pues si aquella guerra de invasion era tan espantosa, por la fuerza militar y sin igual capacidad del caudillo que os la hacia, no es menos terrible en sus efectos, y es mucho mas amarga en su origen, esta guerra civil que tan cruelmente nos destroza. Pasiones irritadas que apaciguar, opiniones opuestas que reunir, intereses contrarios que conciliar, enemigos interiores que vencer, intrigas estrañas que desbaratar. . . . . ¡Oh cuanto elemento de dificultad y de desórden! ¡Cuántos obstáculos, al grandioso fin que aquí nos reune!. . . Pero todo es de esperar, señores diputados, de vuestra constancia y sabiduría.

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No bien me convencí de que era verdadera voluntad nacional restablecer la Constitucion de la monarquía proclamada en Cádiz, cuando me apresuré á jurarla y mandar que fuese jurada y observada en todo el reino, como ley fundamental. Y siendo tambien voluntad nacional que esta ley sea revisada y corregida para que responda mejor á los fines á que se ordenó, convoqué inmediatamente las Córtes que habian de deliberar sobre tan importante reforma. Al mismo tiempo llamé cerca de mi persona y compuse mi gobierno de sugetos de mi entera confianza, que ya bastante conocidos, creí que podian tambien inspirarla á la nacion. Yo espero que en la conducta gubernativa que han se

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