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CAPITULO LXVII.

Apertura de las Córtes de abril de 1843.-Discurso de apertura. Fin del ministerio Rodil.-Actos principales de su administracion.-Nuevo ministerio. -Su programa.-Proyecto de ley de amnistía. Mensage del Congreso al Regente. Otro ministerio.-Suspension de las Córtes.-Escena borrascosa. Disolucion de las Córtes.-Estalla la guerra civil.—Pronunciamientos en las provincias. Consideraciones sobre estos movimientos.-Heterogeneidad de elementos.-Diversi lad de proclamas.-Se propaga el alzamiento.-Sale el Regente de Madrid.—Se sitúa en Albacete.—Estado de la capital.-Se acercan á ella las tropas de la coalicion.-Se les niega la entrada.-Bloqueo. -Jornada de Torrejon de Ardoz.-Madrid abre sus puertas.-Estado de las provincias.-El Regente en frente de Sevilla.—Levanta el campo y se encamina á las costas.-Retirada desastrosa.-Se embarca en el puerto de Santa Maria Fin de la Regencia.-Protesta á berdo del vapor Betis.—Consideraciones sobre el gobierue del Regent

Las

Jas Córtes se abrieron en sesion régia el 3 de abril, como estaba prevenido. Hé aquí algunos trozos del discurso del Regente.

Al v. ros reunidos al rededor del trono de Isabel Il para concurrir con vuestra sabiduría y vuestro celo á las disposiciones legislativas que han de consolidar el estado, no puedo dejar de sentir la satisfaccion mas pura en la grata esperanza de que llenareis cumplidamente los destinos que en bien de la monarquía y de su Reina están reservados á la presente legislatura........

El estado de la Hacienda reclama muy particularmente la atencion de las Córtes. Reformas muy importantes se han verificado asi en la administracion y contabilidad de las rentas públicas, como en el sistema que regía para la venta de los bienes nacionales; pero sin los medios necesarios para cubrir, no solo los gastos ordinarios y corrientes del servicio público, sino todas las demas obligaciones sucesivamente contraidas, por efecto

del constante desnivel en que se hallan unos y otros con los ingresos del tesor, cada dia serán mayores las dificultades para conseguir una completa y satisfactoria organizacion de esta parte tan vital de la administracion del estado. Con los presupuestos que serán sometidos à vuestra consideracion, se os presentarán otros proyectos de ley cuya utilidad y conveniencia graduarán oportunamente las Córtes........

«Hubiéranse hecho en el ejército modificaciones ventajosas en alivio de los pueblos, y algunas ya estarian presentadas á las Córtes; pero una insurreccion inesperada vino á paralizar estas prudentes economias, y fué preciso atender con toda la fuerza pública á reprimir tan grave mal. El ejército ha sido en esta época, como en todas, un modelo de subordinacion y disciplina, asi como de valor. Gracias á sus virtudes, y á la cooperacion igualmente noble y decidida de la Milicia Nacional, la conmocion que tan terrible hubiera sido, si se la dejara respirar, fué sofocada en su origen y la tranquilidad completamente restablecida......

Momento bien feliz en que las Córtes y el gobierno hallan la ocasion gloriosa (que su patriotismo no desaprovechará) de cumplir con lo que la nacion desca, y con lo que debemos á la augusta y jóven princesa que tenemos delante sentada en el trono de sus mayores. Leyes que aseguren el estado sobre su base, leyes que abran las fuentes à la prosperidad pública, esto es, señores senadores y diputados, lo que el pais anhela; esto es lo digno y lo conveniente á la patria, á la Reina- Doña Isabel II. Que cuando S. M. en el plazo afortunado quese acerca tome las riendas del gobierno de sus pueblos, no encuentro estorbo alguno para el bien que les prepara su generoso ánimo; y que en las bendiciones y aplausos con que se vea aclamada, recoja el fruto mas precioso de nuestros desvelos y sacrificios. »

Por aquel tiempo ya se habia alzado abiertamente la fatal bandera de la coalicion, que iba á ser manzana de la discordia mas tremenda. El Congreso como el Senado estaba dividido en dos bandos amigos y enemigos del gobierno del Regente, comprendiéndose en esta última parcialidad todos los colores de la

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oposicion, cualesquiera que fuesen sus opiniones en política. Ya se comenzaba á designar á los primeros con un apodo muy impropio (1), que para los hombres vulgares surtia cierto efecto. La imprenta periódistica se ensañaba mas y mas contra el órden de cosas existente. Y estos tiros, que procedian de puntos tan distintos, tan opuestos, convergian fatalmente hácia uno solo, es decir, à la destruccion de la Regencia.

El exámen de las actas fué un campo de batalla. Con rigor y encarnizamiento fueron combatidas por progresistas varias aclas que tambien lo eran, mas que pasaban por ministeriales; es decir, amigos del gobierno del Regente. Y esta hostilidad aunque con menos vivo cáracter, se manifestó en el Senado como en el Congreso.

Todo anunciaba las tempestades de que iba á ser teatro este euerpo colegislador. Anunciaron las primeras sesiones el cáracter que iban á tomar las sucesivas.

Era imposible ya para aquel ministerio romper una falange compuesta de elementos heterogéneos, pero muy compacta. Recurrir á una nueva disolucion era imposible; hubiera sido hasta un acto de delirio. Los ministros cedieron á esta tempestad, y resolvieron retirarse: era lo que deberian haber hecho á principios de aquel año.

Ya habian anunciado en marzo que lo harian asi, cuando las Córtes estuviesen reunidas. Los confirmó el giro de las discusiones del Congreso en su resolucion, y á principios de mayo, dejaron definitivamente la direccion de los negocios públicos. Varios actos importantes habian señalado su admininistracion, poco menos hazarosa que la de sus predecesores. El ministro de la Guerra se habia aplicado mucho á conservar el ejército en el mejor estado de instruccion y disciplina, é igual conducta habia observado el que tenia á su cargo los negocios de la armada. El de Hacienda, hombre entendido y laborioso, se esforzaba por luchar con las dificultades que ofrecia el estado de confusion y de desórden en que se hallaba aquel ramo desde

(1) Ayacuchos

tantos años. Nada habian mejorado las relaciones diplomáticas con Francia, ni se hallaban en términos mas favorables las que se conservaban con la Santa Sede. El gobierno manifestaba estar animado de las mejores intenciones. En 29 de diciembre del año anterior mandó establecer en Madrid una escuela especial de administracion, donde con el estudio del derecho político, del internacional, de la economía política, de la administracion y del derecho administrativo, se preparase la juventud para desempeñar cargos importantes de la administracion pública. Eu 11 de febrero, se creó un consejo de gobierno, cuyas funciones debian ser las de ausiliarle con sus luces, en los asuntos sobre que tuviese á bien consultarle. En el artículo 2.° del decreto, se establecia la organizacion de este consejo; y en el 3.o, las categorías que debian componerle. El cargo de estos consejeros, debia ser méramente honorifico y gratuito. Mas ao pasó este establecimiento de un decreto, pues no llegó á plantearse.

Tambien presentó en las Górtes proyectos de leyes importantes como el de reforma de contribuciones, del establecimiento de bancos provinciales, de la rectificacion de las tarifas de los derechos que se exigeu en las puertas de Madrid, del arreglo de los juzgados y tribunales de hacienda, de la organizaci ›n del tribunal mayor de cuentas y algun otro de menor importancia; mas ninguno de ellos llegó á discutirse.

El Regento buscó para nuevos ministros hombres de la oposicion, en lo que obró con muchísima cordura. Llamó primero al Sr. Cortina, quien abandonó la idea de formar un ministerio que pudiese contar con una probable mayoría. Lo mismo sucedió al Sr. Olózaga, á quien el Regente hizo igual encargo. Mas dichoso fué el Sr. Lopez (D. Joaquin), á quien se encomendó despues este negocio. Formó pues un ministerio de quien fué presidente, tomando á su cargo la cartera de Gracia y Justicia; encomendando la de Gobernacion, á D. Fermin Caballero: la de Hacienda, á D. Mateo Miguel de Ayllon: la de Guerra, al general Dou Francisco Serrano: la de Marina á D. Joaquin Frias, á quien se encargó interinamente la de Estado por hallarse ausente Don Manuel Aguilar, nombrado para esta dependencia. De los nuevos

ministros, los Sres. Ay'lon y Caballero no pertenecian á la sazon á ninguno de los dos cuerpos colegisladores.

En 9 de mayo se espidieron los decretos de exoneracion de los ministros dimisionarios, todos honoríficos, y los de nombramientos de los nuevos. En la sesion del 11 se presentaron estos en los cuerpos colegisladores. Hé aqui algunos trozos del discurso del presidente, en & Congreso.

Despues de una breve reseña histórica de la formacion de aquel ministerio, dijo: « Formé el ministerio, cual se presenta en el seno del Gongreso. Un solo principio fijamos todos para encargarnos del poder, no porque lo creyéramos necesario, pues sobrada confianza nos inspiraba la persona á quien iba dirigido, sino porque creimos que debia preceder á la aceptacion de nuestra elevada mision. Este principio, estaba dirigido á que ibamos á gobernar constitucionalmente; es decir, en la libre órbita de nuestras facultades, como ministros responsables, y partiendo de la máxima de que en los gobiernos representativos, el Rey reina y no gobierna......

Nosotros reducimos, señores, à dos solos artículos, toda nuestra profesion política: 1.° observar religiosamente los princi pios constitucionales y las prácticas parlamentarias: 2.o procurar el desarrollo del germen de felicidad que estos mismos principios envuelven, y que debe hacerse sentir en las mejoras materiales que el pais necesita, porque el pais clama, y que tanto derecho tiene de exigir de las Córtes y el gobierno......

«El gobierno quiere mandar solo, por la ley y por la justicia; porque la ley y la justicia bastan para hacer todo gobierno poderoso, y porque los demas medios ilegales, cuando se ponen en juego, vienen á romperse en la mano misma del que los usa. El ministerio por lo tanto trabajará incesantemente en procurar la union de todos los hombres que por sus talentos, por sus cualidades y por su probidad, puedan servir al lustre y ventu ra de nuestra patria, dando á cada uno lo que exijan la justicia y la conveniencia, sin que ningun otra consid racion venga á alterar este pensamiento.

«El ministerio someterá bien pronto á las Córtes un proyecto

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