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Eleccion de nueva regencia.

Los tres consejeros de estado mas antiguos presentes entonces en Cádiz eran Don Pedro Agar, Dou Gabriel Ciscar, y el cardenal de Santa María de Scala, arzobis po de Toledo, Don Luis de Borbon, hijo del infante Don Luis, hermano

que fué del rey Cárlos III. A los dos primeros, ya antes regentes,

bien que no asistidos de todas las esquisitas y raras prendas que á la sazon requeria la elevada magistratura con que se les investia de nuevo, por lo menos teníaselos con razon por leales Ꭹ afectos á las reformas. Adornaban al cardenal acendrada virtud, juicio muy recto è instruccion no escasa; mas criado en la soledad y retiro de un palacio episcopal de España era su cortedad tanta que oscurecíanse casi del todo aquellas dotes, apareciendo á veces pobre za de entendimiento lo que tan solo pendia de falta de uso y embarazo en el trato de gentes. Aunque por antigüedad tercero este en numero, escogiósele á propuesta del conde de Toreno para presidente de la nueva regencia; segun lo indicaba la escelsa clase que ocupaba en el estado y su alta dignidad en la Iglesia.

Su instalacion

Verificados estos nombramientos, y estendidos alli en 8 de marzo. mismo los decretos, comunicáronse sin tardanza las respectivas órdenes. A poco juraron en el seno de las cortes los tres nuevos regentes, y pasaron inmediatamente á posesionarse de sus cargos. Era ya entrada la noche y ora de las nueve, sereno el tiempo y rodeados los regentes y los diputados de la comision que los acompañaba, , y en cuyo número nos incluyeron, de una machedumbre inmensa que poblaba el aire de vítores y aplausos. Ins talamos en sus sillas los que para ello ibamos encargados, á los nuevos regentes, sin que los cesantes diesen señal alguna de resistencia ni oposicion. Solo pintóse en el rostro de cada cual la imágen de su índole ó de sus pasiones. Atento y muy caballero en su porte el duque del infantado mostró en aquel lance la misma indiferencia, distraccion y dejadez perezosa que en el manejo de los negocios públicos: despecho Don Juan Perez Villamil y Don Joaquin Mosquera y Figueroa, si bien de distintos modos; encubierto y reconcentrado en el primero, menos disimulado en el último como hombre vano y de cortos alcances, segun representaba su mismo esterior, siendo de estatura elevada, de pequeña cabeza y encogido cerebro. Aunque enérgico y quizá violento á fuer de marino, no dió señas de enojo Don Juan Maria Villavicencio; y justo es decir en alabanza suya, que poco antes habia escrito á los diputados proponedores de su nombramiento que vista la division que reinaba entre los individuos del gobierno, ni él ni sus cólegas, si continuaban al frente de los negocios públicos, podian ya despacharlos bien, ni contribuir en nada á la prosperidad de la patria. Casi es por demas hablar del último regente, de Don Ignacio Rodriguez de Bivas, cuitado varon que acabó en su mando tan poco notable y significativamente como habia comenzado; debiendo ad

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vertirse que al nombrarle de la regencia, estando todos convenidos
en que
hubiese en ella dos americanos, no se buscó en la persona
del elegido ni en la de Don Joaquin Mosquera otra circunstancia
sino la del lugar de su nacimiento: agradando tambien el que ni
uno ni otro se inclinaban á proteger la separacion é independencia
de las provincias de ultramar, cualidad no comun y á veces pere-
grina en los que allá recibieran el ser.

Administracion

cesante.

Llamaron á esta regencia la del Quintillo, por componerse de cinco y en signo de menosprecio; desesti- de la regencia mador siempre suyo el partido liberal, de influjo ya en la opinion y de mucha pujanza. Hubo tres tiempos en su gobernacion: el anterior á la llegada de Inglaterra del duque del Infantado, el posterior hasta la salida del conde del Abisbal, y el último que tavo principio entonces con la entrada de Don Juan Perez Villamil, y terminó en la separacion de la regencia entera y nombramiento de otra nueva. En el primer período no se apartó la antigua del partido reformador que componia la mayoría de las cortes; en el segundo algun tanto, aunque no aparecia mucho el desvío por ser cabecera y guia el conde del Abisbal, nacido con natural pre dominio en materia de autoridad y de aventajadas partes para el gobierno, pesar de los lunares que le deslucian. En el tercero saltó á los ojos de todos el desapego, acabando por aversion no disfrazada que acrecia el carácter envidioso y acre de Villamil, contrarestado en sus inclinaciones у deseos por los dictámenes de las córtes y sus providencias. Verdad es que en esta sazon salieron de tropel á la escena pública cuestiones graves, orígen de mayor discrepancia en las opiniones, y que nacieron de la evacuacion de varias provincias, del asunto de la inquisicion y de los frailes, bastante cada uno de por sí para sentar bandera de desunion y de lid muy reñida.

á

Acontécenos al tener que hablar de la administracion de esta regencia y de sus medidas en los respectivos ramos lo mismo que en el caso de su antecesora, sobre la cual dijimos que al lado de autoridad tan poderosa como la de las córtes disminuíase la importancia de otra, no siendo la misma potestad ejecutiva sino mera ejecutora de las leyes y aun reglamentos que emanaban de la representacion nacional, y de cuyo tenor hemos hablado sucesivamente al dar cuenta de las sesiones mas principales y sus resultas Sin embargo recordaremos ahora algunos puntos de que hicimos ya mencion en su lugar, y tocaremos otros no referidos aun. Fueron los tratados con Rusia y Suecia y el asunto de la mediacion los espedientes de verdadero interes despachados en este tiempo por la secretaria de estado. Las de la gobernacion y gracia y justicia entendieron en todo lo relativo á la nueva organizacion y planta de las oficinas Ꭹ tribunales de las provincias, conforme á la constitucion á varias leyes y decretos particulares. Tarea penosa y árdua, y para la que no tuvo la regencia ni la fortaleza ni el saber necesarios

y

y aan menos la voluntad, prendas que se requieren en sumo grado si se ha de salir de tales empresas con aplauso y buen aire: mayormente tropezándose en la práctica, segun sucede al establecer leyes naevas, con dificultades y obstáculos que nunca prevé en la espcculativa el ojo mas suspicaz y lince. Por lo que respecta á guerra el mando dado a Lord Wellington y la nueva division de los ejércitos indicada en su lugar, pueden mirarse como las determinaciones mas principales tomadas en este ramo durante el gobierno de la regencia de los cinco pero que nacieron en particular la primera mas bien del seno de las córtes que de disposicion y propio movimiento de la potestad ejecutiva. Habia tambien ordenado esta en puoto á saministros que para estorbar que se viesen acumuladas las obligaciones y pedidos de diferentes ejércitos sobre unas mismas provincias, se recogiesen los productos de diezmos, escusado, noveno y otros ramos en las comarcas que se iban libertando de enemigos, y se formasen grandes almacenes en señalados puntos con depósitos intermedios, cuyos acopios debian despues distribuirse, en cuanto fuese dable, arreglada y equitativamente. Por desgracia la súbita retirada en otoño del ejército aliado desde las márgenes del Ebro hasta la frontera de Portugal, malogró en parte la recoleccion de cereales en el abundoso granero de Castilla, aprovechándose el invasor de nuestro abandono y apresuramiento. Eu el inmediato verano no hubo en esto tan escasa dicha. Por lo demas continuó el ramo de hacienda en lo general como hasta aqui. Las mudanzas que en él ocurrieron verificáronse meses despues. La recaudacion en las provincias desocupadas ejecutóse con lentitud y tropiezos, no planteándose sino á medias ó malamente la contribucion estraordinaria de guerra, y siendo muy poco fructuosas las otras, relajada la administracion, y teniendo en muchos parages un esclusivo influjo en ella los gefes militares y sus dependientes sin gran cuenta ni razon: inevitable consecuencia de tantos trastornos, invasiones y lides, y que solo remedia la mano reparadora del tiempo y un gobierno entendido y firme. En la tesorería central de Cádiz no entraban otros caudales que los de su provincia y aduana, invirtiéndose desde luego los restantes en sus respectivos distritos: ascendiendo aproximadamente la suma de los recibidos en dichas arcas de Cádiz á unos 138,000,000 de reales en todo el año de 1812: de ellos solo unos 15 procedían de América inclusos los derechos devengados por plata perteneciente à particulares; que á tal punto ihan menguando las remesas de aquellas regiones y otros 14 6 15 de letras facilitadas por el cónsul ingles pagaderas en Londres. Otros ausilios suministro directamente Lord Wellington al ejército que avanzó á los Pirineos, pero de ello hablaremos mas adelante: si bien fueron todos limitados para atenciones tantas.

Al estrecho á donde habiau llegado los asuntos públicos, indis

pensable se hacia encontrar inmediata salida cambiando la regencia del reino. Desunidas y en lid abierta las dos potestades ejecutiva y legislativa, una de ellas tenia que ceder y dejar á la otra desembarazado el paso. No ausente el rey y alterada la constituciou en alguna de sus partes, hubiérase presentado en breve á tamaño aprieto un desenlace óbvio y fácil; pues, ó los ministros se hubieran retirado, ó hubiérase disuelto el poder legislador, convocándose al propio tiempo otro nuevo; con lo cual se desataba el nudo legal y sosegadamente. No se estaba entonces por desgracia entre nosotros en el caso de usar de ninguno de ambos remedios; y por tanto disculpable aparece la resolucion que tomaron las córtes, de absoluta y necesidad, bien considerado el trance en que se hallaban; pues si no juzgariamos su hecho altamente reprensible y de pernicioso ejemplo.

Nuevo regla

mento dado á la

regencia.

A la nueva regencia quitósele en 22 de marzo la condicion transitoria de provisional, quedando nombrada propiedad, asi ella como su digno presidente, sin que se despojase á ninguno de los tres de las plazas que obtenian en el consejo de estado. El reglamento que gobernaba á la anterior regencia dado en 26 de enero de 1812 se modificó con otro promulgado en* 8 de obril de este año de 1813 (Ap. n. 3a.) mejorándole en alguno de sus artículos. Tres individuos solos en lugar de cinco debian componer la regencia: las relaciones de esta con los ministros y las de los ministros entre sí se deslindaban atinadamente, y sobre todo se declaró á los últimos que fue lo mas sustancial, únicos responsables, quedando irresponsable la regeucia, ya que la inviolabilidad estaba reservada á solo el monarca: creyendo muchos se afianzaría por aquel medio la autoridad del gobierno, y se le daria mayor consistencia en sus principales miembros; porque de no ser asi, decia un diputado, resultan* << varios y graves males. Primero la instabi

.

(* Ap. n. 33.) «lidad de la regencia, á la que se desacredita: segundo la dificultad de defenderse esta por sí, , y verse obligada « å defenderse por medio de sus ministros, que quizá piensan » de un modo contrario: tercero las revueltas á que se espone « el estado en la continua variacion de regencia que es inevita<ble. »> Doctrina cuya verdad confirmaba cada dia la serie de los

sucesos.

Por la separacion de la regencia de los cinco no se destruia del todo la oposicion intentada contra la lectura del manifiesto y decretos de las córtes sobre la abolicion del santo oficio: quedando aun latente centella que pudiera estallar y producir en el reino estenso y voraz incendio.

Oposicion de prelados y cabildos á la publicacion de decretos sobre inquisicion.

Para dar idea cabal de este incidente, forzoso nos es volver atras y añadir algo á lo ya referido, bien que nunca sea nuestro propó

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sito entrar en muchos pormenores. Fue primer indicio de lo que se fraguaba una* pastoral o manifiesto con fecha de (*Ap. n. 34.) Palma de Mallorca á 12 de diciembre de 1312, aunque impreso y circulado mas tarde, y que firmaban los obispos de Lérida, Tortosa, Barcelona, Urgel, Teruel y Pamplona, acogidos á aquella isla huyendo de la invasion francesa. Comprendia la pastoral varios puntos, dividiéndose en capítulos encaminados á probar que la Iglesia se hallaba ultrajada en sus ministros, atropellada en sus inmunidades, y combatida en sus doctrinas. Desencadenábanse sus autores contra el Diccionario crítico-burlesco de Don Bartolomé Gallardo, y refutaban con ahinco las opiniones de algunos diputados, en especial de los que eran eclesiásticos y se tenian por jansenistas y partidarios del sínodo de Pistoya. Hacian tambien gala de doctrinas inquisitoriales y ultramontanas, apartándose de los grandes ejemplos que presentaban nuestros insignes prelados del siglo XVI, de quienes decia Melchor Cano al emperador Cárlos V; << No fuera mucho que su escuadron y el de hombres doctos de acá « hiciera mas espanto en Roma que el ejército de soldados que « S. M. allá tiene. »

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Por el mismo estilo y en un rincon opuesto de España, en la Coruña, preparó otro papel el obispo de Santander, si (*Ap. n. 35.) bien concebido en términos solo asonantes con el desbarro mental de que solia adolecer aquel prelado, subido ahora de punto hasta en el título y forma del escrito, que publicaba actualmente, compuesto en octavas rimas.

á

Coincidian con la publicacion de tales impresos los pasos dados en Cádiz por su cabildo y clero, cuyos individuos empezaron tratar de resistencia ya en 6 de febrero, dirigiéndose tambien á los cabildos comprovinciales de Sevilla, Málaga, Cordoba y Jaen, pidiéndoles « poderes ó instrucciones para representarlos;» y encargándoles el mayor secreto respecto de los legos y de los sacerdotes que no mereciesen su confianza.

Conducta del nuncio del papa.

de

Alma y centro de tan cautelosos manejos el nuncio de su santidad, no se contentó con la nota que de un modo irregular y segun indicamos habia pasado á la regencia en 5 marzo, sino que con la misma fecha* escribió igual(*Ap. n. 36.) mente al obispo de Jaen y á los cabildos de Málaga y Granada exhortándolos á formar causa comun con el clero de España, y á oponerse al manifiesto y decretos de las córtes sobre la abolicion del santo oficio.

Debates y resoluciones en las córtes sobre esta materia.

De liga y peligroso bando calificaron algunos este suceso, no dándole otros tanta importancia, persuadidos de que todo se cortaria mudada la regencia de los cinco, gran patrocinadora del enredo ó trama.. No se engañaron los últimos, pues el 9 de marzo, dia inmediato al de la separacion, habiendo hecho Don Miguel Antonio de Zumala

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