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las ofensas y agravios agenos, y forzado por tanto á entrar en una carrera enmarañada de reacciones y persecucion en daño propio y grave perjuicio del estado, y por otra admira la imprevision y abandono de las córtes que, dejándose coger como en una red, no

tomaron medida alguna ni intentaron parar el golpe que las anenazaba, madrugando primero y anticipándose á sus enemigos. Nacia en el rey semejante conducta de su total ignorancia de las cosas actuales de España y de aquella inclinacion á escuchar erràdos consejos que se habia advertido ya desde el principio de su reinado; y en las córtes de inesperiencia y de la buena fe que naba entonces entre los reformadores, no imaginándose caeria nunca á su causa ni caeria tampoco sobre ellos la suerte y trato que esperimentaron, no menos inicuo que poco merecido.

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rei

Dudamos tambien contra el dictámen de muchos que hubieran podido las córtes, aun permaneciendo muy unidas, resistir al raudal arrebatado que de Valencia vino sobre ellas. El nombre de Fernando obraba por aquel tiempo en la nacion mágicamente; y al sonido suyo y á la voluntad espresa del rey hubiera cedido todo y hubiéranse abatido y humillado hasta los mayores obstáculos. Tampoco era dable contar mucho con los ejércitos. Mantúvose el llamado primero fiel á las córtes, pero tibio; y declaróse en contra el segundo. Empleó en el de reserva de Andalucía juego doble, conforme á costumbre antigua, su gefe el del Abisbal, enviando para cumplimentar al rey à un oficial de graduacion con dos felicitaciones muy distintas y en sentido opuesto, llevando encargo de hacer uso de una ú otra, segun los tiempos y el viento que corriese. Formaron algunos oficiales en el tercer ejército bando ó liga contra el príncipe de Anglona por creerle afecto á las córtes y sobre todo fiel á sus juramentos; hecho muy vituperable, pero que descubria desavenencia alli en cuanto á opiniones políticas, y por el cual, para decirlo de paso, reprendió ásperamente Lord Wellington en Oyarzun á los principales fautores. Hubo sí señales mas favorables à la causa de las córtes en el cuarto ejército; mas entre oficiales subalternos, no entre los gefes. De aquellos abocáronse algunos con su general Don Manuel Freire fiados en la conocida honradez de este que no desmintió, haciéndoles juiciosas reflexiones acerca de los impedimentos que presentaria la ejecucion de la empresa, siendo en su entender el mayor de todos el soldado mismo, de propension dudosa, si no contraria á lo que ellos premeditaban. *Esto y lo que de súbito se ("Ap. n. 24. bis.) fue agolpando, desvió á todos de proseguir por entonces en el intento de sostener abiertamente á las córtes y la constitucion.

Entró el rey en Madrid el 13 de mayo, y si bien Entrada del rey quedó en Aranjuez la division del segundo ejército

en Madrid.

que le habia acompañado desde Valencia, acudió por otro lado y al mismo tiempo à la capital la de Don Santiago Whittingham,

compuesta de 6,000 infantes, 2,500 caballos y seis piezas, no tanto para agrandar la pompa en obsequio de la celebridad del dia, cuanto para impedir se perturbase la pública tranquilidad. Asi sucedió que el mismo Fernando que en 24 de marzo de 1808 habia penetrado por aquellas calles sin escolta, y resguardado solo con los pechos de los fieles habitadores, aun en medio de huestes estrangeras poco seguras, tuvo ahora, espulsadas estas y vencidos tantos otros obstáculos, que precaverse y custodiar su persona, como şi estuviese circuido de enemigos los mas declarados. A tal estrecho le habian conducido hombres que preferian á todo saciar personales venganzas por ofensas ellos mismos se habian granque geado, queriendo que el rey, á imitacion de lo que cuentan de un (Ap. n. 25.) emperador romano, acabase á la vez y de un golpe con lo mejor y quizá mas espigado de España.

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Cruzó Fernando á su entrada el puente de Toledo, y atravesó la puerta de Atocha; yendo despues por el Prado y las calles de Alcalá y Carretas hasta hacer pausa en el convento de Santo Tomas para adorar, segun costumbre de sus antepasados, la imágen depositada alli de nuestra Señora de Atocha. Dirigióse en seguida por la plaza Mayor y las Platerías á palacio, que ocupó de nuevo al cabo de mas de seis años de ausencia. Arcos de triunfo y otros testejos embellecian la carrera y le daban realce; no escaseando en ella el clamor, alabanzas y vítores, si bien no con aquel desahogo y universal coutentamiento que era de esperar en ocasion tan plausible; lastimado el oido de muchos y quebrantado su corazon con los sollozos y lágrimas de las familias de tantos inocentes, sepultados ahora en oscuros encierros y calabozos.

Llegada á la El 24 del mismo mayo hizo tambien su entrada púcapital de Lord blica en Madrid por la puerta de Alcalá Lord WelWellington. lington, duque de Ciudad-Rodrigo, recibiendo en el tránsito los honores debidos á sus triautos y elevada clase. Creyóse entonces que dado no se tocara al gobierno absoluto restablecido por el rey, al menos cesarian los malos tratos y las persecuciones contra tantos hombres apreciables y dignos, en atencion siquiera á la buena correspondencia que habian seguido muchos de ellos con Lord Wellington. Mas no fue asi, continuando todo en el mismo ser que antes sin la menor variacion ni alivio. Cierto que el 5 de junio, víspera de la partida del general ingles para Paris y Londres, hizo este á S. M. una esposicion que entregó Don Miguel de Alava al duque de San Carlos, muy notable, y segun nos han asegurado, llena de prudentes consejos de tolerancia y buena gobernacion. Pero los que no consintieron escuchar estos presente Wellington, menos lo quisieran en ausencia suya y muy lejos ya; traspapelándose la esposicion en las secretarías, ó haciéndola ciertos individuos perdidiza como cosa de pingun valor.

De Madrid restituyóse el general ingles á Lóndres, donde le

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en su patria.

confirió S. M. británica el título de duqne con la misma Recompensas denominacion que tenia antes, esto es, la de Welling- que este recibe ton. Concedióle el parlamento la suma de 300,000 libras esterlinas para que se le comprase un estado correspondiente á su gerarquía, ascendian á 17,000 libras tambien esterlinas lo que le abonaban las arcas públicas por sueldos y otras mercedes. Galardon proporcionado á los muchos y grandes servicios que habia hecho á su patria Lord Wellington, y digno de una nacion esclarecida y poderosa.

Evacuacion de

las plazas que aun conservaba el frances España.

en

Murviedro,

Entre tanto fuéronse evacuando las plazas que estaban aun en poder del frances y que debian entregarse á los españoles segun los convenios ajustados en Tolosa el 18 y 19 de abril. Rindióse Benasque el 23 del propio mes, aunque á costa de algun fuego y escaramuzas. El 18, 22, 25 y 28 de mayo Tortosa, Peñíscola, Santoña y Barcelona; las dos últimas en un mismo dia. El 3 y 4 de junio Hostalrich y Figueras; quedando con esto del todo libre de enemigos el territorio peninsular. Regresaron tambien á su patria respectiva los prisioneros de guerra, y los españoles que bajo el nombre de reos de estado y contra todo derecho y buena razon se habia llevado Napoleon á Francia, de los que murieron muchos, rendidos á las fatigas y largo padecer. Fueron tambien desocupando la Francia sucesivamente las tropas británico-portuguesas y las nuestras.

Tratado de paz

amistad

Francia.

eon

Y para complemento en fin de todos estos acontecimientos, dió España su accesion en 20 de julio al tratado de paz y amistad que habian concluido los aliados con Francia en 30 de mayo, debiendo en el término de dos meses enviar las potencias respectivas á Viena ministros ó embajadores que ventilasen en un congreso los asuntos pendientes y generales de Europa.

Ministerio que nombra el rey

Fernando.

Politica errada

En principios de mayo habia formado el rey Fernando un ministerio que modificó antes de finalizarse el mes, aunque à la cabeza de ambos siempre el duque de San Carlos. Siguióse por uno y otro la política comenzada en Valencia, creciendo cada dia mas las persecuciones y la intolerancia contra todos los hombres y todos los partidos que no desamaban la luz y buscaban el progreso de y reprehensible la razon siendo en verdad muy dificultoso, ya que de estos. no de todo punto imposible á los ministros salir del cenegal en que se metieran los primeros y malhadados consejeros que tuvo el rey. Error fatal y culpable, del que todavía nos sentimos y nos sentirémos por largo espacio; pudiendo aplicarse desde entonces à la infeliz España lo que decia un antiguo de los atenienses *: « Desórden y torbellino los gobierna, espulsada ha sido (*Ap. u. 26.) « toda providencia conservadora. »

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Cual hubiera convenido.

Otro rumbo hubiera convenido tomase el rey á su vuelta á España, desoyendo dictámenes apasionados, y adoptando un justo medio entre opiniones estremas. Erale todo bacedero entonces, y hubiérase Fernando colocado con tal proceder junto á los monarcas mas gloriosos é insignes que han ocupado el solio español.

Conclusion de esta obra.

y

El trasmitir fielmente á la posteridad los hechos sucesivos de su reinado y sus desastrosas consecuencias será digna tarea de más elocuente y mejor cortada pluma. Detiénese la nuestra aqui, cansada ya, y no satisfecha de haber acertado á trazar la historia de un período, no muy largo en dias, pero fecundo en sucesos notables, en actos heróicos de valor constancia, en victorias y descalabros. ¡ Quiera el cielo que suministre su lectura provechosos ejemplos de imitacion á la juventud española, destinada á sacar á la patria de su actual abatimiento, y á colocarla en el noble y encumbrado lugar, de que la hizo merecedora el indomable empeño con que supo entonces contrarestar la usurpacion estraña, y contribuir tan eficaz y vigorosamente al triunfo de la causa europea!

FIN.

APÉNDICES.

LIBRO DECIMOSÉPTIMO.

NUMERO 1.

Tableau analytique des principales combinaisons de la guerre, par le baron de Jominy, chap. 2, seccion 1, de la Stratégie.

NUMERO 2.

Gaceta de la Regencia, del martes 12 de noviembre de 1811.

NUMERO 3.

Gaceta de la Regencia de las Españas, del martes 17 de marzo de 1812.

NUMERO 4.

Ego enim sic existimo, in summo imperatore quatuor has res inesse oportere scientiam rei militaris, virtutem, auctoritatem, felicitatem. (Oratio pro lege Manilia, 10.)

NUMERO 5.

Gacetas de Madrid del gobierno de José, del 21 de febrero de 1812.

NUMERO 6.

Gacetas de Madrid del gobierno de José, año 1812, 22 de marzo.

LIBRO DECIMOOCTAVO.

NUMERO 1.

«

Apud nos priùs leges conditas, quam reges creatos fuisse.» (Aragonensium rerum Commentarii.

TOMO III.

24

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