de F. C. Años curó persuadirle que volviera à Lisboa porque se habia quedado à media legua de la capital; pero no pudo conseguir lo que deseaba. El influjo solo de la Reyna que le amaba tiernamente le hizo desistir de su propósito, y reconcilió en apariencia à los dos hermanos cubriendo D. Pedro en su corazon el ódio y deseo de vengarse con la mas profunda disimulacion. Trabajó sin cesar con el mayor artificio para separar del lado del Rey todos aquellos favoritos que habian contribuido à su abatimiento, y de concierto con la Reyna estaba formando la intriga escandalosa de derribar del trono à Alfonso, de separar su matrimonio haciendo decretar su nulidad por el tribunal legítimo, y casarse con ella como se verificó mas adelante. La Francia, que siempre ha procurado extender sus conquistas y su imperio à costa de la España, y aprovecharse de las ocasiones que se le vienen à las manos aunque sea violando los tratados mas solemnes, no tardó despues de la muerte de Phelipe en tomar las armas con el pretexto de defender los derechos que pretendia pertenecian à la Infanta Doña María Teresa su Reyna, como hija del primer matrimonio de Phelipe. Aunque habia hecho las renuncias quando se celebró el matrimonio, la ambicion las hizo declarar nulas. Los encargados por el Rey para exâminar estos derechos decidieron que no habiéndose pagado por la corte de Madrid la dote estipulada, podia el Rey en recompensa apoderarse de la Flandes y del Franco-Condado que le correspondian à la Reyna con preferencia à Cárlos que era hijo del segundo matrimonio. Los Jurisconsultos de una y otra nacion exâmináron la qüestion con el mayor cuidado, y se publicáron muchos escritos por parte de los Españoles que no dejaban la menor duda; de modo que si esta causa se hubiera decidido por las leyes y por la razon, dice Volter, en un tribunal desinteresado, las pretensiones de Luis hubieran sido harto dudosas, pero el proceso se habia de decidir por las armas. El Rey de Francia tenia sesenta mil bayonetas preparadas, y mas de veinte mil caballos, doscientos cañones, Generales excelentes, y un tesoro abundante para Era de España. de J.C. de Es paña. Años pagarlos; y el Rey de España sin tropas, sin di- Era nero y sin Generales, no podia dudarse que la decision habia de ser favorable à los Franceses. El Marqués de Louvois que era Ministro de la guerra en Francia, hombre súmamente activo,| apénas se formó el proyecto injusto de invadir| nuestras posesiones, formó los almacenes correspondientes para sustentar el exército, mandó ponerse en marcha la tropa para la frontera, y quando todo estaba preparado el Rey mismo partió con Turena que habia de mandarlo. 1667 Antes de empezar el Rey de Francia las hostilidades contra la España en los Paises-Baxos publicó un Manifiesto para justificar su conducta, y demostrar à la faz de la Europa la sinceridad de sus intenciones, la justicia que le asistia, los derechos que tenia su esposa à aquellos dominios, las repetidas solicitudes que en todo el año anterior habia hecho con la regenta de España para que se la administrára, ò se tratára amigablemente de una composicion, y que habiéndose negado siempre se habia visto en la precision de recurrir à las armas. Publicado este Manifiesto se fué à la frontera el mes de Mayo para ponerse à la frente de un cuerpo de treinta y cinco mil hombres; otra division mandada por el Mariscal de Aumout debia dirigirse à Dunquerque; y otra bajo Has órdenes del Marqués de Crequi debia entrar por otra parte. Llegado à Arenses pasó revista à la tropa que habia en este pueblo, y desde aquí se fué al exército que estaba acampado en Charleroi, plaza que Turena habia tomado luego que se presentó delante de ella sin hallar ninguna resistencia, porque los Españoles no habian tenido tiempo de levantar las fortificaciones que el Marqués de Castel-Rodrigo Gobernador de los PaisesBaxos habia mandado demoler. Luis exâminada su situacion la hizo fortificar por Vauban. El Mariscal de Aumont sitió en forma à Bergues con un cuerpo de diez mil hombres. El Gobernador se defendió algunos dias con la poca gente que tenia, pero viendo que los enemigos se habian apoderado del camino cubierto y de una media luna capituló. Tomada esta plaza el Mariscal acometió à Furnes. D. Juan de Toledo r de F. C. Años que era Gobernador hizo algunas salidas contra los sitiadores para impedir sus obras; mas habiéndose establecido en la contra-escarpa, y estando la brecha abierta, pidió capitulacion y la rindió con condiciones honrosas. El 17 de Junio el Rey se presentó delante de Ath que los Españoles abandonáron quando supiéron que el exército Francés venia à sitiar la plaza, porque se hallaban sin provisiones de boca y guerra, y sin la guarnicion suficiente para defenderla. Sus habitantes les abriéron las puertas, y el Rey mandó reparar las murallas que estaban medio arruinadas, los fosos y las medias lunas, y dejando una buena guarnicion pasó adelante. Aumont se apoderó sin resistencia de Armantiers y del fuerte de S. Francisco. El 21 de Junio llegó Luis delante de Tournai, y el 22 hizo atacar la plaza y se apoderó del camino cubierto. Los sitiados hiciéron una salida el 23, pero fuéron rechazados con alguna pérdida. Antes de abrir brecha se rindió la ciudad el dia 24 con la condicion que el Rey les conservaria sus privilegios. El castillo capituló el dia 25, y Luis entró en triunfo en la ciudad el dia siguiente. Dadas las órdenes para asegurar esta conquista, y construir ciudadela, se fué à sitiar à Dovai. El 1.o de Julio acometió esta plaza una division que se habia adelantado. El dia 2 llegó el cuerpo del exército, se obligó à un pequeño cuerpo de caballería de los Españoles que estaba fuera à entrar en ella, y el 3 se abriéron las trincheras. Se trabajó con tanta actividad, que à pesar del fuego que hacian los sitiados se estableciéron algunas baterías, y el dia 7 se rindió por capitulacion. Aumont se apoderó de Courtrai al tercer dia del ataque. El 28 de Julio acometió à Ondenarde, el 29 hizo abrir trinchera, el 30j tenia colocadas dos baterías que empezáron à hacer un fuego terrible, y la guarnicion que era de quinientos hombres quedó prisionera de guerra. Alost situada en la ribera del Denza le abrió las puertas. Todas estas plazas estaban sin ninguna prevencion para su defensa, y por esta razon se entregaban sin hacer resistencia. Luis se fué à sitiar à Lila creyendo que se Era de Es paña. de J.C. de Es paña. Años guiria la misma suerte que las demás, y que la Era hallaria en la misma disposicion; mas los Españoles deseando conservar esta ciudad se aprovecháron del poco tiempo que habian tenido para ponerla en estado de defensa. El Gobernodor que se habia distinguido por su valor y prudencia, y poseía el arte de defender las plazas, estaba con una guarnicion fuerte y de buenas tropas, y habia abundancia de víveres y municiones. El Conde de Marcin que mandaba las tropas Españolas habia reunido un cuerpo de seis mil hombres con los quales estaba resuelto à introducirla socorros. Aunque los Generales representáron al Rey que sería el sitio muy dificil, y acaso inútiles los esfuerzos para tomar esta ciudad, Luis insistió que se habia de formar el sitio y acabar su campaña por la conquista de ella, y dadas las órdenes para este efecto fué embestida el 8 de Agosto. El Conde de Croy era Gobernador de ella, su guarnicion se componia de dos mil hombres de infantería y de ochocientos caballos, toda tropa de línea, y además muchos ciudadanos estaban sobre las armas. El 10 llegó el Rey al campo y se empezó à trabajar en las líneas de circunvalacion, y los Españoles intentáron socorrer la plaza. El Gobernador hizo quemar los arrabales, y despues envió à cumplimentar al Rey suplicándole al mismo tiempo se sirviese decirle ácia qué parte ponia su quartel para mandar que no se disparase contra él. A esta atencion le respondió que su quartel sería todo el campo del exército. La noche del 18 al 19 se abrió la trinchera por dos partes; y se trabajó con tanta actividad por la derecha, que llegáron muy pronto à ochocientos pasos del camino cubierto. El 19 por la mañana hiciéron una salida los sitiados y fuéron rechazados con alguna pérdida. Este mismo dia se empezó à trabajar en una batería de veinte y cinco cañones. La mañana del 20 los sitiados hicieron otra salida que fué tan desgraciada como la primera. El 21 estaba montada la batería, y desde el amanecer empezó à hacer un fuego muy vivo: en poco tiempo desmontó las de los sitiados fuera de una de quatro piezas que mató muchos artilleros y trabajadores à los sitiadores. de F.C. Años El 22 hicieron los sitiados otra salida en la qual] Era obligáron à abandonar los trabajos de las obras de España. matando à muchos de ellos; mas habiéndose juntado mucha tropa les obligáron à entrarse en la ciudad. El 22 y 23 adelantáron las trincheras, y la noche de este dia llegáron al glasis y se pusiéron en disposicion de atacar el camino cubierto. El 25 por la noche lo tomáron despues de un combate muy reñido, se alojáron en él, y plantáron la artillería sobre la contra escarpa para batir en brecha la media luna y el cuerpo de la plaza. El 26 los sitiados hicieron otra salida con la mayor intrepidéz, pero despues de una ligera escaramuza se retiráron por no ser cortados. La tarde del mismo dia atacáron las medias lunas, los sitiados hicieron prodigios de valor, y no se apoderáron de ellas sino despues de haber perdido infinitas gentes. El 22, viendo Croy que ya no jera posible defender mas tiempo la plaza sin exponer la guarnicion que la habia defendido con tanto valor à ser degollada, capituló. El 28 salió de ella con todos los honores, y el Rey entró triunfante el mismo dia. Marcin y el Conde de Lignes venian à socorrerla no sabiendo que habia capitulado. El Marqués de Crequi y el de Belfonds les saliéron al encuentro con un cuerpo considerable de caballería, y el Rey mismo atravesó por la ciudad con una parte de su caballería para sostenerlos. Marcin sabiendo que la ciudad se habia rendido no quiso dar el combate y se retiró. Crequi le siguió, y habiendo alcanzado su retaguardia compuesta de quatro esquadrones la atacó, y el combate fué muy reñido. Marcin envió un cuerpo considerable à su socorro, y la accion se hizo mas general porque la tropa de Belfonds y la del Rey combatiéron à un mismo tiempo, todos con la mayor obstinacion sin querer ceder el campo; mas como los Franceses eran muy superiores en número y reparaban pronto sus pérdidas con las tropas que tenian, los Españoles se retiráron habiendo perdido mas de ochocientos hombres entre muertos, heridos y prisioneros. Los Franceses tuviéron mas de mil, y entre ellos muchos oficiales. Mientras que los enemigos estaban en el |