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CAPÍTULO XIII.

DON ALONSO V.-Reseña histórica.-Prolongada ausencia del rey, de sus estados de España.-Testamento y muerte del monarca.-Desmembró de la corona de Aragon, los reinos de Sicilia y Nápoles.-Córtes de 1423.-Fueros hechos en ellas.-Córtes de 1427.-Greuges presentados.-Muerte secreta inferida al juez de Teruel.-Fueros hechos en esta legislatura.-Compila el Justicia de Aragon los Usos y Observancias del reino.-Córtes de 1429.-Dudosa legislatura de 4430 en Daroca.-Córtes generales de todos los reinos en Monzon, el año 1435.-Fracciónanse las Córtes generales, en virtud de los poderes dados por el rey á su hermano Don Juan rey de Navarra.-Cortes en Alcañiz.-Fueron de las mas célebres de Aragon, por las muchas é importantes leyes que en ellas se hicieron.-Córtes de Zaragoza de 1439.-Niegan las Córtes el servicio de guerra. - Córtes de Alcañiz de 4444 prorogadas á Zaragoza. Subsidios otorgados por esta legislatura.-Numerosos fueros hechos en ella. Actos de estas Córtes.-Dudas sobre la legislatura de 1446 y 1447.-Actos notables de estas Cortes.-Traslacion de las sesiones al edificio construido para la reunion del reino.-Fueros hechos en esta legislatura.Córtes de 4451.-Dudas sobre esta legislatura.-Subsidio condicional al rey.— Trabajos de estas Córtes.-Su intervencion en las cuestiones, entre el rey de Navarra y su hijo el príncipe de Viana.-Notable influencia de la comision de cuarenta miembros nombrada en estas Cortes.

Inmediatamente despues de muerto su padre, ascendió al trono Don Alonso, y acarició la idea de pasar á la pacificacion de Cerdeña, y conseguir de la reina Doña Juana, le adoptase por hijo para suceder en el reino de Nápoles. Verificó su marcha en 1420, dejando nombrada á la reina Doña María, lugarteniente general del reino, con un consejo de prelados, caballeros y otras personas. Mas antes de ausentarse, y re

sentido con el Justicia Juan Jimenez Cerdan, por haber este inhibido, á peticion de los cuatro estados, del baylio general á D. Alvaro de Garavito, le destituyó del justiciazgo, nombrando en su lugar á Berenguer de Bardají. Disgustó al reino esta medida, y aun el teniente primero del Justicia dió á Cerdan cartas inhibitorias, sosteniéndole en el cargo; pero al fin la reina lugarteniente consiguió la renuncia de Cerdan, quedando instalado Bardají, á quien poco despues sucedió Francisco Zarzuela, y á este, Martin Diaz de Aux.

Guerreó Don Alonso en Cerdeña contra los rebeldes, y en Sicilia y Nápoles contra el duque de Anjou; logrando que Doña Juana le adoptase por hijo; pero esta versátil y artificiosa mujer, se burló alternativamente de nuestro rey y del duque, si bien cuando murió en 1435, adoptó al de Anjou por sucesor del trono.

Volvió Don Alonso de su expedicion y celebró varias legislaturas á los aragoneses. Enemistado con Don Juan II rey de Castilla y en casi constante guerra con él, mandó prender al arzobispo de Zaragoza D. Alonso de Argüello y á otros principales personajes, bajo el pretexto de conspiracion en favor del castellano y del condestable D. Alvaro de Luna, ha— ciendo diesen garrote al arzobispo en el monasterio del Cármen, aunque otros suponen fué ahogado en el Ebro. Tambien murió ajusticiado el ciudadano Antonio Marcen.

Ausentóse nuevamente el rey en 1429, á seguir su empresa del reino de Nápoles contra el duque de Anjou, sin volver ya al reino de Aragon, en toda su vida. Con varias alternativas hizo la guerra en Italia, entre ellas la de caer prisionero del duque de Milan con la flor de sus nobles, en un combate naval, el año 1435: desgracia que anunció préviamente la famosa campana de Velilla, agorera hasta entonces de malas nuevas, si bien varió muy pronto de opinion, pues tambien anunció por sí sola, la libertad del rey dada generosamente por el duque de Milan. Al fin despues de veintidos. años de guerra contínua en Italia y catorce de ausencia, lo

gró Don Alonso apoderarse de la ciudad y reino de Nápoles. En Marzo de 1443, celebró Córtes á los napolitanos, pero sin asistencia del estado popular. En ellas fué jurado duque de Calabria, Don Fernando hijo bastardo del rey. Tambien se trató de la administracion de justicia en Nápoles; se arreglaron los tributos por fuegos ó vecinos, y se establecieron las rentas de aduanas y otras gabelas, que se calcularon en cincuenta mil ducados anuales. El Papa Eugenio concedió, despues de algunas dificultades, la investidura del reino de Nápoles á Don Alonso, confirmando la adopcion que de él habia hecho la difunta reina Doña Juana, pero á condicion de que si el rey moria sin hijo legítimo, volveria aquel reino al patrimonio de la Iglesia.

Durante ausencia tan larga del reino, fueron nombrados lugartenientes para regirle, unas veces la reina Doña María, otras y con mas frecuencia el infante Don Juan, rey de Navarra, y tambien los dos al mismo tiempo, de Cataluña la reina, y de Aragon y Valencia Don Juan; dando á uno y otra poderes para reunir las Córtes, cuando las necesidades lo exigian. Las contínuas desavenencias de aragoneses y castellanos: la tenaz lucha entre el rey Don Juan y su hijo Don Cárlos príncipe de Viana; los bandos de Hijar y Lunas, con los Heredias y Bardajís; los Urreas y Pomares, y las diferencias que surgieron en Castilla entre los grandes y el condestable, y entre el rey y el príncipe de Astúrias que trascendian al Aragon, tuvieron agitadísimo este reino, principalmente en las fronteras, á pesar del buen deseo de los monarcas aragonés v castellano para conservar la paz. El reino desaprobaba, así la contínua ausencia del rey, como la injusticia y empresas del lugarteniente rey de Navarra, y las Córtes consiguieron tener gran influencia, por medio de comisiones permanentes destinadas á refrenar algun tanto, los malos instintos del navarro, y haciendo se les entregase para darle libertad, el príncipe de Viana que habia sido prisionero de su padre en una batalla. Los excesos y crímenes llegaron á tal punto, y eran tantos los

malhechores y salteadores que recorrian y devastaban el país, atacando la seguridad individual, la propiedad y la vida de los ciudadanos, que se hizo necesaria la reunion de la hermandad general, para destruir los bandidos y los bandos de caballeros.

Varios acontecimientos notables tuvieron lugar durante este reinado. En 29 de Mayo de 1453 se apoderaron los turcos de Constantinopla, con vergüenza y oprobio de toda la cristiandad, que no acudió en socorro del emperador griego. En 1438 murió en la prision de Brazuelas, donde se hallaba preso por orden del rey de Castilla, Don Fadrique de Luna, que fué uno de los pretendientes de Caspe, y de los que, ya hombre, revolvieron mas en Aragon y Castilla. El 10 de Marzo de 1453, nació en la villa de Sos, el infante Don Fernando, que luego fué Rey Católico, hijo de Don Juan de Navarra y de su esposa Doña Juana.

Don Alonso murió en Nápoles el 27 de Junio de 1458, despues de cumplidos sesenta y cuatro años. En su testamento, dejó por sucesor de los reinos de Sicilia y Nápoles á su hijo Don Fernando, duque de Calábria, y de la corona de Aragon á su hermano Don Juan rey de Navarra y sus descendientes. No mencionó para nada en él, á la reina Doña Maria su mujer, que no le dejó ningun hijo; lo cual abona la opinion de los que aseguran quiso casar en Nápoles con Doña Lucrecia de Alaño, intentando el divorcio ante el Papa Calisto, quien no quiso otorgarlo, enemistándose desde entonces. Además de Don Fernando tuvo otras dos hijas bastardas, Doña María y Doña Leonor, á quienes casó con el marqués de Ferrara, y el príncipe Rosano. Señaló grandes dotes á estas, y mandó se cobrase el importe entre las ciudades de sus reinos; pero como estas hijas no eran de legítimo matrimonio, los aragoneses acudieron al Justicia Ferrer de Lanuza, y este declaró que no debian contribuir; viéndose obligado Don Alonso á respetar este fallo.

Fué general creencia haber presagiado la muerte de Don

Alonso un cometa que apareció pocos dias antes, entre Cancer y Leo. Gran guerrero é ilustrado, se aficionó mucho á Italia; descuidó su corona de Aragon, y causó á esta males. inmensos.

CORTES DE DON ALONSO V.

Las primeras Cortes celebradas en Aragon durante el reinado de este monarca fueron las de 1423 en Maella, convo- 1423. cadas por la reina Doña María, lugarteniente general del reino, durante la primer ausencia de Don Alonso á Córcega. Las últimas anteriores á esta, habian sido las de Zaragoza de 1414, de manera, que pasaron nueve años, sin reunirlas, á pesar de las leyes establecidas para la reunion bienal.

Algunos fueros aparecen hechos en estas Córtes, y además un acto por el que se adoptaban medidas eficaces para asegurar la responsabilidad de los arrendadores, fiadores y partícipes en el arriendo de las rentas públicas.

Los fueros acordados en esta legislatura, disponian, que ningun extranjero pudiese obtener en todo Aragon, prelacía, dignidad, beneficio, oficio, encomienda ó administracion eclesiástica; recogiéndose las bulas que viniesen en contrario. Los prelados ó beneficiados extranjeros que hubiese en el reino, deberian procurar traslaciones ó permutas de sus prelacías ó beneficios, en el término de dos años. Se exceptuaban de esta regla general, el arzobispo á la sazon de Zaragoza, y los comendadores de las Ordenes de San Jaime de Uclés y Calatrava. Encargábase á todos bajo severas penas, la observancia de esta ley. Sin embargo, y preveyendo, que no habria clérigos aragoneses que solicitasen los beneficios con cura de almas de renta menor de cincuenta florines, se facultó á los prelados para poder elegir extranjeros que los sirviesen. Por deferencia sin duda al rey ó á la regente, consintieron las Córtes en que por parte de la corona, se pudiesen nombrar dentro de tres meses precisos, doce extranjeros para beneficios eclesiásticos,

ΤΟΜΟ Υ.

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