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CAPÍTULO VI.

DON JAIME II-Reseña histórica. - Privilegios de poblacion á Zaragocilla.Funda el rey estudios generales en Lérida.-Privilegios y franquezas á la nueva poblacion de Villa Real.-Ordenanza para los barberos de Zaragoza.Deslinde de los reinos de Valencia y Murcia.-Fundacion del Forcall.- Du das sobre la pertenencia del valle de Aran y ordenanzas á sus vecinos.Estadísticas de caballerías de honor.-Reedificacion del castillo del Plá.Estatuto de indivisibilidad de los reinos y condados pertenecientes á la corona de Aragon.-Ordenanzas municipales de Daroca.-Fueros á Alcorisa, Azcon, Senia y Banaguas.-Córtes de Don Jaime II.-Legislaturas de 1291 y 1300.-Leyes hechas en esta última.-Observancias de Salanova. -Disensiones de Don Jaime con los ricos-hombres.-Córtes de 1301.-Contestaciones entre los ricos-hombres y el reino.-Falla el Justicia Mayor, prévio consejo de las Córtes.-Intentan los ricos-hombres suplicar de la sentencia del Justicia. Declárase que de la sentencia de éste no habia apelacion alguna.— Nuevas acusaciones del rey contra los ricos-hombres.-Fállalas el Justicia.Desnaturalízanse muchos ricos-hombres.-Leyes hechas en estas Cortes.Córtes de 1307.-Leyes hechas en ellas.-Córtes de 1311 en Zaragoza.Cortes del mismo año en Daroca.-Duda promovida en ellas por Don Guillen de Moncada.- Resuélvela el Justicia Mayor.- Leyes hechas en estas Córtes.-Córtes de 1320.-Antecedentes de la renuncia de primogenitura del infante Don Jaime.-Es jurado sucesor el segundogénito infante Don Alonso. Córtes de 1325.-Confirmacion y reformas en el Privilegio General.Sanciónase en estas Cortes el principio de representacion para suceder en el trono. Muerte, hijos y bellas cualidades del rey Don Jaime II.

Don Jaime llegó á Zaragoza desde Sicilia, el 17 de Setiembre de 1291, no titulándose rey de Aragon hasta despues de ser coronado, usando solo hasta entonces el de rey de Sicilia. Reunidas las Córtes el 24 de Setiembre del mismo año,

juró y confirmó los privilegios, costumbres y fueros concedidos por sus predecesores, tomando la corona con la misma condicion y protesta que los reyes anteriores Don Pedro y Don Alonso, á saber, ni por la Santa Sede ni contra esta. Ya desde que desembarcó en Barcelona habia tambien protestado que no entendia suceder en el reino por el testamento de su hermano, sino por el derecho de primogenitura y muerte de aquel sin hijos, conforme al testamento del rey su padre. Intentaba salvar con tal protesta su derecho al trono de Sicilia, que su hermano Don Alonso dejaba al infante Don Fadrique, que lo era de ambos.

Próspero y fecundo pareció el principio de este reinado, porque se lograron calmar, con intervencion del rey de Castilla, los bandos de ricos-hombres aragoneses y catalanes, jurando todos concordia, y dándose mútuamente rehenes de no hacerse guerra unos á otros, menos Bernaldo de Sarria Y el almirante, que tenian entre sí odio y particular enemistad hacia muchos años. Firmáronse paces con Don Sancho de Castilla, y se pactó el enlace del aragonés con la infanta Doña Isabel, que no llegó á verificarse, y por último, se asentaron treguas por mar con el rey Carlos de Francia y sus aliados.

No duró mucho la concordia entre Don Jaime y los ricoshombres, acostumbrados siempre á que se cediese á todas sus exigencias, y Don Ximeno de Urrea, D. Artal de Alagon y otros ricos-hombres y caballeros, se manifestaron quejosos y agraviados del rey. Era, como ya hemos dicho, de fuero, que en estos casos, así el rey como los ricos-hombres estuviesen á juicio del Justicia, prévio conocimiento, consejo y declaracion de las Córtes; pero los expresados magnates no se avinieron á este medio propuesto por el rey, y se despidieron en 1292. El ejemplo cundió á otros, pero mas avisados ó no tan tercos como los primeros, se dieron por contentos con el pago de cincuenta mil sueldos que decian les debia el rey, dejando las demás cuestiones á conocimiento del Justicia.

El año 1293 se celebraron vistas en Logroño entre los reyes Don Sancho y Don Jaime, para tratar del matrimonio de este con la infanta Doña Isabel. Acordáronse en efecto, pero no tardó el rey Don Jaime en variar de pensamiento, sin duda porque á ello le apremiaban las exigencias políticas. Deseaba dar paz y tranquilidad á su reino, despues de tantos años de guerra con Francia y alejamiento de la Santa Sede. Manifestóse accesible á negociar, ó parece que él mismo inició las negociaciones, y se llegó en efecto á poder sentar las bases de paz. Segun ellas, Don Jaime habia de casar con la princesa Doña Blanca, hija del rey Don Carlos de Francia, para lo cual el Papa habia de disolver por razones de parentesco, el matrimonio concertado con Doña Isabel de Castilla. Don Jaime debia restituir á la Santa Sede la isla de Sicilia, quedando salvos al rey Carlos, los derechos que sobre ella pudiera tener: se comprometia además á restituir á su tio Don Jaime, el reino de Mallorca é islas adyacentes. El rey de Francia, su hermano y el Papa, se comprometian por su parte á renunciar primero los derechos que el Papa les habia concedido, y la investidura de los reinos de Aragon y Valencia y condado de Barcelona, y el Papa habia de alzar todas las censuras y entredichos pontificios lanzadas y puestos contra las personas de Don Jaime, Don Fadrique y sobre sus reinos, así como contra sus aliados, cómplices y fautores. En compensacion de la renuncia de Don Jaime á los reinos de Sicilia y Mallorca, se le daban las islas de Cerdeña y Córcega, que deberian quitarse á los pisanos. Otras condiciones menos importantes entraron en el pacto, y el tratado se llevó á efecto por parte del rey de Aragon, si bien los sicilianos no le admitieron, y elevaron al trono al infante Don Fadrique el 15 de Enero de 1296 en Catania, por no sujetarse al rey de Francia ni á la Santa Sede.

Reunidas Córtes generales en Barcelona, quedaron confirmadas las paces con la Santa Sede y el rey de Francia, no muy á gusto de algunos, y en consecuencia se levantaron las

TOMO V.

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censuras y el entredicho eclesiástico, que pesaba sobre los reinos de Aragon, y dió el Papa al rey la investidura de Cerdeña y Córcega, para sí y sus descendientes, con varias obligaciones de reconocimiento á la Santa Sede, entre ellas la de pagar dos mil marcos de plata anuales, como censo de reconocimiento.

Convocadas las Córtes en Zaragoza para otorgar al rey el monedaje, y sentenciar algunas causas de ricos-hombres, se batalló terriblemente en Sicilia para hacer entrar á Don Fadrique en el tratado de paz celebrado con Francia y la Santa Sede; pero rechazados aragoneses y franceses por los sicilianos, se celebraron en fin paces con Don Fadrique, quedando reconocido como rey de Sicilia durante su vida, pero sin la Pulla y Calabria, debiendo suceder en el reino despues de su muerte, el rey de Francia.

Extinguióse durante este reinado en Aragon, como en todas partes, la Orden del Temple, no sin que los caballeros dejasen de oponer tenaz resistencia en algunos puntos, como Monzon, Miravet, Cantavieja, Veguería de Osona, Peñíscola y otros. Los bienes de esta Orden se aplicaron en gran parte á la de Montesa, creada por el rey con autorizacion del Papa, otorgando á la nueva las mismas gracias y privilegios que á los caballeros de Calatrava, y siendo elegido primer maestre Guillen de Eril. Tambien por entonces instituyó el rey de Portugal la Orden de Cristo, dotándola con los bienes de los templarios.

Sosegadas algunas turbulencias entre los ricos-hombres D. Artal de Alagon y D. Ximeno Cornel, que traian alterado todo el reino, acaeció el extraño caso de haber renunciado la primogenitura para suceder en el reino el infante Don Jaime, traspasando su derecho al segundogénito Don Alonso, quien fué jurado sucesor en las Córtes de 1319.

Por muerte de la reina Doña Blanca casó segunda vez el rey Don Jaime con Doña María, hija del rey de Chipre, y habiendo fallecido en Marzo de 1319, casó tercera vez, á fines

de 1322, con Doña Elisa de Moncada, rica-hembra de Cataluña. Para llevar á efecto el tratado de paz hecho por Don Jaime con el Papa y la Francia, respecto á la union de Cerdeñal al reino de Aragon, y arrojar de ella á los pisanos, preparó el rey la expedicion de Cerdeña, y conseguidos recursos de los aragoneses y catalanes, pasó el infante Don Alonso á la referida isla, y tras una campaña en que perecieron varios ricoshombres catalanes y aragoneses, quedó conquistada Cerdeña para el reino de Aragon, despues de estar en poder de pisa nos mas de trescientos años, reconociendo Pisa vasallaje al rey de Aragon. Para esta empresa, el infante Don Alonso perpetró un atentado que pudo comprometer el éxito, cual fué apoderarse á viva fuerza del dinero que habian recogido los colectores del Papa cuando lo llevaban á Roma, y que ascendia á unos doscientos mil florines de oro. Su padre el rey de Aragon se excusó como pudo con el Papa, diciendo le era necesaria aquella suma para el objeto indicado, y ofreciendo devolverla.

Por los años 1318 erigió el Pontífice en metrópoli la iglesia de Zaragoza, separándola de la de Tarragona, de donde hasta entonces habia dependido, y le dió por sufragáneas las de Huesca, Tarazona, Pamplona, Calahorra, y mas tarde, por bula de 14 de Julio del mismo año, la de Albarracin. Nombró por entonces el Papa arzobispo de Toledo al infante Don Pedro de Luna, quien tuvo la imprecaucion de llevar la cruz levantada delante de sí por Zaragoza. El arzobispo recien nombrado llevó muy á mal este hecho, que consideraba desacato, y excomulgó al de Toledo, sin atender á su cualidad de hijo del rey. Este acontecimiento causó grandes disgustos á Don Jaime, porque el arzobispo de Zaragoza no cedió hasta que interviniendo el Papa, arregló convenientemente la diferencia.

Fallecido sin hijos por Setiembre de 1324 Don Sancho rey de Mallorca, nombró por sucesor en este reino á su sobrino Don Jaime, hijo del infante Don Fernando, y en caso de

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