circunstancias, en celebridad del enlace de estos augustos personajes; enlace que se publicó por el correspondiente decreto. Sin embargo, ni el pais ni el ejército consideraron oportuno semejante matrimonio, en la situación en que se hallaba D. Cárlos; ni tampoco el viaje de la princesa al pais tea-➡ tro de la guerra.

1'2 En cuanto a la venida de D. Carlos Luis, no habia el menor motivo para que desagradase ni sorprendiese; antes bien tal suceso pareció muy natural, sobre todo á los que conocen que los principes en estos tiempos menos que nunca pue» den dispensarse de recibir una éducacion militar No es esto decir, que el augusto jóven, hubiese dé tomar parte en la lucha vasco-navarra; cuando, antes bien, es altamente recomendable su conduc+ ta por haberse abstenido de mezclarse activamenle en aquella desastrosa contienda, reservándose asi para el porvenir, libre de animosidad respecto del uno y el otro de los partidos beligerantes. Unicamente queremos espresar, que la presentacion del príncipe primogénito, en las Provincias, se consideró muy oportuna, para que se habituase á las privaciones consiguientes á una situacion de campaña, en dias en que los mas altos personages deben prepararse para súfrir trabajos y penalida+ des de que en época menos agitada podian tenerse por exentos.

D. Carlos Luis Maria de Borbon y de Braganza,

nació en Madrid á 31 de enero de. 4818(*). En cuanto a sus disposiciones, á su educacion y á su indole, nos atendremos aqui á lo que consigna el apreciable autor del libro poco há dado á luz en esta corte bajo el título de Historia de la vida pública y privada del Sr. D. Carlos Luis de Borbon y de Braganza, del cual estractamos los pasages si→' guientes: «Heredó el talento claro y despejado de su madre; y con él bizo rápidos progresos en los estudios. Aprendió el latin; examinó la filosofía; se instruyó en algunas lenguas (hoy posee cinco idiomas ademas del nativo); y tomó nociones de mecánica, fisica é historia.-Levantábase temprano: y despues de saludar á sus padres, era su primer cuidado, no interrumpido hasta su ausencia de España, et dirijirse al aposento del rey su tio, á felicitarle per la buena noche pasada, ó sentir con él los disgustos que pudiera haber comunicado á Fernando una noche de malestar, de enfermedad ó de insomnio.

«Los actos relijiosos á que D. Carlos Luis se entregaba.... eran.... aquellos que son propios de un buen cristiano.... Oia misa diariamente, y rezaba el rosario por la tarde con sus hermanos.... llevando la voz su maestro el Padre Puyal, hombre sábio y bellísimo sugeto, general entonces en España de la Compañía de Jesus.-Comia poco, como su padre.... y se privaba facilmente de las mejo

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s, para que de ellas disfrutasen sus her ó sus amigos. Sus juegos eran siempre s.→Por los demas, era cariñoso hasta fa generoso hasta la magnificencia, familiara esceso. Almorzaba con sus hermanos; y è entregába á sus maestros. Algunas horas etante salia á paseo, generalmente en union adre y sus hermanos y siempre que no pedia aquella señora, á quien respetaba y hasta el estremo montaba á caballo, has en equitacion difíciles ejercicios; o se ená la caza, que era uno de sus recreos fa

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scritor refiere algunos hechos que pruebuen carácter del príncipe, relativos á sus veniles; entre los cuales transcribiremos e ofrece especial interés, y es como sigue: rapidez con que ona tarde marchaba el coque D. Carlos Luis iba a paseo con sus hermaestro, atravesando como una exhala camino de la Florida, no le impidió descu→ na pobre madre que, muerta de cansancio, a y cubierta de miseria, llevaba en sus un niño estenuado y seco. Agitose inmedia e el príncipe; y arrojándose á la portezuela, ó á mirar, desgarrado el corazon, tanta des El cochero paró de repente...-Quién eres? Carlos Luis á la desgraciada.-Una pobre, de un militar, enfermo en el hospital.

Dónde sirvió?- En la guerra de la Independencia....-Despues, como buscando una cosa de valor para socorrer à la infortunada, dirijió su mano à un rico solitario, que adornaba uno de sus dedos. Señor, dijo respetuosamente el padre Puyal... aqui tiene dinero V. A.; D. Carlos Luis lomó el bolsillo que se le alargaba, y lo arrojó lleno de gozo á los pies de aquella infeliz...........».

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«Semejantes testimonios, dice el citado autor. de humanidad y de ternura, ha dado siempre en sus primeros años. Estos sentimientos dominan todavía en su corazon. Jamás ha esperimentado ódio ni rencor. Su perdon ha estado siempre pronto à espresarse despues de las ofensas recibidas....>>

Muy jóven era este príncipe cuando comenzó á sentir las acerbas vicisitudes que cupieron en suerte a su familia. En 1823 se hallaba en Cádiz, prisionero, como el rey y como él, espuesto tal vez á ser victima de una atroz venganza. Despues de algunos años tranquilos, dedicados á las ocupaciones y ejercicios que van reseñados, ocurrió en 1833 el desagradable viaje de sus augustos padres à Portugal, de que en otro lugar hemos dado nOticia: ocurrieron las tremendas pruebas á que se vió sometida su familia, en la patria de su madre; prueba que este principe soportó con un vigor y una firmeza superiores á su edad: ocurrió la marcha á Inglaterra; luego la triste despedida de su padre para las provincias Vascongadas, en que el jó