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el contacto de los pueblos conquistados y conquistadores, aliados y enemigos. Pero si es un gran mérito filial, como lo es á nuestros ojos, la conservacion cariñosa de las raices ó voces matrices, supuesta la necesaria y aun oportuna reforma de la sintáxis, en Aragon hay por qué envanecerse en este punto, pues son muchas las voces provinciales que derivan inmediatamente del idioma del Lacio (71).

Unas han conservado toda su estructura latina, como lumen-domus, articulata, calendata, portata, testificata, exhibita, cancelata, extracta, intramarino, ultramarino, cisterno, forideclinatorio, paciscente, y bonavero que, aunque tiene por su terminacion aire español, procede de la frase antigua Bona vero quæ demandantur sunt hæc, y espresa hoy como entonces la lista de los bienes á que se refiere la demanda. Otras son idénticas, ó no han variado sino la desinencia ó la ortografia, como ápoca, apoticario, ordio, cicures, brisa, ligona, uva, lucidario, sansa, comanda, excrex, convenido, pigre y motilar. Otras, aunque un poco mas desemejantes, conservan muy visible su procedencia, como cuaderna, adimplemento, la Seo, coda, falenciales, oleaza, túberas, femo, macelo, farinetas, batifulla, fabear, zaborra y fabolines. Otras, en fin, aunque no de tan incuestionable etimologia, la tienen bastante lógica, y desde luego mucho menos violenta de que suelen buscarla muchos etimólogos, á quienes, por lo mismo de no poseer nosotros su caudal, no los imitaremos

lo

(71) Algunas son á la vez griegas, pero lo verosimil es que, pues eran ya caudal de la lengua latina, se tomasen de esta y no de aquella, tales son apoticario, boalar, falordia, taca, tajo, tata y algunas mas; siendo puramente griegas muy pocas, como brasmar, cameña, masia, pantasma, y segun un muy competente helenista, caloyo y aturar, si bien esta última es de orígen árabe en opinion del sabio Marina, y del indurare latino segun la primora nero no las últimas ediciones de la Academia

ciertamente en disiparlo: tales son gela, gitar y jetar, de getare (y no de jacere, como otros suponen); besque de viscus; fajo (y aun fascal) de fax, origen de haz, hacinar ect.; huebra derivado de opera, que debió pasar por opra, obra y uebra, acabando por recibir entre nosotros un sentido genérico ó trópico; aturar que Rosal (72) deriva de obturare; emberar acaso de ver, primavera, por empezar á colorear entonces algunas frutas, como se dice agostar al marchitarse de las plantas; exárico de exaro; concieto, de conceptus deseo concebido; muñido de monere, avisar, citar, obligar à comparecer; vellutero, de vellus, lana; trincar, de trincare, silvar, beber, dar muestras de recocijo; encante de in cantu; amosta, de amba manu hausta, segun Monlau; tastar de lactus; mueso, de morsus; vencejo de vinculus; rufo, tal vez de rufus, rubio; teruelo acaso de textula, tejuela con que en lo antiguo se votaba; caritatero, probablemente de charitas, á juzgar por el objeto de aquel cargo que suponemos equivalente al de limosnero; baste, quizá de bastaga, transporte, ó de basterna, litera; calamonar, no muy estraño á calamenthum yerba; bando, que puede provenir de pando, siendo tan conformes las dos letras labiales en que se diferencian ambas voces;

(72) El Dr. Francisco del Rosal, médico, naciò en Córdoba, estudió en Salamanca y escribió varias obras entre ellas Origen y etimologia de la lengua castellana que dividió en cuatro alfabetos, el 1.o de vocablos castellanos, el 2.o de nombres propios de lugares y personas, el 3.o de refranes y fórmulas y el 4.0 Razón y causa de algunas costumbres y opiniones recibidas. La licencia para imprimir esta obra se expidió por diez años en 26 de octubre de 1601, pero no habiéndose impreso la obra, el autor pudo añadirla con los datos de la de Aldrete 1606 y la de Cobarrubias 1610. Fr. Miguel Zurita, cronista general de agustinos recoletos y Académico correspondiente de la de la Historia, emprendió, con destino á esta corporacion sabia, la copia de los Alfabetos y la biografia de Rosal, en cuyo trabajo, que hoy guarda inédito la Academia, le alentaron Campomanes, Bayer, Masdeu, Abad y Lasierra, Rodriguez de Castro y D. Benito Gayoso.

luquele, á luce como dice Rosal, aunque esa palabra no la incluye la Academia como aragonesa sino como castellana.

Otra de las mas copiosas fuentes de donde el idioma español ha tomado un gran número de palabras, es la lengua árabe que, correspondiendo á una civilizacion muy adelantada sobre todas las de Europa, hubo de forzarnos á admitir, con sus raros conocimientos en las ciencias y artes, las voces que servian á desarrollarlos. No se habló en Aragon aquel idioma como en otras provincias, y es que tampoco no fué tan larga la dominacion árabe, reconquistada Zaragoza en 1188 y Valencia (por D. Jaime) en 1238; pero fuélo todavia lo bastante para imprimirnos su influencia; y sobre todo nos impusieron los árabes en adelante, aun despues de sometidos, ese suave yugo que, por lo mismo de no ser impuest o á la violencia sino en el seno de la paz, es, no solo mas duradero, pero aun tan honroso á los conquistados como á los conquistadores. Todavia subsisten, sobre todo en Valencia, pero tambien en Aragon y aun en Navarra, y claro es que en muchos otros puntos de España aun sin contar la Andalucia, prácticas agrícolas, costumbres indelebles, restos, del trage calles y barrios, y principalmente muchos vocablos de la lengua árabe con que la nuestra ha venido á enriquecerse.

Sobre las voces que son generales á toda España, y que Marina enumera cuidadosamente hasta formar un catálogo. de cerca de mil quinientas, si bien algunas de orígen griego ú oriental pero siempre transmitidas á nosotros por los árabes, tiene Aragon otras propias de las cuales citaremos ajada, ajadon, alamin, alberge, albaran, alcohol, alfarda, algorin, almenara, almud, almudí, amelgar, antibo (de anteba,

hincharse), arcaz, arguello, arna, aturar (73), badal, bailio, barreño, bocal, boto, bucarán, eraje, gaya, gafete, jauto, jebe, jeto, jimenzar, lapo, márfega, márraga, mossen, rafalla, rafe, sirga y zafran; á las cuales no dudamos en agregar las investigadas á ruego nuestro por un competente amigo nuestro (74), de entre los cuales son incuestionablemente árabes, segun sus informes razonados, alguaza, alquinio, antosta, badina, bahurrero, cabidar, capleta, charada, fardacho, fizon, maigar, tabarda, tria, zaborra y zalear; muy verosímiles alfarrazar, alacet, arcen, buega, cija, libon, y liza, y algun tanto dudosas abollon, aribol, batueco, bistreta, boira, caramullo, cibiaca, cocon, cospillo, cudujon, fejudo, fres, güellas, jasco, lillas, pardina y pocho.

En cuanto á la influencia provenzal, con decir que se sintió mas o menos aun en Castilla, no puede sorprender que en Aragon fuese estraordinaria, y lo admirable es, pero no menos cierto, que aqui no resultase un dialecto como el catalán ó valenciano, y que alcanzára á conservarse el idioma español, nacido como en Castilla pero independientemente de Castilla, y perfeccionado lentamente no sin alguna intervencion castellana, pero desde luego con mas y mejores aunque no muy aprovechados elementos. Haciendo fondo comun de las voces puramente lemosinas y de las catalanas, tenemos, principalmente de estas, un buen número, siéndonos perfectamente comunes amosta, baga, banova, barral, botiga, braga, bresca, corcar, embafar, empentar, escalfeta,

(73) Asi como axobar, que segun el mismo Marina en su posterior y eruditisimo Ensayo histórico critico sobre la legislacion antigua, se escribe ajovar en los Usages de Barcelona y assuvar en el fuero de Alcalà que es quien conservó en su integridad la etimologia árabe.

(74) D. Mariano Viscasillas, persona que en sus pocos años posee conocimientos no comunes en los idiomas sabios v orientales.

escalibar esclafar, esgarrifarse, falca, fuma, gallofa, garba, garraspa, ginjol, gosar, greuge, madrilla, mas, máscara, porguesas, pudor, purna, quera, á ran, sırga, taca, tastar, tongada, trena, trucar, veguero, veta y, segun puede verse en Raynouard (75), adobar, aturar, borda,getar, rosigar, tetar y alguna otra; asi como tambien son comunes al aragonés y al catalan, aunque aquel les ha dado desinencia ó pronunciacion castellanas, ajordar, calage, calibo, fitero, guito, manifacero, masobero, tinelo, trespontin etc. y lo son tambien, ó por su raizó por su semejanza, argadillo, cuquera, espenjador, fosqueta, garrampa, milocha y alguna otra.

Algunas de estas palabras pertenecen tambien á los otros idiomas neo-latinos, no siendo fácil decidir si fueron elaboradas á un mismo tiempo, ni en caso contrario de qué parte estuvo la precedencia; pero de todos modos es lo cierto que tastar, por ejemplo, es comun á los idiomas aragonés, catalán, francés è italiano, que botiga, y gingol, traspontin y aun falordia lo son á los tres primeros, que fuina, muir, taca y aun escalfeta lo son al aragonés, al catalán y al italiano. En cuanto a las semejanzas del aragonés con el francés ó el italiano pueden citarse, respecto á este, gratar, chemecar, falaguera (de follegrare), y aun badal y picota; y respecto á aquel acoplar, aguaitar (de guetter), alberge, argent, becardon, chapelete, empachar, esparvel (de épervier), fuina, guipar (de gûepe abispa), manchar, mazonero, niquitoso (de nique mueca), plan

(75 En su Lexique roman, Paris 1836 á 1844, seis volùmenes, el primero de los cuales contiene, despues de unas Investigaciones filosóficas, una Grammaire romaine y varias poesias provenzales, los siguientes un Dictionnaire de la langue des troubadours comparee avec les autres langues de Europe latine, y el último un vocabulario alfabético de las mismas voces, para poder encontrar las del diccionario de autoridades que se encuentran calificadas por familias.

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