El traductor español: or, A new and practical system for translating the Spanish language

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F. Lucas, Jr., 1826 - 225 páginas

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Página 71 - Eran en aquella santa edad todas las cosas comunes: a nadie le era necesario para alcanzar su ordinario sustento tomar otro trabajo que alzar la mano y alcanzarle de las robustas encinas, que liberalmente les estaban convidando con su dulce y sazonado fruto.
Página 104 - Y aquel dolor que siente Con diferencia tanta Por la dulce garganta Despide, ya su canto el aire suena, Y la callada noche no refrena Su lamentable oficio y sus querellas...
Página 72 - Entonces sí que andaban las simples y hermosas zagalejas de valle en valle y de otero en otero, en trenza y en cabello, sin más vestidos de aquellos que eran menester para cubrir honestamente lo que la honestidad quiere y ha querido siempre que se cubra...
Página 71 - Dichosa edad y siglos dichosos aquellos a quien los antiguos pusieron nombre de dorados, y no porque en ellos el oro, que en esta nuestra edad de hierro tanto se estima, se alcanzase en aquella venturosa sin fatiga alguna, sino porque entonces los que en ella vivían ignoraban estas dos palabras de tuyo y mío.
Página 58 - Salvador, ántes que venga este dia , habrá señales en el sol y en la luna , y en las estrellas , y finalmente en todas las criaturas del cielo y de la tierra ; porque todas ellas sentirán su fin ántes que fenezcan , y se estremecerán y comenzarán á caer , ántes que caigan.
Página 68 - Cierran y ocupan el espacio que entre ciprés y ciprés se hace, mil olorosos rosales y suaves jazmines, tan juntos y entretejidos, como suelen estar en los vallados de las guardadas viñas las espinosas zarzas, y puntosas cambroneras. De trecho en trecho...
Página 72 - Todo era paz entonces, todo amistad, todo concordia; aún no se había atrevido la pesada reja del corvo arado a abrir ni visitar las entrañas piadosas de nuestra primera madre, que ella, sin ser forzada, ofrecía, por todas las partes de su fértil y espacioso seno, lo que pudiese hartar, sustentar y deleitar a los hijos que entonces la poseían.
Página 71 - ... los dedos, gordos, y las uñas, hembras y remachadas; las piernas no se le parecían, pero los pies eran descomunales, de anchos y juanetudos. En efecto, él representaba el más rústico y disforme bárbaro del mundo.
Página 93 - Herodoto puso la pluma en la mano para escribir sentenciosamente las Guerras del Peloponeso. » Aquel de profundo semblante es Polibio , que en cuarenta libros escribió las historias romanas , de los cuales solamente han quedado cinco, á...
Página 72 - No había la fraude, el engaño ni la malicia mezcládose con la verdad y llaneza. La justicia se estaba en sus propios términos, sin que la osasen turbar ni ofender los del favor y los del interese, que tanto ahora la menoscaban, turban y persiguen.

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