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Cap. LXVI. Del replicato fecho
por el Rey de Navarra, é Con-
destable é Conde de Castro al
requerimiento á ellos fecho por
el Conde de Haro sobre lo de
las ligas.
Cap. LXVII. Del segundo repli-
cato fecho por el Conde de Haro
al replicato fecho por el Conde
de Castro sobre lo de las ligas.
Cap. LXVIII. Del segundo repli-
cato fecho por el Conde de Cas-
tro al replicato á él fecho por el
Conde de Haro sobre lo de las
ligas.
Cap. LXIX. Del tercero replicato
fecho por el Conde de Haro al
replicato á él fecho por el Rey
de Navarra, é Condestable é
Conde de Castro sobre lo de las
ligas.
Cap. LXX. En que se contiene lo
que el Rey mandó al Conde de
Haro é al Doctor Periañez, que
fablassen como de suyo al Al-
mirante, é al Conde de Bena-
vente é al Adelantado.
Cap. LXXI. De lo que el Conde
de Haro é el Doctor Perianez
despues desto fablaron con el Al-
mirante é con el Conde de Be-
navente, assi sobre las equiva-
lencias, como sobre otros pun-
tos, porque la concordia cessa-
ba. E como el Rey, é el Rey de
Navarra é el Condestable se par-
tieron de Tordesillas para Me-
dina.
Ibid.

Cap. LXXII. De las cosas que des-
pues que el Rey llegó á Medina
del Campo acontecieron : é como
por cabsa dellas envió llamar al
Conde de Haro, é el Con-
de fué.
Cap. LXXIII. En que se contiene
la carta, que el Rey envió al Con-
de, de Medina del Campo.
Cap. LXXIV. De los capítulos,
que acordaron los Procuradores

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entre el Rey é el Rey de Navarra en Medina. Cap. LXXV. De la manera, que se tovo en la partida del Rey de Medina para Tordesillas. Cap. LXXVI. Por que venido el Rey á Tordesillas, non se pudo fablar en los presentes negocios. E como vino alli la Reyna, é se acordó la ida del Rey á Cas

tronuño.

Cap. LXXVII. De la fabla que el Conde fizo al Rey, quando determinó la partida para Castronuño, poniendola en obra. Cap. LXXVIII. En que se contiene la carta que el Rey dió, aprobando ser complidamente guardado el Seguro por el Conde de Haro dado en Tordesillas. E como los Oficiales de Tordesillas é Simancas tomaron los lugares.

Cap. LXXIX. Como despues de llegado el Rey á Castronuño, vino el Condestable, é se concertó la vista entre él, é el Almirante, é el Adelantado Pedro Manrique é el Conde de Benavente só el Seguro del Conde de Haro.

Cap. LXXX. En que se contiene el Seguro, que el Conde dió para las vistas de Villafranca entre el Condestable, é el Almirante, é el Conde de Benavente é el Adelantado Pedro Manrique, incorporado en él el poder, que para ello el Rey le dió.

Cap. LXXXI. Como se apuntó en la salida del Condestable é en las equivalencias del Rey de Navarra é Infante. Cap. LXXXII. Como se concluyeron las equivalencias del Rey de Navarra é del Infante: é del consejo que el Conde de Haro sobre ello dió.

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Ibid.

Cap.

Cap. LXXXIII. Como despachadas las amistanza é Seguridad por el Condestable pedidas, é la Seguridad, que él avia de fascer de non entrar en la Corte, se partió della. Cap. LXXXIV. Como el Rey

III

mandó al Conde de Haro derramar la gente é que fuesse con él é lo que el Conde respondió. E como despues, que algun tiempo estovo con su merced se partió para su

tierra,

ibid.

ESCRIPTA POR FERNANDO DEL PULGAR,

CHRONISTA DE LOS REYES CATOLICOS

DON FERNANDO Y DOÑA ISABEL,

D

EN SUS CLAROS VARONES.

On Pero Fernandez de Velasco Conde de Haro, fijo de Don Juan de Velasco é nieto de Don Pero Fernandez de Velasco, fué ome de mediana estatura: tenia las cervices torcidas, é los ojos un poco vizcos. Era de linage noble é antiguo. Fallasse por las Corónicas que él, é su padre é abuelos fueron Camareros mayores de los Reyes de Castilla successivamente por espacio de ciento é veinte años. Era ome agudo, de buen entendimiento. Vivió en los tiempos del Rey Don Juan el II. é del Rey Don Enrique IV. su fijo. En su juventud la edad lo

é non aun madura nin experimentada en los inconvenientes, que acaescen en la vida, le indució, que se juntasse en parcialidades con otros Grandes del Reyno sus parientes, é repugnásse la voluntad é aficion grande, que el Rey Don Juan mostraba en obras é en palabras á algunos privados: é por esta cabsa estovo algun tiempo en la indignacion del Rey é padeció algunos infortunios. E como acaesce algunas veces, que las adversidades dan al ome mejor doctrina, para ser cauto, que las prosperidades, para ser templado, este Caballero despertó en la adversidad su buen entendimiento, é conoció, como dende en adelante viviesse con mas seguridad é menos peligro. Fablaba con buena gracia é con tales razones traidas á propósito, que todos avian plascer de le oir. Era temeroso de Dios, é ome de verdad é inclinado á justicia. La qual como sea dividida en partes: una de las quales se disce legal, porque es instituida por ley: otra igual, porque la razon natural nos mánda seguir, puedese por cierto creer deste Caballero , que nin fallesció en lo que manda la razon natural, nin era transgressor de lo escripto por ley. Antes fué un tan gran zelador de la justicia, que non se puede descir otro en sus tiempos, que con tan gran estudio la mirasse, nin con mejor diligencia é moderacion la compliesse é executasse. E esta verdad mostró bien en la gobernación de sus villas, é lugares é otras muchas tierras,

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paz,

que ovo en administracion. Porque allende del derecho, que igualmente fascia guardar de unos é otros, dió tal forma en sus tierras, que los ministros, que ponia en la justicia dellas, eran obligados de pagar todo el robo, que en el campo se fisciesse á los moradores ó á otra qualquier persona, que passasse por ellas, ó dar el mal fechor, que lo oviesse fecho, ó perseguirlo fasta lo aver ó dar razon donde fuesse receptado ó defendido. E luego, que sabía el lugar donde estaba, fascía tales diligencias, que avia el mal fechor, é fascía justicia dél: ó apremiaba en tal manera al que lo receptaba, que le fascía restituir el robo, é el robado quedaba satisfecho. E con esta diligencia, que tenia en la justicia, sus tierras eran bien guardadas, é florescian entre todas las otras comarcanas. Tenia tierras vecinas á las montañas: é como quier que junto en parentela con algunos de los Caballeros dellas; pero conoscida la gente ser turbulenta, é presta al rigor, con tal prudencia los supo tratar, que en su tiempo non alcanzó parte de algunos males, que de sus dissensiones les vinieron; porque era varon inclinado á la é enemigo de discordia é gran zelador del bien público: en la gobernacion del qual le plascía gastar el tiempo y el trabajo. Loan los Historiadores á Bruto Cónsul Romano, que mató sus fijos; porque contra el bien público de Roma, trataban de reducir al Rey Tarquino: é discen, que la gran codicia de loor venció el amor natural é alega Virgilio, que fué caso infelice: é si infelice, non sé cómo la infelicidad debe ser loada, ni qué loor puede conseguir aquel, que repugna la natura é contraría la razon. Podemos bien creer, que este Cónsul, si lo fizo con ira, fué mal : é si con deliberacion, peor; porque de muchos Gobernadores Castellanos leemos, que non matando sus fijos, mas templando sus passiones, supieron muy bien gobernar sus tierras é provincias. E este noble Conde, non señoreado de ambicion por aver fama en esta vida, mas señoreando la tentacion, por aver gloria en la otra, gobernó la república tan rectamente, que ovo el premio, que suele dar la verdadera virtud. La qual, conoscida en él, alcanzó tener tanto credito é autoridad, que, si alguna grande é señalada confianza se avia de fascer en el Reyno, quier de personas, quier de fortalezas ó de otra cosa de qualquier calidad, siempre se confiaba dél. E en algunas diferencias, que el Rey Don Juan ovo con el Rey de Navarra é con el Infante Don Enrique sus primos, é en algunos otros debates é controversias, que los Grandes del Reyno ovieron unos con otros, si para se pacificar, era necessario, que los de la una parte é de la otra se juntassen en algun lugar, para platicar en las diferencias, que tenian, siempre se confiaba la Salvaguarda del tal lugar, dó se jun

ta

taban, á este Caballero: é la una parte é la otra confiaban sus personas de su fé é palabra: é muchas veces se remetian á su arbitrio é parescer. Fué assi mesmo ome, que por ganar honra, desseaba fascer cosas magníficas: é seguiendo esta su condicion, juntó muchas veces gran copia de gente de su casa, assi para la guerra contra los Moros, como para servir al Rey é sostener el estado é preeminencia Real en las diferencias é guerras, que en el Reyno acaescieron. E esto fizo en lugares é tiempos tan necessarios, que como quier que sufrió grandes miedos é se puso á muchos discrimenes é aventuras; pero al fin destos trabajos ganó grand honra é reputacion : é su casa, por respecto de sus servicios fué acrescentada. Queria levar las cosas por orden, é que no saliessen punto de la razon. E esta condicion le fascia mirar tanto en los negocios, é poner tales dubdas é inconvenientes, que tarde é con gran dificultad se determinaba á las fascer. Verdad es, que ser tardio ó súbito en la determinacion de las cosas, son dos extremos, que se deben fuir. Tambien es cierto, que rescibe alguna pena el que delibera, en delibrar tarde, é el que le espera, en esperar mucho; pero por la mayor parte vemos mas é mayores inconvenientes en la persona é fechos de aquel que delibera súbito, que en el que es grave é tardio en sus movimientos. Porque si por deliberar tarde, se pierde alguna vez el bien, que se podia aver: por determinar presto, vimos perder muchas veces el bien avido, é acarrear tales mudanzas, é variedades é aun vanidades, que afean la persona è pierden la honra. Era desseoso, como todos los omes, de aver bienes é supolos adquerir, é acrescentar é muy bien conservar. Era assimesmo reglado en sus gastos continuos: é con tanta diligencia miraba á quien avia de dar, é cómo é por qué le daba, que algunas veces fallescia en la virtud de la liberalidad. Era ome esencial, é non curaba de aparencias, nin fascía muestras de lo que tenia nin de lo que fascía. Aprendió letras latinas, é dabase al estudio de Corónicas, é á saber fechos passados. Plasciale assimesmo la comunicacion de personas religiosas é de omes sabios, con los quales comunicaba sus cosas. Al fin, veyendose en los dias de la vejez, porque ovo verdadero conocimiento de los gozos falsos é miserias verdaderas, que este Mundo dá á los que en él están envueltos; apartóse dél, é puso fin á todas las cosas mundanas é encomendó su casa é toda su gente de armas á su fijo mayor. E fundó en la su villa de Medina de Pomar un Monesterio de Monjas de la Orden de Santa Clara, é un Hospital para pobres : é dotólos de lo necessario. E alli de su voluntad se retraxo antes que muriesse, por espacio de diez años. E como quier, que fué requerido algunas veces por el Rey, é por otros grandes señores sus

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