ObrasEdiciones de "La Lectura,", 1911 - 281 páginas |
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Página xvii
... Gnido , Canc . V ; Ma- rio Galeota , soneto XXXIII ; D. Fernando de Guzmán , hermano del poeta , soneto XVI ; Julio César , poeta napo- litano , soneto XIX ; D. Alonso de Avalos , Marqués del Vasto , soneto XXI ; D. María de Cardona ...
... Gnido , Canc . V ; Ma- rio Galeota , soneto XXXIII ; D. Fernando de Guzmán , hermano del poeta , soneto XVI ; Julio César , poeta napo- litano , soneto XIX ; D. Alonso de Avalos , Marqués del Vasto , soneto XXI ; D. María de Cardona ...
Página 197
... Gnido -D . Catalina San Severino , hermana del Príncipe de Bisignano y viuda del Duque de Traggeto para persua- dirla á ser menos esquiva con Mario Galeota , su cortejan- te , gran amigo del poeta . Hay otras opiniones , como se verá en ...
... Gnido -D . Catalina San Severino , hermana del Príncipe de Bisignano y viuda del Duque de Traggeto para persua- dirla á ser menos esquiva con Mario Galeota , su cortejan- te , gran amigo del poeta . Hay otras opiniones , como se verá en ...
Página 198
... Gnido , que es como una parte donde se ayuntan los caballeros . Allí había muchas damas , entre las cuales una , llamada Violante Sant Severino , hija del Duque de Soma , era servida de un amigo de Garcilaso llamado Fabio Ga- leota ...
... Gnido , que es como una parte donde se ayuntan los caballeros . Allí había muchas damas , entre las cuales una , llamada Violante Sant Severino , hija del Duque de Soma , era servida de un amigo de Garcilaso llamado Fabio Ga- leota ...
Página 200
... versos se deduce que el cortejante de la Flor de Gnido era poeta ; y , al efecto , dice el Brocense , nota 43 , que " entre las rimas de diversos poetas hay una 55 55 que con llanto abundante hacen bañar el rostro 200 GARCILASO.
... versos se deduce que el cortejante de la Flor de Gnido era poeta ; y , al efecto , dice el Brocense , nota 43 , que " entre las rimas de diversos poetas hay una 55 55 que con llanto abundante hacen bañar el rostro 200 GARCILASO.
Página 222
... en estos versos el prodigio del amoroso llanto de Orfeo , por manera semejante á como se lee en las dos primeras liras de la Canción A la Flor de Gnido . XVI No las francesas armas odiosas , en contra puestas 222 GARCILASO.
... en estos versos el prodigio del amoroso llanto de Orfeo , por manera semejante á como se lee en las dos primeras liras de la Canción A la Flor de Gnido . XVI No las francesas armas odiosas , en contra puestas 222 GARCILASO.
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Términos y frases comunes
acaso acidente agora agua ALBANIO alegría alma amigo amor antiguos Antología Apolo aquesta Azara Barahona de Soto blanco Boscán Brocense cabellos CAMILA camino Canc Canción canto castellano cielo cilaso clara corazón Cortesano dama Danubio daño decir dejó dellas desto dice dolor Driades dulce Duque de Alba dura Egloga Elisa Emperador escucha escura esecutivo espanta estaba estoy estraña Eurídice fáb Fernando fiero fuerza Garcilaso gente Gnido halla hermosa Herrera hora Hurtado italiano Júpiter lágrimas latino lengua llanto llorando luego Luis Barahona Madrid mano Menéndez y Pelayo Metam mirando monte morir mostraba muerte mundo murió Musas Nápoles Navarrete NEMOROSO ninfa ojos ondas Ovidio pág págs parece paso pastores pecho Pedro de Toledo pensamiento perdido Petrarca poeta Procné pudiera pura quejas quiere Ratisbona ribera Rodríguez Marín SALICIO Salid sin duelo siento sinéresis soneto Tamayo Tereo tierno tierra Toledo tornar triste Túnez Vega venido Versos cortos viento zampoña
Pasajes populares
Página 219 - ... y en tanto que el cabello, que en la vena del oro se escogió, con vuelo presto por el hermoso cuello blanco, enhiesto, el viento mueve, esparce y desordena, coged de vuestra alegre primavera el dulce fruto, antes que el tiempo airado cubra de nieve la hermosa cumbre.
Página 205 - Oh dulces prendas, por mi mal halladas, dulces y alegres cuando Dios quería! Juntas estáis en la memoria mía, y con ella en mi muerte conjuradas.
Página 5 - ¡trocara mi ventura! Salid sin duelo, lágrimas, corriendo. ¿Cómo te vine en tanto menosprecio? ¿Cómo te fui tan presto aborrecible? ¿Cómo te faltó en mí el conocimiento? Si no tuvieras condición terrible, siempre fuera tenido de ti en precio, y no viera de ti este apartamiento. ¿No sabes que sin cuento buscan en el estío mis ovejas el frío de la sierra de Cuenca, y el gobierno del abrigado Estremo en el invierno?
Página 173 - ... hacer que mal librado quede, mientras de mí otra prenda no tuviere. Cuando ya el mal viniere y la postrera suerte, aquí me ha de hallar, en el mismo lugar; que otra cosa más dura que la muerte me halla y ha hallado; y esto sabe muy bien quien lo ha probado. No es necesario agora hablar más sin provecho, que es mi necesidad muy apretada; pues ha sido en un hora todo aquello deshecho en que toda mi vida fue gastada.
Página 187 - ... por quien los alemanes el fiero cuello atados, y los franceses van domesticados. Mas solamente aquella fuerza de tu beldad sería cantada, y alguna vez con ella también sería notada el aspereza de que estás armada...
Página 112 - Mas la fortuna de mi mal no harta, me aflige, y de un trabajo en otro lleva; ya de la patria, ya del bien me aparta, ya mi paciencia en mil maneras prueba...
Página xxiv - El sol tiende los rayos de su lumbre por montes y por valles, despertando las aves y animales y la gente...
Página 10 - ¿Dó están agora aquellos claros ojos que llevaban tras sí, como colgada, mi alma, doquier que ellos se volvían? ¿Dó está la blanca mano delicada, llena de vencimientos y despojos, que de mí mis sentidos le ofrecían? Los cabellos que vían con gran desprecio al oro como a menor tesoro ¿adónde están, adónde el blanco pecho?
Página xxiv - Vergüenza he que me vea ninguno en tal estado, de ti desamparado, y de mí mismo yo me corro agora.
Página 191 - ¿Cómo te sucedió mayor dureza? Los ojos se enclavaron en el tendido cuerpo que allí vieron, los huesos se tornaron más duros y crecieron, y en sí toda la carne convirtieron ; las entrañas heladas tornaron poco a poco en piedra dura ; por las venas cuitadas la sangre su figura iba desconociendo y su natura ; hasta que, finalmente, en duro mármol vuelta y transformada, hizo de sí la gente no tan maravillada cuanto de aquella ingratitud vengada.