Poesias selectas

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Ramos, 1822 - 214 páginas
 

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Página 203 - Virtud y filosofía peregrinan como ciegos; el uno se lleva al otro, llorando van y pidiendo. Dos polos tiene la tierra, universal movimiento; la mejor vida, el favor, la mejor sangre, el dinero. Oigo tañer las campanas y no me espanto, aunque puedo, que en lugar de tantas cruces haya tantos hombres muertos.
Página 201 - Sólo sé que no sé nada," dijo un filósofo, haciendo la cuenta con su humildad, adonde lo más es menos. No me precio de entendido, de desdichado me precio, que los que no son dichosos ¿ cómo pueden ser discretos?
Página 132 - Andabas costa a costa. Nunca del mar temiste las iras procelosas. Segura navegabas; Que por la tierra propia Nunca el peligro es mucho Adonde el agua es poca. Verdad es que en la patria No es la virtud dichosa, Ni se estima la perla Hasta dejar la concha.
Página 200 - A mis soledades voy, de mis soledades vengo, porque para andar conmigo me bastan mis pensamientos. No sé qué tiene el aldea donde vivo y donde muero, que con venir de mí mismo, no puedo venir más lejos. Ni estoy bien ni mal conmigo, mas dice mi entendimiento que un hombre que todo es alma está cautivo en su cuerpo. Entiendo lo que me basta, y solamente no entiendo cómo se sufre...
Página 135 - Al bello sol que adoro, enjuta ya la ropa, nos daba una cabaña la cama de sus hojas; esposo me llamaba, yo la llamaba esposa, parándose de envidia la celestial antorcha. Sin pleito, sin disgusto, la muerte nos divorcia; ¡ay de la pobre barca que en lágrimas se ahoga!
Página 22 - Garraf, en tanto que esto se trataba. Estropeado á Mizifuf llegaba. Maullando tristemente En acento hipocóndrico y doliente, Como suelen andar los galloferos Para sacar dineros, Manqueando de un brazo Colgado de un retazo, Y débiles las piernas, Una cerrando de las dos linternas, Por mirar á lo vizco.
Página 9 - La blanca ó negra lana, Que alguna vez la lana ha de ser negra; Y hasta que el sol en arco verde alegra Los campos que reduce á sus colores, No vuelven á los prados ni á las flores. Así los gatos iban alterados Por corredores , puertas y terrados, Con trágicos...
Página 70 - Por la guerra marcial y sus rebatos, Lamiendo lo que sobra de los platos, Y durmiendo el invierno cuando eriza Los cabellos el hielo Revueltos en la cálida ceniza, Hasta que ardiente el sol corona el cielo: Yo soy Marramaquiz, yo soy, villanos, El asombro del orbe, Que come vidas y amenazas sorbe ; Aquel de cuyos garfios inhumanos...
Página 201 - El dirá que yo lo soy, pero con falso argumento, que humildad y necedad no caben en un sujeto.
Página 132 - Verdad es que en la patria no es la virtud dichosa, ni se estimó la perla hasta dejar la concha. Dirás que muchas barcas con el favor en popa, saliendo desdichadas volvieron venturosas; no mires los ejemplos de las que van y tornan, que a muchas ha perdido la dicha de las otras.

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