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Habla el silencio allí, po?-que no osa
La voz entrar por tan estrecho estrecho>
Las almas 3 que amor suele de hecho
Facilitar la mas difícil cosa.

Salió el deseo de compás * y el paso
De la imprudente virgen solicita
Por su gusto su muerte: ved que historia,

Que a entrambos en mi punto ¡ó extraño caso!
Los mata y los encubre , y resucita
Una espada, un sepulcro 3 una memoria.

Bendito sea Dios , dixo Don Quixote, habiendo oido el soneto á Don Lorenzo, que entre los infinitos poetas consumidos que hay, he visto un consumado poeta} como lo es vuesa merced, señor mió, que así me lo da á entender el artificio deste soneto. Quatro dias estuvo Don Quixote regaladísimo en la casa de Don Diego > al cabo de los quales le pidió licencia para irse 3 diciéndole , que le agradecía la merced y buen tratamiento que en su casa habia recebido ; pero que por no parecer bien que los caballeros andantes se den muchas horas al ocio y al regalo > se quería ir á cumplir con su oficio, buscando las aventuras, de quien tenia noticia que aquella tierra abundaba , donde esperaba entretener el tiempo hasta que llegase el dia de las justas de Zaragoza 3 que era el de su derecha derrota 3 y que primero habia de entrar en k cueva de Montesinos, de quien tantas y tan admirables cosas en aquellos contornos se contaban, sabiendo, é inquiriendo asimismo el nacimiento y verdaderos manantiales de las siete lagunas , llamadas comunmente de Ruidera. Don Diego y su hijo le alabaron su honrosa %)"

determinación , y le dixéron , que tomase de su casa y de su hacienda todo lo que en grado le viniese que le servirían con la voluntad posible, que á ello les obligaba el valor de su- persona y la honrosa profesión suya. Llegóse en fin el dia de su partida, tan alegre para Don Quixote y como triste y aciago para Sancho Panza , que se hallaba muy bien con la abundancia de la casa de Don Diego } y rehusaba de volver á la hambre que se usa en las florestas , y despoblados, y á la estrecheza de sus mal proveídas alforjas : con todo esto las llenó y colmó de lo mas necesario que le pareció : y al despedirse dixo Don Quixote á Don Lorenzo : no sé si he dicho á vuesa merced otra vez, y si lo he dicho 5 lo vuelvo á decir, que quando vuesa merced quisiere ahorrar caminos y trabajos para llegar á la inacesible cumbre del templo de la fama, no tiene que hacer otra cosa, sino dexar á una parte la senda de la poesía algo estrecha , y tomar la estrechísima de la andante caballería, bastante para hacerle Emperador en daca las pajas. Con estas razones acabó Don Quixote de cerrar el proceso de su locura , y mas con las que añadió diciendo: sabe Dios si quisiera llevar conmigo al señor Don Lorenzo, para enseñarle como se han de perdonar los sugetos, y supeditar y acocear los soberbios, virtudes anexas á la profesión que yo profeso ; pero pues no lo pide su poca edad, ni lo querrán consentir sus loables exercicios y solo me contento con advertirle á vuesa merced , que siendo poeta podrá ser famoso ? si se guia mas por el parecer ageno , que por el propio : porque no hay padre , ni madre á quien sus hijos le parezcan feos, y en los que lo son del entendimiento corre mas este encaño. De nuevo se admiraron padre y hijo de las entremetidas razones de Don Quixote, ya discretas > y ya disparatadas y y del tema y tesón que llevaba de acudir de todo en todo á la busca de sus desventuradas aventuras , que las tenia por fin y blanco de sus deseos. Reiteráronse los ofrecimientos y comedimientos y y con la buena licencia de la señora del castillo , Don Quixote y Sancho sobre Rocinante y el rucio se partieron.

CAPÍTULO XIX.

Donde se cuenta la aventura del pastor enamorado, con otros en verdad graciosos sucesos.

loco trecho se habia alongado Don Quixote del Lugar de Don Diego > quando encontró con dos como clérigos, 6 como estudiantes, y con dos labradores que sobre quatro bestias asnales venián caballeros. El uno de los estudiantes traia como en portamanteo en un lienzo de bocací verde envuelto al parecer un poco de grana blanca y dos pares de medias de cordellate 3 el otro no traia otra cosa que dos espadas negras de esgrima nuevas y con sus zapatillas. Los labradores traian otras cosas que daban indicio y señal que venían de alguna villa grande donde las habían comprado , y las llevaban á su aldea: y así estudiantes como labradores , cayeron en la misma admiración en que caían todos aquellos que la vez primera veían á Don Quixote ? y morían por saber que hombre fuese aquel tan fuera del uso de los otros hombres. Saludóles Don Quixote, y después de saber el camino que llevaban , que era el mesmo que él hacia, les ofreció su compañía, y les pidió detuviesen el paso porque caminaban mas sus pollinas, que su caballo, y para obligarlos , en breves razones les dixo quien era y su oficio y profesión, que era de caballero andante, que iba á buscar las aventuras por todas las partes del mundo. Díxoles que se llamaba de nombre propio Don Quixote de la Mancha, y por el apelativo y el Caballero de los Leones. Todo esto para los labradores era hablarles en griego, ó en gerigonza; pero no para los estudiantes , que luego entendieron la flaqueza del celebro de Don Quixote; pero con todo eso le miraban con admiración y con respeto , y uno dellos le dixo; si vuesa merced , señor caballero , no lleva camino determinado y como no le suelen llevar los que buscan las aventuras y vuesa merced se venga con nosotros y verá una de las mejores bodas y mas ricas que hasta el dia de hoy se habrán celebrado en la Mancha , ni en otras muchas leguas á la redonda. Preguntóle Don Quixote , si eran de algún Príncipe , que así las ponderaba. No son, respondió el estudiante , sino de un labrador y una labradora: él el mas rico de toda esta tierra , y ella la mas hermosa que han visto los hombres. El aparato con que se han de hacer y es extraordinario y nuevo , porque se han de celebrar en un prado que está junto al pueblo de la novia > á quien por excelencia llaman Quiteria la he rmosa, y el desposado se llama Camacho el rico , ella de edad de diez y ocho años y él de veinte y dos: ambos para en uno, aunque algunos curiosos que tienen de memoria los linages de todo el mundo , quieren decir que el de la hermosa Quiteria se aventaja al de Camacho; pero ya no se mira en esto , que las riquezas son poderosas de soldar muchas quiebras. En efecto el tal Camacho es liberal, y hásele antojado de enramar y cubrir todo el prado por arriba , de tal suerte que el sol se ha de ver en trabajo , si quiere entrar á visitar las yerbas verdes de que está cubierto el suelo. Tiene así mesmo maheridas danzas , así de espadas, como de cascabel menudo y que hay en su pueblo quien los repique y sacuda por extremo : de zapateadores no digo nada, que es un juicio los que tiene muñidos; pero ninguna de las cosas referidas , ni otras muchas que he dexado de referir ha de hacer mas memorables estas bodas, sino las que imagino que hará en ellas el despechado Basilio. Es este Basilio un zagal vecino del mesmo Lugar de Quiteria, el qual tenia su casa pared en medio de la de los padres de Quiteria y de donde tomó ocasión el amor de renovar al mundo los ya olvidados amores de Píramo y Tisbe y porque Basilio se enamoró de Quiteria desde sus tiernos y primeros años , y ella fué correspondiendo á su deseo con mil honestos favores y tanto que se contaban por entretenimiento en el pueblo los amores de los dos niños Basilio y Quiteria. Fué creciendo la edad , y acordó el padre de Quiteria de estorbar á Basilio la ordinaria entrada que en su casa tenia , y por quitarse de andar rezeloso y lleno de sospechas , ordenó de casar á su hija con el rico Camacho y no pareciéndole ser bien casarla con Basilio y que no tenia tantos bienes de fortuna como de naturaleza : pues si va á decir las verdades sin invidia y él es el mas ágil mancebo que conocemos y gran tirador de barra y luchador extremado y gran jugador de pelota: corre como un gamo y salta mas que una cabra y birla á los bolos como por encantamento : canta como una calandria y toca una guitarra que la hace hablar y y sobre todo juega una espada como el mas pin

TOM. III. X

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