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sa 5 ó Princesa; pero séos decir que no será ello con voluntad , ni consentimiento mió. Siempre, hermano , fui amiga de la igualdad, y no puedo ver entonos sin fundamentos: Teresa me pusieron en el bautismo , nombre mondo y escueto , sin añadiduras , ni cortapisas , ni arrequives de Dones , ni donas: Cascajo se llamó mi padre, y á mí por ser vuestra muger me llaman Teresa Panza, que á buena razón me hablan de llamar Teresa Cascajo; pero allá van Reyes, do quieren leyes , y con este nombre me contento, sin que me le pongan un Don encima, que pese tanto que no le pueda llevar, y no quiero dar que decir á los que me vieren andar vestida á lo condesil , ó á lo de Gobernadora, que luego dirán: mirad que entonada va la pazpuerca : ayer no se hartaba de estirar de un copo de estopa , y iba á misa cubierta la cabeza con la falda de la saya en lugar de manto , y ya hoy va con verdugado , con broches y con entono , como si no la conociésemos. Si Dios me guarda mis siete, ó mis cinco sentidos , ó los que tengo , no pienso dar ocasión de verme en tal aprieto: vos , hermano , idos á ser gobierno , ó ínsulo , y entonaos á vuestro gusto , que mi hija , ni yo por el siglo de mi madre que no nos hemos de mudar un paso de nuestra aldea: la muger honrada la pierna quebrada y en casa, y la doncella honesta , el hacer algo es su fiesta: idos con vuestro Don Quixote á vuestras aventuras , y dexadnos á nosotras con nuestras malas venturas, que Dios nos las mejorará, como seamos buenas: y yo no sé por cierto quien le puso á él Don , que no tuvieron sus padres , ni sus agüelos. Ahora digo , replicó Sancho , que tienes algún familiar en ese cuerpo. ;Válate Dios la muger, y que de

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cosas has ensartado unas en otras, sin tener pies, ni cabeza! ¿Que tiene que ver el Cascajo , los broches, los refranes y el entono con lo que yo digo? Ven acá, mentecata, é ignorante (que así te puedo llamar, pues no entiendes mis razones , y vas huyendo de la dicha) si yo dixera , que mi hija se arrojara de una torre abaxo , ó que se fuera por esos mundos, como se quiso ir la Infanta Doña Urraca , tenéis razón de no venir con mi gusto; pero si en dos paletas, y en menos de un abrir y cerrar de ojos , te la chanto un Don, y una Señoría á cuestas , y te la saco de los rastrojos , y te la pongo en toldo y en peana, y en un estrado de mas almohadas de velludo , que tuvieron Moros en su linage los Almohadas de Marruecos ¿porque no has de consentir y querer lo que yo quiero? ¿Sabéis porque, marido? respondió Teresa , por el refrán que dice: quien te cubre te descubre: por el pobre todos pasan los ojos como de corrida, y en el rico los detienen, y si el tal rico fué un tiempo pobre, allí es el murmurar, y el maldecir, y el peor perseverar de los maldicientes, que los hay por esas calles á montones, como enxambres de abejas. Mira , Teresa , respondió Sancho , y escucha lo que agora quiero decirte, quizá no lo habrás oido en todos los dias de tu vida, y yo agora no hablo de mió, que todo lo que pienso decir son sentencias del padre predicador , que la quaresma pasada predicó en este pueblo , el qual, si mal no me acuerdo , dixo que todas las cosas presentes, que los ojos están mirando, se presentan, están y asisten en nuestra memoria mucho mejor y con mas vehemencia, que las cosas pasadas. (Todas estas razones que aquí va diciendo Sancho , son las segundas , por quien dice el fradutor que tiene por apócrifo este capítulo 5 que exceden á la capacidad de Sancho , el qual prosiguió diciendo). De donde nace que quando vemos alguna persona bien aderezada y con ricos vestidos compuesta , y con pompa de criados, parece que por fuerza nos mueve y convida á que la tengamos respeto y puesto que la memoria en aquel instante nos represente alguna baxeza en que vimos á la tal persona, la qual ignominia ahora sea de pobreza , ó de linage, como ya pasó , no es , y solo es lo que vemos presente: y si este a quien la fortuna sacó del borrador de su baxeza (que por estas mesmas razones lo dexó el padre á la alteza de su prosperidad) fuere bien criado 5 liberal y cortes con todos , v no se pusiere en cuentos con aquellos que por antigüedad son nobles, ten por cierto 5 Teresa 5 que no habrá quien se acuerde de lo que fué , sino que reverencien lo que es, sino fueren los invidiosos , de quien ninguna próspera fortuna está segura. Yo no os entiendo ? marido > replicó Teresa, haced lo que quisiéredes , y no me quebréis mas la cabeza con vuestras arengas y retóricas : v si estáis revuelto en hacer lo que decís. Resuelto has de decir, muger 5 dixo Sancho, y no revuelto. No os pongáis á disputar y marido, conmigo, respondió Teresa : yo hablo como Dios es servido , y no me meto en mas dibuxos, y digo que si estáis porfiando en tener gobierno , que llevéis con vos á vuestro hijo Sancho para que desde agora le enseñéis á tener gobierno ? que bien es que los hijos hereden v aprendan los oficios de sus padres. En teniendo gobierno , dixo Sancho 3 enviaré por él por la posta y y te enviaré dineros , que no me faltarán, pues nunca falta quien se los preste á los Gobernadores, quando

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no los tienen y y vístele de modo, que disimule lo que es, y parezca lo que ha de ser. Enviad vos dinero, dixo Teresa 5 que yo os lo vestiré como un palmito. En efeto quedamos de acuerdo , dixo Sancho, de que ha de ser Condesa nuestra hija. El dia que yo la viere Condesa , respondió Teresa, ese haré cuenta que la entierro; pero otra vez os digo que hagáis lo que os diere gasto, que con esta carga nacemos las mugeres de estar obedientes á sus maridos, aunque sean unos porros : y en esto comenzó á llorar tan de veras > como si ya viera muerta y enterrada á Sanchica. Sancho la consoló diciéndole, que ya que la hubiese de hacer Condesa, la haría todo lo mas tarde que ser pudiese. Con esto se acabó su plática > y Sancho volvió á ver á Don Quixote, para dar orden en su partida.

CAPÍTULO VI •

De lo que le pasó a Don Qidxote con su Sobrina y con su Ama j y es tino de los importantes capítulos de toda la historia.

n tanto que Sancho Panza y su muger Teresa Cascajo pasáron la impertinente referida plática y no estaban ociosas la Sobrina y el Ama de Don Quixote, que por mil señales iban coligiendo que su tio y señor quería desgarrarse la vez tercera, y volver al exercicio de su, para ellas y mal andante caballería. Procuraban por todas las vias posibles apartarle de tan mal pensamiento; pero todo era predicar en desierto y majar en hierro frío : con todo esto, entre otras muchas razones que con él pasáron le dixo el Ama: en verdad, señor mió , que si vuesa merced no afirma el pie llano , y se está quedo en su casa , y se dexa de andar por los montes y por los valles , como ánima en pena, buscando esas que dicen que se llaman aventuras , á quien yo llamo desdichas , que me tengo de quejar en voz y en grita á Dios y al Rey , que pongan remedio en ello. A lo que respondió Don Quixote: Ama , lo que Dios responderá á tus quejas , yo no lo sé, ni lo que ha de responder Su Magestad tampoco, y solo sé que si yo fuera Rey, me excusara de responder á tanta infinidad de memoriales impertinentes , como cada dia le dan , que uno de los mayores trabajos que los Reyes tienen , entre otros muchos , es el estar obligados á escuchar á todos , y á responder á todos , y así no querría yo que cosas mias le diesen pesadumbre. A lo que dixo el Ama: díganos señor ¿en la Corte de Su Magestad no hay caballeros? Sí, respondió Don Quixote, y muchos, y es razón que los haya para adorno de la grandeza de los Príncipes , y para ostentación de la Magestad Real. ¿Pues no seria vuesa merced , replicó ella , uno de los que á pie quedo sirviesen á su Rey y señor estándose en la Corte? Mira, amiga, respondió Don Quixote , no todos los caballeros pueden ser cortesanos , ni todos los cortesanos pueden, ni deben ser caballeros andantes, de todos ha de haber en el mundo , y aunque todos seamos caballeros , va mucha diferencia de los unos á los otros , porque los cortesanos , sin salir de sus aposentos, ni de los umbrales de la Corte , se pasean por todo el mundo , mirando un mapa , sin costarles blanca, ni padecer calor , ni frío, hambre , ni sed , pero nosotros los caballeros andantes verdaderos , al sol, al frió, al ayre , á las inclemencias

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