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cion que merece su importancia, procederá con el celo y eficacia que exigen las circunstancias, en caso de tanta trascendencia.>>

A propuesta de los Sres. Borrull y Creus, se adicionó la anterior minuta de comunicacion con las siguientes palabras:

«Dando cuenta oportunamente y con la posible brevedad de lo que se adelantase en este asunto.»

Por lo demás, la Comision propuso y las Córtes aprobaron asimismo:

«1.° Que el Sr. Presidente pida se complete la guardia que debe venir al Congreso.

2.° Que dé orden al oficial de ella para que doble las centinelas en la tribuna alta, con expreso encargo de hacer salir de ella á cualquiera persona que se exceda y falte al órden prescrito.

3.° Que al tiempo de disolverse el Congreso y salir la gente, reparta centinelas en las esquinas é inmediaciones de las puertas, con órden de que no permitan se detenga persona alguna inmediata á las salidas, ni se formen juntas, ni corrillos en sus plazuelas, ni cercanías del edificio.

4.° Que la Comision de arreglo de Tribunales presente á la mayor brevedad un proyecto de ley que trate de las penas que deben imponerse á los que perturben el buen órden del Congreso, y á los que insulten, dentro ó fuera de él, á las personas de los Diputados en calidad de tales.>>

Dos dias despues contestó la Regencia que, en vista de lo resuelto por las Córtes, habia tomado las medidas conducentes á la averiguacion y castigo de los indivíduos, que habian insultado á los Sres. Diputados; y que, con la noticia que vagamente habia tenido del suceso el dia en que ocurrió, se habia ya ocupado en examinar sus circunstancias y de procurar que no se repitieran semejantes excesos.

En comprobacion de estas indicaciones de la Regencia se leyó en la sesion secreta del 10 de Agosto un oficio del Juez de primera instancia de Cádiz D. Joaquin José de Aguilar, manifestando que, para proceder al descubrimiento y castigo de los autores del insulto é instruir la correspondiente causa, era indispensable ante todas cosas que los Sres. Diputados insultados informasen acerca de todo lo ocurrido, acordando las Córtes dar permiso á dichos señores, para que evacuaran el informe.

No obstante esta autorizacion, en 5 de Setiembre siguiente los Diputados ofendidos no lo habian evacuado, considerándose obligado el Juez á recurrir á las Córtes de nuevo, manifestando el embarazo en que por este motivo y por el de no saber quiénes eran dichos Diputados, se hallaba.

En su vista acordó el Congreso que se comunicaran á dicho Juez los nombres, que dió en sesion secreta el señor Sanchez (D. Celestino).

Posteriormente mandó la Regencia al Jefe político de Cádiz que no dejara de participar á la mayor brevedad cualquiera ocurrencia que pudiera comprometer la seguridad y tranquilidad de los Diputados, á fin de tomar las providencias que conviniesen, sin perjuicio de las que al mismo Jefe le competia adoptar en desempeño de su encargo. Al participarlo así á las Córtes en 31 de Marzo de 1814, la Regencia se disculpaba de no haberlo hecho antes por haberse dilatado la traslacion á Madrid de los papeles que existian en Cádiz, entre los cuales se hallaban los concernientes á este asunto. Esta comunicacion de la Regencia se mandó pasar á una Comision especial; pero no aparece que se llegara á tomar resolucion alguna, ni á dictar sentencia en las actuaciones judiciales.

El Sr. D. Isidoro Antillon, fué elegido Diputado para

las Córtes generales y extraordinarias por la Junta provincial de Aragon, continuando como suplente al comenzar las ordinarias de 1813, entre los más caracterizados liberales.

Hallándose estas Córtes instaladas por segunda vez en la Isla de Leon, celebraron sesion extraordinaria en la noche del 3 de Noviembre de 1813, para tratar en primer lugar de su traslacion à Madrid, terciando dicho Sr. Diputado en aquel debate, que apasionó bastante los ánimos.

Al retirarse de las Córtes á las altas horas de la noche el Sr. Antillon, en la misma entrada de la calle del Vestuario, donde habitaba, acometiéronle tres desalmados, uno de los cuales descargó sobre su cabeza un golpe, al parecer de sable, tan fuerte y terrible, que le dejó tendido en tierra. Por fortuna la manera por que iba cubierto el señor Antillon y el sombrero hicieron que el golpe no produjera los resultados, que sin duda se proponian los asesinos; no obstante lo cual, y la cura que, de órden del Sr. Presidente de las Cortes D. Francisco Tacon, que tuvo noticia de lo ocurrido, inmediatamente le hizo el cirujano primero de la Armada D. Pascual de Morales, hubo de guardar cama por algunos dias.

El Sr. Antillon comunicó de oficio, con fecha del 4, al Sr. Presidente de las Córtes el criminal atentado de que habia sido objeto, indicando su sospecha de que, semejante hecho podia reconocer como causa el discurso, que habia pronunciado en dicha sesion extraordinaria de la noche del 3.

La emocion producida por aquel crímen dentro y fuera de las Córtes, en las cuales el Sr. Antillon gozaba de gran estima y consideracion, fué grandísima; y al darse cuenta en la sesion pública de dicho dia 4 de la comunicacion dirigida al Sr. Presidente, éste propuso, y el Congreso

acordó, que el asunto pasara á una Comision especial, para que dentro de seis horas presentase su dictámen, que deberia discutirse en sesion extraordinaria, que se celebraria á las ocho de la noche. Asimismo, y á propuesta del Sr. Diputado Yandiola, resolvió que, sin perjuicio de lo que el Congreso determinara sobre lo principal del suceso desgraciado acaecido al Sr. Antillon, se pasara inmediatamente órden al Gobierno, para que dispusiera se suministrasen á este Diputado los prontos auxilios, que pudiera necesitar durante su curacion.

y

La Mesa nombró para la Comision antes expresada á los Sres. Castanedo, Mendiola, Sombiela, Gordoa y Ledesma, la cual presentó su dictámen, en el plazo que se la habia fijado, en la sesion extraordinaria de la noche. Leido dicho dictámen, y acto contínuo un oficio en que el encargado del despacho de Gracia y Justicia manifestaba que, desde el momento que llegó á noticia de la Regencia el acaecimiento del Sr. Antillon, mirando como la primera de sus obligaciones cuidar de la seguridad de la Representacion nacional y de la libertad é inviolabilidad de todos cada uno de los Diputados que la componian; y considerando que, la atroz injuria, que se habia hecho al Sr. Antillon, era un atentado que atacaba á la vez todos aquellos sagrados derechos, habia resuelto que se pasara inmediatamente, como lo habia hecho en aquella fecha, órden al Juez de primera instancia de la Isla, para que con la mayor actividad y energía, sin reserva de horas ni de dias, procediera al descubrimiento del agresor ó agresores, y á lo demás que correspondiera y fuera necesario, para castigar con todo el rigor de derecho al autor ó autores del referido atentado, arreglando en todo sus procedimientos á la Constitucion y á las leyes, y dando parte diariamente al encargado del despacho de Gracia y Justicia de lo que ade

lantara en aquel asunto; la Comision, en vista del oficio extractado, modificó su dictámen, acordando las Córtes únanimemente, de conformidad con éste, quedar enteradas de las medidas que habia tomado el Gobierno; y que querian que, conforme á la órden de 7 de Octubre de 1812, excitara el celo del Ayuntamiento constitucional, para que en el desempeño de su obligacion auxiliara por todos los medios, que estuvieran á su alcance, la averiguacion encargada, avisando á las Córtes dos veces á la semana.

Este acuerdo fué adicionado por indicacion del Sr. Oller con el de que las Córtes querian que, la Regencia desplegara todo su celo y eficacia, para precaver por todos los medios, que asimismo estuvieran á su alcance, que en lo sucesivo se repitieran semejantes atentados.

En aquella misma sesion propuso el Sr. Capaz que, habiéndose atentado á la vida de un dignísimo Representante de la Nacion española, la misma por sus Córtes ofrecia 8.000 pesos fuertes pagaderos en el acto, al que denunciase al agresor, é indultar al que lo verificase, aunque se hallara complicado en el crímen; pero esta propuesta fué desechada por todos los Diputados presentes, excepto su autor; circunstancia que no conocia sin duda algun escritor de aquella época 1, al afirmar que, el Congreso ofreció un premio de 4.000 duros al que descubriese á los agresores.

El Sr. Antillon un tanto restablecido de sus contusiones presentóse en las Córtes el 8 de Noviembre de 1813, usando de la palabra, para manifestar su gratitud á la Providencia por el favor que le habia dispensado, y á los señores Diputados por los afectuosos sentimientos de que le habian dado muestras, protestando, al terminar, de que,

1 Retratos políticos de la Revolucion de España, por D. Carlos Le Brun.-Filadelfia, 1826, pág. 124.—Es libro curiosisimo y bastante raro.

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