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nas, e a todos los Concejos e Asistentes e Corregidores, Alcaldes, Alguaciles, Merinos, Prebostes y otras Justicias de todas las Çibdades, Villas e Lugares de los Nuestros Rreynos e Señorios, e a cada uno de ellos, que uos guarden e fagan guardar esta dicha Nuestra Carta de preuillegio e la carta de Merçed en ella contenida, e contra el tenor e forma de ellas no uos vayan ni pasen, ni consientan ir ni pasar en tiempo alguno ni por alguna manera, so las penas en ellas contenidas; de lo qual uos Mandamos dar esta dicha Nuestra Carta de preuillegio e confirmacion escripta en pergamino de cuero, e firmada de Nuestros Nombres e sellada con Nuestro sello de plomo, pendiente en filos de seda a colores; la qual Mandamos a Nuestro Chanciller mayor e Notarios, e a los otros Oficiales que estan a la tabla de los Nuestros sellos, que sellen e libren e pasen; e los unos ni los otros no fagades ni fagan ende al por alguna manera, so pena de la Nuestra Merced e diez mil marauedis para la Nuestra Camara a cada uno que lo contrario hiciere; e demas Mandamos al home que uos esta Nuestra carta mostrase, que uos emplaçe a parescades ante Nos en la Nuestra Corte, doquier que Nos seamos, del dia que uos emplazare hasta quince dias primeros siguientes, so la dicha pena, so la cual Mandamos a cualquier Escriuano publico que para esto fuere llamado, que deende al que se la mostrare testimonio signado con su signo, porque Nos

TOMO XIX.

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sepamos como se cumple Nuestro Mandado. Dada en la Cibdad de Burgos a veinte y tres dias del mes de Abril año del Nacimiento de Nuestro Saluador Jesuchristo de mil cuatrocientos nouenta y siete años. Yo el Rey. Yo la Reyna.=Yo Hernan Alvarez de Toledo, Secretario del Rey e de la Reyna Nuestros Señores, la fiçe escreuir por su mandado. Rodericus, Doctor. Antonius, Doctor.= Fernan Alvarez. Joan Velazques. Antonio, Doctor. Concertado en las espaldas del dicho preuillegio decia. Registrada; Doctor.

Estaua por relaçion al pie de esta Carta de preuillegio lo siguiente: Confirmaçion de la Carta de los oficios de Almyrante e Visorrey e Gouernador, con poder de usar e ejercer la justicia con tanto que las prouisiones se expidan en Nombre de Vuestras Altezas e uayan selladas con su sello, e que pueda poner los Oficiales e mandarlos. El Doctor Gonzalo Maldonado. Entre dos rubricas.

Este memorial es mi pareçer ua bien sacado en lo sustancial, con tanto que en el capitulo primero e en el capitulo tercero que fablan de los oficios de Almyrante e Visorrey e Gouernador, se uean los Preuillegios, e Cartas e Capitulaciones que sobre ello fablan, e no las clausulas troncadas; e tambien el poder que dio el Almyrante a Joan de la Peña que ua aqui. El Licenciado de Prado. rubricas. El Almyrante y Visorrey.

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Entre dos

Entre dos

rubricas.

CARTA DE PABLO TOSCANELLI, FISICO FLORENTIN, a CRISTOBAL COLON Y AL CANONIGO PORTUGUes FerNANDO MARTINFZ, SOBRE EL DESCUBRIMIENTO DE LAS YNDIAS (1).

JUNIO 25 DE 1474.

A D. Cristobal Colon, Pablo Fisico: salud.

Veo el noble y gran deseo vuestro de querer pasar a donde nacen las especerias, por lo cual en respuesta de vuestra carta os envio la copia de otra, que escribi algunos dias ha a un amigo mio, domestico del Serenisimo Rey de Portugal antes de las guerras de Castilla, en respuesta de otra que me escribio de orden de Su Alteza sobre el caso referido; y os envio otra carta de marear semejante a la que yo envie, con los cuales queda satisfecho lo que pedis: la copia de la carta mia es esta.

A Fernando Martinez, Canonigo de Lisboa, Paulo, Fisico: salud: Mucho me agrada saber la familiaridad que teneis con el Serenisimo y Magnificentişimo Rey, y aunque yo he tratado otras muchas veces del brevisimo camino que hay de aqui a las Yndias, donde nacen las especerias, por la via

(1) Archivo del Ayuntamiento de Sevilla.

del Mar, el cual tengo por mas corto que el que haceis a Guinea; ahora me decis que Su Alteza quisiera alguna declaracion ó demostracion para que entienda y se pueda tomar este camino: por lo cual, sabiendo yo mostrarsele con la esfera en la mano, haciendole ver como esta el mundo; sin embargo he determinado, para mas facilidad y mayor inteligencia, mostrar el referido camino en una carta semejante a las de marear, y asi se la envio a Su Magestad, hecha y pintada de mi mano, en la cual va pintado todo el fin del Poniente, tomando desde Islandia al Austro, hasta el fin de Guinea en todas las islas que estan situadas en este viaje, á cuya frente esta pintado, en derechura por Poniente, el principio de las Yndias con las islas y lugares por donde podeis andar, y cuanto os podriais apartar del Polo Artico por la linea equinocial, y por cuanto espacio; esto es, con cuantas leguas podriais llegar a aquellos lugares fertilisimos de especeria y piedras preciosas; y no os admireis de que llame Poniente al pais en que nace la especeria, que comunmente se dice nacer en Levante, porque los que navegaren a Poniente, siempre hallaran en Poniente los referidos lugares; y los que fueren por tierra a Levante siempre hallaran en el Levante los dichos lugares. Las lineas derechas que estan a lo largo en dicha carta, muestran la distincion que hay desde Poniente a Levante; las obliquas las que hay desde el Norte al Mediodia.

Tambien le pintaba en dicha carta muchos lugares en las partes de las Yndias donde se podrá ir, sucediendo algun caso fortuito, como vientos contrarios u otro cualquiera que no se esperase; y despues porque quedeis plenamente informado de todo, dire lo que he averiguado. Las islas de que hemos hablado estan habitadas por mercaderes que trafican en muchas naciones: se ve en los puertos mayor numero de bajeles extranjeros que en otra parte del mundo: de solo el puerto de Zaiton, uno de los mas hermosos y famosos de Levante, parten todos los años mas de ciento, cargados de pimienta; sin contar otros que vuelven cargados de toda suerte de especerias. Es grande y poblado el país; tiene muchas provincias y muchos reinos del dominio de un principe solo llamado Gran Can, que es lo mismo que Rey de los Reyes. Ordinariamente tiene su residencia en el Catay; sus predecesores deseaban tener comercio con los cristianos, y ha doscientos años que enviaron embajadores al Papa pidiendole maestros que les instruyesen en nuestra fe; pero no pudieron llegar a Roma, y se vieron precisados a volverse por los embarazos que hallaron en el camino. En tiempo del Papa Eugenio IV vino un Embajador que le aseguro el afecto que tenian a los Catolicos los Principes y pueblos de su pais: estuve con el, largo tiempo; me hablo de la magnificencia de su Rey, de los grandes rios que habia en su tierra, y que se veian doscientas ciudades con fuentes

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