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chos inconvenientes que se hallaron en su ejecucion'. No eran menores los que ofrecia el proyecto de facilitar la comunicacion de los dos mares por el rio de Veracruz á Tecoantepec, asegurando que los habitantes de Nueva-España trasportaban por alli en barcas sus mercaderías de una mar á otra. Ni faltaron ideas de abrir el paso de Nombre de Dios á Panamá en el espacio de diez y siete leguas, y del golfo de Urabá al de S. Miguel en el de veinte y cinco, sin embargo de las altas sierras que por alli separan ambos mares; y como el emperador habia manifestado gran empeño é interes en la ejecucion de obra tan magnífica é importante, muchos procuraban lisonjearle pareciéndoles que todo era factible y hacedero para una nacion que iba dilatando su gloria y su poder por todo el universo, aunque tampoco faltaron hombres cuerdos y prudentes que informaron sobre los obstáculos que presentaba la naturaleza para la ejecucion, y que todavía subsisten á pesar de los tos y tentativas que se han hecho modernamente.

proyec

I De las comisiones y obras del ingeniero Bautista Antoneli dió exacta noticia nuestro amigo D. Juan Cean Bermudez en sus adiciones á las noticias de los arquitectos y arquitectura de España del Señor Llaguno, que publicó en el año 1829. Véase el tomo 111, pág. 58 y sigs.; y entre los documentos (pág. 242 á 286) merece atencion la carta dirigida por Antoneli á Felipe 11, fecha en Portobelo á 15 de mayo de 1595 sobre las obras que proyectaba ejecutar para abreviar y mejorar el tránsito y comercio desde aquella ciudad á la de Panamá.

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2 Herrera, Descrip., cap. 13., pág. 27. Décad. 11, lib. 5. cap. 12. Décad. iv, lib. 3, cap. 2. No hace muchos años que el llamado libertador de Colombia, Simon Bolivar, se propuso ejecutar la union de los dos mares atravesando el istmo, y aun se esperaba que en el congreso de Panamá, próximo á reunirse á fines del año 1825, se tomaria en consideracion este negocio, como tan importante para la mas fácil y pronta comunicacion de aquellos nuevos estados con las naciones del antiguo mundo, y por consiguiente como uno de los medios mas eficaces para su futura grandeza y prosperidad. Ignoramos el resultado actual de estos proyectos; pero no dudamos que los progresos de las ciencias y artes, y su aplicacion á esta clase de empresas, llegarán á superar los obstáculos que ahora juzgamos invencibles ó superiores á TOMO IV. b

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8 Pero donde con mayor empeño se buscó y procuró este paso de comunicacion entre ambos mares, fue por el istmo de Panamá. Al partir Pedro de los Rios para Nicarágua en 1527, previno al capitan Hernando de la Serna y al piloto Pedro Corzo que reconociesen el rio de los Lagartos (hoy de Chagre) desde el punto que está mas próximo á Panamá, que serán seis leguas, hasta donde desemboca en la mar del norte. Asi lo practicaron en una canoa, resultando que era navegable para navíos hasta doce leguas adentro desde el mar del norte, y en lo restante para canoas y barcas chatas, las cuales, por lo cómodo de las riberas, podrian tambien ir á la sirga; y que el rio abundaba en pesca, y sus contornos en frutales y sitios propios para poblar. Hízose otro reconocimiento desde Panamá al Chagre por el mismo la Serna con dos regidores de la ciudad; y juzgaron poderse habilitar de buen camino carretero las nueve leguas que habia de distancia desde el punto de desembarco de las mercaderías en el mar del sur, hasta el parage del rio en que las barcas hubiesen de recibirlas para llevarlas adonde se situasen los navíos 2.

9. Sin duda por resultas de estos reconocimientos representó la ciudad de Panamá sobre la necesidad y conveniencia de facilitar la comunicacion de los dos mares por el istmo ó la angostura de tierra los que separa; y por Real cédula, fecha en Medina del Campo á 12 de Marzo de 1532, contestó la emperatriz y reina (esposa de Cárlos v) que se enviasen al licenciado Lagama tres hombres prácticos del pais para que reconociendo los malos pasos de la

nuestras fuerzas. Ejemplos recientes tenemos del triunfo del ingenio humano sobre las resistencias de la naturaleza en la aplicacion del vapor á la navegacion y á otras artes.

I Este piloto escribió el año 1527 una relacion del reconocimiento que hicieron del rio, proponiendo los medios de facilitar su navegacion. 2 Herrera, Déc. IV, lib. 1.°, cap. 9, pág. 15 y 16.

travesía desde Panamá á Nombre de Dios, por lo mucho que encarecian los víveres y mercaderías, procurasen limpiar el rio Chagre, haciéndolo navegable hasta el punto mas próximo á Panamá; y que desde alli se abriese un camino transitable para carretas, construyéndose á las dos orillas del rio almacenes para cargar, descargar y custodiar los géneros que condujesen para su tráfico. El emperador al confirmar esta cédula en Toledo á 20 de febrero de 1534, expidió otra al gobernador de Tierra-firme, mandándole hiciese reconocer por peritos el terreno intermedio entre el rio Chagre y la costa de la mar del sur, dando cuenta del resultado y proponiendo los mejores y mas oportunos medios para efectuar la comunicacion de aquel mar con el límite navegable del rio, exponiendo las dificultades que ofreciese la ejecucion, ya por la diferencia de las mareas, ya por el desigual nivel de los terrenos; computando tambien el costo que tendria esta obra en gente y dinero, y el tiempo que podria emplearse hasta su conclusion.

IO. El gobernador de la provincia, que lo era Pascual Andagoya, contestó desde el puerto de Nombre de Dios á 22 de Octubre de 1534 entre otras cosas, que este proyecto solo podia aconsejarlo un hombre de corto talento y que desconociese aquel pais: que haria lo que mandaba S. M. en el verano próximo por no ser posible verificarlo en la estacion de invierno: que le aseguraba no habia príncipe en el mundo, por poderoso que fuese, capaz de conseguir, aun con el auxilio de los habitantes de aquellos continentes, la union de los dos mares, ni de poder costear la empresa de abrir aquel paso hasta el rio; pero que para ejecutar lo que mandaba sobre habilitar y reparar los caminos de Nombre de Dios á Panamá, y abrir el rio Chagre hasta el punto donde se descargaban las barcas á cinco leguas de aquella ciudad, era preciso que S. M. mandase llevar de cabo Verde cincuenta negros con sus mugeres, pues

solo asi podria conseguirse esta empresa y mantenerla con poco gasto 1.

II. Como estas tentativas se hicieron otras posteriormente, y muchos reconocimientos prácticos y observaciones físicas sobre las mareas y su altura desigual respecto de un mar al otro para conocer la posibilidad, la conveniencia y los medios de abrir aquella importante comunicacion; pero todos fueron infructuosos. El jesuita José de Acosta, que publicó en Sevilla su Historia natural y moral de las Indias el año 1590, decia á este propósito 2: Han platica»do algunos de romper este camino de siete leguas, y »juntar el un mar con el otro, para hacer cómodo "el pasage al Perú, en el cual dan mas costa y tra"bajo diez y ocho leguas de tierra que hay entre » Nombre de Dios y Panamá, que dos mil trescien"tas que hay de mar. A esta plática no falta quien diga que seria anegar la tierra, porque quieren de»cir que el un mar está mas bajo que el otro, como "en tiempos pasados se halla por las historias haber

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se dejado de continuar por la misma consideracion "el mar Rojo con el Nilo en tiempo del rey Sesos»tris, y despues, del imperio otomano. Mas para mí » tengo por cosa vana tal pretension, aunque no hu,,biese el inconveniente que dicen, el cual yo no ten"go por cierto; pero eslo para mí que ningun po,, der humano bastará á derribar el monte fortísimo é ,,impenetrable que Dios puso entre los dos mares », de montes y peñas durísimas que bastan á sustentar ,,la furia de ambos mares........ Cesando, pues, de » este cuidado de abrir la tierra y unir los mares,

I Las cartas y provisiones Reales que se citan en estos §§. existen originales en el archivo general de Indias de Sevilla, y se hallan copiadas en nuestra coleccion de manuscritos; de los cuales tomamos estas noticias para comunicarlas en 31 de julio de 1825 al sabio baron de Zach, que las publicó en el tomo xi, pág. 218 de su correspondencia astronó– mica, geográfica, hidrográfica y estadística.

2 Lib. III, cap. 10, pag, 148 de esta primera edicion.

"hubo otro menos temerario, pero bien dificil y peli"groso de inquirir, si estos dos grandes abismos se »juntaban en alguna parte del mundo. Y esta fue la »empresa de Fernando Magallanes, caballero portu"gues, cuya osadía y constancia grande en inquirir "este secreto, y no menos feliz suceso en hallarle, » con eterna memoria puso nombre al estrecho que » con razon por su inventor se llama de Magallanes." Posteriormente publicó el Dr. D. Juan de Solórzano Pereira su Política Indiana, y despues de hablar del descubrimiento de aquel estrecho y del de Maire, reasumió cuanto hemos indicado sobre los proyectos anteriores y la inutilidad de las tentativas hechas hasta su tiempo para facilitar el comercio directo con nuestros dominios del Océano Pacífico .

12. Las frecuentes desgracias que padecieron las expediciones al estrecho de Magallanes y los crecidos gastos que causaban, hicieron preferible á camino tan largo y peligroso el tránsito y conduccion de las mercaderías por el istmo desde Nombre de Dios ó Portobelo hasta Panamá, fortificando el primer punto para asegurarlo de los ataques de los corsarios "; y aunque despues de la expedicion de Juan Ladrillero, que salió del puerto de Valdivia en noviembre de 1557, continuaron los vireyes del Perú y gobernadores de Chile empresas semejantes para reconocer el estrecho y facilitar su navegacion, ni aun memoria de ellas se ha conservado por haberse perdido algunos de los descubridores, y retrocedido otros sin conseguir el objeto que se propusieron . De aqui

I Lib. 1.0, cap. 4.° al fin.

2

Herrera, Descripc. de las Ind. occid. cap. 15, pág. 30.

3 En la segunda parte, pág. 219 y sig. de la Relacion del viage hecho al estrecho de Magallanes en 1785 1786 por la fragata Santa María de la Cabeza, se dió una breve noticia de esta expedicion, de la cual se conservan dos relaciones en el archivo general de Indias, y copias en nuestra coleccion de manuscritos; una del mismo Ladrillero, y otra de Francisco Cortés Ogea, capitan de la nao S. Sebastian, que se separó con una tormenta.

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