Certámen Varela: Obras premiadas i distinguidas entre las novecientas noventa composiciones presentadas al certámen literario promovido en 1887, Volumen2

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Cervantes, 1887
 

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Pasajes populares

Página 264 - El soberbio tirano, confiado en el grande aparato de sus naves, que de los nuestros la cerviz cautiva y las manos aviva al ministerio injusto de su estado...
Página 223 - Qué descansada vida la del que huye el mundanal ruido, y sigue la escondida senda, por donde han ido los pocos sabios que en el mundo han sido...
Página 162 - Un soneto me manda hacer Violante, que en mi vida me he visto en tal [aprieto : catorce versos dicen que es soneto ; burla burlando van los tres delante. Yo pensé que no hallara consonante, y estoy a la mitad de otro cuarteto; mas si me veo en el primer terceto, no hay cosa en los cuartetos que me es[pante. Por el primer terceto voy entrando, y aun parece que entré con pie derecho, pues fin con este verso le voy dando.
Página 263 - La codicia en las manos de la suerte Se arroja al mar; la ira á las espadas, Y la ambición se ríe de la muerte: ¿Y no serán siquiera tan osadas Las opuestas acciones, si las miro De más ilustres genios ayudadas?
Página 263 - Cantemos al Señor, que en la llanura Venció del ancho mar al Trace fiero; Tú, Dios de las batallas, tú eres diestra, Salud y gloria nuestra.
Página 54 - Dispersas van por los campos las tropas de Moctezuma, de sus dioses lamentando el poco favor y ayuda, mientras, ceñida la frente de azules y blancas plumas, sobre un palanquín de oro que finas perlas dibujan, tan brillantes que la vista, heridas del sol, deslumhran, entra glorioso en Tlascala el joven que de ellas triunfa.
Página 313 - ¿Ves el furor del animoso viento, embravecido en la fragosa sierra, que los antiguos robles ciento a ciento y los pinos altísimos atierra, y, de tanto destrozo aún no contento, al espantoso mar mueve la guerra? Pequeña es esta furia, comparada a la de Filis, con Alcino airada.
Página 66 - Yo sé un himno gigante y extraño Que anuncia en la noche del alma una aurora, Y estas páginas son de ese himno Cadencias que el aire dilata en las sombras.
Página 267 - ... millón, y que es mancilla que esto no dure un siglo, ¡oh gran Sevilla, Roma triunfante en ánimo y nobleza! Apostaré que el ánima del muerto por gozar este sitio hoy ha dejado la gloria donde vive eternamente. Esto oyó un valentón, y dijo: "Es cierto cuanto dice voacé, señor soldado. Y el que dijere lo contrario, miente".
Página 240 - Ojos claros, serenos, si de dulce mirar sois alabados, ¿por qué si me miráis, miráis airados?

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