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tiempo la analogía que le dió origen, los significados diferentes son otros tantos tropos petrificados ó muertos. El estudio de las expresiones metafóricas es uno de los más entretenidos y agradables de la lingüística. Nos suministra curiosos detalles acerca de la psicología étnica y nos revela costumbres, instituciones y aun destellos de historia. Mr. Müller tomó á Ruhn una curiosa lista de metáforas cafres; al ver que entre ellos, por ejemplo, "pegar,, equivale á “castigar,, y “perro, á "persona inferior,,, "estar sentado,, á "vivir,,, y "comerse á alguno,, á "confiscar los bienes,,, se me figura que no necesitamos conocer á los cafres para retratarlos. Cuánto no nos sugiere el hecho de que los alemanes llamen tisch (mesa) "comida,,, á la "sociedad, compañía ó tertulia,,? El doble sentido del euskaro orma, “pared,, y “hielo,,, descorre perspectivas prehistóricas del pueblo euskaldún.

La lengua euskara es hoy lengua relativamente inculta, no hay por qué disimularlo, como es inculto el diamante antes de que el lapidario le labre y le monte el joyero; mas siendo capaz de cultura por contar con recursos gramaticales propios de que muchas otras lenguas carecen, además de los comunes y ordinarios, se impone conclusión muy distinta de la que los intelectuales patrocinan. La conclusión de la lógica y del patriotismo es ésta: en vez de arrinconar y dejar que se muera el euskara, es preciso cultivarle filial y piadosamente. El buen sentido hablaba por boca del insigne Axular cuando escribió las siguientes palabras: "Baldin egin balitz euskaraz hanbat liburu nola egin baita latinez, francesez edo bertze erdaraz eta hitzkuntzaz, hek bezain aberats eta konplitu izanen zen euskara ere, eta baldin hala ezpada, Euskaldunek berek dute falta eta ez euskarak,, (1).

(1) Geroko gero: Irakurtzalleari.

Por debajo de los intelectuales-que tampoco vuelan muy alto—se arrastra la turba grosera de los utilitarios. Éstos no se entretienen en construir sistemas ni coordinar ideas generales; su empirismo no rebasa la línea de las sensaciones de índole social. Los que hablan baskuenze son pocos; los que no le hablan, muchísimos; á los baskos les interesa ir á países extranjeros, ó albergar en el propio á gentes extrañas; para las relaciones que en ambos casos se han de entablar es inútil el baskuenze; conviene hablar castellano, conviene hablar francés, no conviene hablar euskara: luego no se debe hablar. Estos silogismos de pupileras, desde su punto de vista son irrebatibles, como desde el suyo lo fueron los de los cerdos de Epicuro. El idealista Unamuno, sin proponérselo, insuflará nuevos bríos á los secuaces de Alberico y Fafner; y los que hayan adornado su inteligencia con las monedas que en el bolsillo se metieron, disfrazándose ahora de cultos, dispondrán de nuevas razones para proseguir la deseuskarización del país.

Acaso esperáis, señores, que yo refute tan menguados afectos y pensamientos tan ruines. Os equivocáis. Si á mí me presentasen un hijo desnaturalizado, incitándome á que le convenciese debía de amar á su madre, no sabría qué decirle; mas estoy seguro de que la reprobación pública le envolvería. Os invito á que la desencadenéis contra los malos baskongados.-HE DICHO.

DISCURSO

EN LAS

FIESTAS EUSKARAS DE OÑATE el día 29 de Septiembre de 1902

EXCмO. SR., SEÑORAS Y SEÑORES:

N poeta contemporáneo, queriendo ponderar la altísima significación del silencio, decía que "desde el instante mismo que una cosa realmente importante habría de salir de nuestros labios, nos vemos obligados á callar..... las almas se pesan en el silencio,,. Con efecto, entre el sentimiento profundo que aletea en la entraña más recóndita de la vida, y las palabras, materiales y concretas de suyo, no existe adecuada correspondencia. Esta es la causa de que busque ahora y no halle el modo de exteriorizar verbalmente mi agradecimiento á la Excelentísima Diputación de Gipuzkoa, por el honor de convocarme á las Fiestas euskaras que se celebran bajo su amparo y patronato ilustres.

Si yo consiguiese establecer correspondencia entre mis afectos y mi palabra, comunicaría el relieve de la escultura al elogio que á la Corporación provincial tributan cuantos conocen la inteligencia y la

honradez de su administración, en todo tiempo y lugar ejemplares, pero sobre todo en una época y nación donde esos cuerpos administrativos están marcados con el estigma de la incapacidad y aun con el de la delincuencia.

Esto es mucho; pero todavía la Excma. Diputación de Gipuzkoa estima que es poco, y suma, á los deberes dimanados de su ley constitutiva, otros que le dicta el concepto de ser material sucesora de la venerable y nunca bastante llorada Diputación general, forma del poder ejecutivo ideada por el pueblo euskaldún cuando era dueño de sus propios destinos. En una palabra, la Diputación de Gipuzkoa se considera á sí misma como depositaria de una tradición gloriosa, como personificación de un espíritu étnico, como órgano de una vida colectiva que la naturaleza y la historia tejieron en sus resonantes telares. Buena prueba de que así piensa y siente la Diputación de Gipuzkoa, es el programa de las actuales fiestas de Oñate, donde el culto á las costumbres populares castizamente baskongadas y á las usanzas forales se hermanan; y singularmente el acto que estamos celebrando en honor del milenario y maravilloso baskuenze, heraldo vibrante de nuestra ingénita independencia; y si no pareciese mal mezclar cosas de tan desigual valor, así mismo lo demuestra mi presencia en este sitio.

Notad, señores, que la costumbre es dar el mayor realce posible á la celebración de los Juegos florales, confiriendo el título de mantenedor de ellos á una de esas personalidades que en las letras, y aun mejor en la política militante, gozan de nacional renombre. Y la Diputación de Gipuzkoa hubiese obtenido la cooperación de un príncipe de las letras castellanas, ó de un leader de los partidos españoles, apenas la hubiese solicitado. ¿Por qué no lo ha hecho? Sin duda porque esos personajes ilus

tres hubiesen reunido todos los méritos que en cualquiera de las regiones peninsulares se aprecian, pero careciendo á la vez de aquella nota que únicamente tiene curso en la baskongada: la exaltación de su raza, la veneración á su lengua, el amor á sus fueros, con la esperanza eterna y la irrevocable decisión de recobrarlos.

II

Ahora me toca á mí, después de solicitar vuestra benevolencia, coadyuvar al fin patriótico de estas Fiestas, que es el de mantener y aun acrecentar el espíritu baskongado. El año anterior en Azpeitia discurrí acerca de la conservación del baskuenze, punto con poca piedad filial traído al debate por el Sr. Unamuno. La misma tendencia práctica que entonces me dominaba, me solicita hoy, obligándome á prescindir de un asunto que ofrecía ancho margen á mis aficiones; trazar, aunque fuese á grandes rasgos, la curiosísima historia de esta noble y leal villa de Oñate, que se cifra particularmente en el áspero combate del feudalismo y el municipio, y en el conflicto verdaderamente trágico que planteó la contraposición del derecho y de la naturaleza, empeñado el primero en aprisionar á la villa dentro del círculo férreo del señorío, y no menos empeñada la segunda en incorporarla, por ley inexorable de la sangre, á la hermandad gipuzkoana. Historia que brinda con graves enseñanzas al jurisconsulto y al político, y uno de cuyos más importantes capítulos sería, á no dudarlo, el que expusiese la evolución psicológica que convirtió la guarida de los ferocísimos banderizos medioevales en templo del saber universitario. Y ya que he aludido á la Universidad, permitidme, señores, antes de pasar ade

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