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nilla (1), P. Coll (2), P. Cappa (3), Asensio (4), Fernández Duro (5), Castelar (6), de la Torre y Vélez (7), amén de un sinnúmero de folletos, algunos de ellos muy estimables, como el del Oficial de la Biblioteca Colombi

(1) Colón en España, Madrid, 1884. Excelente respecto á las conferencias de Salamanca.

(2) Colón en la Rábida, con estudio de los franciscanos en el Nuevo Mundo. Madrid, 1891.

(3) Estudios Críticos acerca de la Dominación Española en América.- Parte primera. -- Colón y los Españoles, Madrid, 1889.-Trátanse con mucho acierto algunas cuestiones.

(4) Cristóbal Colón, su vida, sus viajes, sus descubrimientos. Barcelona, 1887-1891. Biografía popular, bien escrita y muy completa.

(5) Es de los españoles el que más trabajo ha consagrado á despojar de los atavíos de la leyenda algunos puntos de la vida y viajes de Colón. Su principal objetivo ha sido rehabilitar la memoria de Martín Alonso Pinzón, y fuerza es confesar que lo ha logrado. Las más notables de sus obras son: Colón y Pinzón. Madrid, 1886.— Colón y la historia póstuma. Madrid, 1885.- Nebulosa de Colón. Madrid, 1890.-Pinzón en el descubrimiento de América. Madrid, 1892.

(6) Historia del Descubrimiento de América. Madrid, 1892.- Historia y arte juntamente. La verdad histórica se ofrece amplificada con los recursos de una erudición inagotable y ataviada con las galas de una fantasía esplendorosa.

(7) Vida de Colón. Madrid, 1892.-Muy interesante en lo que toca á las conferencias de Sala

manca.

na de esta Ciudad, Sr. la Rosa. También en el extranjero se han publicado muchos y muy laudables trabajos, entre los que han alcanzado gran notoriedad, aunque por cualidades bien distintas, los del conde ítalo-francés, Roselly de Lorgues (1), y del americano Aaron Godrich (2).

Si después de haberlas analizado compa ramos estas publicaciones entre sí, observaremos que se clasifican conforme á tres direcciones, que nos permitimos denominar colombina, anti-colombina y realista ó histórica. Representa la primera Roselly de Lorgues, que hace de Cristóbal Colón un enviado de Dios; de los españoles, unos malvados, y de Fernando el Católico, un verdugo. Representa la segunda Aaron Godrich, para quien la reina Isabel es una codiciosa, una mogigata, hechura del clericalismo; Cristóbal Colón, un ignorante, embustero é hipócrita; los consejeros y letrados de Castilla, varones que se hallaban en cosmografía á la mayor altura de su tiempo, y los marinos de Palos, modelos de

(1) Histoire posthume de Cristophe Colomb. París, 1885.

(2) A History of the character and achievements of the so-called Christopher Columbus. NewYork, 1874.

audacia y de abnegación. Representan la tendencia histórica, que ya inició Navarrete (1), M. H. Harrisse (2), Pinilla, Fernández Duro y de la Torre y Vélez, quienes, libres de apasionamientos y de prejuicios, han emprendido reconstruir la historia de Colón y de su descubrimiento por el registro de nuevos documentos y nueva revisión de los historiadores. Ocioso es decir que por este camino hay que marchar, si hemos de tener algún día una historia verdadera. Como siempre que se entra en un nuevo camino, fácil es que se note en alguno de estos trabajos un tanto de ligereza en el juicio y la consiguiente exageración. Nada tendría de extraño. El espíritu, ansioso de llegar al fin, cuando logra abrirse nuevos horizontes, se lanza á las conclusiones sin detenerse lo bastante en las premisas, y mucho más, ¿á qué no decirlo? si los investigadores somos españoles, que

(1) Colección de los Viajes y descubrimientos que hicieron por mar los españoles desde el siglo XV.

(2) Biblioteca Americana Vetustisima. París, 1866, y Adiciones, 1872. Comprende todos los libros relativos á América publicados desde 1492 á 1551.-Christophe Colomb, son origine, sa vie, ses voyages, sa famille et ses descendats. París, 1884.

tenemos que luchar con el potente vuelo de nuestra fantasía. Sin embargo, fuerza es confesar que ha prevalecido hasta ahora en los investigadores el buen sentido de exhibir documentos más que de formular juicios.

Invitado, con motivo del Cuarto Centenario, á dar en el «Ateneo y Sociedad de Excursiones de Sevilla» conferencias acerca del descubrimiento de América, hube de volver á hojear algunos de los antiguos y modernos historiadores, que tenía medio olvidados, y leer lo más notable de lo que recientemente se había publicado. Los libros de Rodríguez Pinilla y de Fernández Duro me impresionaron fuertemente, desbaratando algunas de las partes que yo creía mejor fundadas. Comprendí que para disipar las dudas que empezaron á mortificarme era menester acudir á las Probanzas del famoso pleito que D. Diego Colón sostuvo contra la Corona y que se guardan en el Archivo de Indias de esta Ciudad (1); mi amigo, D. Nico

(1) Estas probanzas fueron ya conocidas de Navarrete, quien publicó, en el tomo III de su Colección de Viajes y Descubrimientos, un extracto de las dos hechas por el fiscal del Rey. Recientemente, las ha examinado Fernández Duro y dado á conocer en su trabajo Colón y Pinzón, inserto en el tomo X de las Memorias de la Real Academia

lás Tenorio, con una bondad que nunca le agradeceré bastante, me proporcionó copia de los testimonios que interesan á la estancia de Colón en España y su primer viaje á las Indias, y aquellas declaraciones acabaron de echar al suelo casi todo el edificio de mi antiguo conocimiento, presentándome los hechos y las personas bajo un aspecto totalmente diverso de aquél en que los había visto hasta entonces. Fué como un nuevo.mun. do que se abrió ante mis ojos. Me dediqué á recorrerlo con el entusiasmo del neófito, y mi primer propósito de recordar antiguas ideas. se trocó en prolijo estudio, cuyo fruto ha sido el presente trabajo.

Mucho he vacilado si darlo ó no al público. La desconfianza en su mérito y la multitud de escritos acerca de Colón que de un

de la Historia. Mas ni Navarrete ni Fernández Duro se propusieron hacer de las Probanzas un estudio analítico y comparativo, ni si se lo hubiesen propuesto, habrían logrado, con todas sus grandes dotes de investigadores, apurar su contenido: que documentos tan voluminosos y complejos como las Probanzas piden el trabajo de muchas inteligencias para ser vistos en todos sus aspectos. Ocultan todavía las Probanzas, para la historia del Descubrimiento de América, tesoros de informes, que poco á poco irán siendo extraidos y utilizados. Bien hace la Real Academia en publicarlas íntegras,

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