Poetas líricos de los siglos XVI y XVII: Prólogo. Apuntes biográficos. Garcilaso de la Vega. Gutierre de Cetina. Diego Hurtado de Mendoza. Cristóbal de Castillejo. Fernando de Herrera. Francisco de Medrano. Pablo de Céspedes. Francisco Pacheco. Francisco de Rioja. Juan de Arguijo. Baltasar del Alcázar. Juan de Salinas. Pedro de Quirós. Luis de Góngora y ArgoteM. Rivadeneyra, 1872 |
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Página xxvi
... ciego , Fué la academia , oh Lísida , del Prado . ( 2 ) Segun Rodrigo Caro , dijo un satírico de aquel tiempo : Esto hace que valga tan de balde El millar de las rimas y sonetos , Que el divino Herrera escribe en balde . fica nos dió en ...
... ciego , Fué la academia , oh Lísida , del Prado . ( 2 ) Segun Rodrigo Caro , dijo un satírico de aquel tiempo : Esto hace que valga tan de balde El millar de las rimas y sonetos , Que el divino Herrera escribe en balde . fica nos dió en ...
Página xxxix
... Ciego sin lumbre en cárcel tenebrosa . Despues que nos dejaste , nunca pace En hartura el ganado ya , ni acude ( 23 ) El campo al labrador con mano llena . No hay bien que en mal no se convierta y mude ( 24 ) : La mala yerba al trigo ...
... Ciego sin lumbre en cárcel tenebrosa . Despues que nos dejaste , nunca pace En hartura el ganado ya , ni acude ( 23 ) El campo al labrador con mano llena . No hay bien que en mal no se convierta y mude ( 24 ) : La mala yerba al trigo ...
Página 25
... Ciegos , errados en el aire escuro ; Y viendo y contemplando nuestros males , Alégrase de haber alzado el vuelo A ... ciego , Con quien acá se muere y se sospira ; Y en eterna hoiganza y en sosiego Vives , y vivirás cuanto encendiere ...
... Ciegos , errados en el aire escuro ; Y viendo y contemplando nuestros males , Alégrase de haber alzado el vuelo A ... ciego , Con quien acá se muere y se sospira ; Y en eterna hoiganza y en sosiego Vives , y vivirás cuanto encendiere ...
Página 45
... ciego y submerso ! Yo , que por experiencia conocida Tengo la corte ya , voyme riendo De quien sigue tras cosa tan perdida . Y digo que es la corte , si la entiendo , Una cierta ilusion , una apariencia Que se va poco a poco deshaciendo ...
... ciego y submerso ! Yo , que por experiencia conocida Tengo la corte ya , voyme riendo De quien sigue tras cosa tan perdida . Y digo que es la corte , si la entiendo , Una cierta ilusion , una apariencia Que se va poco a poco deshaciendo ...
Página 46
... ciego , Que no puedo dar fe ; mas yo me atengo A que no sale luz donde no hay fuego . Don Jorge , harto mas ancho que luengo , Espera con deseo la camarada ; Yo con las esperanzas lo entretengo . Va el cuitado á palacio , y no se agrada ...
... ciego , Que no puedo dar fe ; mas yo me atengo A que no sale luz donde no hay fuego . Don Jorge , harto mas ancho que luengo , Espera con deseo la camarada ; Yo con las esperanzas lo entretengo . Va el cuitado á palacio , y no se agrada ...
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Poetas líricos de los siglos XVI y XVII: Prólogo. Apuntes biográficos ... Adolfo de Castro Sin vista previa disponible - 1950 |
Términos y frases comunes
agora ALBANIO alegre ALETIO alma amor Apolo aquesta ardiente ARGUIJO bella belleza Bétis blando cansado canto céfiro ciego cielo contento contino corazon corona crece CRISTOBAL DE CASTILLEJO cruel cuidado dama daño deja deseo despues dice dichoso digo divino dolor dulce duro engaño enojos envidia esperanza estrellas eterno FERNANDO DE HERRERA fiero FILENO flores fortuna FRANCISCO DE MEDRANO FRANCISCO DE RIOJA Francisco Pacheco frio fuego fuerza GARCILASO gente gloria habia hallo hermosa hermosura Herrera honra huye importuna Júpiter lágrimas leen llanto llorar luciente Lucrecio lumbre mano memoria mira morir mortal muda mudanza muero muerte mundo nieve ninfa noche ojos olvido ondas osadía paso pecho pena pensamiento perdido piélago pluma porfia pura queda quejas quiero rayos razon Sedano serena siento sombra SONETO suelo suerte sulcar suspiros tambien tierno tierra tormento triste vano vencido ventura verde versos viento vitoria vivo vuelo zampoña
Pasajes populares
Página xxxix - No hay corazón que baste, aunque fuese de piedra, viendo mi amada hiedra, de mí arrancada, en otro muro asida, y mi parra en otro olmo entretejida, que no se esté con llanto deshaciendo hasta acabar la vida.
Página xxxix - Nunca pusieran fin al triste lloro los pastores, ni fueran acabadas las canciones que sólo el monte oía, si mirando las nubes coloradas, al tramontar del sol bordadas de oro, no vieran que era ya pasado el día. La sombra se veía venir corriendo apriesa ya por la falda espesa del altísimo monte, y recordando ambos como de sueño, y acabando el fugitivo sol, de luz escaso, su ganado llevando, se fueron recogiendo paso a paso.
Página xxxix - Con mi llorar las piedras enternecen su natural dureza y la quebrantan, los árboles parece que se inclinan; las aves que me escuchan, cuando cantan, con diferente voz se condolecen, y mí morir cantando me adivinan.
Página xxxix - Materia diste al mundo de esperanza de alcanzar lo imposible y no pensado, y de hacer juntar lo diferente, dando a quien diste el corazón malvado, quitándolo de mí con tal mudanza, que siempre sonará de gente en gente.
Página xxxix - Por ti el silencio de la selva umbrosa, por ti la esquividad y apartamiento del solitario monte me agradaba; por ti la verde hierba, el fresco viento, el blanco lirio y colorada rosa y dulce primavera deseaba.
Página xxxix - ¡Ay!, cuánto me engañaba; ¡ay!, cuán diferente era, y cuán de otra manera lo que en tu falso pecho se escondía. Bien claro con su voz me lo decía la siniestra corneja repitiendo la desventura mía. Salid sin duelo, lágrimas, corriendo.
Página xxxix - ... paciendo va segura y libremente, cuál con el sol presente, va de nuevo al oficio, y al usado ejercicio do su natura o menester le inclina. Siempre está en llanto esta ánima mezquina cuando la /sombra el mundo va cubriendo o la luz se avecina.
Página xxxix - Saliendo de las ondas encendido, rayaba de los montes el altura el sol, cuando Salicio, recostado al pie de una alta haya, en la verdura, por donde una agua clara con sonido atravesaba el fresco y verde prado...
Página xxxix - ... de do viene el temor que nos espanta, y la medrosa forma en que se ofrece aquella que la noche nos encubre, hasta que el sol descubre su luz pura y hermosa...
Página 494 - Ande yo caliente, y ríase la gente. Traten otros del gobierno del mundo y sus monarquías, mientras gobiernan mis días mantequillas y pan tierno, y las mañanas de invierno naranjada y aguardiente, y ríase la gente. Coma en dorada vajilla el príncipe mil cuidados como pildoras dorados ; que yo en mi pobre mesilla quiero más una morcilla que en el asador reviente, y ríase la gente.