Imágenes de páginas
PDF
EPUB

AL CARDENAL CISNEROS.

SONETO.

Cardenal bondadoso, inteligente,
Que encubierto tu cuerpo veo en vano
Con el tosco sayal del franciscano,
Pues la luz del saber orla tu frente:

Con Dios humilde fuiste, mas valiente
Con el terrible y bárbaro africano,
Logrando sostener firme tu mano
Cetro real y cruz de penitente.

Orán, Compluto, el Africa, Castilla
Tu valor admiraron y prudencia;
Fuiste cual astro que esplendente brilla.

En letras, armas, religion y ciencia , ¡Oh, Cisneros ! tus páginas de gloria Con áureas letras grabará la historia.

FELIPE GARCÍA LOPEZ,

alum:'o del Colegio de San Antonio Abad, incorporado á este Instituto.

[ocr errors][merged small]

El siglo octavo corria
De la epopeya famosa
Que á nuestra España gloriosa
Inmortalizar debia.
Ya se acercaba aquel dia,
Término de tantas penas,
En que, rotas las cadenas,

,
Libre quedaria España
De la antigua y fiera sana
De las huestes agarenas.
Amanece

ya

la aurora De aquel dia tan brillante, En què España dominante Del mundo fuera

у señora. Vencida la raza mora , Surca el piélago iracundo, Y de su seno fecundo, Al dulce y mágico són De la voz del gran Colon, Brota hermoso un nuevo mundo.

Grande, inmensa nuestra gloria En aquellos tiempos era : i Ojalá hoy así lo fuera! Sólo ; ay! resta la memoria. Todo era entonces victoria: Nuestra patria fué el Oriente, Nuestra patria el Occidente, Y el sol con vista tranquila ,

Mas no por

Con tan inmensa pupila,
Verla no pudo de frente.

¿Quién las riendas tomará
De tan dilatado imperio ?
¿Quién allá al otro hemisferio
Desde aquí leyes dará ?
Dejad; Dios suscitará
Héroes en este suelo,
A cuyo ardiente desvelo
Tan alto se ha de elevar,
Que le llegue á contemplar
Admirado el mismo cielo.

Cisneros... noble Cisneros...
¡Oh cuánto dice tu nombre!
Aquí teneis el gran hombre,
Primero entre los primeros.

blandos senderos De alfombras, á la fortuna, Ni por ambicion alguna, Se elevára; su divisa Fué siempre humildad sumisa , Como humilde fué su cuna.

En el reinado esplendente De Isabel y de Fernando

y
Yo le contemplo brillando
Cual astro de luz fulgente;
Y cual otro Febo ardiente,
Que de inextinguible llama
Madejas de luz derrama
Por montes, valles, ciudades,
Por extensas soledades,
Y á su ardor el mar se inflama;

Así nuestro héroe inmortal
Tan alto se remontaba,
Que con su vista alcanzaba
Más que el águila caudal.
A un tiempo el gran

Cardenal

A las letras atendia,
Sin los negocios del dia
Descuidar, y hasta la guerra
Llevaba por mar y tierra
Con sin igual valentía.

Alcalá canta las glorias
Que las letras le valieron;
Y lo que sus triunfos fueron
En la guerra, y sus victorias
Canta Orán y las historias.
Con aplausos duraderos,
Con fiestas, himnos sinceros
Ensalcemos á tal hombre,
Y que viva eterno el nombre
Del gran Cardenal Cisneros.

JUAN BALLESTER Y MONTENEGRO, alumno del Colegio Hispano-Remano, incorporado a este Instituto.

AL CARDENAL FR. JIMENEZ DE CISNEROS.

A tí, Cardenal insigne,
Asombro del orbe entero,
A tí saludo y venero
Con afecto ardiente y fiel ;

Que es tu fama sin mancilla
Por tanta y tan grande hazaña,
Y para tu frente España
Guarda perenne laurel.

Tú, cual Prelado y Regente
En esta española tierra,
En la paz como en la guerra
Alcanzaste admiracion;

Pues la maldad refrenaste
Con debidos escarmientos
Y á próceres turbulentos
Impusiste sumision.

Y apenas la huella fijas
Con las legiones cristianas
En las playas africanas
Do se alza Mazalquivir,

Al valeroso Navarro,
A Villarroel y Vera,
En esa noche primera
Mandaste ya combatir.

« AnteriorContinuar »