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ESTUDIO

CRITICO-BIOGRÁFICO

DEL

MAESTRO ELIO ANTONIO DI NEBRIJA,

UNO DE LOS MÁS INSIGNES PROPESORES DE LA ACADEMIA COMMOTION,

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virtud y saber, que dieron celebridad á la Academia Complutense. Y ahora, empezando por aquellos que á su excelso Fundador conocieron y trataron, es naturalmente la grandiosa figura del Maestro Elio Antonio de Nebrija la primera que se ofrece á nuestra consideracion; porque ninguno de cuantos Maestros y Doctores alcanzaron los primeros tiempos de la Universidad de Alcalá reune tantos títulos á la admiracion de los siglos; y por lo tanto, ninguno ocupó puesto tan preferente en el afecto y estimacion del Cardenal de España y Arzobispo de Toledo, D. Fr. Francisco Jimenez de Cisneros, que en su calidad de eminente político, fué profundo conocedor de los hombres, y con certera é investigadora mirada supo reconocer el mérito donde quiera que se encontraba.

Tal es, Señores, el asunto que me propongo exponer y dilucidar en compendioso escrito, esperando que el interes que no le puede comunicar un estilo tan árido como el mio, no permitiéndome mis escasas facultades y una imaginacion harto apagada realzarlo con los encantos de un lenguaje brillante y florido, se lo prestarán las noticias de grandísimo interes que nos suministra la vida del gran Maestro, á quien la voz unánime de los principales escritores contemporáneos, á la cual ha-asentido la posteridad, proclamó, como vamos á demostrar primero, Restaurador de las letras españolas.

Pero todavía habrá de ser más interesante la segunda parte de esta disertacion, en la cual espero probar con las razones más concluyentes, con los más palpables hechos, que Nebrija no fué sólo el ilustre gramático que todos conocen, aunque pocos tienen una idea siquiera aproximada de la indole y valor de sus escritos; sino que fué ademas un insigne repúblico, un hombre de gran corazon y levantados pensamientos, á quien honraron con su amistad y confianza los Reyes Católicos, á quien prodigó toda clase de distinciones el Cardenal, que logra al fin atraerle á su Universidad, donde termina gloriosamente el gran Nebrija una larga vida, consagrada exclusivamente al cultivo de las letras y al servicio de su patria.

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En una de las comarcas más bellas de la bella Andalucina, en territorio de la actual provincia de Sevilla, casi lindando con la dos Cádiz, sobre un lecho de verdura nunca marchita, no ballo intellemente recostada una Ciudad, que bien puede llamarne la inmortal Las brija (*), pues que, segun la opinion más generalmente alunitidin, fundada en siglos muy remotos por los Fenicios, mantienesa joven siempre y floreciente a traves de los tiempos y de Ise invasion diferentes pueblos que sucesivamente han dominal, nuestra min sula, y en particular las feraces campiñas de la antiguas

, 13:15(**), Citanla, en efecto, con el nombre de Vchrissa, varios anti tores, griegos y latinos, como Estrabron, I'linir, y I'm: 1 61 particular la celebra Silio Itálies), styrinia de la import514,112 que blaciones de los Tardetanca, que artithra, 2026,7 14, 16, I'm

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vor de los Cartagineses al principiar la segunda guerra Púnica (*). Mas si por este concepto es ya Lebrija inmortal, con más fundado motivo puede aspirar á los honores de la inmortalidad desde que fué la cuna del gran Maestro Elio Antonio de Nebrija, ó el Nebrisense, que es como se apellida él mismo constantemente, sustituyendo con el nombre de su pueblo natal los honrosos apellidos de sus padres, que se llamaron Juan Martinez de Cala é Hinojosa y Catalina Harana de Ojo; los cuales, si han quedado oscurecidos—aunque buen cuidado tiene de transmitir sus nombres á la posteridad en una de sus mejores elegias—en cambio, previendo él mismo la eterna fama que estaba reservada á sus escritos, ha dado, como él mismo añade, á su patria una vida imperecedera (**).

Un año antes de darse la batalla de Olmedo, tan desastrosa para los rebeldes que se habian coaligado contra Don Juan II, y para el rey de Navarra, nace Don Antonio de Nebrija, y de consiguiente, en el año 1444 (***). Sus padres, de noble origen y de honesta medianía, se afanan por darle una educacion esmerada; y clara muestra daria en sus primeros estudios de felices disposiciones para el caltivo de las letras, cuando á la edad de catorce años le envian á la Universidad de Salamanca. Durante los cinco años que frecuenta

(*) Ac Nebrissa Dionyseis conscia thyrsis-Quam Satyri coluere leves redimitaque sacra-Nebride et arcano Menas nocturna Lyæo. «Tambien Nebrissa (despliega sus estandartes), la que rinde especial culto » á Baco, allí donde tienen su morada los ligeros Sátiros y las Ménadas, que celebran de noche los mis» terios de aquel dios, cubierta la cabeza con una piel de ciervo), libro 111.V.- Nebrija, que en el prólogo de sus Introducciones latinas recoge con su vasta erudicion cuantas noticias sobre su pueblo natal nos han transmitido escritores griegos y romanos, cita tambien estos versos de Silio Itálico, haciendo, ademas, la observacion muy curiosa de que la voz Nebrissa parece derivarse de nebris, idis, que significa la piel de que se revestian las Bacantes en las fiestas de Baco. (**) Refiriéndose á su patria , se expresa de este modo en la elegia que ya hemos mencionado:

Illa mihi dedit hunc vitae mortalis honorem;

Sed studiis nostris, illa perennis erit. Reconociéndolo así la ciudad de Lebrija , de los fondos y rentas de una antigua Hermandad ha destinado una gran parte á la dotacion de una cátedra de Latinidad y Humanidades, cuya existencia , si bien no se formalizó hasta el año de 1527, habiéndose aprobado las Ordenanzas que habian regido desde entonces, en virtud de Real Provision de 1774 y acuerdo de la Audiencia de Sevilla de 1779, se sabe por los escasos documentos que han escapado a la voracidad del tiempo, que su antigüedad se remonta al año 1495, es decir, á la misma época en que floreció nuestro célebre gramático, á cuya instancia se cree que se puso el fundamento de dicha cátedra; y para honrar su memoria se impone como condicion invariable en dichas constituciones, articulo 87, «el que el catedrático haya de enseñar necesaria» mente la Gramática latina por el Arte que se dice s'r de nuestro célebre patricio, el Maestro Elio » Antonio de Lebrija.) Ademas, se manifiesta en el artículo 8.o de las mismas Constituciones el propósito a de construir la ca-a de la Escuela en el solar que fué casa del citado Maestro, en honor y mcmoria suya.)

(***) Así lo dice él mismo en uno de los prólogos á su Diccionario: Natus sum anno antequam a Joanne II est feliciter dimicatum,

que le

aquellas aulas, que eran sin duda alguna el principal foco de luz científico y literario de la Península, oye, entre otros célebres Maestros, en Matemáticas, á Apolonio ; en Fisica, á Pascual Aranda; y en Filosofia Moral, á Pedro de Osma, el más fecundo y sabio escritor de su tiempo, despues del «Abulense) ó el «Tostado) (*).

Ya entónces empieza a definirse aquella aficion decidida a los estudios clásicos, á cuyo cultivo y propagacion habia de consagrar todo el resto de su vida ; pues él mismo nos dice que

así permitió su edad hacer apreciaciones ( aliquid sapere) sobre las cosas, empezó á barruntar lo que era una realidad en efecto, á saber, que si no por falta de instruccion, eran aquellos hombres rudos en la manera de expresarse (**).

No es, pues, maravilla que despues de cursados cinco años en Salamanca con el extraordinario aprovechamiento que supone el haber alcanzado por oposicion una de las dos becas que podia conferir aquella Universidad para estudiar en el Colegio de San Clemente de Bolonia, fundado por el cardenal Gil de Albornoz, contemporáneo del Petrarca, y gloria de nuestra España, fijo su pensamiento en los estudios literarios, que veia tan postergados en nuestra patria, volára al país donde, merced a la llegada de algunos sabios griegos fugitivos de la ciudad de Constantinopla, recientemente tomada por los turcos, apuntaban los albores del renacimiento de la literatura clásica. Recorre allí las principales ciudades, recogiendo en todas partes tesoros cuantiosos de conocimientos y erudicion, y muy especialmente durante los cinco años que pasa en Bolonia, donde es uno de sus maestros el renombrado Galeoto Marcio, á quien cita con frecuencia en sus obras.

Ya es tiempo, Señores, que paremos la consideracion en lo que podemos llamar el norte de todos los actos de su vida, que todos

(*) Mostrándose reconorido discipulo, hé aquí los términos en que le elogia al final de la Apologia, de que hablaremos mas adelante : Quanto ingenio et eruditione furrit Magister Petrus Oromensis, nemo est qui ignoret; quum post Tostatum illum 41 Sulmaticmnsi sehela stico Episcopum Abulensem, omnium judicio apud fuerit nostra ætate in oinni genere doctrina facile princeps.

(**) Suspicatus sum id quod erat, riros illos, si non scientia , sermone tum imperitos fuisse. En el prólogo arriba citudo.

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