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do empuña él mismo la nave del Estado, haciendo que ni por un instante, como si fueran los tiempos más bonancibles, cese de proseguir su marcha hácia un próspero porvenir ; siendo así que, regida por manos menos expertas, se hubiera cien veces estrellado en las intrigas y manejos de formidables enemigos?

Y en este gran hombre de Estado, no ya nuestros escritores nacionales, sino áun los más afamados entre los extranjeros, admiran á uno de los genios más extraordinarios y más benéficos, que sólo de tarde en tarde envia á este mundo la Divina Providencia para encumbrar á los pueblos, sin que en nuestro Cisneros se perciban siquiera aquellas manchas que deslucen áun al más esplendoroso de los astros; viéndose obligados los mismos escritores de allende los Pirineos, que son tan celosos de sus glorias nacionales, entre ellos Flechier, que de su elegante y clásica pluma hace instrumento de las más entusiastas alabanzas del Cardenal, como él le llama (*), á confesar la superioridad de los talentos y demas cualidades del gran Jimenez sobre las del mismo Cardenal Richelieu, que preparó el

gran siglo de Luis XIV, y consignando con mucha detencion esta misma superioridad uno de los escritores alemanes más profundos de nuestros dias (**).

Pues bien, este varon extraordinario, bien lo sabe el ilustrado público que me dispensa su benevolencia, es precisamente el ilustre fundador de la Academia Complutense, de la cual se glorian de continuar las enseñanzas la Universidad Central, y en lo tocante á los estudios filosóficos y de humanidades nuestro Instituto, que hoy lleva su nombre; siendo a la vez esta Universidad, depositaria de sus recuerdos y de sus glorias, la que ha encomendado á los más hábiles pinceles de nuestros tiempos el perpetuar en estos suntuosos muros las imágenes de sus más preclaros hijos. Y digamos ahora, supliendo con su admiracion la distinguida concurrencia que me

(*) Titúlase simplemente su obra, l'Histoire du Cardinal.---Paris, 1693.

(**) Me refiero al Doctor Ch. J. Hefele, autor de la obra que tiene por títalo : Le Cardinal Ximenės et l'Église d'Espagne, traduit sur la seconde édition.–Paris, 1860.

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escucha , la insuficiencia de mis elogios. ¡Loor al varon insigne que con su acertada gobernacion supo trazar y anduvo gran parte del camino que nos habia de conducir rápidamente á aquel brillante siglo de oro, que lo habia de ser de nuestras grandezas y á la vez de

y las letras y bellas artes ! Y pues creyeron fundadamente sus contemporáneos, habiendo hecho con ellos coro las sucesivas generaciones hasta nuestros dias, que está disfrutando de inmensa gloria en la mansion de los justos (*), roguémosle que, como á hijos suyos, algo infunda en nuestro ánimo de aquellos magnánimos sentimientos, de aquellas heróicas virtudes, que eran congénitas en nuestros antepasados, é hicieron á España tan grande y tan respetada de todos los demas pueblos de la tierra.

(*) Sabido es que mientras los estudios de esta Universidad siguieron en Alcalá, donde los estableció Cisneros, todos los años, la víspera y el dia de San Eugenio, se le hacian solemnes honras por el

y Rector y Colegio de San Ildefonso y todo el Claustro, y que en la creencia de que ya gozaba del eterno descanso, suprimieron más adelante los sufragios que al principio se hacian por su alma; y en prueba de que esta veneracion á Cisneros se ha perpetuado hasta nosotros, nada puedo hacer mejor que trascribir las elocuentes frases con que cierra su biografía el ya citado escritor Navarro y Rodrigo : «No » hace muchos años, en 1857, ilustres sabios, grandes magnates, corporaciones literarias, populares y Drclesiasticas, acudian á Alcalá para asistir a una solemne y piadosa ceremonia en honra de nuestro Dhéroe. Trataban de trasladar los restos mortales de nuestro gran hombre al rico mausoleo, al mag.

nifico enterramiento de mármol que se le construyó en la iglesia Magistral de su ciudad querida, en Dla célebre y antiquísima Alcalá de Henáres, que no ha sido ciertamente ivgrata con su protector de Dotros tiempos, porque recibe con respeto su memoria de las generaciones que se van, y la trasmito D con entusiasmo á las generaciones que vienen.)

ESTUDIO CRITICO-BIOGRÁFICO

DEL

MAESTRO ELIO ANTONIO DE NEBRIJA,

UNO DE LCS MÁS INSIGNES PROFESORES DE LA ACADEMIA COMPLUTENSE.

«Honrar á los que fueron, para que las hazañas de aquéllos sirvan de estímulo á los que hoy existen », con razon dijo que debia formar parte del programa de estas funciones, en la primera que se ha celebrado, uno de los más autorizados Profesores del Claustro de este Instituto (*), aunque dando siempre principio con el elogio de nuestro excelso Titular.

A la verdad, Señores, que realizar por primera vez tan legítimos deseos, fuera en mí temeridad insigne, si me lanzára de impulso propio á empresa tan superior á mis fuerzas; pero aliéntame la esperanza de que, teniendo en cuenta que vengo á cumplir un encargo que no me ha sido posible eludir, acogeréis con alguna benevolencia este mi modesto trabajo, con el cual se inauguran una serie de estudios crítico-biográficos sobre los hombres más notables por su

.(*) Véase la Reseña y acta de la sesion pública celebrada en este Instituto el dia 26 de Mayo de 1878, discurso del Dr. Galdo, pág. 45.

virtud y saber, que dieron celebridad á la Academia Complutense. Y ahora, empezando por aquellos que á su excelso Fundador conocieron y trataron, es naturalmente la grandiosa figura del Maestro Elio Antonio de Nebrija la primera que se ofrece á nuestra consideracion; porque ninguno de cuantos Maestros y Doctores alcanzaron los primeros tiempos de la Universidad de Alcalá reune tantos títulos á la admiracion de los siglos; y por lo tanto, ninguno ocupó puesto tan preferente en el afecto y estimacion del Cardenal de España y Arzobispo de Toledo, D. Fr. Francisco Jimenez de Cisneros, que en su calidad de eminente político, fué profundo conocedor de los hombres, y con certera é investigadora mirada supo reconocer el mérito donde quiera que se encontraba.

Tal es, Señores, el asunto que me propongo exponer y dilucidar en compendioso escrito, esperando que el interes que no le puede comunicar un estilo tan árido como el mio, no permitiéndome mis escasas facultades y una imaginacion harto apagada realzarlo con los encantos de un lenguaje brillante y florido, se lo prestarán las noticias de grandísimo interes que nos suministra la vida del gran Maestro, á quien la voz unánime de los principales escritores contemporáneos, á la cual ha-asentido la posteridad, proclamó, como vamos á demostrar primero, Restaurador de las letras españolas.

Pero todavía habrá de ser más interesante la segunda parte de esta disertacion, en la cual espero probar con las razones más concluyentes, con los más palpables hechos, que Nebrija no fué sólo el ilustre gramático que todos conocen, aunque pocos tienen una idea siquiera aproximada de la indole y valor de sus escritos; sino que fué ademas un insigne repúblico, un hombre de gran corazon y levantados pensamientos, á quien honraron con su amistad y confianza los Reyes Católicos, á quien prodigó toda clase de distinciones el Cardenal, que logra al fin atraerle á su Universidad, donde termina gloriosamente el gran Nebrija una larga vida, consagrada exclusivamente al cultivo de las letras y al servicio de su patria.

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