Imágenes de páginas
PDF
EPUB

lo de adelante atrás, de tal manera que dándole vueltas la acaben de rasgar y consumir. Y es de mirar y aun de maravillar de una cosa, que aquellos que mas santidad y mas celo tienen de lo bueno, esos son los que mayor portillo hacen y mas desmoronan el bien del negocio; y así les ha de acaescer allá, que con sobra de celo y falta de entendimiento, han de dar algunos tal corte, que den con todo ello en el suelo, de tal manera que venido acá le hallen tantos impedimentos y bajos, que sea necesario tornar á negociar el negocio de nuevo; y por esto digo que ni el rey ni el Papa le darán asiento, sino solo Dios, el cual con los desatinos y cegueras que los hombres hacen, agora sea con buen celo agora con malo, viene Dios á cumplir su propósito. Si Dios fuera servido que este negocio se acertara por la via humana que se podia entender, yo dí el corte y parecer en ese Consejo, bien cumplido, con que esta tierra se perpetuaba, y el rey y todos sus vasallos se enriquecian, é los indios naturales mejor se conservaban; de lo cual es testigo el Sr. conde de Osorno, y el Sr. obispo de Lugo, y el secretario Sámano, que entonces y agora estaban y están presentes; pero como Nuestro Señor no fué servido que este negocio se guiase por juicios ni acertamientos de hombres, cegó los juicios á todos de tal manera, que entonces no hicieron nada; y así los cegará agora para que tampoco lo concluyan y acierten. Y porque yo tengo obligacion á Dios como cristiano, y al rey como su vasallo, y á toda esta tierra como hombre que há mas de treinta años que móro en ella, y tengo conocido por larga experiencia muy profundamente muchas cosas della, quiero avisar de una cosa, la cual es muy cierta, y aun certísima, aunque creo no será creida ni admitida de todos, é por ventura será blasfemada de muchos; y es que todas las leyes y ordenanzas é asientos y conciertos y premáticas y provisiones que hicieren para la perpetuidad desta tierra é para el bien de los naturales della, que fueren fundadas sobre este presupuesto, que todos los indios della se han de acabar y consumir muy presto, serán todas muy buenas é muy acertadas: y todas las leyes y ordenanzas y asientos &c. que se hicieren sobre este presu→ puesto, que los indios de la Nueva España han de ser perpetuos y permanecer en ella, todas serán erradas y mal acertadas é dañosas é destruidoras de todo bien desta gran república. Esto que

lo

digo ahora dije entonces, en aquel tiempo que me hallé en ese Consejo, que es que los indios se habian de acabar muy presto, cual agora torno á decir y firmar y confirmar; et non præteribit generatio ista, donec omnia fiant. Digo que los que agora son niños de nuestra nacion, cuando vinieren á la edad de setenta años, á mas alargar, verán el fin y cabo y consumacion de todos los indios que agora están enseñoreados y sujetados de cristianos españoles en esta Nueva España, y por ventura se cumplirá antes de cuarenta años; y esto es muy cierto y certificado, aunque à algunos parezca blasfemia; pero fuérzame á decirlo el deseo que tengo que este negocio se acertase, ansí para el bien de los indios como de los españoles que moran en esta tierra, porque sé que cuanto se hiciere é ordenare fuera deste presupuesto, ha de ser muy errado y muy dañoso á todos los estados della: é para confirmacion desto, porque vean como Nuestro Señor va confirmando con obras lo que yo digo por palabras, sepan Vuestras Caridades que despues que desta Nueva España se partieron, desde ocho meses á esta parte ha habido tan gran mortandad de indios, mayormente en México é en veinte leguas alderredor, que no se puede creer; pero por lo que diré podrán conjeturar todo lo demas. En Tascala mueren agora ordinariamente mill indios cada dia, y aun dende arriba: y en Chulula dia ovo de novecientos cuerpos, y lo ordinario es cuatrocientos, y quinientos, y seiscientos, y setecientos cada dia. En Guaxocinco es lo mismo, que ya casi está asolada. En Tepeaca comienza agora, y así ha andado en derredor de México y dentro en él, y va cundiendo cada dia adelante. Es cosa increible la gente que es muerta, y muere cada dia. En este nuestro pueblo de Tepetlaoztoc donde agora estoy, ya pasan harto de catorce mill los que son muertos. Esta carta podrán Vuestras Caridades mostrar á las personas que les paresciere que pueden aprovechar en este negocio, porque á lo menos si erraren siguiendo otro parecer, no tengan excusa diciendo que no fueron avisados dello una y muchas veces. Y aunque todo lo que he dicho, y mucho mas que podria decir, tengo para mí que no ha de aprovechar; pero aunque sea así, haga el hombre lo que debe, que con hacerlo cumple con Dios Ꭹ con los hombres y consigo mismo. El navío en que vino Andrés de Barrios se perdió cerca del puerto, que dél no se salvó

sino las personas é algunas cartas que escaparon en los senos algunos pasajeros. En lo demas, acá mueren y allá mueren, é las mas ciertas nuevas que se escriben son que de allá nos escriben los que han muerto, y de acá les escribirán los que han fallecido; de manera que navegando y remando, al fin todo viene á fenecer en morir. Plega á la divina bondad dar á Vuestras Caridades su divina gracia y los conserve en su amor. Deste pueblo de Petaoztoc (TEPETLAOZTOC), en la Nueva España, á 11 de Setiembre deste año de 1545 años.

No hay firma en el sobrescrito dice: Traslado de la que escribe el mismo P. Fr. Domingo á los P. provinciales y procuradores que fueron de México á la corte.

(Copia coetánea.)

PARECER DE ALONSO DEL CASTILLO.

Alonso del Castillo, vecino desta cibdad de Tenuxtitán, respondiendo al parecer quel Sr. Lic. Márcos de Aguilar, justicia mayor en esta Nueva España por la Cesárea Católica Majestad del Emperador nuestro Señor, pide para informar á S. M. si será bien poner los indios desta Nueva España en libertad, ó darlos perpetuos ó por vasallos, digo: que en cuanto á la libertad dellos no es mi parecer que tal se les dé, porque con todas las imposiciones y tributos que ellos antes daban á Montequezuma, ni agora de nuevo se les podiese imponer, no bastaria lo que en diez años diesen para pagar un año á los españoles que solamente hay necesidad en la tierra para la tener segura que no se alcen, aunque fuese muy moderado el salario que se les diese. Y ellos estando en libertad y solos, tornarian con mas fuerza que de primero á idolatrar y sacrificar y hacer todos los otros ritos que ellos tienen, y no se hallarian españoles en la tierra que por interese del salario quisiesen residir en ella. Darlos perpetuos para que se hereden por via de mayorazgo, y que no se devidan en partes, sino que sucedan en los hijos mayores ó parientes mas propincuos, desta manera los naturales serian mejor tratados y conservados, y con amor curados y reformados en sus necesidades, como cosa propia, y serian industriados en las cosas de nuestra santa fe, que es el principal respeto que se debe tener; porque teniéndolos los españoles amor y por suyos propios, han de trabajar su conversion con mucha diligencia. Y desta manera las rentas de S. M. serán mas acrecentadas, porque trabajarán de buscar oro y descobrir minas, é poner heredades é otras granjerías, lo cual no hacen al presente, porque

no tienen en ellos propiedad, ni mas mando de lo que quiere el que gobierna, que son mercenarios, y desta causa son destruidos, y no se procura su conservacion, como se ha visto por experiencia en las islas, que las mudanzas de los repartimientos destruyeron y acabaron los indios; y tal principio lleva esta tierra, si no se remedia de dallos perpetuos, porque los españoles ternán mas amor á la tierra, é se ennoblezca; é porque cada uno procura de labrar é poner viñas é árboles, é dejar sus hijos en esta tierra, é no ternán pensamiento de robarlos é irse á España, como hasta aquí lo hacen ; Ꭹ S. M. descargará su real conciencia, así con los naturales, porque esto les conviene, como con los conquistadores, que tan bien lo han servido: y este es mi parecer en mi conciencia, á todo lo que alcanzo y sé de la tierra, como hombre que en ella se ha hallado, y tengo experiencia de lo susodicho. - ALONSO DEL CAS

TILLO.

(Original.)

« AnteriorContinuar »