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Y el juéves por la mañana salimos, y venimos á dormir en Ocotla: se anduvo mucho y se llegó muy noche. Y el viernes salimos, y venimos á dormir en Tonalá, y allí estuvimos un dia, que fué sábado, que tambien allí le dieron de comer al Sr. D. Francisco, y se llamaba el de allí asimismo Guzman y D. Pedro; y el domingo todavía oimos misa allí, y luego salimos y nos venimos á dormir en un valle, orilla de un rio junto á unos sauces; y el lunes salimos de allí muy de mañana, y venimos á dormir en Cuixiopoiantzinta, y allí una mujer le dió á D. Francisco unas tortillas blancas. Y salimos mártes, y venimos á dormir á orillas de un gran rio, y le pasamos con canoa, y los caballos los echaron á nado para pasarlos llevándolos estirando por una canoa; y el rio era tan hondo, que no alcanza con la vista su profundidad, y no tenia juncia ni carrizo; y luego salimos de allí el miércoles, y venimos á dormir en un valle á orillas de un rio, que habia mucho mosquito; y allí tiró el Sr. D. Francisco Maldonado una culebra de dos brazas, que iba entrando en un agujero, con dos flechas, y era sobretarde y la desollaron. Y el juéves salimos, y venimos á dormir al pié de un cerro, y el camino que anduvimos estaba enlosado, y venimos á dar en unas aguas calientes, que antes de llegar á ellas, diversas veces vimos humo hacia donde estaban, que se levantaba mucho, y luego que llegamos allí se desapareció el humo, y luego vimos que por donde salia el agua caliente hacia un brocal de peña, que tenia como dos brazas de redondo por la parte de abajo; y cuando queria salir el agua se ponia blanquizca la peña, y se encendia mucho, y luego salia de repente el agua caliente haciendo muy gran ruido, y se llevaba mas de cinco brazas en alto; y allí el Sr. D. Francisco Maldonado asó tocino y se coció muy bien. El agua caliente por donde salia se levantaba en cinco partes, todas de una misma manera, y en tres partes estaba hirviendo agua muy turbia y lodosa. En todas las partes que sale, luego se consume y se pierde, y está allí un árbol de sabino, y como á manera de un asiento está otro; y cuando vino á hacer asiento el Sr. D. Francisco iba ya declinando el sol, y cuando se levantó de allí ya quedaba muy poco para entrar el sol, y llegó ya muy noche en donde todos fueron á parar para dormir. Y el viernes salimos de allí, y fuimos á dormir á Tlazazalco; todo el dia se corrió por unos mezquitales; ya se iba po

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niendo el sol cuando nos llegamos. Y luego salimos el sábado, y venimos á dormir á Mechoacan, y allí le fué á recibir al Sr. D. Francisco de Sandoval el trompetero Tequimotzil, que llevó la comida de tortillas abizcochadas, y otras grandes apiladas, cacao molido en pedazos y en polvo, pinole molido, mantas, camisas, zaragüelles, y alpargatas ó calzado, que dió y repartió á todos los principales. Y allí estuvimos tambien el domingo y lúnes, que fueron por todo tres dias; y el mártes venimos á dormir en Teocuitlatlan, que era de Carnestolendas, que allí el señor del pueblo, que se llamaba D. Francisco, dió dos aves de la tierra, y un jamon de tocino, y una arroba de vino. Y otro dia siguiente, miércoles, tomamos ceniza, y luego comenzamos á marchar; y el dicho miércoles venimos á dormir á Hovacallio en casa de un español, y llegamos todavía con sol; y allá le dió de comer el señor de Michoacan, llamado D. Pedro; y el juéves venimos á dormir en una montaña de la sierra Quetzaltepetl; y el viernes salimos de aquí, y venimos á dormir en Taximaroa, y llegamos á vísperas; y el sábado salimos, y venimos á dormir al pié de la sierra Coliuqui, muy alta, y en una montaña que todo el dia le ocupamos en subir; y el domingo salimos de allí, y venimos á dormir á orillas de un monte que se dice Metlahac; tambien ocupamos todo el dia á bajar. Y el lunes salimos de allí, y venimos á dormir en Tlalchichilco; ya era tarde cuando llegamos. Y el mártes salimos de allí, y venimos á dormir en Toluca, y estuvimos allí el miércoles todo el dia; y allí le dieron de comer á D. Francisco los dos señores de Toluca, que el uno se llamaba D. Luis, y el otro D. Felipe; y salimos de allí juéves, y venimos á dormir en Acaxuchic, y allí le salió á recibir al Sr. D. Francisco su hermano D. Pedro Tlacatecultzin. Y el viérnes salimos de allí, y venimos á dormir en México, y allí estuvimos dos dias, sábado y domingo, y no hizo mas de despedirse del señor visorey D. Antonio de Mendoza, por lengua de intérprete Antonio Ortiz, diciéndole : « Decí á su Señoría Ilustrísima que le vengo á besar la mano, y darle la bienvenida de haber vuelto con bien de la jornada que su Señoría ha hecho de la tierra de los chichimecas, con tan prósperos sucesos, sin ningun desastre ni enfermedad ; y que Dios le ha traido con bien á su casa y corte en esta ciudad de México: descanse su Señoría Ilustrísima que le vengo á

pedir licencia para irme á su pueblo San Luis Tlalmanalco. » Y luego se lo refirió todo el intérprete al señor visorey, y luego dió su respuesta el dicho intérprete diciendo: «Dice su Señoría Ilustrísima que estoy muy agradecido á D. Francisco y muy satisfecho de lo bien que lo han hecho los chalcas con el marques cuando vino á la conquista y pacificacion de este reino, y que le ayudaron en todas las guerras que tuvo el dicho marques; que vaya muy en hora buena á su casa y pueblo de Tlalmanalco á descansar, y cada y cuando que se le ofreciere cualquier cosa, yo haré lo que me pidiere, y le favoreceré. » Y el lunes salimos, y venimos á dormir junto á un pino en un llano, y llegamos ya noche; y el mártes salimos de allí para este pueblo de Tlalmanalco: y el órden que se tuvo para recibir al Sr. D. Francisco: primeramente le salieron á recibir una banda de los principales en Tochitltezacuilco; otra banda que fué la segunda en Ictlan; la tercera en Ostotipac, que iba con ellos D. Fernando Guzman, que le recibió allí donde se dice Iztompatepec, y Joaquin Tlecomalhua, y Cristóbal Maldonado, Bernardino Tlacochcalcatltecutli, y todo el resto de los demas principales, y las señoras, y por todas partes toda la gente plebe á recibirle; y por todo el camino fueron arcos y juncia por ambos lados de él hasta dentro de la iglesia; y asimismo se pusieron tablados de trecho en trecho, cubiertos de juncia; y de la misma manera estaba adornado desde la dicha iglesia hasta los palacios del dicho D. Francisco de Sandoval, que se adornaron por todas partes de flores, comenzando este adorno desde el dicho puesto Iztompatepec. Y luego dió la bienvenida el dicho D. Fernando, y todos los principales y mandones, y las señoras que en esta ocasion estaba aquí por guardian Fr. Cristóbal Ruiz. Aquí se acaba la jornada que hizo el Sr. D. Francisco, cuando fué á la conquista y pacificacion de los pueblos de los chichimecas aquí nombrados y declarados en esta relacion que se ha hecho.

El Sr. D. Francisco de Sandoval me mandó á mí Gabriel de Castañeda, principal y natural del barrio de Michoacan Colomochco, fuese asentando y escribiendo todos los dias lo que fuese sucediendo cada dia en esta jornada. Lo firmé de mi nombre, que pasó ante mí.-GABRIEL DE CASTAÑEDA.

Yo Pedro Vazquez, intérprete de esta real audiencia, trasunté de la lengua mexicana á la castellana, la Relacion arriba contenida de la jornada que hizo D. Francisco de Sandoval Acazitli, cacique y señor natural que fué del pueblo de Tlalmanalco, provincia de Chalco, con el señor visorey D. Antonio de Mendoza, cuando fué á la conquista y pacificacion de los indios chichimecas de Xuchipila, por decreto de su Excelencia su fecha á 21 de Febrero de 1641 años: el cual va bien y fielmente trasuntado, segun mi leal saber y entender; y así juro á Dios y á la Cruz en forma de derecho, y lo firmé, que es fecho en México á 21 de Octubre de 1641 años.PEDRO VAZQUEZ.

(Copia.)

MEMORIAL

DE DON ALONSO DE ZURITA.

S. C. M.― Lo que se suplica á V. M. que sea servido de mandar proveer para que mejor se pueda entender en este negocio, y para que con mas facilidad se consiga el fin que se pretende, que es el servicio de Nuestro Señor y de V. M. y la salvacion de aquellas infinitas ánimas; porque por allí hay entrada para la Florida, y para la tierra nueva adonde fué Francisco Vazquez Coronado, y para el Nuevo México, y para Copala, y para otras muchas provincias todas muy pobladas de gente, y muy fértiles, y de grandes muestras de minas de oro y plata, es lo siguiente:

1. Primeramente, que V. M. sea servido de mandar proveer de un gobernador y capitan para que en nombre de V. M. vaya á poblar aquellas provincias y á traer aquellas gentes de paz, y á que den á V. M. la obediencia como á rey y supremo señor, y que lo reconozcan por tal; y este gobernador y capitan, siendo V. M. servido, sea el Lic. Alonso de Çorita, oidor de la audiencia real de México. 2. Que pueda llevar consigo hasta cien españoles, poco mas ó menos, los que viere que convienen el efecto dicho; y que para á estos los pague V. M. de su real hacienda, y se den de salario y acostamiento á cada uno en cada un año trescientos ducados de Castilla, y que pueda de esto acrecentar ó quitar, conforme á la calidad y ser de cada uno, con que no exceda de la cantidad que sale por todos, á razon de trescientos ducados por año; y que se les paguen dos años adelantados en México, ó á lo menos uno, para que se puedan proveer de lo necesario para la jornada. Ó que V. M. sea servido de mandar que se gasten en cada un año hasta cuarenta ó cincuenta mill ducados, y que se repartan entre esta gente, seña

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