Imágenes de páginas
PDF
EPUB

Acabado de pronunciar el nombramiento, llamó al capitan Cristóbal de Oñate y le abrazó, y con muchas lágrimas le entregó todas las cédulas y provisiones del rey, y le dijo con mucho respeto y cortesía que se acordase de los bienes que habia recibido de Dios, haciéndole amable y bienquisto de todo el reino, por lo cual debia tener siempre presente á su divina Majestad para nunca errar, y que toda su vida se acordase de Dios y de las cosas del servicio del rey; y que si de alguno hiciese justicia, fuese con mucha razon, y que si fuese cosa que se pudiese tolerar sin deservicio de Dios y del rey, la tolerase, y que no justiciase á nadie sin hacerle primero proceso bien sustanciado; y que si el caso fuere tal y que tocase á traicion, y supiese claramente que era verdad, y no ha llase testigos que bastasen á probarlo, ni pudiere reducir al reo con buen modo, sin darle á entender su alevosía y traicion, lo echase con grandísimo secreto donde no pareciese ni le pudiese dañar; pero ante todas cosas acordándose de Dios y llevándole delante. Encomendóle el hacer bien por su alma, y que mirase por sus hijos, y principalmente por sus dos hijas, que quedaban muy pobres y sin casar. Y el capitan Cristóbal de Oñate le prometió obedecerle en todo y seguir sus órdenes é instrucciones, lo cual cumplió despues como quien era. Á los alcaldes, regimiento, eapitanes y demas personas nobles les dijo que respetasen al capi tan Oñate como á persona que habia de representar la de Dios y la del rey, y pidió perdon á todos si acaso en alguna cosa les ha bia ofendido; y habiendo dispuesto las cosas de su alma, la dió á su Criador en el año de mil quinientos treinta y ocho, y fué su cuerpo enterrado en el convento de S. Francisco de Tetlan, que fué el primero que se fundó en esta tierra, como una legua de adonde ahora está Guadalajara, en el medio que hay de la dicha ciudad á Tonalá, entre el pueblo de S. Pedro y Zalatitlan, el cual convento se pasó despues à la ciudad de Guadalajara, cuando se fundó en el puesto que hoy tiene, y los huesos de este esclarecido varon fueron trasladados al dicho convento.

Despues de la muerte del Lie. Diego Perez de la Torre, quedó gobernador el capitan D. Cristóbal de Oñate, y á poco tiempo el virey D. Antonio de Mendoza eligió por justicia mayor a Luis Galindo del Nueva Reino de la Galicia, y le ordenó que hiciese que

1538

los españoles que estaban en Tonalá se juntasen con los que estaban en la villa de Guadalajara en Tlacotlan; y luego Luis Galindo lo mandó y dió una provision para que Diego Vazquez y Miguel de Ibarra pudiesen señalar los solares en una raya que iba señalada á los vecinos de la dicha villa, segun que mas largamente consta de la dicha provision, que está en el archivo del cabildo de la ciudad de Guadalajara, en que se señalaron cien solares, y dieron setenta y nueve á los vecinos pobladores que estaban presentes, quedando veintiuno vacos para dar á los que se fuesen agregando.

Despues de esto, el virey D. Antonio de Mendoza envió por gobernador de la Galicia á Francisco Vazquez Coronado, natural de la ciudad de Salamanca, casado con la hija del tesorero Alonso de Estrada, y llegó á la villa de Guadalajara en este mismo año de mil quinientos treinta y ocho; y luego en diez y nueve dias del mes de Noviembre del dicho año, en presencia del escribano Salinas, el dicho Francisco Vazquez Coronado, gobernador de la Galicia, dijo que por cuanto los regidores que han sido este año de la dicha villa, han desistido de sus oficios ante Su Merced, por peticion, y porque el dicho señor gobernador se iba de la dicha villa á la ciudad de Compostela, de donde no podia venir á tiempo para las elecciones, y pedian y requerian al dicho señor gobernador nombrase quien fuesen alcaldes y regidores de la dicha villa para el año venidero de mil quinientos treinta y nueve; el dicho señor gobernador dijo: que nombraba y nombró por regidores de esta villa eu nombre de S. M. á Diego Proaño y Santiago de Aguirre, y á Juan de Saldivar y á Toribio de Bolaños, vecinos de la dicha villa, porque le parecieron personas hábiles y suficientes para el dicho oficio y de buena conciencia, y que entraran al servicio de Dios nuestro Señor y de S. M., segun que de derecho se requiere. FRANCISCO VAZQUEZ CORONADO.

Fueron recibidos é hicieron juramento en forma; y luego este dicho dia, mes y año, el dicho señor gobernador dijo: que por cuanto en la dicha villa no hay alcaldes ordinarios, y que él está de camino para la ciudad de Compostela, que les mandaba y mandó nombren alcaldes, tales cuales convengan para dicho cargo; y luego los dichos regidores nombraron á Miguel de Ibarra, á Francisco

Barron, á Diego Vazquez, á Maximiliano de Angulo, á Hernan Florez y á Hernan Ruiz de Ovalle, que son personas honradas y de buena conciencia, tales cuales conviene; y luego el dicho señor gobernador estando en cabildo dijo: que nombraba y nombró por alcaldes de esta dicha villa su tierra y jurisdiccion á Diego Vazquez y á Miguel de Ibarra, y como á tales alcaldes en nombre de S. M. les daba su poder cumplido, tan bastante como de derecho se requiere; y fueron obedecidos por el cabildo é hicieron el juramento, y luego nombraron por alguacil á Alonso Lorenzo, y por escribano á Juan de Salinas.

CAPÍTULO XXVIII.

En que se trata como el Emperador D. Cárlos hizo ciudad á la villa de Guadalajara, y le dió escudo de armas este año de treinta y nueve &c.

Don Carlos, por la divina clemencia Emperador semper augusto, Rey de Alemania; Doña Juana su madre y el mismo Don Carlos, por la gracia de Dios Reyes de Castilla, de Leon, de Aragon, de las dos Sicilias, de Jerusalen, de Navarra, de Granada, de Toledo, de Valencia, de Galicia, de Mayorca, de Sevilla, de Cerdeña, de Córdoba, de Córcega, de Murcia, de Jaen, de los Algarbes, de Algecira, de Gibraltar, de las islas de Canarias, de las Indias, Islas y Tierra-Firme del Mar Océano, Condes de Barcelona, Señores de Vizcaya y de Molina, Duques de Atenas y de Neopatria, Condes de Ruisellon y de Cerdania, Marqueses de Oristan y de Gociano, Archiduques de Austria, Duques de Borgoña y de Brabante, Condes de Flandes y de Tirol &c. Por cuanto Santiago de Aguirre en nombre del concejo, justicia y regidores, caballeros y escuderos, oficiales y hombres buenos de la ciudad de Guadalajara, que es en la provincia de la Galicia de Nueva España, nos hizo relacion que los vecinos de la dicha ciudad de Guadalajara pasaron muchos peligros y trabajos, así en la conquista y pacificacion de ella, como de los otros pueblos de la dicha provincia, é nos suplicó mandásemos señalar armas para la dicha ciudad, segun y como las tenian las mas ciudades y villas de Indias, ó como la nuestra merced

fuese; é Nos acatando á los trabajos y peligros que los dichos ve cinos y conquistadores y pobladores de la dicha ciudad han pasado en la conquista é poblacion de ella, tuvimoslo por bien, é por la presente hacemos merced y queremos y mandamos que agora é de aquí adelante la dicha ciudad de Guadalajara haya y tenga por sus armas conocidas un escudo, dentro de él dos leones de su color puestos en salto, y arrimadas las manos á un pino de oro realzado de verde en campo azul, y por orla siete aspas coloradas y el campo de oro, y por timbre un yelmo cerrado, y por divisa una bandera verde con una cruz de Jerusalen de oro, puesta en una vara de lanza con sus trasoles y dependencias é follajes de azul y oro, segun que aquí van bien pintadas y figuradas; las cuales dichas armas damos á la dicha ciudad por sus armas y divisas señaladas, para que las puedan traer é poner, é traigan é pongan en sus pendones, sellos, escudos y banderas, é en las otras partes é lugares que quisieren é por bien tuvieren, segun y como, en la forma y manera que las ponen y las traen en las otras ciudades de nuestros reinos a quien tenemos dadas armas é divisa; é por esta nuestra carta encargamos al Ilustrísimo Príncipe Don Felipe, nuestro muy caro y muy amado nieto é hijo, é á los infantes nuestros muy caros hijos y hermanos, é mandamos á los prelados, duques y marqueses, condes, ricoshombres, maestres de las órdenes, priores, comendadores, alcaides de los castillos é casas fuertes é llanas, é á los alcaldes é alguaciles de nuestro consejo é chancillerías, y á todos los hombres buenos, é á todas las ciudades, villas y lugares de todos estos reinos é señoríos de la Nueva España, Indias, Islas é Tierra-Firme del Mar Océano, así á los que agora son como á los que de aquí adelante serán, cada uno y cualquiera de ellos en sus lugares é jurisdicciones, que vos guarden y cumplan y hagan guardar y cumplir la dicha merced que así vos hacemos de las dichas armas, que las haya y tenga por sus armas conocidas y las pueda como tales poner y traer, é que en ello ni en parte de ello embargo y contrario vos no pongan ni consientan poner en tiempo alguno ni por alguna manera, so pena de la nuestra merced y de diez mil maravedís á nuestra cámara á cada uno que lo contrario hiciere. Dada en la villa de Madrid á ocho dias del mes de Noviembre, año del nacimiento de nuestro Señor

1

Jesucristo de mil quinientos treinta y nueve años. YO EL REY. Yo Juan de Sámano, secretario de su Cesárea y Católicas Ma+ jestades la fice escribir por su mandado. EL DOCTOR BELTRAN. JOANNES, EPISCOPUS LUCENTIUS. EL DOCTOR BERNAL. EL LICEN CIADO GUTIERRE VELAZQUEZ. La cual mandamos sacar por duplicado en los nuestros libros de las Indias en Valladolid á veintidos dias del mes de Abril en el año del nacimiento del Señor de mil quinientos treinta y nueve años; y mandamos que sea cumplida y guardada en todo como en ella se contiene.

6

CAPÍTULO XXIX.

En que se trata como este año de cuarenta repartieron los ejidos de Guadalajara,

[blocks in formation]

En la ciudad de Guadalajara de Galicia de la Nueva España, en ocho dias del mes de Enero de mil quinientos cuarenta años, ante mí Andrés de Salinas, escribano de S. M. é del concejo de esta dicha ciudad, los señores justicia y regidores de ella, es á saber, Diego de Proaño y Toribio de Bolaños, alcaldes, Miguel de Ibarra y Juan del Camino, Pedro de Placencia, Francisco de Mota, Fernando Flores, regidores, pidieron al magnífico señor Francisco Vazquez Coronado, gobernador de esta provincia, que presente estaba, que señalase ejidos á esta ciudad para que los vecinos de ella sepan donde tenga el ganado pastos y las otras cosas, y lo que los ejidos son. Y luego el dicho dijo: que estaba presto á lo facer; é cabalgaron todos juntos, é fueron á ver las partes providentes para ello: é visto todo por vista de ojos, el dicho gobernador dijo: que señalaba y señaló por ejidos para esta ciudad un cerro que está cerca de ella, como vamos camino de Contla á la mano izquierda donde face un ancon en el llano, y está junto á casas de indios

Teniendo esta cédula la fecha del 8 de Noviembre de 1539, el duplicado no pudo sacarse el 22 de Abril del mismo año: una de las dos fechas está, pues, errada. Probablemente lo está la segunda, porque Mota Padilla en el cap. 37 de la primera parte de su Historia señala á la cédula la misma fe

cha de 8 de Noviembre de 1539. Es de advertir, sin embargo, que esta fecha no consta en la edicion de Mota Padilla hecha en Guadalajara el año de 1856, y que la he tomado de mi copia manuscrita de la misma obra.

« AnteriorContinuar »