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TERCERA RELACION ANÓNIMA

DE LA JORNADA QUE HIZO NUÑO DE GUZMAN

Á LA NUEVA GALICIA.

Partió el gobernador Nuño de Guzman de Puruándiro, que es postrero pueblo de la provincia de Michuacan hácia los teules chichimecas, en diez del mes de Hebrero, 'año de quinientos y treinta, y anduvo cuatro leguas, poco mas o menos, y llegó al rio que se intituló de Nuestra Señora de Buen Paso, á causa que se halló muy buen vado para pasar el dicho rio, lo cual no se creia, porque los tarascos nos habian dicho que iba tan grande que no se podia vadear. Ahí se detuvo trece dias, uno mas o menos, porque no me acuerdo cuantos fueron, a causa de esperar algunos bastimentos y españoles para el viaje, de donde durante el dicho tiempo envió dos compañías, la una el rio arriba y la otra el rio abajo, los cuales no hallaron cosa que de contar sea, si no fueron algunas estancias pequeñas, segund dijeron los que allá fueron. En este medio vinieron algunos indios de paz y á dar la obediencia, y dijeron no sembrar ni coger, sino que de raices y de caza se mantenian, de lo cual trujeron muestra, y quedaron de paz. En este mesmo lugar se hizo justicia del Cazoncí, y el pregon decia por haber muerto muchos cristianos, y por otras cosas que á mí no se me acuerda, lo cual mas largo parecerá por el proceso que contra él se hizo. Desde allí se partió con cierta noticia que allí tuvo, y caminamos cinco ó seis dias sin hallar poblado ninguno ni encontrar persona viva, y al cabo de los cuales yendo el maestro de campo delante halló ciertas estancias donde halló gente de guerra, y le hirieron uno á caballo y creo que dos caballos, y aquella noche llegó á dormir á aquellas estancias con todo el campo, y despues

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de llegados fué el mesmo gobernador á un pueblo que se llama Bruecaro, que le dijeron que habia gente de guerra, y llegados allá no se halló gente ninguna, sino todo alzado, y el mesmo y otros que con él íbamos en que habia ídolos de piedra y otras cosillas desta ralea. Dende ahí partió otro dia y llegó á vista de una provincia que se llama Cuyná, de donde envió al veedor con cierta gente, y el comendador Barrios y un nahuatato á les requerir á los naturales y señor de aquel pueblo que viniesen de paz y se metiesen so el yugo y dominio de S. M., como mas largo por el requerimiento parecerá, el cual se hizo, y le notificaron á los dichos, y no quisieron, mas antes comenzaron á dar grita y á flechar; y visto esto, el veedor volvió, y otro dia por la mañana movió el dicho señor Nuño de Guzman con toda su gente que serian ciento y treinta de caballo, poco mas o menos, y otros tantos peones, y con hasta cuatro ó cinco mil amigos de todas naciones, y con su gente bien en órden llegó al dicho pueblo de Cuyná, y en él no se halló sino las casas, porque viendo el gran poder desampararon sus casas. Siguióse la gente, y aquel dia se alcanzaron pocos, porque como tienen los montes cerca tuvieron lugar de se acoger. Dende á tres ó cuatro dias se tuvo noticia que estaba cerca de allí otro pueblo que se llama Cuynacaro, y fué allá con la mayor parte de la gente, porque decian ser mucha cosa; y llegando en un dia entramos por el pueblo, y tambien, aunque los corredores que iban delante vieron mucha gente en el campo segun dijeron, cuando llegamos habian desamparado sus casas; todavía se tomaron algunos indios, los cuales tenian metidas muchas pajas por el rostro á manera de barbas. Este es buen pueblo y de mucho bastimento. Otro dia pasamos un puerto y llegamos á otro pueblo que no se me acuerda el nombre, y tambien lo habian desamparado, donde estuvo dos dias, y de allí envió dos compañías á entrar, y no se hallaron pueblos grandes, sino algunas estancias, y mataron allí los indios un negro y un caballo. Otro dia envió al veedor desde este mesmo pueblo, y pasó una barranca muy grande por donde va un rio, y halló una poblacion muy grande y en ella mucha gente de guerra, de donde despues de les haber dado un buen al

'Hay aquí en el original una palabra que no se puede leer.

á

cance se volvió al dicho lugar donde el gobernador estaba, y de allí por otro camino, pensando hallar mas pueblos, se volvió al dicho pueblo de Cuiná de paz, y dijo que traeria todos los otros comarcanos; y dejándole de paz se partió de allí, y teniendo noticia del pueblo de Cuyzeo y que estaba al torno de una muy grand laguna y que era muy buena cosa y de mucha y muy valiente gente, llegó allí despues de medio dia y halló toda la gente hecha escuadrones á la ribera de un rio que sale de una laguna, y comenzaron a pelear y á resistirnos, y duró un buen rato la pelea, á causa de tener un rio muy grande que no se podia vadear, desde donde á su salvo peleaban; y visto esto luego dió órden de hacer muchas balsas para pasar el rio; y como esto vieron los indios naturales, que ya pasábamos los caballos y mucha gente, y por haber ya muerto ansí alanceados como con ballestas algunos dellos, acordaron de venir de paz, y pasó el rio obra de veinte de caballo y otros tantos peones. Otro dia fué con todo el campo el rio abajo, y andadas. dos leguas se halló vado, aunque muy trabajoso, y despues de pasado, de la una parte del rio y de la otra comenzó á salir gente de guerra. Aquel dia se alancearon mucha gente, y en este pueblo se detuvo diez ó doce dias, poco mas o menos, menos, hasta que todos los señores vinieron de paz. Aquí se quemaron todos los mas de los cúes, y los mas dellos quemaron los naturales por mandado del señor Nuño de Guzman. Despues de apaciguado esto se partió para Tonalá, y detúvose en el camino dos dias, y llegados á ella salieron ciertos nahuatatos de paz, diciendo que la señora de aquel pueblo habia tenido noticia de cómo íbamos, y llegados al primer pueblo de aquella provincia hallamos una vieja con muchas indias recogidas en una casa, la cual se decia ser señora de aquel pueblo, y á vista dél en un cerro estaban al parecer hasta mil hombres de guerra dando muy gran grita; envióles á decir viniesen de paz que dos ó tres veces: no quisieron: dimos en ellos y duró el alcance legua y media. Por donde yo fuí por detras de aquel cerro habia otros muchos escuadrones de gente: luego otro dia vinieron de paz. Detúvose aquí catorce ó quince dias apaciguándolos y haciendo hacer dos iglesias.

Desde Tonalá partió con noticia que pasada una barranca que allí hay asaz agra habia muchas provincias y pueblos, y viendo á

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una y á otra parte pueblos y buena manera de tierra, al cabo de los cuales llegamos á un pueblo que está en un pueblo (sic) que nos salió de paz, y dijo ser señora dél una mujer, toda la gente del cual por la mayor parte era rubia. Allí se tuvo noticia de Nochistlan, que está muy buen pueblo, y de ahí envió el gobernador un principal y un nahuatato al dicho pueblo para que les dijesen que iba y que se estuviesen en sus casas y de paz, y que no les harian dapño ninguno, y que pasarian adelante; y ellos no solo no quisieron esperar de paz, mas antes mataron dos de los que iban y otro se escapó casi muerto. Viendo esto el gobernador, y que tan mal trataban á los mensajeros, mandó que en llegando hiciesen la guerra como á enemigos, y ansí aunque huyeron temprano se mataron todos los varones que se pudieron haber, y se quemó la mayor parte del pueblo. Desde aqui envió al veedor á entrar por una parte, y por otra á Verdugo y á Barrios, los cuales estuvieron fuera diez ó doce dias y hallaron muchos pueblos y buenos, y vinieron algunos pueblos de la comarca de paz, y trujeron ciertos brazaletes de plata y otras cosas. En este medio tiempo, una tarde vinieron los de Nochistlan y nos dieron un rebate en el real y mataron dos ó tres indios de los enemigos, y por presto que cabalgaron no se pudieron alcanzar sino pocos; y por ser ya de noche, otro dia cabalgó el gobernador con la mayor parte de la gente, y fué en rastro dellos y dió en mucha gente de la que estaba huida por los montes, y en la que la noche antes nos habia dado el rebate: alanceáronse muchos y tomáronse muchas mujeres y muchachos; y van por aquella via, que es hacia el Norte, muchos caminos seguidos: háse sabido despues que por aquella via hay muchos pueblos hasta Pánuco. Detúvose en este pueblo veintisiete dias, uno mas o menos, á causa de venir la Semana Santa y de inquirir la via que habia de llevar, y por no poder alcanzar ni hallar quien le diese noticia de grandes pueblos y provincias al medio de la tierra, que es al Poniente, sino que a todos cuantos indios naturales se preguntaba decian que no habia * sino sierras tan ásperas que no podian pasarlas; y por esto y porque

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Segun el contesto parece que debiera decir amigos.

"Hay en el original una palabra ilegible.

le dijeron que por la costa del Sur podia ir hasta Ciguatan, y qué habia muchos y muy recios pueblos, se determinó de atravesar á la Mar del Sur; y pasada la Pascua se partió de allí, y pasó un puerto, y en dos dias llegó á un pueblo que le llamamos el Peñon, el cual es buen pueblo y le hallamos desamparado, y la mayor parte de las casas quemadas, que las habian quemado los amigos., Va por allí un valle de muchos pueblos, y tienen por allí muy buenos edeficios que semejan á los desta cibdad, excepto que la cubierta es de madera y paja. Desde allí fué en dos dias hasta el Teul, que por otro nombre se llama Tonanipan, el cual es un edeficio harto grande y semejante en muchas cosas á lo de acá. Hallámosle desamparado de los naturales, que como mucho habia tenian noticia de la gente que iba, que no hallábamos resistencia, acordaron de alzar los bastimentos y irse ellos á los montes. Desde aquí envió á Verdugo con veinte de caballo hacia el Norte, y fueron siete leguas, segund dijeron él y los que allá fueron, toda via por un rio abajo, el cual todo iba poblado de la una y de la otra parte, y de muchos y muy buenos edeficios; empero todo desamparado y los bastimentos alzados.

En este pueblo se detuvo tres dias y no mas, á causa que los bastimentos estaban alzados, y no se podian haber por estar por los montes escondida la gente y bastimentos: quemáronse todos los edeficios, por ser todos ó los mas cúes donde hacian sus sacrificios; créese, ansí por lo que allí pareció como por lo que algunos indios dijeron, ser aquella la cabeza de toda aquella tierra. Desde aquí el gobernador Nuño de Guzman determinó de dividir su ejército en dos partes, ansí porque pensaba pasar necesidad de bastimentos como porque tuvo noticia de un indio que se dijo servir al señor de aquella provincia de mensajero, que por el comedio de aquella tierra él sabia un camino de nueve jornadas, que aunque en él habia pocos pueblos, al cabo de las dichas nueve jornadas habia una provincia muy grande y muy abundosa; y por este camino con aquella guia envió al veedor Pero Almildez Chirino con casi la mitad del ejército, el cual, segund despues pareció, halló tan ásperas sierras y tan mal de comer, que con muchos trabajos y necesidades al cabo de diez y siete dias, sin hallar poblazon en que pudiese hallar comida, aportó á Tepique, el cual fué con comision de ir por

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