Historia del convento y santuario de Ntra.Sra.de MontesclarosTip.de El Santísimo Rosario, 1892 - 319 páginas |
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... sentir sobre el rostro el suave peso de unas manos tan preciosas , cuales son las de la Bienaventurada Madre de Dios ! .. cuando al fijar sus interiores ojos en el temerario arrojo y poco respetuoso afecto que le había dejado ciego ...
... sentir sobre el rostro el suave peso de unas manos tan preciosas , cuales son las de la Bienaventurada Madre de Dios ! .. cuando al fijar sus interiores ojos en el temerario arrojo y poco respetuoso afecto que le había dejado ciego ...
Página 127
... sentir y á los peligros del camino ; pero ya había desaparecido el miste- rioso personaje , sin que se reconociese sobre la nieve huella alguna que indicase por donde había marchado . Tanta era la nieve que caía en aquellos momentos ...
... sentir y á los peligros del camino ; pero ya había desaparecido el miste- rioso personaje , sin que se reconociese sobre la nieve huella alguna que indicase por donde había marchado . Tanta era la nieve que caía en aquellos momentos ...
Página 130
... en él ese atractivo irresistible que se nota con frecuencia en los lugares santos , don- de se deja sentir el influjo de los ministros de la Iglesia . CAPÍTULO XV NUEVAS INGRATITUDES N o había pasado mucho tiempo 130 -
... en él ese atractivo irresistible que se nota con frecuencia en los lugares santos , don- de se deja sentir el influjo de los ministros de la Iglesia . CAPÍTULO XV NUEVAS INGRATITUDES N o había pasado mucho tiempo 130 -
Página 133
... sentir no obstante los ru- dos golpes de la ingratitud , como si aquella conducta fuese para Ella una cosa totalmente inesperada ; porque esto tiene la ingratitud : es una cuchilla tan penetrante , que cuando hiere nos hace extremecer ...
... sentir no obstante los ru- dos golpes de la ingratitud , como si aquella conducta fuese para Ella una cosa totalmente inesperada ; porque esto tiene la ingratitud : es una cuchilla tan penetrante , que cuando hiere nos hace extremecer ...
Página 138
... sentir en sus peñasco- sas guaridas ; los lobos mezclaban sus ahullidos lastimeros con los furiosos gemidos de la tem- pestad , y los enormes osos golpeaban aquel suelo helado que les negaba su alimento ! ... Esto no obstante , á pesar ...
... sentir en sus peñasco- sas guaridas ; los lobos mezclaban sus ahullidos lastimeros con los furiosos gemidos de la tem- pestad , y los enormes osos golpeaban aquel suelo helado que les negaba su alimento ! ... Esto no obstante , á pesar ...
Términos y frases comunes
acuden admirable afectuosas Agar agra agradecidos alma Alonso altar amor ángeles arrianos augusta aún bendiciones beos Bienaventurada Madre bondadosa Bustasur capellán capilla Carabeos celestial ción colina comarca Conducidnos consuelos Convento corazón cordillera cantábrica cordillera ibérica cristiana culto cuyo debía dejaba derramar devoción devotos días divina Madre dulce Ebro efigie encantos entusiasta ermita ermitaño espantosa España Felipe IV fervorosos fieles gloria glorioso gracias grandezas Guadalete hallaba hermoso hijos hubiera iglesia incomparable inefables irreligión levanta llenos maravillas María maternal mente Merindad de Campóo milagros miradas misericordia montañas monte mundo niño obsequio Orden de Predicadores país pecho piadosos piedad pies podía portentosa imagen precioso profanaciones Protectora pudo pueblo purísima Virgen Recaredo Reina del cielo Reinosa Religiosos sacratísima imagen sagrada santa imagen Santísima Virgen Santuario de Montesclaros sarraceno sición sier siglos simulacro soberana Emperatriz templo tesclaros tesoros tierna tierra triste trono tuario veneranda venerando Santuario venturosa Witiza
Pasajes populares
Página 19 - Fué una grande época, un período interesante el que corrió desde el siglo v hasta el vm Fué una gran nacion la que venció á los romanos, rechazó á los hunos, sojuzgó á los suevos, y se estableció desde el Garona hasta las columnas de Calpe. Fueron una gran iglesia y una gran literatura las que tuvieron á su frente á Ildefonso y á Eugenio, á Leandro y á Isidoro. Y fué...
Página 187 - Quedan exceptuados de estas reglas las casas de clérigos regulares de las escuelas pías y los colegios de misioneros para las provincias de Asia.
Página 46 - Nos reproducen sin recordarnos; parecen frontera entre dos mundos, entre la vigilia y el sueño, entre la vida y la muerte. Comunican el acá con el allá; Borges imagina la muerte como un pasaje a través del espejo, de la zona de luz a la de sombra. Por eso Poe, que supo colocarse del otro lado del espejo, del lado de la muerte, pudo urdir sus alucinantes pesadillas. Concibe al universo como espejo de la memoria divina...
Página 102 - Con este fin hizo un viaje á la modesta capilla; y á los pocos días, orando un sábado ante la sagrada imagen, recibió el beneficio deseado tan colmadamente que leía mejor que antes sin ninguna dificultad y celebraba cotidianamente la santa Misa. Un año perseveró en el servicio de su divina Protectora en cumplimiento de su oferta; pero cansado al fin de tanto retiro, no paró hasta volver otra vez a su antigua vida. Había empezado ya su camino para ir...
Página 82 - Comparad la más perfecta de todas ellas con la esclarecida Reina de estas venturosas montañas y veréis que ninguna como ésta eleva al cielo nuestros pensamientos, los purifica de toda escoria terrena y los embellece con todos los primorosos atractivos de la gracia. Bien lo experimentó aquel Religioso que, estando mirándola una tarde, suplicó le bajaran la portentosa...
Página 81 - A poco que se reflexione se verá cuan diferentes son los sentimientos de fervorosa devoción que excitan en el alma las efigies marianas, sean bizantinas ó góticas, de los que inspiran muchas de nuestros días, más bellas á la vista, más agradables á los sentidos, pero por regla general, no obstante ser ejecutadas con cierto talento que á veces revela un genio superior, bien...
Página 38 - Toledano, y era la catedral que se consagró en el primer año del reinado de Recaredo con el nombre de Santa María in Cathedra (1), después de haber sido profanada, pasase á ser la mezquita mayor de la ciudad imperial.
Página 81 - Y si al contemplar, arrobados en una especie de éxtasis, los mágicos encantos de una efigie tan preclara, anheláis saber el nombre de su piadoso autor, os cansaréis en vano. En la fecha de su ejecución no se firmaban estas obras del arte cristiano, no se codiciaban aplausos, no se aspiraba más que á mantener vivo el cariñoso recuerdo de la Reina de los Angeles.
Página 80 - Pericles y de Augusto, conservando en parte las tradiciones artísticas de Roma y Grecia, éstas se hallaban muy degeneradas. Esto no obstante, al mirar ese tinte moreno y aquilatado que imprime á los colores el matiz característico de los siglos, sentado sobre el rostro gracioso y notablemente modesto...
Página 43 - España á los escándalos regios. eternos, la pérdida de nuestra amada patria como castigo de su inmoralidad é irreligión, desde los últimos años del siglo VII, y Dios dejaba enloquecer á los que en breve iba á castigar. Quos Deus vult perderé, dementat prius.