Tesoro del Parnaso español, poesias selectas castellanas desde el tiempo de Juan de Mena hasta nuestras dias, recogidas y ordenadas por M.J. QuintanaManuel José Quintana 1861 |
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Página 63
... Mira con cuanta priesa se desvía . Hay un lugar en la mitad de España . 138 Miraba Fílis un dia . Hecho montes de espuma el ancho Egeo . 555 Miraba Lidia atenta . Hermana Marica . 338 Mira , Filis , furiosa . Hermoso dueño de la vida ...
... Mira con cuanta priesa se desvía . Hay un lugar en la mitad de España . 138 Miraba Fílis un dia . Hecho montes de espuma el ancho Egeo . 555 Miraba Lidia atenta . Hermana Marica . 338 Mira , Filis , furiosa . Hermoso dueño de la vida ...
Página 64
... mira . 491 Rey de los otros rios caudalosos . Ribera del humilde Manzanares . Riñó con Juanilla . Paced , mansas ovejas . 493 Robó con dura mano .. Padre Adan , no lloreis duelos . 365 Romped , pensamientos ... Padre del universo .. 509 ...
... mira . 491 Rey de los otros rios caudalosos . Ribera del humilde Manzanares . Riñó con Juanilla . Paced , mansas ovejas . 493 Robó con dura mano .. Padre Adan , no lloreis duelos . 365 Romped , pensamientos ... Padre del universo .. 509 ...
Página 17
... mira Kutocusoido , y obligado , y dando Ratbetappion initil á su aleve , La abraza y pide el corazon mas blando . Y con los labios abrasados bebe De su Porcia las lágrimas atroces Que de los ojos bien mandados llueve . Cnyo llanto , o ...
... mira Kutocusoido , y obligado , y dando Ratbetappion initil á su aleve , La abraza y pide el corazon mas blando . Y con los labios abrasados bebe De su Porcia las lágrimas atroces Que de los ojos bien mandados llueve . Cnyo llanto , o ...
Página 48
... mira el gran concierto , De aquestos resplandores eternales , Su movimiento cierto , Sus pasos desiguales , Y en proporcion concorde tan iguales : La luna como mueve La plateada rueda , y va en pos de ella La luz do el saber llueve , Y ...
... mira el gran concierto , De aquestos resplandores eternales , Su movimiento cierto , Sus pasos desiguales , Y en proporcion concorde tan iguales : La luna como mueve La plateada rueda , y va en pos de ella La luz do el saber llueve , Y ...
Página 48
Manuel José Quintana. Tu navecilla contrastada y frágil A la seguridad del puerto ; mira Que se te cierra el cielo . El frio Bóreas y al ardiente Noto Apoderados de la mar insana , Anegaron agora en este piélago Una dichosa nave . Clamó ...
Manuel José Quintana. Tu navecilla contrastada y frágil A la seguridad del puerto ; mira Que se te cierra el cielo . El frio Bóreas y al ardiente Noto Apoderados de la mar insana , Anegaron agora en este piélago Una dichosa nave . Clamó ...
Términos y frases comunes
ageno agora agua aire alegre aliento alma amante amigo Aminta amor Anacreonte ánimo Apolo aquesta ardiente bella belleza Betis blando brazos cabello cancion canto céfiro ciego cielo color contento corazon corona corriendo Dafne deja demas desdichado despues dice dichoso dijo divino dolor dulce dura égloga engaño envidia espanto España esperanza estilo eterno Faon fiero Filis flores fortuna fuego fuerza furor gato gloria gusto habia halla hermosa hermosura Homero huye ingenio ingrata jamas Júpiter lágrimas llama llanto lleno llora Magüer mano mira miserable monte morir muero muerte muger mundo Neptuno nieve ninfa noche ojos ondas Palamédes paso pastor pecho pena pensamiento piélago plectro poesía poeta poético Polifemo prado pudo pura quejas quiero rayo rigor rosa rostro selva soberbia sombra suelo suerte suspiros tambien tenia tierno tierra triste Ulises vencer ventura Vénus verde versos viento vivo vuelo yerba zagales zampoña zelos
Pasajes populares
Página 35 - ¿Qué mortal desatino de la verdad aleja así el sentido, que de tu bien divino, olvidado, perdido, sigue la vana sombra, el bien fingido? El hombre está entregado al sueño, de su suerte no cuidando, y con paso callado el cielo vueltas dando las horas del vivir le va hurtando.
Página 47 - Cantemos al Señor, que en la llanura Venció del ancho mar al Trace fiero. Tú, Dios de las batallas, tú eres diestra, Salud y gloria nuestra: Tú rompiste las fuerzas y la dura Frente de Faraón, feroz guerrero: Sus escogidos príncipes cubrieron Los abismos del mar, y descendieron Cual piedra en el profundo, y tu ira luego Los tragó como arista seca el fuego.
Página 25 - Siempre de nueva leche en el verano y en el invierno abundo; en mi majada la manteca y el queso está sobrado; de mi cantar, pues, yo te vi agradada, tanto, que no pudiera el mantuano Títiro ser de ti más alabado. No soy, pues, bien mirado, tan disforme ni feo; que aun agora me veo en esta agua que corre clara y pura; y cierto no trocara mi figura con ese que de mí se está riendo; trocara mi ventura.
Página 71 - ¡Oh cristalina fuente, si en esos tus semblantes plateados formases de repente los ojos deseados, que tengo en mis entrañas dibujados!
Página 164 - Un soneto me manda hacer Violante, que en mi vida me he visto en tal aprieto; catorce versos dicen que es soneto, burla burlando van los tres delante. Yo pensé que no hallara consonante y estoy a la mitad de otro cuarteto, mas si me veo en el primer terceto no hay cosa en los cuartetos que me espante. Por el primer terceto voy entrando, y aun parece que entré con pie derecho, pues fin con este verso le voy dando.
Página 25 - Con mi llorar las piedras enternecen su natural dureza y la quebrantan, los árboles parece que se inclinan; las aves que me escuchan, cuando cantan con diferente voz se condolecen, y mi morir cantando me adivinan Las fieras que reclinan su cuerpo fatigado, dejan el sosegado sueño por escuchar mi llanto triste.
Página 27 - Divina Elisa, pues agora el cielo con inmortales pies pisas y mides, y su mudanza ves, estando queda, ¿por qué de mí te olvidas y no pides que se apresure el tiempo en que este velo rompa del cuerpo, y verme libre pueda, y en la tercera rueda contigo mano a mano...
Página 33 - Vivir quiero conmigo, gozar quiero del bien que debo al cielo, a solas sin testigo, libre de amor, de celo, de odio, de esperanzas, de recelo. Del monte en la ladera por mi mano plantado tengo un huerto, que con la primavera de bella flor cubierto ya muestra en esperanza el fruto cierto.
Página 79 - Probemos lo del pichel, alto licor celestial; no es el aloquillo tal, ni tiene que ver con él. ¡Qué suavidad, qué clareza! ¡Qué rancio gusto y olor! ¡Qué paladar! ¡Qué color! ¡Todo con tanta fineza! Mas el queso sale a plaza, la moradilla va entrando, y ambos vienen preguntando por el pichel y la taza. Prueba el queso, que es ex[tremo, el de Pinto no le iguala; pues la aceituna no es mala, bien puede bogar su remo.
Página 161 - ... lejos. Ni estoy bien ni mal conmigo; mas dice mi entendimiento que un hombre que todo es alma está cautivo en su cuerpo. Entiendo lo que me basta, y solamente no entiendo cómo se sufre a sí mismo, un ignorante soberbio.