Tesoro del Parnaso español, poesias selectas castellanas desde el tiempo de Juan de Mena hasta nuestras dias, recogidas y ordenadas por M.J. QuintanaManuel José Quintana 1861 |
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Página 63
... noche del helado invierno . Hoy mi Dorisa .. 436 Mis siempre queridos . Huye sin percibirse lento el dia . 354 Mostróme Beatriz su lecho . Moza tan fermosa . Muchacho inadvertido .. Mueve á la alma un deseo que la inclina . Iba cogiendo ...
... noche del helado invierno . Hoy mi Dorisa .. 436 Mis siempre queridos . Huye sin percibirse lento el dia . 354 Mostróme Beatriz su lecho . Moza tan fermosa . Muchacho inadvertido .. Mueve á la alma un deseo que la inclina . Iba cogiendo ...
Página 67
... noche de los siglos de barbarie sucedidos á la ilustración romana , parecen de repente Dante y Petrarca , trayendo consigo la aurora de las artes y el boen gusto . Otros pueblos , menos dichosos , luchan siglos enteros con la rudeza y ...
... noche de los siglos de barbarie sucedidos á la ilustración romana , parecen de repente Dante y Petrarca , trayendo consigo la aurora de las artes y el boen gusto . Otros pueblos , menos dichosos , luchan siglos enteros con la rudeza y ...
Página 20
... noche en los estrados y en las calles al son del arpa ó la vihuela ; servian de vehículo y de incentivo á los amores , de flechas á la sátira y á la venganza ; pintaban felizmente las costumbres moriscas y las pastoriles , y conservaban ...
... noche en los estrados y en las calles al son del arpa ó la vihuela ; servian de vehículo y de incentivo á los amores , de flechas á la sátira y á la venganza ; pintaban felizmente las costumbres moriscas y las pastoriles , y conservaban ...
Página 44
... noche nos encubre , Hasta que el sol descubre Su luz pura y hermosa ; Tal es la tenebrosa Noche de tu partir , en que he quedado De sombra y de temor atormentado , Hasta que muerte el tiempo determine , Que á ver el deseado Sol de tu ...
... noche nos encubre , Hasta que el sol descubre Su luz pura y hermosa ; Tal es la tenebrosa Noche de tu partir , en que he quedado De sombra y de temor atormentado , Hasta que muerte el tiempo determine , Que á ver el deseado Sol de tu ...
Página 46
... noche en fin mi cruda suerte , Queriéndome llevar do se rompiese Aquesta tela de la vida fuerte , Hizo que de mi choza me saliese Por el silencio de la noche escura A buscar un lugar donde muriese ; Y caminando por do mi ventura Y mis ...
... noche en fin mi cruda suerte , Queriéndome llevar do se rompiese Aquesta tela de la vida fuerte , Hizo que de mi choza me saliese Por el silencio de la noche escura A buscar un lugar donde muriese ; Y caminando por do mi ventura Y mis ...
Términos y frases comunes
ageno agora agua aire alegre aliento alma amante amigo Aminta amor Anacreonte ánimo Apolo aquesta ardiente bella belleza Betis blando brazos cabello cancion canto céfiro ciego cielo color contento corazon corona corriendo Dafne deja demas desdichado despues dice dichoso dijo divino dolor dulce dura égloga engaño envidia espanto España esperanza estilo eterno Faon fiero Filis flores fortuna fuego fuerza furor gato gloria gusto habia halla hermosa hermosura Homero huye ingenio ingrata jamas Júpiter lágrimas llama llanto lleno llora Magüer mano mira miserable monte morir muero muerte muger mundo Neptuno nieve ninfa noche ojos ondas Palamédes paso pastor pecho pena pensamiento piélago plectro poesía poeta poético Polifemo prado pudo pura quejas quiero rayo rigor rosa rostro selva soberbia sombra suelo suerte suspiros tambien tenia tierno tierra triste Ulises vencer ventura Vénus verde versos viento vivo vuelo yerba zagales zampoña zelos
Pasajes populares
Página 35 - ¿Qué mortal desatino de la verdad aleja así el sentido, que de tu bien divino, olvidado, perdido, sigue la vana sombra, el bien fingido? El hombre está entregado al sueño, de su suerte no cuidando, y con paso callado el cielo vueltas dando las horas del vivir le va hurtando.
Página 47 - Cantemos al Señor, que en la llanura Venció del ancho mar al Trace fiero. Tú, Dios de las batallas, tú eres diestra, Salud y gloria nuestra: Tú rompiste las fuerzas y la dura Frente de Faraón, feroz guerrero: Sus escogidos príncipes cubrieron Los abismos del mar, y descendieron Cual piedra en el profundo, y tu ira luego Los tragó como arista seca el fuego.
Página 25 - Siempre de nueva leche en el verano y en el invierno abundo; en mi majada la manteca y el queso está sobrado; de mi cantar, pues, yo te vi agradada, tanto, que no pudiera el mantuano Títiro ser de ti más alabado. No soy, pues, bien mirado, tan disforme ni feo; que aun agora me veo en esta agua que corre clara y pura; y cierto no trocara mi figura con ese que de mí se está riendo; trocara mi ventura.
Página 71 - ¡Oh cristalina fuente, si en esos tus semblantes plateados formases de repente los ojos deseados, que tengo en mis entrañas dibujados!
Página 164 - Un soneto me manda hacer Violante, que en mi vida me he visto en tal aprieto; catorce versos dicen que es soneto, burla burlando van los tres delante. Yo pensé que no hallara consonante y estoy a la mitad de otro cuarteto, mas si me veo en el primer terceto no hay cosa en los cuartetos que me espante. Por el primer terceto voy entrando, y aun parece que entré con pie derecho, pues fin con este verso le voy dando.
Página 25 - Con mi llorar las piedras enternecen su natural dureza y la quebrantan, los árboles parece que se inclinan; las aves que me escuchan, cuando cantan con diferente voz se condolecen, y mi morir cantando me adivinan Las fieras que reclinan su cuerpo fatigado, dejan el sosegado sueño por escuchar mi llanto triste.
Página 27 - Divina Elisa, pues agora el cielo con inmortales pies pisas y mides, y su mudanza ves, estando queda, ¿por qué de mí te olvidas y no pides que se apresure el tiempo en que este velo rompa del cuerpo, y verme libre pueda, y en la tercera rueda contigo mano a mano...
Página 33 - Vivir quiero conmigo, gozar quiero del bien que debo al cielo, a solas sin testigo, libre de amor, de celo, de odio, de esperanzas, de recelo. Del monte en la ladera por mi mano plantado tengo un huerto, que con la primavera de bella flor cubierto ya muestra en esperanza el fruto cierto.
Página 79 - Probemos lo del pichel, alto licor celestial; no es el aloquillo tal, ni tiene que ver con él. ¡Qué suavidad, qué clareza! ¡Qué rancio gusto y olor! ¡Qué paladar! ¡Qué color! ¡Todo con tanta fineza! Mas el queso sale a plaza, la moradilla va entrando, y ambos vienen preguntando por el pichel y la taza. Prueba el queso, que es ex[tremo, el de Pinto no le iguala; pues la aceituna no es mala, bien puede bogar su remo.
Página 161 - ... lejos. Ni estoy bien ni mal conmigo; mas dice mi entendimiento que un hombre que todo es alma está cautivo en su cuerpo. Entiendo lo que me basta, y solamente no entiendo cómo se sufre a sí mismo, un ignorante soberbio.