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se dice, sin otra informacion de la fe, sé cristiano, ó ¿quiéres ser cristiano? no entienden sino que les dicen que se llame como cristiano ó que sea amigo de los cristianos; pusieron por nombre al Cacique y señor Comogre, D. Cárlos, por el amor del Emperador, que por aquel tiempo era príncipe de España. Partiéronse, pues, Vasco Nuñez y su gente, para el Darien, muy alegres, con propósito de, cuan presto pudiesen, tornar en busca del mar, y áun del mal, deseado, porque aquel descubrimiento del dicho, que tanto él deseaba, le fué causa de su muerte, segun que parecerá claro abajo. Llegados al Darien, hincheron todos los que allí estaban de alegría y regocijo con las nuevas buenas de la otra mar, y de las riquezas della de que venian llenos; acrecentó el gozo y placer de los unos y de los otros haber venido Valdivia, despues de seis meses que de allí habia partido para esta isla, y traido bastimentos y larga esperanza del Almirante y de los Jueces que luego en breve les enviarian mas bastimentos y gente; excusáronse no haberles proveido ántes, creyendo que la nao de Anciso habia llegado en salvo, que iba llena dellos, pero, la verdad, aunque llegara salva tambien fuera todo comido, porque habia ya cerca de dos años que Anciso habia desta isla partido. Finalmente, les enviaron á decir, que dello estuviesen ciertos, que habiendo venido navíos de Castilla, les proveerian, porque al presente ninguno habia, y que no llevaba más bastimento Valdivia por no caber más en aquella carabela que habian traido; y es aquí de saber, que aqueste celo que aquestos señores que gobernaban mostraban Y tenian de proveer á aquellos, era por su provecho del Almirante, porque de allí esperaba con el tiempo renta, y de los demas, porque las comidas y mercaderías que les enviaban, se las vendian muy bien vendidas, y así, todo el oro que aquellos robaban, entre los de esta isla se repartia y consumia, y no consideraban los tristes, que aquellos asolaban injustamente con tan grandes daños y escándalos á aquellas gentes, y que, por les enviar las comidas, y armas, y caballos, y gentes que les ayudasen, de TOMO LXV.

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todos los males y daños y pecados que cometian, y de la obligacion de la restitucion, eran como ellos partícipes; pero éste era uno de los efectos, principal, de la ceguedad que Dios permitió en todos nosotros, por los pecados de Castilla. Tornando al propósito, como lo que Valdivia trujo no fué tanto que presto no se consumiese, despues de su venida, pocos dias, comenzaron á hambrear como solian, y porque les queria mostrar la divina Providencia, la iniquidad y mal estado en que vivian, inquietando, y persiguiendo, y matando aquellas gentes que no les habian ofendido, ayudó á ponellos en mayor estrechura y angustia de comida, que vino una tan grande tempestad de truenos y relámpagos, y, tras ella, de agua tan grande avenida en el rio, que todas las sementeras que deja– ron sembradas con los indios, que habian hecho injusta y tiránicamente esclavos, cuando á la provincia de Comogra se partieron, ninguno cosa les dejó que no les ahogase ó arrancase, que fué cosa de maravilla; púdose decir por aquellos, lo que se dice, que en casa del tahur poco dura la alegría. Viéndose así frustrados de sus sementeras, en que tenian toda su esperanza, por algun tiempo, y por muchas leguas de al derredor no haber comida, porque toda la habian comido, y destruído, y auyentado, sin los muertos y captivos de toda aquella comarca, sus naturales vecinos, acordaron de salir á inquietar, escandalizar, robar, y captivar, y matar los más lejanos, y tomarles su comida, y su oro, con la justicia que á los de arriba; la costumbre de Vasco Nuñez y compañía era dar tormentos á los indios que prendian, para que descubriesen los pueblos de los señores que más oro tenian, y mayor abundancia de comida; iban de noche á dar sobre ellos á fuego y á sangre, si no estaban proveidos de espías y sobre aviso. Juntamente deliberó Vasco Nuñez que tornase Valdivia á esta isla, para hacer saber al Almirante y Jueces las nuevas de la otra mar y riquezas della, que del hijo de Comogre y de los demas habian sabido, y la grande esperanza que de ser ciertas tenian, pidiéndoles que lo escribiesen al Rey porque enviase 1.000 hombres para proseguir aquel camino,

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segun que Comogre habia pedido. Escribió Vasco Nuñez al Almirante que habia ahorcado 30 Caciques, y habia de ahorcar cuantos prendiese, alegando que porque eran pocos no tenian otro remedio hasta que les enviase mucho socorro de gente, y para lo persuadir con mayor eficacia, añidió Vasco Nuñez, que mirase su señoría, cuánto servicio de su estado allí rescibian Dios y Sus Altezas. ¡Oh tiranos, cuánta es vuestra ceguedad y malicia! Enviaron con el dicho Valdivia 300 marcos de oro, que son 15.000 castellanos ó pesos de oro, para que enviasen al Rey los oficiales de esta isla, que le habian cabido de su quinto; por manera que habian los infelices salteadores robado 75.000 pesos de oro, de los cuales, sacados 15.000, que fué el quinto, quedaron con ellos los 60.000; destos dió cada uno á Valdivia lo que le pareció, para que enviase á Castilla á los parientes que tenian. Pero atajó Dios los pasos á Valdivia, y á los demas dió á entender, si de entenderlo ellos fueran dignos, las obras que hacian ser de todo fuego eterno dignas, porque embarcado Valdivia en la misma carabela en que habia venido é ido, se hundió con su oro y con sus nuevas en unos bajos ó peñas que están cerca ó junto á la isla de Jamaica, que se llaman las Viboras.

CAPITULO XLIII.

Despachado Valdivia, determina Vasco Nuñez de entrar la tierra dentro á buscar oro y comida, con el daño y escándalo de las gentes naturales de la tierra, como queda dicho; y porque trayendo la vida que traian no les habian de faltar, por permision de Dios, ocasiones para padecer trabajos infernales como padecian, porque sus obras eran tales, que no uno, sino ambos infiernos merecian, no faltaron indios de los que consigo traian que con verdad ó con mentira, viendo su ansia de haber oro, les certificasen que un Cacique y señor de cierto pueblo ó provincia, llamado Dabayba, tenia un templo de un Dios suyo, lleno de oro, que de muchos años atras él y toda su gente le habian ofrecido y cada dia ofrecian; determinan pues de ir en dos bergantines y canoas, con gran devocion, en busca de aquel Dios de Dabayba, ó por mejor decir del oro á quien ellos sacrificaban su infelice vida, y Vasco Nuñez con 160 hombres sale, y Colmenares con él, al cual mandó que con la tercia parte dellos subiese por el rio Grande arriba. Este rio Grande es mayor dos veces que el del Darien, y dista de aquel nueve leguas, á lo que creo, hácia la parte del Oriente; Vasco Nuñez sigue por otro camino, por ribera de otro rio arriba, segun le decian las guías que podia llegar á la tierra de Dabayba, pero porque el Cacique y señor del Darien, Cemaco, que Anciso y Vasco Nuñez y los demas habian desbaratado, y hecho dejar. su tierra por huir dellos, como en el cap. 63, del libro II, fué declarado, se hobiese ido y escondido en la tierra de Dabayba, y le hobiese informado de la vida ejemplar y obras de aquellos que llamaban cristianos, y tuviese siempre Dabayba sus espías, sintiendo que venia, toda la tierra, Dabayba y sus gentes naturales, desampararon. Vasco

Nuñez y los suyos, andando por ella estirpando y robando todo lo que hallaban, entre otras cosas hallaron muchas redes, no de pescar peces, sino de cazar animales, éstos eran venados y principalmente puercos, de aquella tierra naturales, que tienen el ombligo en el espinazo y por allí orinan, y otros animales menores que los puercos, cuya cabeza dicen que pesa tanto como todo lo demas, los cuales no tienen hiel alguna; por causa de aquellas redes, creyendo Vasco Nuñez ser redes para pescar, puso nombre al dicho rio, el rio de las Redes. Tomaron allí dos canoas grandes y otras muchas menores, hallaron en las casas, que habian sus moradores por huir dejado vacías, cien arcos y muchos haces de flechas; en joyas y piezas de oro 7.000 castellanos. Con estos 7.000 castellanos, y con alguna comida que hallaron, salióse muy alegre Vasco Nuñez del rio á la mar; la mar, digo, que se contiene dentro del golfo de Urabá, porque allí entran y desaguan aquellos dos grandes rios. Quiso Dios luégo mostrar la justicia con que aquellos 7.000 pesos de oro se habian adquirido, para testimonio de lo cual, así como en la mar entraron levántase una tempestad tan terrible, que todos pensaron ser ahogados, pero dispensó la divina Providencia con él, que no quiso que pereciesen más de los que iban dentro de las canoas donde llevaban los 7.000 castellanos, y así, ni el oro ni los hombres aparecieron más. De donde el alegría que del robo Vasco Nuñez habia cobrado, se le convirtió en grande tristeza y llanto. Tornando Vasco Nuñez á entrar por el rio Grande arriba, llegó en en una tierra cuyo Rey ó señor se nombraba Jurvi, la i letra luenga, donde halló á Colmenares, y allí se proveyeron de alguna comida. Determina Vasco Nuñez que vayan juntos, y yendo por el rio Grande arriba, 12 leguas de allí, toparon una isla en el mismo rio, que llamaron de la Cañafistola, porque abundaba de cañafistola verdadera, pero silvestre. Aquí comenzaron todos á dar en ella, y ella dió en ellos de manera que ⚫ todos pensaron en breve morir, desatadas las tripas, tanta fué la que comieron. Viéndose libres deste peligro, tornando á su camino, á la mano derecha de la isla, vieron entrar en el rio

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