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IMPRENTA BARCELONESA: PARLAMENTO, 34 (ENSANCHE DE S. ANTONIO)

1875

EL CERRO DE LOS SANTOS.

UNA ACLARACION,

Hoy que está fija la atencion de los sábios en las misteriosas ruinas que encierra en su séno el Cerro de los Santos, me parece oportuno por medio de estos mal trazados renglones hacer público y probar á quien se debe el descubrimiento de tan precioso depósito; para evitar en lo sucesivo se atribuya á quien ninguna participacion tuvo en ello.

En distintas ocasiones habia oido hablar del Cerro de los Santos de una manera vaga, hasla que lleno de curiosidad, traté de averiguar por qué razon se le daba este nombre, sospechando que en algo se fundaria:

Erá el més de Julio de 1860; á la sazon me hallaba ocupado en las faeñas de la recoleccion en un pueblecito de esta provincia de Albacete llamado Corval-Rubió y distante dos leguas de Montealegre, en cuyo término se halla el referido cerro y muy inmediato à la casa de campo llamada el Cortijo, propiedad del Sr. Conde Montealegre.

Mi afición a los estudios arqueológicos me obligó á visitar el mencionado cerro, tan luego como terminase mis ocupaciones agrícolas. En los últimos dias del mes de Agosto invité à mi apreciables amigos D. Juan José Guillen y D. José Ramon Mancebo para llevar á cabo la tan por mi deseada espedicion.

Una vez sobre el terreno, aun que examinado á la ligera, pude notar entre la arena arrasIrada por los aluviones, pedacitos de plomo en gotas, como si hubiera sido derretido, no sin que en mi imaginacion me figurara desde luego que el edificio que allí existió hubiera sido consumido por las llamas à causa de la abundancia de aquellos. Recogi fragmentos de mosaico en un todo parecidos al Romaño: en distintos puntos hallamos enormes piedras à manera de loscos sillarès, que al volverlos nos dejaron ver esculturas de un marcado carácter Latino-Bizantino; encontramos varias de muy distinto estilo, un capitel, un cuerpo y varias testas que por sus pequeñas dimensiones pude recoger y en mi poder consérvő.

Sobre el terreno dibujé las estátuas que con harto sentimiento mio tuve que abandonar por sus grandes dimensiones y despues el del cuerpo y testas qué recogí.

Comprendiendo la importancia de tales fragmentos, remiti dibujos á la Real Academia de la Historia acompañados de una sucinta memoria, para darle cuenta del descubrimiento que nos ocupa, pero como quiera que no era de la competencia de dicha corporacion el asunto, ella á sú vez lo comunicé à la Direccion del Museo Arqueológico Nacional.

Transcurrido algun tiempo y cuando desconfiaba de que diese resultado alguno mi comúnicación, en la qué manifestaba mi sospecha de que el Cerro de los Santos debia en sus entrañas encerrar feliquias de inmenso valor para la ciencia, recibí una comunicacion de la Real Academia de la Historia en la que despues de darme las gracias y la enhorabuena, se me ma

TOMO II.-NÚMERO 1.

1.° DE ENERO DE 1875

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