Imágenes de páginas
PDF
EPUB

Carrillo, tan dado á este linaje de estudios, que se rodeaba de alquimistas imbuidores; Luis de Centellas, cuyas octavas encierran el secreto de la piedra filosofal, aunque à decir verdad á me parecen tan oscuras como las cifradas del libro del Tesoro, y otros de tiempos mas cercanos que alucinaron á las gentes de la corte hasta el punto de conseguir favor y proteccion de los grandes y de los ministros, crédulos todos en demasía cuando se fiaban de las promesas siempre falaces, de tales embaucadores.

Conociendo que mi opinion necesita fortalecerse con nuevas y contínuas investigaciones, aproveché la estancia de algunos meses en Madrid dedicando todas las horas libres à revisar los preciosos manuscritos que se conservan en la Biblioteca nacional, y al exámen de los códices que tratan de la alquimia, especialmente de los escritos por españoles. Pocos son estos, pero entre ellos est'n algunos de nuestro Arnaldo. Recorriéndolos, fijé la atencion en un tratado de medicina, intercalado con otros, en cuyo principio se indica la pátria de Arnaldo, y me dí prisa á sacar copia de la parte que me interesaba, bien ajeno de pensar que aquellas notas recogidas para satisfacer mi curiosidad habian de servir antes de mucho para corroborar la opinion que Vds. han sustentado.

y

El legajo que contiene el manuscrito á que me refiero está señalado con la letra L 34 lleva por título: Físicos y Medicina. No hay en ninguno de los tratados que encierra indi. casion del año en que se hizo esta recopilacion; pero á juzgar por el carácter de la letra debió ser sin duda hacia fines del siglo, xiv. En el fólio 62 hay un tratado que encabeza así: Incipit liber Aviene de viribus cordis et de medicinis cordialibus traslatus á magistro Arnaldo de Barchinone. Al final se repite la declaracion de ser nuestro Arnaldo el traductor de la obra de Avicena en estos términos: Tractatus per magistrum Arnaldum de Villanova del arabico in latinum.

Es patente, segun lo trascrito, que Arnaldo de Barcelona lleva el apellido de Vilanova; y que si al empezar el libro se le nombra de distinto modo que al fin, esto mismo prueba que no hay aquí la duda suscitada contra el sello de Cervera, que algunos creen que es el mismo que usaba nuestro insigne médico.

hizo

Pero no vayan Vds. á pensar, amigos mios, que apoyado en la cita del códice existente en Madrid quiera yo afirmar que fué Barcelona la cuna de Arnaldo, pues que no es ese mi propósito, ni basta lo trascrito para darle una patria de la que nadie, que yo sepa, mencion hasta el dia, no obstante lo mucho que se ha discurrido sobre ella. Si acaso, me inclinaria de mejor grado á que el pueblo en que nació Arnaldo no estaba distante de la ciudad que era cabeza del antiguo condado, sucediendo, lo que muchas veces acontece, que lo mas renon.brado se antepone à lo menos conocido.

En lo que yo entiendo que debemos insistir es; en cómo los escritores y compiladores del siglo XIV le apelli lan de Barcelona, lo cual prueba que no le tenian por francés ni italiano, sino por español y catalan & Ilarian lo mismo si Arnaldo hubiese nacido del otro lado del Pirineo? ¿Se les iria la pluma en términos que le atribuyesen una patria adoptiva, siendo la suya esa talia, donde tan conocido y reputado fué nuestro compatriota ? — Vds. que saben por qué grados se van desfigurando los hechos a medida que el ti mpo los aleja, opinarán conmigo que cualquier testimonio coetáneo, por conciso y breve que sea, vale más, mucho más, que todos los discursos ingeniosos que con posterioridad se hagan para que prevalezca una opinion de antemano concebida. Gran satisfaccion tendré si la de Vds. concuerda con la de su atento amigo.

Barcelona 20 de Marzo de 1875.

JOSÉ R. DE LUANCO.
Catedrático de la Universidad de Barcelona.

ESTUDIOS HISTÓRICOS.

IV (1).

ALHAMA?

El rio que lleva este nombre en la provincia de Soria ¿es derivacion de la ciudad antigua cuyos restos se descubren sobre el nacimiento de aquellas aguas, que despues de fertilizar las deliciosas campiñas que en el corto tránsito de diez leguas atraviesa, y dejando su nombre como apellido á la industriosa villa de Cervera, va á engrosar el Ebro caudaloso en las cercanías de Alfaro en la provincia de Logroño? El presente artículo está destinado á descubrir esta verdad hasta pocos años hace algo enigmática.

Al Norte de la pequeña villa de Suellacabras en la provincia de Soria y partido judicial de Agreda, tiene su nacimiento el rio llamado desde su origen Alhama; hoy escrito como acabo de hacerlo, pero que en antiguos documentos he visto Al-jama y Al-háma.

Si únicamente se tratara de una voz usual ya entre nosotros, fácil seria su esplicacion gramatical, porque de la contraccion de la preposicion A y del artículo El, resultaria el consiguiente pronombre indefinido.

Pero esa voz condensa un hecho corográfico-histórico digno de atencion. Tal vez los que voy á desenvolver lo espliquen satisfactoriamente.

Como á media hora de la villa de Suellacabras, al Norte, en la falda de un elevado cerro, monstruoso y cubierto de peñascos, á cuyo pié nace el rio Alhama, se descubren ruinas informes de antigua poblacion.

Como á doscientos pasos de este sitio, al Oeste, en una pequeña eminencia en el descenso del insinuado cerro, en plano un poco inclinado, se encuentran sepulcros, indicados por

(1) Véase la página 16 de la Revista.

hitos solo perceptibles cuando se ha adquirido conocimiento del destino del lugar que se pisa.

Tales son la posicion geográfica natural y la topografía de aquel terreno.

Sus vestigios que pudiéramos llamar ignográficos mas notables, son fáciles de determinar.

Por la parte mas occidental del cerro, que es la mas accesible, se observa una línea como de doscientas varas de ruina de un muro fabricado en seco de grandes piedras, de arena dura, de forma esquistosa.

En la falda Sur del mismo cerro se encuentran varios trozos de muro de piedra de igual calidad con argamasa caliza, que á la vez que sostenimiento al terreno, debieron dar á la poblacion un carácter de formidable defensa.

Ni calles, ni viviendas, mas o menos perceptibles, ni datos que puedan alentar un trabajo detenido, se descubren à la simple y rápida esploracion. Aun lo que va indicado se encuentra en el mayor oscurecimiento.

Comisionado por la junta provincial de Monumentos, el autor del presente artículo, para practicar detenido estudio de aquel descubrimiento, en union de los Sres. D. Dionisio Lopez de Cerain y D. Lorenzo Ramos, cuya ilustrada cooperacion le fué lan útil, solo encontró en el exámen superficial del terreno los hitos indicados, algun resto informe de armas de hierro. y algunas piedras de aquellas que los antiguos pueblos usaban para moler á mano.

A la simple vista los hitos que marcan los sepulcros no demuestran el objeto à que están á destinados. Apenas salen de la superficie; sus formas son tan rudimentarias, que mas bien parecen piedras de las que abunda el terreno, que señales indicadoras de la necrópolis que se está pisando.

Removido el terreno van descubriéndose los sepulcros, cuya construccion, igualmente rudimentaria, la forman piedras sin labor alguna, tal como se encuentran en aquellos cerros. Los sepulcros están ya destruidos por la acción del tiempo.

En medio de aquella rusticidad se nota regularidad en el método de enterrar y en el órden de los enterramientos; esmero y cuidado en la colocacion de los cad iveres; cariñoso respeto con que todos los pueblos, aun los mas salvajes, procuran evitar la profanacion del lugar de sus muertos.

Los cadáveres debian estar encerrados en una doble caja. La primera cubierta que al remover la tierra se encuentra, la forman las piedras que sin vestigio alguno de revestimiento de cal ni argamasa quedan indicadas. Dentro de aquella caja y segun los restos de hierro y madera que se encuentran en los sepulcros, debió colocarse otra caja de la última de estas materias. Y enterrados bajo esta doble cubierta, los esqueletos cuyos restos muy bien conservados en unos, sin duda por el gran preservativo de la arcilla figulina que forma el suelo inferior de los sepulcros y se ha llegado á infiltrar en los cadáveres, y apenas perceptibles en otros, se pueden analizar.

Cada hito ó señal se halla colocado á la cabecera del sepulcro. La piedra que lo indica es de una sola pieza, y desciende desde la superficie al fondo, y ocupa todo lo ancho del sepulcro. Los cadáveres todos están mirando al Oriente. Su cabeza no descansa como en otros cementerios antiguos, en una caja de piedra: está sencillamente sobre la tierra.

Se observa una perfecla regularidad en el órden de los enterramientos. Cada línea se compone de una série de sepulcros que va de Norte à Sur. Y hasta es posible juzgar que debian guardar predileccion à las familias, pues se notan en un órden y en una série de los descubiertos, tres que contenian indudablemente cadáveres de hombre, mujer y niño.

En los descubrimientos que fueron objeto de la esploracion, solo una interrupcion se

nota en el órden de los enterramientos. Pero aun esto es una prueba de las consideraciones que aqu›l pueblo debió guardar.

Recorridas varias lineas de sepuleros, se encontró el espacio que debia ocupar otra y que solo contenia un spu'ero y un cadáver. Este enterramiento debia ser de persona distinguida, pues si bien en él no s hadaron armas, anillos, ni vaso ungüentario, de que mas adelaute me haré cargo, contenia el cadaver sobre su pecho un trozo de vasija de barro muy fino, y en una de las piedras laterales, precisamente al lado á que estaba inclinado el rostro, se veia una figura informe, calcada en la piedra.

En este cementerio, en la parte mas próxima á la poblacion, en el punto donde debió estar su entrada, se encuentra un p.nlo mas e'evado que lo demás del terreno. Esta elevacion, que no es un accidente natural, sino que por lo contrario, à juzgar por sus señales á debió ser formada con un fin determinado, indica tal vez el panto donde se depositaban los cadáveres para dirigir las ú timas preces por su descanso.

Diez y seis fueron les s pulcros que indistintamente se abrieron, y en ellos fueron hallados diversos objetos. En todos habia restos de madera, clavos y arpones, que indican haber estado los cadáveres ene rrados en la doble caja de que dejo hecho mérito.

En la mayor parte de los sopuleros se hal aren vasos ungüentarios de cristal, tan sutil y frágil que con gran dificultad y á pesar del minucioso y cuidadoso esmero con que se hacia el descubrimiento, solo uno se pudo estraer entero : objeto precioso y que se conservó con grande estima. Ea algunos se encontraron restos de lanzas, de espadas, anillos, hebillas y algun otro pequeño objeto. Solo en uno se descubrió una moneda antigua, de caracteres celliberos.

Los objetos encontrados formarán una bonita coleccion: tres anillos de bronce, uno de ellos incompleto; una p-queña p ́edra de Ambar gris, pro sin la figura que en relieve es cl distintivo del camafco; dos hojas de espada muy destruidas por el óxido; tres hierros de lanza en igual estado; otra multitud de lanzas, dardos y arms, así como crecido número de clavos, arpones y otros objetos de hierro; un vaso ungüentario completo, de cristal, y varios restos de otros; restos de vasijas de barro; varias hebillas de bronce de diversos lamaños; una piedra con una figura informe calcada en ella, y multitud de otras que la comision no se atrevió á calificar si eran ó no inscripciones lo que en ellas se distinguia.

No se concretó á esto la esploracion. Se midieron una calavera, huesos de fémur y de húmero. Sus dimensiones son irregulares. La primera medía, de diámetro éntero posterior 20 centimetros y trasversal 13. E fémur 44 centimetros de longitud. Esto hace considerar que los cuerpos deberian medir una talla de altas proporciones.

lecha la descripcion de los trabajos esploratorios y de los objetos encontrados, preciso es aventurar algun juicio acerca del origen de la poblacion á que se refieren y del estado de su civilizacion.

Punto algo oscuro el primero, es indispensable que entren por mucho las conjeturas para acercarse á la certidumbre bistórica.

Colocada esta poblacion en el límite oriental que Tolomeo determina al país de los Arévacos, y confinante por el Norte de los celtiberos; alguna opinion sustenta, que convenia al punto donde estuvo situada Sætabis 6 Setabis Fluvius. Pero la esplicacion que Pomponio Mela hace del punto donde desaguan los tres rios Sær bis, Turia y Suero, afluentes al golfo Sucronense, que comenzando en el Ebro concluye en Denia, alejan la posibilidad de ser esta poblacion la indicada en las tablas Tolemaicas.

Otra opinion es la de que la poblacion que nos ocupa pudiera ser la antigua Bendali. Pero señalada esta en la geografia antigua próxima á Grácurris, y referida á la moderna

TOMO II.-NÚM. IV.

2

Grávalos, que dista de Suellacabras unas diez leguas, hay que desechar tambien esta idea.

Por último se indica la posibilidad de que esta poblacion fuera la antigua Bernama, atendidas las dos raíces que componen su nombre, y que hasta cierto punto convienen à la lopogra.ía de la que venimos estudiando. Berg, del celtico Torre, fortaleza ó castillo, y Nama, en hebreo fuente; habiendo quien opina que el nacimiento del rio Alhama es la fuente Nemea tan poéticamente descrita por Mrcial.

Esta última opinion seria la mas aceptable, porque dice mas conveniencia que ninguna otra á los lugares que deja descritos. Pero hay que desecharla tambien, porque Bernama segun Tolomeo era ciudad Edetana situada al Sur de Zaragoza y un poco occidental á esta ciudad.

D. Pascual Madoz en su Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España, hace mérito del despoblado de «Alhama» en la provincia de Soria, partido de Agreda, en el pun>>to mas dominante de la Sierra de Oacala á las inmediaciones de Suellacabras, reducido á >>ruinas y vertigios que se cree son restos de una antigua poblacion que se denominó >>Alhama. >>

En la oscuridad que tiles antecedentes nos ofrecen; en la dificultad de determinar con certeza el punto historico que encierran, preciso es descender à tiempos mas cercanos, y dejando sin resolver la dificil cuestion de si los restos que hemos analizado pertenecen á uno de aquellos pueblos invasores que venidos de las tristes montañas de la Escitia se confundieron con los primitivos españoles, despues de haber luchado contra los romanos cuyas armas y costumbres adoptaron, preciso es que nos fijemos en el origen de la voz Albama.

Los árabes daban este nombre al nacimiento de las aguas templadas y abundantes que podian utilizar para baños. De aquí hama ó la antigüa Ağüa Psılbilitanorum de los romanos. Albama Bella à la güa Canla Ausetanorum de los auselanos.

[ocr errors]

Tenemos ya un dato. El nombre arabe se conserva. A este dato se reunen las muy atendibles circunstancias de la calidad y cantidad de las aguas que al pié de la antigua poblacion nacen, del nombre dei rio que forman y que mas adelante vá á apellidar una poblacion considerable; Cervera de rio Achama. Y prec.so es tener muy en cuenta tambien, que así como no se encuentra, porque tal vez no es posible encontrar, referencia en la geografía de la España antigua, atendido el origen y composicion árabe de ese nombre, tanto con relacion al rio como à la poblacion, ese nombre árabe se conserva y la tradicion lo refiere sin vacilacion ni dula. Veamos ahora si los objetos encontrados pueden tener significacion que esplique su analogía con la dominacion agarena.

Ninguna inscripción en los sepulcros. Los árabes no las usaron.

Agrupacion, sencillezy rezu'aridad en los enterramientos. Carácter distintivo de los árabes. Raleza, ningana ost ntacion en las edificaciones. Los irabes de la primera época se concretaron a ocupar las viviendas de los pueblos que invadian.

La sencillez de las lanzas, cuyos restos se han encontrado, pudiera tambien confundirse con la de los árabes.

Y por ultimo, aunpu liera de irse que la circunstancia de no haber descubierto casco alguno, ni otro resto de armadura en las sepulturas induce à juzgar que aquel enterramiento y la poblacion à que pertencia son árabes sin duda alguna.

Pero tenemos el anillo, distintivo de los guerreros romanos; los vasos ungüentarios que los árabes no usaron. las espadas rectas cuando los árabes generalmente utilizaron el alfange corvo; y por último el encerramiento de los cadáveres en la doble caja.

« AnteriorContinuar »