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de las puertas de la Roma cristiana, ante la desarmada pero gran figura del Pontifice S. Leon el Grande, que sin temor al apellidado el azote de Dios y terror del género humano, sin mas éjércitos que un coro de sacerdotes, sin mas armas que la enseña de la redencion del género humano, y sin mas defensa que su magestuosa elocuencia les manda retirar.

El cristianismo, terriblemente perseguido durante siglos por la Roma pagana, atrae à su seno y desarma á las naciones bárbaras, cuyas rudas costumbres dulcifica. Y á la vez que realiza doblemente la salvacion de Europa, conserva los elementos de civilizacion que han de servir para regenerar á las naciones.

En España, los godos convertidos al cristianismo, pero trabajados por las seclas que desde Arrio les infiltraron el virus de destruccion, incurrieron en los mismos vicios que los romanos en su época decadente, sin que la Iglesia pudiera impedir sus desastrosos efectos.

Los árabes, en todo el vigor de la juventud, y fanatizados con las seductoras promesas con signadas habilmente por Mahoma en su alcorán, vienen á su vez à luchar contra su poder carcomido por la debilidad y por el vicio, y con fácil victoria procuran realizar el triple objeto de su propósito invasor; la destruccion de la cruz, símbolo de las eternas verdades; el dominio de la media luna, centro de todas las concupiscencias, y la estension de sus rudas conquistas. El choque fué tremendo. La dura verdad de que su principal objeto era el predominio de la media luna sobre la cruz, se comprende teniendo en cuenta la predileccion con que los árabes incendiaron las ciudades en que los cristianos habian establecido sillas episcopales.

Una de ellas fué la Uxama de los romanos, que con quistada por los godos, y bajo la denominacion de Auxama y Oxoma era la capital del obispado que en nuestros dias lleva el nombre de Osma. En el artículo consagrado á Uxama, he demostrado que fué reedificada por los árabes bajo el nombre de Vasana.

Estos antecedentes son mas que suficientes para poder ir fijando con alguna aproximacion la época de la edificacion de El Burgo de Osma.

Posible es que en sus primitivos tiempos fuera esta villa parte de la antigua Uxama. A creerlo así conducen la consideracion de la gran estension de la ciudad Pompeyana, y la no menos importante demostracion que envuelven los restos de vasijas de barro etrusco, medallas y otros objetos encontrados en escavaciones hechas en el Burgo, y de las cuales dejo indicado lo suficiente al hablar de Uxama.

Pudo ser tambien uno de los tres arrabales «de cuyo nombre no hay memoria» segun la Real Provision de 14 de enero de 1774 de que hice mencion en el articulo Uxama.

Uno y otro estremo pueden conciliarse teniendo en cuenta la etimologia de su nombre. «Burgo, dice el diccionario de la lengua, aldea ó poblacion dependiente de otra principal.»

De todos modos es indudable que se remonta á una gran antigüedad, y que ya fuera parte integrante de la primitiva Uxama, ya uno de sus arrabales, á cuyos dos conceptos se presta su proximidad á Osma, tiene este notabilisimo timbre mas que añadir á los que la enaltecen.

Las vicisitudes por que Uxama pasó, segun dejo indicado, fueron dando cuerpo à la poblacion de El Burgo.

Dos hechos importantes podrian fijar la certidumbre histórica en este punto. Uno, al establecimiento de la silla episcopal. Otro, la época de la construccion de su iglesia catedral. Pero ambos ofrecen notable obscuridad.

La invasion sarracena destruyendo cuanto encontró à su paso, el incendio à que con predileccion entregó las iglesias, los archivos y cuanto constituia el centro de los conocimentos humanos, impidieron conservar las noticias necesarias.

Asi es que en el primer punto de tradicion que dejo indicado, no ofrece datos positivos la historia hasta fines del siglo sesto y principios del sétimo, en que segun S. Isidoro y el carde

TOMO II.--NÚM. III.

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nal Aguirre entre otros escritores, se hace mencion de los obispos de Osma asistentes á los concilios toledanos, suscribiendo «Joannis Oxomens. Gregorius Oxomens. Ecclesiæ Episcopus suscripsi.»

En cuanto a la construccion de la Iglesia catedral, son muy oscuros los antecedentes que se encuentran. Se supone que muy luego de la predicacion del evangelio por los Apóstoles hubo ya obispos de Osma. Pero aun cuando esto fuera exacto ¿bastará para determinar que se establecieran y fuera su iglesia donde la actual catedral? Esto es lo difícil de resolver.

Pero la razon crítica, fundada en no encontrarse vestigios de obra con igual destino en otro punto de la villa de El Burgo ni de la ciudad de Osma, y la consideracion à que dan lugar las diferentes construcciones que en la fabricacion de la actual catedral se observan, dan lugar á creer que la Iglesia existente es la que primitivamente se edificó, acreditando todo esto su remota antiguedad.

Por estos antecedentes se comprende la remota antigüedad de esta poblacion, por mas que al determinar su origen etimológico-etnográfico, haya que luchar con todos los inconvenientes que la oscuridad trae consigo.

á

Un paseo por los alrededores y por el interior de esta villa monumental, no será estéril para la ciencia. A la parte N. E. à unos trescientos pasos de la poblacion, se encuentra el magnífico edificio destinado á hospicio, hoy sucursal de la casa provincial de beneficencia, cuyos detalles, aunque à grandes rasgos trazados, demostrarán su justa celebridad. Fundacion Real, debida á la iniciativa del Ilmo. Sr. D. Joaquin Eleta, de aquel hijo preclaro del Burgo, que obispo de Osma tanto hizo por el engrandecimiento del pueblo donde vió la luz de la vida, abrió sus puertas como refugio y amparo de los afligidos, bajo la proteccion de S. José.

Reune este establecimiento cuantas condiciones son necesarias para su objeto. Mide cien metros de longitud por cuarenta de latitud y trece de altura. Su interior està dividido en dos departamentos iguales, con tres pisos cada uno, y en cada departamento un patio, cuyas arcadas de columnas de granito de construccion sostienen los dos pisos altos, dando al edificio severo aspecto.

Parte de él es otro edificio de solo planta baja, destinado á tinte, son siete chimeneas para las calderas, que por causas de que no debo ocuparme tuvieron otro destino; calderas magnificas de cabida de doscientas cantaras tal vez, y que se surtian de agua corriente contenida por espitas de bronce.

Contigua al tinte está la Atarazana destinada á la elaboracion de hilados.

Completan este gran establecimiento, fuentes abundantes, lavaderos de ropa y lana, y espaciosos corrales. Una extensa pradera destinada á tendedero de paños y telas, y un molino y un batan impulsados por abundantísima y fácil corriente de agua, llenaban toda su comodidad.

Entre el hospicio y la poblacion, á pocos pasos de ella y tocando con el antiguo camino hoy carretera de Valladolid á Soria, está la antigua y ya suprimida Universidad de santa Catalina. Debida la construccion de tan suntuoso edificio al Ilmo. Obispo D. Pedro Albored de Acosta, su magnífica portada se ve coronada por el escudo de armas de Aragon y de Castilla. Penetrando desde su espacioso pórtico se encuentra un extenso patio de sólida construccion formado por arcos sostenidos por columnas de igual calidad que la del hospicio. En el piso bajo estaban la capilla y las cátedras, y en el alto las habitaciones rectoral, para los colegiales, y la biblioteca.

Suprimida varias veces y vuelta á restablecer, hoy se encuentra completamente desligada del objeto de su fundacion; y la que dió tan esclarecidos varones sirve en la presente guerra civil, como sirvió en la de los siete años de fuerte y de cuartel.

Hoy comprendido en el casco de la villa, atendida la tendencia de las nuevas construc

ciones á extenderse por la parte Sur, se encuentra el suntuoso edificio Seminario Conciliar, bajo la advocacion de santo Domingo de Guzman.

En punto á su fundacion han visto la luz pública, entre otras, dos opiniones algo encontradas.

Loperracz en la historia crítica del obispado de Osma la atribuye al Ilmo. Obispo D. Scbastian Perez en el año 1594.

D. Pascual Madoz, en su diccionario geográfico-estadístico la atribuye al Obispo D. Fernando Acebedo en el año 1612.

Esta diferencia que no es muy esencial para la verdad histórica puede consistir en que ambos Prelados tuvieron participacion en la realizacion del pensamiento. Y con efecto, Loperraez lo explica al escribir las biografías de estos dos obispos.

Existia ya el Seminario unido á la Universidad colegio de Sta. Catalina. D. Səbastian Perez los separó y dividió sus rentas, trasladando el seminario á las casas llamadas del Cortijo. D. Fernando Acebedo contruyó el seminario donde hoy existe, aumentando sus rentas, en cumplimiento de lo mandado en el concilio de Trento, para lo que dió principio á su edificacion en los primeros años del siglo diez y siete.

El tan justamente célebre Padre Eleta se propuso mejorarlo, y bajo la direccion del arquitecto Sabatini, construyó sobre el antiguo otro seminario de nueva planta.

Hace pocos años se le dio mayor ensanche é importancia.

Hoy aquellos magníficos claustros, centro del bullicioso plantel que sostenia la ilustracion y el sentimiento religioso dentro y fuera de la Diócesis, se halla casi sin alumnos, y sus profesores con misérrimo sueldo, porque sus bienes se han vendido, como se ha vendido tanto que era útil, en nuestros dias de desolacion y de tristeza.

Aunos trescientos metros, al S. O. en la sierra llamada de las Magdalenas, se encuentra una hermita subterránea dedicada á santa Maria Magdalena, notable por su construccion y por la devocion ardiente y fervorosa con que los burgaleses la cuidan.

Entre la hermita y la poblacion se ha construido un espacioso cementerio, cuya capilla es sencilla pero de buen gusto.

Por último, à pocos pasos de la villa, bañados sus muros por las aguas del rio Ucero está el antiguo monasterio de Carmelitas descalzos, cuyo notable edificio se hubiera arruinado en esta época de vergonzoso abandono, á no ser por la especial atencion de los Prelados para conservarlo, y sin el esmerado cuidado del único solitario que lo habita y que como último resto de aquella generacion tan mal apreciada como perseguida por los poderes del siglo en nuestra patria, se há propuesto morir, si le dejan, al pié del altar en que consagró su vida entera al servicio de Dios; bajo las bóvedas donde su voz se confundia en los solemnes cánticos con que sus hermanos oraban por la salud de los hombres, sin otra esperanza que la de dar el último aliento en aquel tranquilo rincon, léjos de las tempestades del mundo.

Hemos entrado en la villa por la puerta llamada de san Miguel, que es la que da paso al antiguo puente por el cual se comunicaban Osma y el Burgo. A la izquierda, el primer edificio que se encuentra es la casa llamada hoy de Cogollos, perteneciente á los Marqueses de Gerona, cuyo título nobiliario tantos recuerdos encierra para el que estudiando los grandes hechos de la historia patria, piense en la inmortal defensa que de la ciudad de que toma nombre su título, en la gigante lucha de principios del siglo, hizo el valeroso D. Mariano Alvarez de Castro, tan miserablemente asesinado por las huestes del primer Napoleon.

A su lado la Iglesia Catedral eleva su almenada torre dominando todos los edificios de la villa, sobre la cual resuena el eco inmenso de la poderosa campana llamada de S. Pedro. Su exterior, de imponente severidad, revela que su construccion es debida á distintas épocas, dividiendo en ella diferentes gustos y sistemas de arquitectura. Algo la hace perder esto de la evera majestad qne admiramos en las grandiosas construcciones de la edad media.

Su hermosa torre de dos cuerpos, fabricada como todo lo demás del edificio de silleria. caliza blanca, cuya limpieza y brillo hacen dudar á primera vista si es de jaspe y si se trala de una edificacion de nuestros dias, no es de las mas elevadas y esbeltas, si bien cuenta con notable solidez y elegancia.

Es notable la portada principal de esta iglesia. Se cree que data de fines del siglo décimo quinto, y que fué costeada por el Cardenal Mendoza. Su decorado representa la Asuncion de la Virgen, cubierto todo el semicirculo de su bóveda de ángeles y santos, á los lados los Apóstoles, y en medio de un pilar que sirve de estribacion à los dos arcos que forman las puertas, la imágen de Jesucristo resucitado, de estatura natural, tallado en mármol blanco. En toda esta parte de la obra, que es de mucho mérito y trabajo, preside el orden gótico.

Al sentar la planta sobre el marmoreo pavimento de la iglesia; al comparar la silenciosa pobreza que en ella hoy se nota con los recuerdos de su pasada prosperidad, el ánimo abatido no puede menos de fijar la atencion en un hecho muy reciente que sintetiza las desventuras que rodean al culto católico de nuestros dias. El de la Inmaculada Concepcion, el de la gloriosa patrona de las Españas, el ocho del actual, con voz profundamente conmovida, un sacerdote anunciaba desde el púlpito á los fieles que de no poder contribuir con sus ofrendas, tendria que suspenderse el culto en esta Catedral, cien veces ilustre por lo que representa en el pueblo cristiano, por su noble antigüedad, y por los tesoros artísticos que encierra. ¡Tristísimo contraste! Precisamente el dia mas feliz para la iglesia, precisamente en los momentos en que el pueblo español tributa á su patrona rendida admiracion por su gloriosa grandeza, su pueblo escogido llora por las desventuras que el templo atraviesa. ¡Y esto sucede en pleno siglo diez y nneve, en medio de un pueblo cristiano, y bajo unos gobiernos que proclamándose cristianos no dan á la Iglesia los medios de sostenerse !

No voy á escribir una historia, ni á describir los monumentos artísticos de este país. Esto será el objeto de mas detenido trabajo, si Dios me deja tiempo y despacio para ello. Necesario es, por consiguiente, que mis «estudios» de hoy se concreten á lígeros apuntes. Por esto al recorrer la catedral de Osma, solo he de hacer rapidísimos apuntes.

Consta en su interior de tres naves y un crucero. Contiene tres capillas. Una de estas es la de Sta. Cruz donde se halla.la parroquia de la villa.

En la Capilla mayor, colocada en la nave principal, se siente el observador poseido de respetuosa admiracion ante la inmensa majestad de aquel lugar destinado á la adoracion del Salvador del Género humano. Mas de una vez el autor de estos renglones al doblar la rodilla inclinando la frente ante el grandioso lábaro, gloria del género humano y esperanza consoladora del cristiano, ha recordado aquel magnífioo arranque del poeta :

.. Perdon si en estas bóvedas

.....

Llenas de tu imponente majestad.....

No es grande la capilla mayor, y acaso este es un defecto que el observador lo advierte, porque se nota por el que el arquitecto ha tenido que reducir su pensamiento. Su elevacion corresponde al conjunto de la iglesia. Sus ventanas colocadas con profusion y cubiertas con cristales de colores, concilian la belleza artística con la importancia del lugar. Su altar mayor obra de Juan de Juni, construido à expensas del Ilmo. obispo Albared de Acosta, cuya figura se ve en el retablo, contiene el Tránsito de la Vírgen, y notables relieves de los Apóstoles y de los Patriarcas, esmeradamente modelados por el buen gusto del escultor.

En el crucero, al lado del Evangelio está el magnífico púlpito de mármol blanco, en cuya caja modeladas en bajo relieve y al gusto gótico se ven las imágenes de la Virgen, de S. Miguel y de S. Jorge, descansando toda la obra sobre una linda columna de jaspo; y al rededor se descubre una leyenda con este significativo distico:

ANNUMTIATA POPULO MEO SCELERA EORUM.

Sobre una de las sacristias está la capilla de S. Pedro obispo de Osma, à la cual se sube por una graderia de jaspe de las canteras de Espejon, pueblo situado à pocas leguas de El Burgo. En el centro de la capilla está el cuerpo del Santo colocado en una urna, viéndose en la capilla pintados diferentes episódios de su vida.

La grandiosa capilla del venerable Palafox, notable por los jaspes, mármoles, bronces, frescos y esculturas que encierra, es un museo artístico en el cual campean los nombres de Maella, de Gutierrez y de Domingo Bruil.

En la segunda nave, que es la central, está el coro, con su hermosa silleria de nogal, y dos órdenes de asientos, en uno de los cuales y como respetuoso y constante recuerdo del sitio que ocupó como cabildante, se vé la imagen de Sto. Domingo de Guzman.

La Capilla Real dedicada á la Purísima Concepcion, de construccion atrevida y graciosa, sostenida por ocho columnas de jaspe con embutidos de bronce.

Se cuentan cinco sacristias, entre las cuales, la mayor construida á mediados del siglo décimo sexto, es notable por su elegante cajoncria, sus cuadras de gran mérito, sus magníficos espejos, y su gran mesa de jaspe de colores de tres metros de largo y cerca de dos de ancho y de una sola pieza.

En la bóveda de esta sacristia, como en diferentes lugares de la iglesia, se ven hermosos frescos debidos al pincel de Zapata y de Jordan, representando hechos notables de la vida del venerable Palafox, de S. Pedro de Osma, y de Sto. Domingo de Guzman.

Saliendo de la Catedral, á la izquierda, en la calle mayor, se encuentra el palacio episcopal cuyo esterior nada de notable ofrece, y en cuyo interior ademas de cómoda y digna habilacion para los Prelados y su servidumbre, están la capilla, sala de sinodos, archivo general y dependencias del tribunal.

A espaldas del Palacio episcopal existe aun la casa que habitó Santo Domingo de Guzman, si no por su mérito arquitectónico, al menos por los grandes recuerdos que para el pueblo cristiano despierta la Santa vida del esclarecido varon que la ocupó, debió esceptuarse del mercado desamortizador. Pero la corriente del siglo, que tantas medianías ensalza, no ha respelado este monumento de la piedad católica, y vendiéndolo, quizá por precio miserable, ha dado lugar á que tal vez, en dia próximo, vaya á tierra como otros recuerdos de nuestra grandeza.

La plaza mayor, notable por la regularidad que preside en sus construcciones, lo es mas por el edificio-hospital, que bajo el patrimonio de San Agustin ocupa uno de sus frentes.

El punto donde están la plaza y las demas construcciones que la rodean, se hallaba fuera de murallas. En los primeros años del último tercio del siglo quince, el obispo D. Pedro Montoyo fundó un hospital para pobres y transeuntes.

El Ilmo. D. Sebastian de Arebalo y Torres, cuya bondadosa proteccion tantos recuerdos dejó en El Burgo, viendo la poca solidez del edificio, acordó su reedificacion, que tuvo lugar á fines del siglo diez y seis. Sobre la puerta principal se vén las estátuas de san Agustin, san Francisco y san Sebastian, modeladas por Fernando de Mazas y Miguel de Agüero. El conjunto dela obra es suntuoso. Su fachada principal se halla coronada, á sus dos extremos, por dos torres de bastante elevacion con las armas de aquel Prelado, talladas en piedra caliza, de la que es toda la obra.

Hoy este establecimiento es capaz para sostener unos ochenta enfermos. Y es una sucursal del hospital provincial.

Otros muchos notables monumentos encierra El Burgo de Osma, dignos de ocupar la atencion del observador estudioso, que serán objeto de mas detenida demostracion. Debidos todos á la munificencia de los Prelados Diocesanos, que hicieron de esta villa una de las mas bonitas poblaciones de Castilla, jamás dará gracias bastantes á sus ilustres protectores.

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