Imágenes de páginas
PDF
EPUB

II.

Heróico y admirable es lo que acontece en Cataluña desde que Barcelona hizo ondear en sus almenas el estandarte de la Cruz, que era, sin duda alguna, en aquellos tiempos anteriores à la Heráldica, la enseña de todos los pueblos cristianos; heróico y admirable, porque, sin embargo de la situacion geográfica de Cataluña, que la tenia mas aislada, privándola del contacto con las otras nacionés, y mas expuesta, por razon de su larga costa, á sufrir invasiones marítimas de los Sarracenos, sus vecinos y enemigos, á pesar, decimos, de no haber podido, durante tanto tiempo, romper absolutamente la variable barrera con que impedian los Árabes, entre el Llobregat y Tarragona, que se extendiesen los nuestros por el Campo y demás extremos lindantes con el Ebro, ni aquella privacion, que prueba la necesidad que tenia de mayores fuerzas, ni la irresolucion é incapacidad para lo segundo, que acredita cuanto le eran aquellas necesarias, pudieron hacer que se perdiese un solo palmo del terreno conquistado, ni lo

graron en tanto tiempo las algaradas árabes alcanzar mas fruto en sus correrías que el pasajero saqueo de poblaciones y alquerías indefensas, y aun las mas de las veces sufriendo el escarmiento merecido, lo que es asimismo admirable, pues dominando el enemigo à Tortosa, fuerte ciudadela y puerta de todas las irrupciones, por ella y bajo su proteccion se introducian millares de combatientes, que enviaban ó podian enviar todas las ciudades musulmanas del litoral que se extendia desde la misma Tortosa hasta Cádiz. Heróica y admirable es la habilidad de saberse sostener Cataluña en esta situacion por tan largo período, y no lo es menos la perfeccion que alcanzó en la constitucion civil y política de sí misma, aquella perfeccion que, segun ya indicámos, no habia adquirido en absoluto en los primeros momentos de la reconquista, pero que supo luego proporcionarse, como vamos á justificar. La pòblacion Hispano-Goda de Cataluña no podia ser Franca en espíritu á pesar de la proteccion Carlovingia con que se la habia favorecido, y sus aspiraciones y su tendencia, ya que tenia leyes y costumbres propias y conservaba expresivos recuerdos de su pasado, habian de llevarla algun dia á romper el débil lazo que la unia al lejano y luego combatido trono de los sucesores de Carlo Magno; penetrados de este espíritu los Condes gobernadores que por los reyes custodiaban la Marca, y sobre todo los que no eran de sangre Franca, toleraron en cierto modo la tendencia del país que tenian bajo su cargo, ayudando quizás á ello el móvil de la ambicion, al verse que eran los mas apartados del punto donde hacia su residencia el señor supremo, y

hasta quien sabe si obcecados por las mayores preeminencias que se les atribuian, porque hubo temporada en que el Conde-gobernador de Barcelona era no solo el guardador de la Marca, sino el gefe que, desde aquel centro, extendia su jurisdiccion delegada hasta la Septimanía y otros paises ultrapirenaicos. Sabidas son las acusaciones que se hicieron contra uno de dichos Condes, la residencia á que se le obligó ante el solio del monarca Franco, y el conflicto que produjo su defensa y disculpa, con lo que, léjos de encontrar un remedio á la desconfianza, quizá se sembró la fecunda semilla que habia de dar por fruto mas pronto la emancipacion, pues nunca los ejemplos respectivamente malos dejan de tener imitadores. Tal vez para evitar estas contingencias, otro monarca Franco, Carlos el Calvo, hizo hereditario en la familia del Conde de Barcelona el cargo que este ejercia; al asomar el feudalismo en este suelo, naturalmente el condado hereditario pasó á ser un gran feudo de la Corona Franca, y en tal estado el Conde que ejercia jurisdiccion suprema en el pais, que subinfeudaba recibiendo homenage de los magnates que le rodeaban, que era jefe de las armas, que veia vinculados en sus hijos y sucesores naturales todos aquellos honores y derechos, participando de aquel mismo espíritu que ya de antiguo alentaba á sus súbditos, empezó siendo remiso en el cumplimiento de los mandatos Reales, discutiólos mas tarde oponiendo reparos ó protestas, rechazólos despues, y al cabo los negó rotundamente, llegando así de grado en grado á atribuirse todos los actos de la mas suprema jurisdiccion, que acataron en adelante los Catalanes, y ge

neralmente los demás Condes subalternos de la Marca, y que no tuvieron fuerza moral ni material ya los reyes Francos para vindicar en su favor, y quedando en consecuencia reconocidos como soberanos independientes los Condes de Barcelona, y considerada como nacion, no menos independiente y española, la que estos regian, fausto acontecimiento que puede darse como definitivamente completo ya desde últimos del siglo X, esto es, dos siglos despues de la toma de Barcelona por Ludovico Pio, y pasado un siglo desde que empezaron los Condes hereditarios. Continuó sin interrupcion por espacio de otro siglo y medio la famosa dinastía de Condes soberanos independientes hasta mediados del siglo XII, y aunque durante este espacio la nacion se desarrolló en todos sentidos, no rompió sin embargo la barrera que le imponian los Árabes en las inmediaciones de Tarragona, retardándose así la dilatacion del Condado de Barcelona por aquella parte, ó sea la agregacion de la Cataluña que llamamos Nueva à la Cataluña Vieja y de mas tiempo reconquistada, para que fuese completa la conquista, y esta indecision, que no merece otro nombre, en completar su obra nuestros Condes y guerreros, obedecia á un plan estratégico, que solo podria realizarse cuando llegase la ocasion favorable y oportuna, como es fácil probar. La pequeña nacion que, ya en los primeros años del siglo XI, se supo desprender de numerosas legiones para enviarlas á Córdoba en ayuda de Mahomad contra Suleiman; que en la mitad del mismo siglo habia visto huir en doce batallas campales distintas á los régulos de las cercanías, al solo brillo de la invicta espada de Ra

mon Berenguer I.; que en el siglo inmediato habia llegado á intentar la conquista de las Baleares, conseguida pero luego inutilizada por tener que atender à nuevas luchas suscitadas acá por los fronterizos, luchas que, sin embargo, produjeron un bien, pues sirvieron para abrir y facilitar mas el camino que habia de conducir muy pronto á Tarragona; la que, en medio de las tribulaciones bélicas, habia visto perfeccionada y fijada la legislacion patria, purgándola de las divergencias y ambigüedades que ocasionaba la aglomeracion de la antigua ley Goda con la feudal, con las reminiscencias y prácticas Francas y con las nuevas costumbres y hábitos que se fueron introduciendo y contrayendo, arreglo que dió por resultado la publicacion de los famosos Usages de Barcelona, del primer código consuetudinario conocido en Occidente, mas antiguo que el de igual carácter propio de Inglaterra; el pueblo, en fin, que ya desde los primeros momentos de su restauracion, supo desplegar en sus costas toda la actividad y energía que se necesitan para la realizacion de empresas marítimas ó navales, desbaratando, bajo la conducta del Conde de Ampurias, á toda una escuadra sarracena, y dedicó, por otra parte, á sus hijos, con galeras propias, al corso (-que es la primera guerra de los pueblos débiles y nacientes como dice Capmany-,) contra los piratas Mahometanos, para facilitar mas libremente el comercio y la navegacion; este pueblo, con todo y haber adquirido mayor dominio hácia la parte de Provenza, permanecia irresoluto en la adquisicion del territorio propio que le faltaba para que la nacion ocupase los verdaderos límites que le correspon

« AnteriorContinuar »