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mo importantes, porque encierran la historia y las funciones
realizadas por las diversas corporaciones del Virreynato en
el servicio de los ramos que les estaban encomendados; pero
ninguno de esos volúmenes ofrece el interés de los copia-
dores de informes del Real Tribunal de Cuentas y del Real
Tribunal de Consulado de Lima, que, junto con los libros
de las diferentes Cajas Reales, encierran la historia económi-
ca á mi juicio bastante completa-del Coloniaje; y como
casi no había asunto administrativo en que esas oficinas no
fueran consultadas, sus informes abarcan también el servicio
entero del Gobierno de entonces, siendo la fuente más fecunda
de informaciones sobre aquel período de nuestra historia.

Aún hay en el Archivo muchos otros papeles y co-
lecciones de variada importancia, entre ellos los que per-
tenecieron á la 4.' partida de la Comisión demarcadora de
Límites entre España y Portugal los referentes á la Go-

1-Son tan comunes las informaciones referentes á las cuestiones de límites
entre España y Portugal desde el descubrimiento mismo de América y tan cono
cidos los trabajos de las comisiones demarcadoras de aquellos límites, en confor
midad con los tratados de 1550 y 777 entre las dos coronas, que me parece inútil
profundizar aquí la materia. Biste anotar que la 4.a vartida de la comisión esta-
tuida por el segundo de dichos tratados, fué la que tuvo á su cargo la delimitación
de la frontera entre el río Yavary por el Sur y los rios Yapurá y Negr› hacia
el Norte. Jefe de esa partida demarcadora fué el brigadier español don Francisco
Requena, harto conocedor de aquellos parajes, por haber sido el ingeniero encar
gado de encaminar la expedición que se preparó en Guayaquil y en Quito hacia
1777 oara contener las incursiones portuguesas en el Napo y en el Amazonas. A
esa circunstcia juntaba Requena la de haber ejercido algo mas tarde la goberna-
ción de Maynas. Fué nombrado para el cargo de Comisario demarcador en 1778
y comenzó sus funciones en 1780.

Requena y su 4 a partida demarcadora, fueron tan desgraciados ó más que
los otros comisionados españoles llamados á entenderse con los portugueses á to
largo de la línea determinada por los tratados. Los comisarios portugueses, pro
fundamente conoce lores del territorio. con marcada re olución de extender por
cuantos medios estuvieran á su alcance las posesiones ultramarinas del Rey Fi
delísimo, sabedores de las dificultades que por doquier rodeaban á los españoles y
á su gobierno, opusieron constantes resistencias á la demarcación. hasta llegar á
interrumpirla definitivamente y ob'igar á los comis rios españoles á abandonar
el campo.

Requena era un hombre singularmente metódico y minucioso; y así se ex-
plica bien que todo los libros, documentos, cuentas etc., de aquella desgraciada
partida por él comandada, se conserven casi integramente, para servir à la de-
fensa de los derechos territoriales hispano americanos en esta parte del Conti-
nente. Como mues ra de esas particularidades suyas, doy aquí esta relación que
él mismo hizo y formó en 1781, apenas comenzadas sus labores, sobre el personal
de la expedición:

**EMPLEADOS DE LA CUARTA PARTIDA DE LIMITES POR PARTE DE SU MAJESTAD
"CATOLICA.-Primer Comisario, don Francisco de Requena, Gobernador de
Maynas y Capitán de ingenieros. Segundo id.. don Felipe de Arechua, Capi-
tan de milicias de Quito. Tesorero y provvedor general, don Juan Manuel

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bernación de Guayaquil, de 1805 á 1822; ' los que atañen al Gobierno y administración del archipiélago de Chiloé hasta 1826; los expedientes directamente manejados por la Secretaría de Cámara del Virreynato referentes á asuntos de la privativa resolución del Virrey, como eran los de guerra, policía, fomento de misiones, etc.; los que se ocupaban de descubrimientos, pacificaciones, exploraciones geográficas

=

Benites T niente de milicias de Quito. Secretario, don Gaspar Santistevan, "Cadete habilitado de oficial.= Ayudante, don Juan Salinas, id. id.Capellán, don Mariano Bravo. Cirujano, don Manuel Vera. Guarda almacén, Justo Munar. Cabo de escuadra. Un cadete, dos sargentos. dos cabos y veinticinco soldados blancos y dos negros. Notas.-Que don Apolinar Diaz de la Fuen. "te. destinado á la expedición en calidad de Cosmógrafo, no tiene ciencia ni sa ** lud ninguna para desempeñar este cargo, y está mandado detener por el señor Presidente de Quito - Don Joaquín Bustos, Teniente de milicias del rio del "Hacha. "gregado á la misma expedición, ha sido preciso dejarlo de Comandan**te de los terrenos de que se toma posesión, rara el establecimiento y aumento de los pueblos adquiridos. Y los demás soldados que faltan á esta relación, han muerto u os, y otros quedan en la provincia enteramente inhábiles para "seguir la expedición y para emplearse en los penosos trabajos de ella. Tabatinga. 8 de junio de 1781. Francisco Requenu".

Requena abandonó la demarcación á principios de 1790, sin que desde entonces hasta su muerte, lo mismo que en anteriores tiempos, hubiera dejado de trabajar un momento por el progreso de las regiones orientales del Perú y en contra de las invasiones de los portugueses.

En 1794 recibió la Real orden del caso que le permitía volver á España, por la ría del Pará. Con tal motivo, volvió á recorrer el Amazonas: pero sin tocar pue blo alguno, ni pasar por ellos de día, y regresó á España donde obtuvo el titulo de Brigadier, en recompensa de esa campaña de 11 años en las márgenes del famo so río.

1-El Gobierno de Guayaquil fué puesto bajo la dependencia ó jurisdicción inmediata del Virreynato de Lima, por Real Orden de 7 de julio de 1803. Esta agregación, que no pareció tener en su principio más que un carácter militar y político, se hizo amplia ó absoluta por posterior disposición del Monarca, de 10 de febrero de 18 6. A virtud de ella, Guayaquil continuó perteneciendo al Perú hasta 1822, en que fué agregado à Colombia. Es por razón de tales circunstancias que los papeles referentes al Gobierno de esa provincia, se conservan en nuestro archivo, al que desde luego corresponden exclusiva y legítimamente. La importancia de ellos es concluyente bajo el aspecto de las cuestiones de fron teras con la vecina República del Norte; pero lo es mucho mayor bajo el aspecto histórico. en relación con los sucesos que prepararon y realizaron la independencia de esa parte del territorio.

2-El Gobierno de Chiloé perteneció privativamente al reino y Capitanía Ge neral de Chile, en razón de su natural proximidad al territorio de ese nombre. De pendía, sin embargo, en lo militar y político, del Virreynato de Lima, quien proveyó siempre á su conservación y defensa contra las incursiones y ataques de los piratas y fuerzas de mar que amagaron las costas españolas de América durante los siglos XVI. XVII y XVIII Hacia 1768, el Rey dispuso que Chiloé quedase agregado completamente al Perú, con quien debía entenderse para todo géne. ro de asuntos. En tal condición permaneció hasta 1826. en que habiendo expedi cionado contra dicha plaza el General Freire, Presidente de Chile, y capitulado su defensor el brigadier español don Antonio de Quintanilla. ajustós entre am bos un tratado que dejó incorporado como parte integrante de Chile el archipié lago de ese nombre. Ese tratado lleva la fecha de 18 de enero de 1828, y envuelve un desconocimiento de los derechos territoriales del Perú, que éste no ha recla mado jamás.

ó de otro orden, y muchos más de difícil cuando no de imposible clasificación.

¿Cuándo se vencerá la patriótica y previsora labor de poneren orden perfecto aquellos papeles, para que puedan ser de utilidad á la historia y á la administración del país? No lo sabemos. El actual, ilustrado gobierno del señor Piérola ha dado un nuevo paso en ese camino, disponiendo la recomposición del Archivo y colocando á su frente á nuestro laureado poeta y hombre de letras don Luis Benjamín Cisneros, quien, desgraciadamente, sólo tiene á sus órdenes un personal á todas luces insuficiente y mezquino. ¿Querrá aumentarlo la próxima administración del Perú? Así lo esperamos fundadamente, pues que á continuar las cosas en el estado que las pinta el señor Cisneros en su reciente memoria sobre el particular, habrá que convenir en la progresiva destrucción del Archivo.

1-He aquí lo que dice el señor Cisneros:

"Consta á US. el estado en que se encontraban los dos salones, separados ** entre sí, que constituyen_actualmente el local del Archivo y que recibí, el uno del señor Director de la Biblioteca Nacional y el otro del señor Secretario de la "Sociedad Geográfica, "con todo el contenido", según la sucinta expresión de las "actas de entrega. Consta igualmente á US., el trabajo de limpieza à fondo que .. hubo necesidad de llevar á cabo, á fin de poner al primero en condiciones para "establecer el servicio de oficina, y al segundo, en las de relativo aseo.

"En el primero, hubo también que levantar, empaquetar y colocar en los estantes una enorme cantidad de cuadernos y paquetes sueltos, que formaban, cu"briendo el suelo casi por completo, alta masa compacta.

..

"Como el segundo carece de estantería y sólo sirve de depósito provisional, no era posible emprender en él igual trabajo, y los libros, cuadernos y papeles, se han dejado hasta ahora en la condición en que se hallaban, sobre tablones sostenidos por rimeros de adobes que obstruyen la circulación, condición bochornosa y que sólo puede excusarse con la perspectiva de próxima traslación al lugar que deben ocupar de manera permanente.

"El salón que contiene la oficina es uno de los que, en el edificio de la Biblio "teca, ocuparon los soldados de la invasión chilena, y el material archivado que "encierra, el mismo que tuvieron á su absoluta merced. Sabid › es que gran parte "de ese material fué sustraído y vendido en las bodegas de la ciudad y devuelto "desinteresadamente por los compradores, sin que pueda conocerse si lo ha sido "en su totalidad. Es también el mismo de que el enemigo trasladó parte á Chile, "devolviéndolo después aunque no completo.

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Bastan los hechos apuntados, sin mencionar otros, para explicarse la cir"cunstancia, esencial en todo esto, de que haya desaparecido el inventario que, "de ciertas secciones del referido material archivado, formaron en muchos años la Comisión especial nombrada en 1865 y el personal de empleados que lo tu vieron á su cargo antes de la guerra con Chile. En efecto, rastreando indicios ' y antecedentes, se viene en conocimiento de que esa Comisión y empleados Ile. garon á formar en diversos volúmenes, un Inventario que corresponde á, por "lo menos, 1,400 legajos atados y numerados con un mínimum de 22,019 cuader

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.. nos.

Inspirado, pues, en el mismo propósito de salvar del olvido tan valiosas colecciones, llamadas á ilustrar todas ó casi todas nuestras cuestiones políticas y aún las sociales de carácter permanente ó atávico, y de prestar en la esfera de mis facultades un servicio á los que puedan y quieran formar nuestra historia, he ofrecido al Gobierno la impresión de esta REVISTA, cuya importancia no me parece discutible siquiera.

Creí al principio que bastaría insertar en ella los documentos selectos del Archivo, de que he venido ocupándome; pero observando pronto que una gran parte de esos documentos existe diseminada en distintos lugares, aunque al alcance siempre del Poder Público, que otra no menos valiosa se halla en la Biblioteca Nacional, que ésta tiene también papeles propios de indiscutible importancia los cuales es conveniente hacer circular, y que no son éstos los únicos archivos peruanos que merecen ser estudiados, recoridos y aprovechados; he adoptado la resolución de formar una publicación de carácter más amplio, en que tengan cabida todos aquellos documentos y todos aquellos archivos.

Desde luego, habría sido cosa en extremo injusta é indisculpable de mi parte, olvidar que el Archivo del Cabildo ó Municipalidad de Lima, merece lugar preferente en cualquiera colección de este género. Es en él, á par que en el Archivo del Cabildo, ó mejor dicho, de la ciudad del Cuzco, donde se asentaron las primeras actas de organización, fundación,

"Bastan también esos hechos para explicarse al mismo tiempo la confusión general é indescriptible á que ellos han dado lugar, desordenando los papeles "de un mismo legajo y mezclando los de distintos, así como los de unas seccio"nes con los de otras y el material inventariado con el que no lo había sido; de "manera que aunque existiera el Inventario desaparecido, sería casi completa"mente inútil guiarse por él. La desorganización aumenta á causa de que la mayor parte de los legajos, que la tenían, han perdido su numeración y de la 'gran cantidad que existe de fragmentos de cuadernos desglosados.

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"Resultado natural de todo esto ha sido que al ingresar al Archivo haya en"contrado mezclados y en gan desorden, en sólo el salón de que me ocupo, to"dos los papeles en él contenidos, esto es, 3,664 legajos de cuadernos y hojas "sueltas que, agregando los libros representan la enorme masa, según cálculos "aproximados por promedios, de 91,600 piezas y que llena la estantería en toda "su extensión, siendo de advertir que gran parte de este voluminoso material no ha sido inventariado nunca."

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(Memoria que el Director del Archivo Nacional del Perú presenta al Ministerio de Justicia.-Lima-1889.)

donación y reparto de la colonia; donde se inscribieron, acom pañadas de cuantos datos podían perfeccionarlas, las capitu. lacionesdel Soberano con los primeros gobernadores del Perú; donde se anotaron sus primeros vecinos y se narraron las primeras vicisitudes de los osados descubridores; donde se llevó mes á mes y día á día, razón exacta y fielísima de los sucesos de la conquista, y donde existe, á través de tres siglos, palpitante y vivísima, la historia local y por ende social de nuestra patria.

El archivo colonial del Cabildo de Lima no contiene legajos: todo él se encierra en dos extensas colecciones de libros perfectamente empastados y cronológicamente ordenados, de las que una, -lade «Cédulas y Provisiones Realescontiene 33 volúmenes in folio; y otra-la de «Actas y Acuerdos» contiene 49 volúmenes de igual formato. La 1.a colección tiene en cada volumen el índice detallado de los documentos que contiene, y la 2.a conserva en tomo especial y separado, el general de los 49 volúmenes.

La referida primera colección comienza por tres curiosísimos volúmenes encuadernados, en que se encuentran en orden cronológico bastante imperfecto las Cédulas Reales dirigidas á los primeros gobernadores y á los primeros cabildos de la Ciudad de los Reyes. Esta primitiva recopilación, que alcanza hasta poco más de 1700, fué hecha por el corregidor de la ciudad don Francisco Álvarez Gato, quien, después de haberla formado y encuadernado á su costa, la ofreció al Cabildo, el cual para constancia y en señal de agradecimiento hizo insertar á la cabeza de cada tomo, el acta en que tales hechos constaban. 1 Una copia ó testimonio

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1-" Estando en Cabildo de Justicia, y Regimiento en ocho de abril de mil "setecientos y trece dn. Francisco Alvarez Gato del Orden de Santiago y corre'gidor de dha. ciudad repre-entó lo maltratados qu» e- taban los libros en que "estavan las cédulas, ordenanzas, rentas y todo lo pertenesiente á esta ciudad "como muchas cédulas sueltas demás que faltan, más que se save y se an visto: "Determinó el cavildo se hiciese cargo dho. capitular de junttar todos los pape les, y cédulas que pudiere, y con las que havía las juntase, y pusiese en bue "na forma. Y en egecución de lo resuelto, haviéndose echo cargo leyó censuras y hizo todas las diligencias convenientes al desempeño de su obligación, y con las que huvo formó tres Libres forrados y entablillados, y dorados, con sus nú. meros primero, segundo, y tercero con sus Avecedarios numerados para que se

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