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ron en conocimiento de Carissio todos sus planes y proyectos: así que sorprendiéndoles y atacándoles por la espalda los derrotó completamente despues de una sangrienta batalla. Los vencidos se refugiaron á Lancia y Gigia (Gijon), ciudad la primera muy fuerte, donde se sostuvieron tenazmente durante algun tiempo, ayudados por los socorros que recibian de la segunda.

Conociendo Carissio la inutilidad de sus esfuerzos interin no fuera tomada Gigia, encomendó esta empresa al general de la Armada Sexto Apuleyo, que con numerosa escuadra corria la costa (1) «tomó tierra en el puerto de Gijon seis leguas de la ciudad de Lancia, y con gran multitud de soldados, acometió la noble y antigua villa, y la dieron tal combate que no bastó á resistirle el valor y esfuerzo de los asturianos, que en ella se hallaron, ni aun la fortaleza del lugar, así como la de sus muros, que son muy gruesos como lo natural del sitio porque es Gijon una península, que hace el mar cercándole casi todas estas partes, levántase esta península haciendo un collado, á donde se sube de parte de la tierra, por una fuente, y por todas las demás partes le cerca el mar, por unos derrumbaderos muy altos, que caen sobre rocas y peñascos de grande as

pereza. »

Despues de la victoria, corrió Sexto Apuleyo con sus legiones, á reforzar el ejército que sitiaba á Lancia; perdida por los sitiados la esperanza de conservarla, se retiraron dejándola desierta. En estremo irritados los romanos con este noble teson de sus habitantes, pretendian incendiar la

(1) Carballo. Antigüedades de Asturias.

Respecto á la distancia que mediaba entre Gigia y Lancia, el P. M. Risco demuestra con pruebas irrecusables en el tomo 34 de la España sagrada, que esta ciudad tan ensalzada por Dion y Floro, correspondia á los Astures Augustanos, situándola al otro lado de los montes Erváseos cerca del rio Astura, hoy el Ezla. Por consiguiente no podia hallarse tan cerca de Gigia como Carballo pretende.

Debemos estas observaciones á la fina amistad de D. José Caveda.

ciudad, y únicamente se retrajeron de tal intento á los esfuerzos de Carissio, que les persuadió á que la conservasen como trofeo de su victoria.

Poco tiempo despues surgió de nuevo la guerra con mayor furia y encarnizamiento; los prisioneros AsturoCántabros que habian sido vendidos por esclavos, despues de degollar á sus amos, huyeron á las montañas, á donde acudieron tambien los fugitivos de Lancia y otros muchos que aborrecian á los audaces conquistadores; entonces se apoderaron de algunos pueblos que fortificaron, amenazando de tal modo las guarniciones romanas, que M. Agripa que estaba en las Galias, se vió en la precision de pasar á España para rendirles de nuevo. Entonces hubo de encarnizarse la guerra de tal modo, que los mismos legionarios viéndose tan continuamente escarmentados, trataron de abandonarla definitivamente, siendo inauditos los esfuerzos y castigos que su caudillo Agripa se vió precisado á emplear para contenerlos. La lucha continuó entonces con creciente saña, pues los Asturo-Cántabros que sabian que su vencimiento traia en pos de sí la esclavitud, se batian denodadamente, y en una ocasion hicieron tal destrozo en las huestes romanas, inspirándoles además tal miedo, que Agripa se vió en el triste caso de marcar con el extigma de cobarde toda una legion nombrada Augusta, haciéndola perder este preclaro nombre que habia conquistado en lejanas tierras. Por último sucumbieron en una reñida accion la mayor parte de los Asturo-Cántabros, de suficiencia para guerrear, y entonces se recogieron en el país muchas armas que se guardaban ocultas, destruyendo hasta los cimientos las principales plazas fuertes, entre ellas la formidable de Lancia: tambien se mandó á los habitantes que á fin de preveer nuevos levantamientos se bajasen á los llanos abandonando las enriscadas montañas. No fué grande sin embargo la satisfaccion que el general romano esperimentó por la conclusion de tan sangrienta guerra, puesto que se abstuvo de dar parte al Senado de sus resultados, ni aceptó los honores que en union de Sexto Apuleyo por la toma de Gijia les de

cretó Augusto. Entonces se cerró el templo de Jano. Así terminó la larga lucha de seis años, desde el 24 hasta el 17 inclusive de J. C.; pero no obstante, algunos guerrilleros la siguieron hasta el tiempo de Tiberio, manteniéndose constantemente en el país, algunas cohortes que por último pacificaron por completo la provincia.

Con elegante y verídica frase califica el Sr. Cortés la guerra de Asturias, cuando dice que fué el último gemido de la libertad española; tan realzado quedó el valor de los Astures, que algun historiador romano, para describir la marcialidad y bravura de Annibal y sus cartagineses, decia ser capaz en aquel estado de inspirar terror á un ejército asturiano. » A la conclusion de esta famosa guerra fué cuando se dividieron los Astures en Augustanos y Trasmontanos, bajo la dependencia inmediata del convento jurídico de Asturica Augusta, tribunal que decidia en todas sus cuestiones. Desde entonces, abandonando las armas, se dedicaron al trabajo de sus tierras y labores del campo; y conforme iba cundiendo entre ellos la civilizacion, se mostraban mas sociables, aunque en nada degenerára el valor de sus antepasados. No se alteraron á la conclusion de la guerra los límites de Asturias, conservándose así hasta la irrupcion de los bárbaros en el siglo V, que se redujeron á su actual estension, y conservando ligeramente alterado su antiguo nombre. (1)

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(1) Como comprobantes de la exactitud de cuanto dejamos consignado en este capítulo, puede consultarse á los historiadores antiguos, Mela, Estrabon, Floro, Paulo Orosio, Silio Itálico, Plinio, y á los modernos, Mariana, Trelles, Carvallo, Risco, Durhan, Romey, Lafuente, Ferreras, Saint-Hilaire, Cabanilles Ꭹ Gebhardt.

CAPITULO II.

Gijon una de las primeras y mas antiguas poblaciones de Asturias. Su origen.-Version que se atribuye á Melafon.-Opiniones diferentes.-La del Sr. Caveda.-Comercio de Gijon con diferentes naciones.-Navegacion.-Esplendor de Gijon durante la época romana.-Aras Sestianas erigidas por Sexto Apuleyo.—Juicio de diversos autores.-Lápidas, piedras é inscripciones halladas.-Murallas.-Ruinas en las inmediaciones.-Edificios levantados en Gijon por los romanos.-Consideraciones.Lo afirman la tradicion y un notable documento.-Deducciones del Sr. Menendez Valdés.

No cabe duda en que Gijia (Gijon), era, si no la principal, una de las primeras poblaciones de Asturias, cuando la invasion de las armas romanas; apenas se encuentra en todo el territorio de esta provincia señal ni vestigio alguno, ni se conserva memoria, que nos arroje alguna luz acerca de la existencia en lo antiguo de ciudades populosas, fuera de las de Lancia, Lucus Asturum, (1) notable

(1) Actualmente el lugar de Llugones próximo á Oviedo. Aun conservaba sus muros en el reinado de D. Alonso III, que con el territorio que encerraban los cedió á la catedral de Oviedo, el año de 905, segun consta de una escritura de la misma fecha, conservada en su archivo. Para encarecer la importancia de esta ciudad bastará recordar la mencion que de ella hizo Tolomeo cuando tan parco se mostraba en esta clase de memorias. (Nota debida á D. José Caveda.

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en la época romana y la que nos ocupa. Si Gijon fué ciudad ó villa tampoco está bien demostrado, pues al paso que los autores antiguos le conceden la primer categoría, los modernos le adjudican la segunda, no faltando, aunque en nuestro juicio exageradamente, quien la haya supuesto capital de Asturias en aquellas remotas épocas. (1) En cuanto á su fundacion no se puede afirmar nada verdadero; de acuerdo todos los historiadores en consignarla como poblacion de gran importancia, al advenimiento al trono de Augusto César, discrepan en lo relativo á su orígen primitivo. Nosotros que procuramos mantenernos libres de todo espíritu de pasion local, que otros autores han reflejado claramente en sus obras, vamos á ver si logramos salir airosos de tan intrincado laberinto, y nos aproximamos lo mas posible á lo exacto: para ello indicaremos las diferentes y mas principales versiones, de donde deduciremos segun nuestro criterio aquello que nos parezca mas verdadero.

Nos encontramos en los testos antiguos con una descripcion de estas comarcas que pasa como de Meláfon, que segun aseguran varios autores escribió el estado del mundo doscientos años antes de Jesucristo, y que hablando de España, dice: «Entre la tierra llana y la costa septentrional, hay una cuerda de muy altos y nevados montes, habitacion de fieras; pero costeando la ribera del mar del Norte se ven fértiles valles y en ellos algunas poblaciones; de estas es la ciudad de Gijia la mas conocida colocada sobre la eminencia de un cerro, casi rodeada de mar en el centro de una ensenada, que este forma entre dos puntas: al Oriente es una costa inquieta y brava, pero al Occidente es una playa pacífica, una concha segura y un fondeadero abrigado, donde se afianzan las naves de Carthago y otras naciones que comercian con aquella ciudad, que por la parte de Mediodía domina una campiña muy fértil y deliciosa,

(1) Moreri.-Diccionario.-Tomo 5.o, fólio 194.-Dice: Era antiguamente la villa capital de Asturias.

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