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bieran de buscar, se habia de dilatar por muchos dias, dicha prision y se habrian de causar dichos salarios y costas; se sujetaron á salir por redimir su vejacion, y debajo de las protestas y apelaciones que hicieron, y á pugnar dichos salarios y costas y multas, que importaron mas de mil reales de vellon.-Y porque es preciso satisfacerá dicho Sr. gobernador, de el cargo y auto que ansi les hizo. Y su magestad y señores de su Real consejo, y en todos los tribunales, à donde toca, y puede tocar el conocimiento de la dicha causa, y agravio, para que amparando á los dichos señores justicia y Regimiento, en la posesion en que estaban y les toca, anule y reboque por completo, y por la vía y forma que mejor lugar tenga, el dicho auto de oficio y se les restituyan los maravedises que ansi les fueron sacados, Sigue el poder para continuar la causa espedido á favor del procurador Antonio García de Candamo.

Esta representacion corrió la misma suerte que las anteriores; escudado el gobernador con la importancia de su cargo y obedeciendo á mandatos reales, eran inútiles los clamores de los pueblos.

Con el dictado de Muy noble y leal villa, se califica á Gijon, en el libro de acuerdos del Ayuntamiento, correspondiente al año de 1660; debemos suponer por lo tanto que ya en tiempos atras se la habria otorgado esta distincion, por su lealtad y buenos servicios prestados á la corona de Castilla: en 1649 se estableció el sello de armas de la villa.

Como disposiciones de gobierno del municipio, y que creamos dignas de consignarse, por su importancia ó su curiosidad encontramos algunas durante este siglo.

Frecuentes eran los repartimientos de donativos voluntarios ó forzosos, con que se concurria para el servicio del Rey, y tambien aquellos que tenian por objeto. redimir el cupo de soldados, que tocaba al concejo, que casi siempre se libraban por este medio, aun cuando en la época de mando del conde-duque, fueron varios para su coronelía. En 1648 comenzaba á ser apreciado el carbon de piedra, precioso fósil, que en el dia constituye un manantial de ri

queza para las comarcas que lo poseen; á 16 de Marzo, y á peticion de unos holandeses, se les concedió el usufructo de varias minas, significando sus derechos, y calidad de mineral, y agregando á las demás esta nueva alcábala.

Hízose el primer padron de riqueza en 1621, y tambien unas ordenanzas para el servicio de la República en todos sus ramos; calificándose en 1664 el clima de caluroso, y el suelo de calioso propenso á tercianas, recomendando que con este motivo, no faltara nieve en el verano, lo que dió márgen á el establecimiento de una Aloja (botillería).

Curioso es tambien conocer las precauciones sanitarias, que tomaban nuestros mayores, en épocas de pestes y contagio: creada la junta de sanidad en 1649, á consecuencia de la peste de Andalucía, se establecieron varios guardias, y una cabaña en Coroña, para hacer cuarentena, à donde se sujetaba á todos los buques que venian de aquellas costas: aun se tomaron en otras ocasiones, mas rigurosas medidas, segun podran ver nuestros lectores, en las siguientes lineas tomadas del acuerdo municipal correspondiente al dia 2 de Octubre de 1661. «Que por lo tocante al contagio de peste, que se padece en las provincias y estados de Flandes, se notició al gobernador de los navios y barcos que entraban, y de los centinelas que tenian puestos: últimamente se la dió de un navio que llegó á la concha de Torres, con los despachos que decian ser flamenco, pero que con la urgencia que habia, y habiendo encontrado unos pescadores, que venian de la pesca, un hombre muerto, dió órden para que saliese inmediatamente, por el peligro que ocasionaría el trato con mercaderes y gentes de aquellas partes; tambien dió órden para que saliesen dos que están surtos en la bahia, y que no se admitan mas de aquellas naciones, hasta nueva órden, y que si no se les apremia con artillería, que se pongan dobles centinelas en los puntos designados, que se toque el tambor por las calles, y se formen las compañías de milicia, para atender à todos los puestos.»

Acostumbraba á prohibirse ó tolerarse segun la cosecha, el embarque de frutos cereales y en ocasiones se permitia

la venta de efectos y mercaderías solo en los buques; autorizándose por primera vez en 1633 la del tabaco, recordándose a veces que siendo este puerto donde se cogen ballenas, debe venderse el aceite mas barato que en Oviedo» y obligando otras por los abusos y faltas á todos los traficantes, á que se sujetaran á un peso comun.

Los artículos de consumo se sostuvieron todo el siglo á parecido precio que el anterior, notándose ya una ligera tendencia á la alza; así que una libra de carne de vaca, cuyo precio era en 1614, diez maravedises, se vendia en 1696 á diez y seis; una de carnero, veinticuatro y treinta y dos respectivamente; un salmon en 1624 cuatro rs. y medio y en 1647 veinticinco; sin embargo todavía podian tolerarse precios, como la fanega de trigo de 10 á 17 rs., la de maiz á 10, uno la libra de confites, 5 rs. fanega de sal; y uno azumbre de vino: verdad es que objetos tan indispensables y tan usuales. como un buen sombrero por ejemplo, valia 5 rs., que un par de zapatos se pagaban con igual cantidad, y que dos camisas con sus corbatas se vendian por 30 rs. Los sueldos seguian idéntica proporcion, celebraba un sacerdote la misa de alba por 3 rs., y al correo que una vez por semana traia la correspondencia desde Oviedo, se le daban por año 200, siendo el mayor de los sueldos, el del sargento mayor del distrito, que ascendia á 200 ducados anuales.

La poblacion, segun tendremos ocasion de ver en los próximos capítulos, habia crecido mucho y con ellas las rentas, desarrollándose en gran escala el comercio en las pocas épocas de paz; á pique estuvieron sin embargo de verse envueltos en la mayor ruina, que en las largas y desastrosas guerra, sostenidas por Felipe IV y Cárlos II, en el estado de abatimiento general de la nacion, natural era que tocase á la noble villa, su parte correspondiente: harto lastimosa era su situacion, en 1687, segun se desprende del siguiente acuerdo del municipio «que no se pierda el lustre que siempre ha tenido, siendo emulacion de las mas principales de este Principado, por la autoridad y decencia con que siempre se ha conservado, y ha

biendo considerado, que por la penuria de los tiempos é indigencia, y falta de medios, en que se halla tan sumamente desvalida, como á todos es notorio, por haber bajado y disminuido la renta de sus propios, con la carencia del dinero, cesando el comercio que les producía; estinguido el candal de los comerciantes naturales, que los comerciaban con sus tratos, y en ocurrencia de los forasteros, que contrataban en este puerto, en los frutos que produce la tierra, todos puestos en baja estimacion, sin que por razon de sus precios, produzcan á las rentas reales, ni contribuyan así, por razon de alcabalas, décimas, ni otros efectos, advirtiendo se han bajado y disminuido mas de las tres partes, que solian redituar sus rentas y propios de que se compone el erario y pósito comun de que consiste todas las sustancias de sus rentas, sin el efecto mas importante, para la conservacion de una plaza tan importante y de tanta consecuencia, como es esta villa, por ser el puerto de mayor concurso que tiene la costa de la mar, y en cuya conservacion, prevencion y pertrechos, consiste la de de casi todo este Principado, por ser el puerto de mas ventajas para lograr las invasiones los enemigos de la corona, por la naturaleza de sus playas y disposicion de la bahia y surgidero de los navios, para dar fondo en sus conchas: faltan medios para satisfacer á mas obligaciones, que las de los censos, pues ya escede con ellos solo el cargo á la data á que está obligada y debe observar la villa, y ser necesaria para la conservacion de la salud pública, en union de las naturales prevenciones y pertrechos de pólvora, municiones, plazas de artilleros y otros gastos que debe menester una plaza de fronteras como es esta villa para su defensa. Se procuró escogitar los medios para salir de tan triste estado, arbitrando nuevos recursos, y recargando articulos de esportacion, no era esto suficiente, el mal estaba en otra parte, y así nos lo dice el municipio en 3 de Octubre de 1697: es regular que las rentas se aumenten el año que viene, siendo N. S. servido de que se efectuen las paces, como se espera, para escusar el gran desembolso que las gaer

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ras ocasionaron en esta villa. No sucedió empero esto, la tregua fué muy corta; de Riswick á Utrech, mediaba aun larga distancia.

El tráfico marítimo se habia desarrollado en Gijon en gran escala, y en el impulso que tomó nuestra navegacion desde el siglo XVI, sus navios y pataches frecuentaban los puertos de Francia, Flandes é Inglaterra, y desde aquel tiempo todo el comercio de Asturias se hacia por este puerto. Las tenaces guerras y los infinitos corsarios, que poblaban los mares, hubieron de causar no pocos daños, tanto que al finalizar el siglo XVII, habia disminuido mucho el número de embarcaciones matriculadas, por el constante riesgo que se corría en hacerse á la mar, no siendo en convoy ó armadas en corso.

Desde tiempos muy antiguos existía un Hospital, regularmente servido, que acrecentado por donaciones de algunos Lienhechores, y bajo la tutela del municipio, comenzaba á cambiar su nombre primitivo de Peregrinos, por el de Remedios. Encontraban los enfermos en este establecimiento, un trato esmerado y cuidados asiduos y cons

tantes.

Para terminar este capítulo, réstanos indicar que durante el siglo XVII, no se perpetró ningun crímen, de esos tan frecuentes en otras poblaciones; solo alguno que otro ligero robo, y estos muy de tarde en tarde: la confianza era tan grande, que los vecinos no se cuidaban de cerrar las puertas de sus moradas durante la noche: á las costumbres sobrias y morigeradas, á la religiosidad de los habitantes y á la abundancia de trabajo, es seguramente á lo que debe mos atribuir la gran moralidad que reinó durante todo este período. (1)

(1) Libros de acuerdos del Ayuntamiento de Gijon.

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