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bancos, bajos, rocas y ratones, y es apta para dar fondo por toda ella; y finalmente de las mas seguras, pues está defendida de la mayor parte de los vientos, y no sufre rompezon alguna fuera de la barra. De forma que no solo pue→ den arribar y abrigarse en esta concha los buques sueltos que surcan aquellos bravos mares, sino tambien escuadras enteras, de que dió un buen ejemplo el célebre general de marina Pedro Menendez de Avilés, con la formidable y desgraciada escuadra, que pereció sobre las costas de Inglaterra en tiempo de Felipe II. »

Aun nos facilita mayor copia de datos la correspondencia del Sr. Jovellanos con su hermano D. Francisco y algunas otras personas. Los siguientes párrafos de varias cartas son dignos de mencion.

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Ultimamente, quisiera que fueras un dia al Musel. que con la sonda en la mano examinares su fondeadero en diferentes puntos, y sobre el mismo sitio formaras un plan de la obra que pudiera hacerse allí, para proporcionar un brigo contra los Nortes á las embarcaciones provincials y estrañas en tiempos tormentosos; y si pudieras. levantar un mapita de està parte de la costa con sus fondos, pes, bancos, etc., indicando en ella la obra aunque no fuese precisamente sujeta a un exacto pitipiè, tanto y tantis o mejor. Las noticias que yo he podido juntar acerca de to os estos puertos aunque son muchas y buenas, todaV no me aseguran, porque no son de facultativo, y acaso to mismo no serán exactas.» 19 de Mayo de 1784.

por

Finalmente, se podrá añadir por corolario el proyecto de la grande obra del Musel, con exposicion de las ventajas que resultarian de ella, no solo para la provincia, sino tambien para toda la navegacion de aquella costa. 2 de Marzo de 1785.

Mi amado Frasquito: recibo tu brevísima esquela; y ya que ella nada trae que pida contestacion, te hablaré del nuevo proyecto de obra del Musel. »

Mucho tiempo ha que la piensa la villa, y que yo me be detenido en instar por ella: lo primero, porque enredados sobre puntos de facultades el consejo y la marina, ni

era cuerdo acudir á esta disgustando á aquel, cuya inclinacion nos es muy útil en el dia; ni podiamos esperar de este la licencia por estar tímido en la concesion de nuevas obras y hacer bastante con sostener el curso de las antiguas; segun porque en la temporada de persecucion que corremos nunca es prudente despertar la envidia con nuevas empresas, ni multiplicar los objetos de su censura, por mas que la razon ó la necesidad los autoricen; tercero, porque siendo esta una obra indispensable, y que no nos puede negar el gobierno, era mas seguro dejarla para la última y pedirla para coronar la perfeccion del puerto; cuarto, que si viniese entretanto un momento de favor, podríamos pensar, no solo en hacer allí un abrigo para los barcos de pesca, sino tambien para naves mayores con su desembarcadero, que al cabo aumentasen la seguridad y excelencia de nuestro puerto. » 3 de Marzo de 1787.

«Poco rato há que salieron de aquí Vargas y Espinosa despues de haber comido conmigo y en buena y agradable compañía y pasado la tarde en mi chimenea, oyendo el elogio de D. Ventura Rodriguez que me hicieron leer, y entreteniendo el tiempo en alegre y sazonada conversacion. Espinosa trajo el borrador de la carta de Gijon, cuya costa desde el cabo de Torres hasta el cervigon va en un pliego separado, sondeada la concha, la barra y todas las cercanías. Parecióme que daba al Musel y á la barra mucho menos fondo del que creiamos y del que les dió D. Diego Guiral y algun otro sondeador, singularmente à la última, á la cual le dá solo braza y media en bajamar. Cree que el martillo sacado, no en el Musel s no mucho mas hacia el cabo, formaría allí un excelente origo, no solo para uno, sino para muchos navios gruesos, pues su fondo está sobre cuatro y media á nueve y media brazas; pero cree que esta obra sería costosisíma » 23 de Enero de 1788.

Finalmente en otra carta sin fecha se lee lo siguiente: En este papel se debe hablar de los nuevos proyectos de puertos y obras, examinar la utilidad, y hacer ver que nada es tan importante al país, como concluir las de Gijon,

rematando con el proyecto del Musel, para hacer ver que solo por este medio podría lograr Asturias un fondeadero para una escuadra de alto bordo. »

«

El Sr. Jovellanos entonces y siempre que se le ofrecia ocasion de dar pasto á su fecunda actividad, hablaba del Musel con entusiasmo, con delirio, bien asi como el que acumula una rica herencia para legar á sus descendientes; pero no era solo este varon eminente, no era tampoco el Sr. Tofiño; que en su derrotero publicado por entonces, significó este escelente fondeadero, como punto apropósito y único para refugiarse en toda la costa cantábrica en tiempos tormentosos; no eran solo las celebridades científicas, las ilustraciones del siglo XVIII; simples marineros; rudos hombres de mar, harto conocedores por la enseñanza que dá la prática, de las favorabilísimas circunstancias que concurrian en el Musel, representaron varias veces á las diversas corporaciones en solicitud de que en este punto se hicieran algunas obras: en el acuerdo municipal correspondiente al 14 de Febrero de 1783 encontramos el siguiente pasage Se leyó una representacion de los mareantes, firmada de su vicario y mayordomos, en que esponen la gra vísima necesidad de que se les haga alguna obra en el sitio del Musel, inmediato á la nueva batería de Arnao, para que en tiempos tempestuosos y de mar borrascosa, puedan salir á dar socorro á las embarcaciones mayores que vienen á buscar el puerto, sin conocimiento de él, y para salvar sus vidas arribando á aquella ensenada. Se acordó atender como justa esta peticion por la gran utilidad que se seguiría de reparar aquella ensenada al comercio y navegacion, por las muchas ocasiones en que en aquel sitio a pesar de estar tan descuidado se han salvado muchas vidas, que hubieran perecido sin aquel asilo...... Escusado es decir el mal éxito que alcanzaron tanto estas representaciones, como los esfuerzos del Sr. Jovellanos; no estaban los tiempos para obras de este género, y si durante un período de bonanza y proteccion por parte del gobierno á todos los adelantos, fue posible abrigar alguna esperanza, bien pronto los pacíficos soldados de la

ciencia, y los tesoros de España, consagráronse á engrosar las filas y proporcionar recursos, á los defensores de la patria independencia.

CAPITULO VII.

Comercio. Articulos de esportacion. - Importaciones. - Gijon puerto habilitado para el comercio universal.-Navegacion.-Su desarrollo.-Ferias.-Pesca.-Su importancia en lo antiguo.-La de Ballenas.-Pesca actual.-Industria.-Fábricas de curtidos. -Recomendacion de Campomanes.-Otras_induɛtrias.-Im prenta.-Consulado ó tribunal de comercio.-Real orden para su planteamiento.-Silencio del Principado.-Reclamaciones.-Esposicion de Jovellanos.-Inútiles quejas.-Vias de comunicacion.-Carreteras.-Solicitase que la de Leon termine en Gijon. -Apoyo de Floridablanca.-Patriótico celo de Jovellanos.-Merced á él y bajo su direccion construyese la carretera hasta Oviedo. Propone Jovellanos la carretera carboner.-Por varias causas no se le atiende.

El comercio, ese elemento tan necesario para la vida de los pueblos, desarrollose rápidamente en Gijon, durante todo el siglo XVIII; los artículos que se estraian por este puerto eran ya de bastante consideracion, esportándose para el interior, carbon de piedra, el precioso fósil que entonces comenzaba á ser apreciado; avellanas, nueces, castañas y otros frutos del país; mantecas, ganado vacuno y lanar: productos de la naciente industria; siendo las importaciones, mercaderías, tegidos, géneros y otros productos de que se carecia en Asturias: en el año de 1778 fué agregado á la lista de los puertos habilitados para el comercio de Indias, y le empezó á abrir con las islas Antillas,

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