defectos de la que habia en la poblacion: considerando ser las bases de toda educacion y una de las primeras atenciones de la villa, pero aunque buscaba arbitrios, no encontró los necesarios para satisfacer sus deseos. Halló por fin los suficientes al fallecimiento del presbitero D. Fernando Morán Labandera, natural y veciño de Gijon que le dejó por testamentario y con quien habia acordado en vida la fundacion de este establecimiento: con parte de su donacion y la aprobacion del consejo, fundó una escuela gratuita para niños con dependencia del Instituto, nombrando un administrador, que atendiera á sus particulares rentas y distribuyese en la escuela lo necesario para los gastos de enseñanza: redactó las constituciones para su gobierno; adoptando el mejor sistema de educacion despues de examinar los de otras partes, dotándola de un maestro y su ayudante capaces de secundarle en sus científicos conocimientos. Despues de proporcionada casa cómoda y desahogada, provista de los necesarios útiles, la abrió al público el dia 2 de enero de 1797 con ochenta niños naturales de Gijon, y de las aldeas de su concejo, elegidos entre muchos memoriales que se presentaron, y con arreglo á los informes de sus respectivos párrocos. Los frecuentes exámenes que sufrian los discípulos para pasar de una clase á otra, y los anuales. y públicos certámenes que sostenian para ser trasladados á los estudios del Instituto, manifestaron sus adelantos en la doctrina cristiana, religion, historia, ortologia, gramática, caligrafía, etc. y el incomparable desvelo del fundador, que los visitaba con frecuencia, estimulándoles con alhagos y premios, prohibiendo todo castigo corporal, pues era el último para los aviesos y holgazanes ser espulsados de la escuela.

a

Tampoco se olvidó de la educacion del otro sexo, inspirando a su hermana D. Josefa de Jovellanos, viuda rica y novicia en el convento de religiosas agustinas, la idea de que antes de profesar instituyese en la misma villa otra escuela para niñas. Condescendió la monja, mandando comprar dos casas que estaban contiguas á una que poseia con sus hermanos. D. Francisco de Paula y D. Gaspar, quie

nes cedieron muy gustosos las partes que les pertenecian, y fundó dotándola con las correspondientes rentas,una escuela tambien gratuita, en que se enseñase á veinticuatro niñas pobres los estudios y labores propios de su edad y

sexo.

Para completar el cuadro que hemos intentado bosquejar, referente á los adelantos de la instruccion y ciencias durante este período, réstanos indicar que el mismo Sr. Jovellanos, meditaba en los momentos de su arbitraria prision la creacion de una academia de personas iustruidas, en la que los jueves de cada semana se tuviesen conferencias literarias. Su desgracia inutilizó tan feliz pensamiento.

CAPITULO IX.

Mejoras locales.-El paredon de San Lorenzo.-Su construccion. Proyectos de Jovellanos.-Paredon del matadero.-El Humedal.-Tentativas para su desecacion.--Consiguese al fin por el gran celo de los Sres. Jovellanos.-Diversas obras.-La puerta de la villa. Su inauguracion.-Su descripcion.-Inscripciones -Paseos.-Arbolado,-Celo de Jovellanos por este importante ramo.-Estractos de algunas de sus cartas.-Poblacion.-su de

sarrollo.

Además de las grandes mejoras realizadas en este siglo, de que nos hemos ocupado en los anteriores capítulos, se llevaron tambien á cabo otras obras si bien de menor importancia, de pública utilidad; resaltan entre estas la construccion del paredon de San Lorenzo, y la desecacion de gran parte de la laguna conocida con el nombre de Humedal.

Grave perjuicio irrogaban en las tempestades de invierno, las fuertes avenidas del occèano, á los vecinos de la villa, que tenian sus moradas en las inmediaciones de los arenales, pero aun era peor el que al mas ligero viento sufrian con la invasion de grandes masas de arena, aun mas molestas que el mismo mar. De aquí que ya se ocupara el Ayuntamiento en diferentes ocasiones, y desde mucho tiempo atrás, en la construccion de un fuerte y elevado muro, que pudiera libertarles de este riesgo. A punto de

llevarse á cabo en el año de 1723 la falta de recursos impidió que por entonces se realizara; algunos reparos se hicieron en el de 1737 frente à la casa Rectoral; hasta que por fin en 1778 representó al consejo la justicia y Regimiento, en solicitud de que se les permitiera hacer esta obra, aprovechando el material de piedra que producía la limpia de la dársena, y que trabajasen en la misma los jornaleros de la del muelle, à las horas de maréa en que les era imposible hacerlo en este. Recomendado el asunto al ilustre Jovellanos, en breve gracias á sus reiteradas gestiones, se obtuvo la aprobacion del Consejo; dándose principio de seguida á las obras, que continuadas con gran ardor se terminaron en el año de 1782.

No satisfecho el insigne patricio con el buen resultado que el paredon prometía, aun deseaba ampliarlo mas llevado del gran amor que á su pueblo profesaba, segun veran nuestros lectores en un plan general de mejoras que dedicó al Ayuntamiento y que insertamos en apéndice, y en el siguiente párrafo de una carta escrita con fecha 6 de Nobiembre de 1782 «El Sr. conde aprueba el pensamiento de nuevo paredon y cerca, y es de sentir que el primero se solicite en les mismos términos que el que se ha ejecutado hasta el frente de Begoña, A esto añado yo que debemos pensar en que la cerca se haga de mampostería y por el mismo medio; á cuyo fin, cuando se proponga la necesidad de hacer el paredon proyectado, valièndose para ello de los materiales y peones que sobren de la límpia de la dársena, se podrá añadir, que puesto que el otro paredon no libra todavía la poblacion del riesgo de las arenas, es indispensable tirar desde él una cerca de piedra de tres varas de alto hasta la nueva puerta de la villa, con lo cual quedará ésta enteramente segura. Bien esplicado este pensamiento, y bien espuesta la necesidad é importancia de su ejecucion, creo que bastará para lograr lo que deseamos. Y si así fuese, la villa podrá desde luego proceder al señalamiento de calles y alineacion de suertes y su distribucion sin pedir licencia previa al consejo, sino dándole cuenta á su tiempo, y pidiendo su aprobacion.» En otra carta se

lee el siguiente párrafo Paréceme que si la cerca se la de hacer de piedra, se podria empezar tirando una linea desde el remate del paredon de San Lorenzo, segun la direccion que debe llevar la cerca proyectada, que ha de buscar la Puerta nueva, y las demas hacia la Guia, segun el espacio que se piense cerrar, que deberá ser el mayor posible, porque estas operaciones son lentas por naturaleza, y si se va poco á poco nada se logra. Este pensamiento si bien no completo, hubo de llevarse en parte á cabo, siendo importantes los beneficios que recibió la villa con tal mejora.

Concluyóse tambien por este tiempo y á espensas de los propios y arbitrios, bajo la direccion del Alferez mayor D. Francisco de Paula de Jovellanos, el paredon del matadero, obra necesaria bajo muchos conceptos, y altamente conveniente como de higiene y salubridad pública.

Fero una de las mas importantes que registramos, es la desecacion de los terrenos pantanosos conocidos con el nombre de Humedal, y que bajo la iniciativa de los señores Jovellanos, se llevó felizmente á término. A pesar de que seguu un documento antiguo que tenemos á la vista El Humedal era antiguamente monte de árboles de robles, hayas, abedules y omeros y rozas hasta Montevil, donde iban los pescadores de la villa de Gijon, por la corteza para teñir las redes. y en comun se gozaba la leña y eran pastos y guarecimientos de los ganados mayores y menores de la dicha villa y comunes de ella que estaban abertales» esto debió ser en fecha muy atrasada, en el supuesto de que en los acuerdos municipales desde el siglo XVI hasta el dia no hemos visto sino calificar este terreno como lagunoso y harto propenso para el desarrollo de calenturas y tercianas en los meses de estío; de aqui que fuera sumamente oportuno atender à su desecacion, á fin de evitar las condiciones perniciosas de su existencia; no obstante nada habia podido hacerse hasta entonces, pues si bien ya en el año de 1700, se acordó por el Ayuntamiento cerrar de pared seca todas las avenidas que conducian á aquel sitio, y si en el de 1777, se aprobó un proyecto for