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Vino Sierra á Contrueces el 11, y con Peñalva y Llanos tuvimos allí los dos hermanos un dia delicioso. Se acordó empezar el camino, y ya se trabaja en él. Los árboles van bellísimos: todos los que plantamos están presos, y hasta los de Aranjuez (vinieron quinientos) tienen las mejores señales. Discurra usted si estaré contento. 13 de abril de 1791. Gijon.

«Siguen con ardor nuestros plantíos. Hay un tramo como de quinientas varas de buen camino, partiendo desde la carretera á Contrueces, y todo está plantado de espineras, fresnos. alisos, abedules, paleras y alamos: á los lados se han puesto salpicados algunos robles y negrillos, y en unas altarillas ó tesos del mismo campo, seis bellísimos tejos, de forma que si esto se logra, el campo de Llano será una de las mejores cosas de aquí. El arranque de este nuevo paseo es frente de la calle espiral que puse el año pasado. La de los dos amigos va perfectamente: en la carretera. llegan los árboles á Pumarin; se ha plantado el campo de Valdés, y una buena calle hasta la iglesia, con otra á la capilla de San Lorenzo. Y he aquí lo que puede convencer á usted de mi contento, aunque no lo crean nuestros paisanos. 18 de Febrero de 1792. Gijon.

Ya dije a usted que habiamos tenido un dia de campo en Contrueces. en que nos divertimos mucho. Despues hicimos una correría por las parroquias de Somió y Cabueñes, que son bellas y frondosas sobre toda ponderacion. »

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» El tiempo es delicioso, y las campiñas inmediatas rien por todas partes: asi que las horas que no llevo la pluma, se pasan muy agradablemente en el campo.» Gijon 8 de Junio de 1793. ¿Hay mas? ¡Como crecen los árboles! Usted que vió plantar muchos de ellos se pasmaría de su multiplicacion y sus medros. Hay un nuevo paseo, que va hácia Tremañes. Paula le abrió, Gaspar le plantó, Deus incrementum det.....» Gijon 30 de Mayo de 1799.

El aumento de poblacion durante este siglo, no correspondió en parte á la del anterior; las prolongadas guerras y sobre todo las continuas emigraciones al Nuevo mundo, aficion que comenzaba á bullir en todas las clases, antes

vinculada en los espíritus aventureros, fueron seguramente á lo que debemos atribuir su escaso desarrollo en la época que narramcs; á la vista tenemos varios censos estadísticos, segun los cuales contaba Gijon en el año de 1701 con unos 900 vecinos; en el de 1788 mas de 5.000 almas; en el de 1793 segun Jovellanos «hallo que pasa Gijon de 5. 100 amas de comunion; y como en la edad contenida en la infancia, esto es, hasta los siete años, se deba comprender por lo menos una quinta parte de toda poblacion, resultará que la de Gijon se acerca á 6.300 almas. Finalmente en el de 1807 aparece con unas 6.500.

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CAPITULO X.

Romerias Superioridad de las del concejo de Gijon.-Origen de una copla popular.-Decaimiento de la fiesta de San Pedro.Algunas otras de este siglo.-Solemne apertura de los estudios en el Instituto.-Lucidas fiestas.-Otras que se celebraron por la colocacion del retrato del Rey y del Bailio Valdés.-Obsequios tributados à Jovellanos por su nombramiento de embajador de Rusia. Su entrada en Gijon.-Regocijo popular.-Inauguracion de las obras en el nuevo Instituto.-Grandes fiestas.-Jovellanos, Ministro de Gracia y Justicia.-Nuevas y grandes demostraciones.-Colócase el retrato de Jovellanos en la sala capitular del municipio. --Solemne ceremonia.-Discurso del Juez primero noble Sr. San Miguel.-Carta del Ayuntamiento á D. Gaspar.-Su contestacion.-Salida de Jovellanos del Ministerio.-Regreso á Gijon.—Entusiasta recibimiento.-Intenta Jovellanos establecer una casa de recreo.-Representaciones dramáticas. Ridiculas disposiciones de la municipalidad para estorbar las que daba una compañía.-Son derogadas por el Regente.-Necesidad de un teatro.-Consiguese al fin gracias al interes y celo desplegado por Jovellanos.

Son las romerias en Asturias la diversion favorita del pueblo, llamadas asi por ser pequeñas peregrinaciones que en dias determinados y por lo general festivos, hace á los Santuarios de la comarca, con motivo de la solemnidad del santo titular que se celebra en ella. No es de este lugar hacer una descripcion detallada de este entretenido espectá

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culo, que por lo general se celebra en el frondoso bosque ó risueña pradera que se estiende delante de la vieja ermita; tampoco vamos á bosquejar el animado cuadro que presentan los alegres grupos que ora danzan ó bailan alternando los acompasados y lentos cantos de la danza prima con los modernos de la giraldilla, ora se colocan á la sombra de algun árbol frondoso, á orilla de un rio, de un arroyo ó fuente cristalina para hacer sus frugales comidas que la alegria preside. Lo que nos proponemos únicamente es consignar, que no es de hoy sino que siempre las romerias del concejo de Gijon se llevaron la palma entre todas las de Asturias; si en el dia las de Begoña, Somió y Ceares son tan celebradas, no lo eran menos en anteriores tiempos, otras muchas que venian celebrándose desde época inmemorial, especialmente las afamadas de San Fernando y San Miguel que tenian lugar en la vecina aldea de Contrueces, y á las que concurria un gentio inmenso, atraido por la diversion que cada nuevo año ofrecian, siempre con deseos de superar la del anterior. Los obispos de Oviedo que acostumbraban á pasar la temporada de verano en su palacio situado en esta aldea, prestaban mayor novedad á aquellas bulliciosas fiestas que veian con singular regocijo; á este propósito no podemos resistir á la tentacion de insertar el siguiente pasage ocurrido en una de ellas, y que encontramos en las obras de nuestro ilustre Jovellanos.

«Era yo bien niño cuando el ilustrísimo señor D. Julio Manrique de Lara, obispo entonces de Oviedo, se hallaba en su deliciosa quinta de Contrueces, inmediata á Gijon, el dia de San Miguel. Celebrábase alli aquel dia una famosa romeria, y las mozas; como para festejar á su ilustrisima, formaron su danza debajo de los mismos balcones de palacio. El buen prelado, que estaba en conversacion con sus amigos, cansado del guirigay y la bulla de las cantiñas dió órden para que hicieran retirar de allí las danzas: sus capellanes fueron ejecutores del decreto, que se obedeció al punto; pero las mozas, mudando de sitio, bien que no tanto que no pudieran ser oidas, armaron de nuevo su danza, cantando y recantando esta nueva letra, que su ilustrísima

celebró y oyó con gusto desde su balcon gran parte de la tarde:

El señor obispo manda que s'acaben los cantares; primero s' an d' acabar obispos y capellanes.

Los gastos escesivos á que por último se llegó en la popular fiesta de San Pedro, hijos del deseo de superar en ostentacion á las de otros santos titulares de varios pueblos del Principado, las reclamaciones de algunas sensatas personas que deseaban ver mejor aplicados los fondos del comun, dieron márgen á una real provision, por la que se impidió en adelante á la justicia y Regimiento, estenderse fuera de ciertos reducidos limites: dejando harto mermadas sus facultades, perdieron las fiestas su pompa y novedad anteriores. No obstante varias fueron y señaladamente las dedicadas á solemnizar la apertura é inauguracion del Instituto, y promocion de Jovellanos al Ministerio, que mas adelante describiremos, las que apartándose gracias á un permiso especial de la general prohibicion, continuaron las tradiciones de tiempos antericres."

Pero si no tan vistosas, dignas son tambien de recordarse, las que se celebraron para solemnizar el triunfo de las armas y de la causa de Felipe V; como en el año de 1703 en que por los dias de aquel monarca se pusieron luminarias en los edificios públicos. quemándose en la pla za fuegos artificiales y haciendo salvas, toda la artillería; las de 1706 en que con festejos parecidos y dos comedias se celebró la toma de Barcelona; las de 1707 por el nacimiento del príncipe de Asturias D. Luis, en que hubo misa solemne con vísperas y asistencia de todos los señores sacerdotes del concejo, sermon pronunciado por uno de los mejores oradores del Frincipado; cuatro comedias, corridas de toros, (las últimas de que se tiene noticia) gran colacion, fuegos artificiales y otras muchas y variadas demostraciones; las de 1710 por la entrada del Rey en Ma-, drid y célebre victoria de Brihuega: no debiendo tampoco

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