Estas son las ideas que me ha sugerido el amor que profeso á mi amada patria, y las que deseo depositar en V. S. S. que están destinados por la Providencia al gobierno de ella. Gijon se halla hoy dia en proporcion de aumentar considerablemente su comercio y su industria, y por consiguiente su poblacion. Ningun medio será mas seguro para conseguir uno, y otro que el de atraer asi las personas de caudal, para que fijen aqui su residencia, como harán seguramente cuando à las proporciones que le da su puerto que sobre ser el único habilitado para el comercio de América, es sin disputa el mejor del Principado, se junten los atractivos que le añadirán las obras que dejo propuestas, y otras que aun pueden ejecutarse. Por fortuna no he formado yo unos proyectos aèreos, de difícil ejecucion ni de un inmenso costo. Cuantos van indicados pueden verificarse en pocos años si hay algo de celo, y constancia en la ejecucion de ellos. Estas dos prendas las espero yo de V. S. S. porque habiéndolas acreditado hasta ahora en otros objetos de menos importancia, no podrán faltarles para los que dejo propuestos, que tanto pueden contribuir á la pública felicidad. Sobre todo, yo tendré siempre el consuelo de haberlos manifestado á V. S. S. dando en esto á mi pátria un testimonio de cuanto me intereso en sus aumentos y de que no dejaré de contribuir á ellos segun mis facultades desde cualquiera destino en que me colocare la Providencia.

Nuestro Señor guarde á V. S. S. muchos años como deseo: Gijon y Agosto treinta de mil setecientos ochenta y dos.-D. Gaspar Melchor de Jove Llanos.

Inscripciones citadas en este documento.

PARA LA TRAVIESA DE LA DARSENA.

Regnante Ferdinando VI. Optimo Principe
Provincia Asturiensis ære propio
demolito vetere, novum portum extruxit.

Fœliciter imperante Carolo III P.P. ampliavit perfectumque reddidit.

Anno D. M. DCCLXXXII.

Para la puerta nueva.

Annuente Carolo III. P. P.

Provincia Asturiensis, tributo sibi imposita viam hanc, á mari ad ovetum aperuit comercio, ac utilitati incolarum consulens,

A. D. M. DCCL.XXXII.

Para la puerta principal.

Senatus Gegionensis,

Populum in-opia aqua laboreantem
gravatis sicera, vinoque
patrio, celo
duplici fonte dittavit.

A. D. M. DCCLXX.

Para la estatua de D. Pelayo.
Infans Pelagius

è gothorum samguine regum Hispanicæ libertatis, religionisque restaurator.

S. P. Q. G.

Regali civi donum dedit.

Desde el alzamiento nacional de 1808 hasta el dia.

de Carlos IV. - Perfidia de Napoleon. La familia real en Francia. Dos de Mayo en Madrid.-Asturias inicia el alzamiento nacional.-Sucesos del 9 de Mayo en Oviedo.-Actitud de la Junta general del Principado.-Patrióticos discursos.-Resoluciones de la Junta.-Medidas tomadas por la Audiencia á fin de restablecer su autoridad.-Ordenes del gobierno de Madrid.Reuniones y secretos trabajos de los patriotas.-Sanguinarias disposiciones recibidas de Madrid.-Indignacion general.-Estalla el movimiento el día 24 á las doce de la noche.-Triunfo de la revolucion.-Heroica resolucion de la Junta general del Principado. Declara solemnemente la guerra á Napoleon.-Proclama que dirige á las Justicias de la provincia.-Medidas preliminares de armamento y defensa.-Patrióticos dones.-Peligro que corren Melendez Valdés, conde del Dinar y otros.-Son salvados por la eficaz intervencion del canónigo Sr. Ahumada.-Mision á Inglaterra.

Asturias, tierra de tantas y tan antiguas glorias, cobijada con el manto de los primeros reyes españoles y que representaba un país que solo pudieron dominar los soldados de Augusto; vencedor del mundo entero, des

pues de dos siglos de guerra, y cuando todos sus moradores murieron en el campo de batalla; aquel país que sirvió de tumba á las inmensas huestes africanas, cuyas medias lunas se elevaban triunfantes en Asia, en Africa y Europa; Asturias asilo en dias de peligro de la nacionalidad española, lanza en 1808 lo mismo que en la época romana é invasion sarracena el mágico grito de libertad é independencia; grito que desde las márgenes del Nalon retumba fatalmente en las del Sena, significando al coloso de Europa la existencia de un pueblo libre y el principio de su rápida è inevitable decadencia. Aquella noticia que Napoleon recibe con desden será su ruína, y los vencedores del mundo blanquearán con sus huesos las ricas llanuras de Castilla y los pintorescos valles cántabros. Bayona fue una indignidad; Santa Elena es la expiacion.

Tras las vergonzosas escenas del Escorial, Aranjuez, y la abdicacion de Cárlos IV, las mejores plazas españolas bajo especiosos pretestos son ocupadas por las tropas francésas: se sospecha la aviesa intencion que abriga el Emperador pero no es posible creer tanta perfidia; se hace que el Rey Fernando vaya á Bayona en donde se hallaba Napoleon, y como circulara la noticia de que le retenian allí prisionero, al tratar tambien de conducir á Bayona los infantes, se amotinó el pueblo de Madrid contra los francéses, y este rasgo de heroismo produjo el desastroso dia Dos de Mayo.

Tan sangriento drama escita en todos los ámbitos de la península, general animadversion contra sus bárbaros autores y la guerra á muerte al usurpador resuena por todas partes: Asturias, sin embargo, antes que ninguna otra provincia inició el memorable alzamiento nacional sin tener en cuenta mas que el valor de sus hijos: consagremos algunas páginas á esta gloriosa epopeya de su rica historia.

Los habitantes de Asturias tan inquietos y disgustados como los demas de España, habian ya en 29 de Abril apedreado en Gijon la casa del cónsul francés, cuando al recibirse en Oviedo (9 de Mayo) la orden para que se fija

ra alli el bando sanguinario que Murat habia hecho publicar en Madrid, se esparció la voz de que habian llegado tambien instrucciones para castigar el tumulto de Gijon, y uno y otro irritó los ánimos de tal modo que al ir á publicarse el bando numerosos grupos empezaron á recorrer las calles á los gritos de viva Fernando VII y muera Murat; reunidos todos dirigiéronse á la sala de sesiones de la Junta general del Principado que se reunia cada tres años y que por una feliz casualidad estaba entonces congregada. Prestáronles decidido apoyo la mayoría de sus miembros y D. José del Busto, Juez primero de la ciudad, abogó elocuentemente en favor de tan nobles designios pronunciando tambien otros vocales sentidos y patrióticos discursos, como muestra de los cuales reproducimos los de dicho Sr. Busto y Marquès de Santa Cruz de Marcenado:

«La tierra que pisamos quisiera yo se abriese en este instante y nos tragase á todos, para que sepultase en sus entrañas tanta pusilanimidad y cobardía Quédense en su abyeccion y en su egoismo los que se resignen á ofrecer sus cuellos á las argollas que les remachará el usurpador; pero yo marcharé solo á encontrar sus legiones en el confin de Pajares con un fusil, cuya bayoneta clavaré en el primero que intente poner en él su planta. Me matarán y pasarán sobre mi cadáver, si no lo hiciesen pedazos, mas la posteridad sabrá que hubo un astur leal y bizarro que murió resistiendo solo en la invasion de este noble suelo. (Marqués de Santa Cruz).

Hé aquí ahora el del Sr. Busto.

"

Señores: ni por mi carrera, ni por mi posicion social soy yo hombre de armas; pero si de corazon bastante fuerte para arrostrar la muerte antes que la ignominia de la esclavitud, como estoy seguro lo harán sin una sola escepcion los que descendemos de los que hace mil años regeneraron la España desde las asperezas de Covadonga, en el mas grandioso hecho de armas obtenido por el preclaro y valeroso caudillo D. Pelayo sobre las huestes sarracenas sepultadas bajo aquellas rocas, levantando el lá