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gunos refuerzos, pues los asturianos continuaron defendiéndose obstinadamente: la contínua interceptacion de los convoyes de víveres poniánles tambien en circunstancias harto críticas. Un movimiento del ejército del sesto distrito contribuyó á apresurar la evacuacion de Asturias. verificada nuevamente á fines de Enero de 1812, en virtud de órdenes de Marmont apurado con el sitio y toma de Ciudad Rodrigo. Penosa fué su retirada, que á duras penas pudieron salir del Principado, por las muchas nieves. y molestados por los paisanos y tropas asturianas como asimismo por D. Juan Diaz Porlier que les hostilizó con la caballeria, cogiendo bagages y muchos rezagados.» Tambien tuvieron pérdidas de gran consideracion tanto en hombres como en dinero y efectos al evacuar á Gijon.

Otra vez en el inmediato mes de Mayo intentaron los franceses posesionarse de Asturias; la permanencia entonces no fuè larga ni tampoco tranquilà, siendo de notar, entre otros gloriosos hechos. la heróica defensa que el coronel de Laredo D. Francisco Rato, hizo en el convento de San Francisco de Villaviciosa contra el general Gauthier, que tuvo que renunciar á conquistar aquel débil edificio convertido en inexpugnable fortaleza por el denuedo de sus defensores. En el próximo Junio se vió obligado Bonnet á evacuar el Principado, aguijados los suyos hacia Salamanca por los movimiento de los anglo-portugueses. Verificaron los franceses la salida por la línea de la costa, temerosos de encontrar peligros si seguian el camino de Castilla. »

Todavía la lucha debia ofrecer nuevos è interesantes episodios en varios puntos del territorio español, pero Asturias, viose por última vez libre del odiado invasor, que no volvió á atravesar los lindes de sus elevadas montañas.

De este modo concluyó la gloriosa lucha de la independencia, en la que quedó tan alto el valor de los asturianos que el mismo Fernando VIl se espresó en los términos mas honoríficos y satisfactorios para este país en la real órden de 4 de Junio de 1815, por la que creó una cruz de distincion para el ejército asturiano. y el lema de la

misma cruz es el blason que mas honra y enaltece á esta provincia, leyendose en su anverso Asturias nunca vencida y en el reverso Ejército asturiano 1808.

Desde esta época Asturias perdió su autonomia, que solo recobra en dias de peligro para la pátria. Eu las convulsiones políticas de nuestra época nunca tomó una parte muy activa: sensata siempre pero liberal tambien, cscasas simpatías encontraron en su suelo los seides del absolutismo, y á la subida al trono de doña Isabel II, la inmensa mayoría del país abrazó su causa con ardor: asi que los pocos partidarios de D. Cárlos, como Escandon que se pronunció en Siero, Baiña y Sanchez en el concejo de Langreo, viéronse en la imposibilidad de sostener la guerra, batidos frecuentemente por los urbanos y nacionales del país, hasta obligarles á acogerse á las provincias limitrofes, ó á enriscarse á las mas ásperas montañas, donde muy pronto se sometieron á las autoridades legitimas.

Las espediciones de Gomez y Sanz, tampoco produjeron nuevos adeptos, y en la segunda tuvieron ocasion de acreditar los habitantes de Oviedo su denuedo y heroismo, al rechazar con la ayuda de muy escasa tropa, las aguerridas falanges carlistas. Todos los años se celebran solemnes honras por los ilustres patriótas que el dia 19 de Octubre de 1836 sellaron con su sangre en las avenidas de la capital el juramento que habian prestado á la Reina y á las instituciones. De entonces acá ningun acontecimiento de importancia ha surgido, como no sea los diversos pronunciavientos, que originaron cambios políticos en diverso sentido, y que nosotros nos abstenemos de apreciar, juzgando que hasta que los actores hayan desaparecido de la escena, no es dable á la historia consignar fria y desapasionadamente en sus anales, las vicisitudes y el gobierno de los pueblos.

Réstanos ahora para terminar este capítulo, consagrar algunas líneas á la administracion y régimen de Asturias, desde el período en que la dejamos hasta el dia. Ocupado Oviedo por los franceses dice el Sr. Sangrador, establecieron estos un tribunal con el nombre de Comision de Ad

ministracion superior de justicia: el legítimo ó sea la real audiencia se instaló primeramente en Luarca, desde allí pasó á Figueras, y últimamente fijó su residencia en Castropol, donde permaneció durante toda la guerra, escepto en los momentos en que los franceses abandonaban el Principado, que ocupaba su habitual residencia de Oviedo.

Las disposiciones de la constitucion política de la monarquía española promulgada en Cádiz el 18 de Marzo de 1812, produjeron una completa revolucion en el organismo de los tribunales y en el sistema de gobierno de las provincias, y principalmente en Asturias, en donde por su antigua constitucion, los Gobernadores y despues los Regentes, reasumian en si como hemos visto todo género de atribuciones. Se creó conforme á la constitucion el tribunal supremo de Justicia; tribunales superiores con el nombre de Audiencias; jueces de partido ó de primera instancia, alcaldes con atribuciones administrativas ó judiciales, en todos los pueblos. Se establecieron además para el gobierno de las provincias jéfes políticos, diputaciones provinciales y Ayuntamientos, cesando desde entonces los regidores y demás oficios perpétuos igualmente que la junta general del Principado y Diputacion.

La violenta reaccion de 1814, dió por tierra con todo el edificio constitucional; entonces la diputacion provincial á quien se comunicó por el comandante general del Principado su estincion, recurrió en súplica al monarca, solicitando el restablecimiento de la antigua Junta general; concediósela el rey en satisfactoria real órden, en que se lee el siguiente honorífico párrafo: «en demostracion de la constante lealtad y prodigiosos esfuerzos conque defendieron el trono en que me ha colocado la Divina Provi dencia, durante la opresion de los enemigos, y para que este rasgo de mi benevolencia. trasmita á la posteridad los generosos y nobles sacrificios con que el pais asturiano confirmó los sentimientos de su fidelidad á mi Real persona haciendo frente à las huestes del usurpador.»

Restablecido en 1820 el gobierno liberal, otra vez se

constituyó la provincia como prevenia la constitucion: á la caida de esta en 1823 tornó el sistema antiguo, que vino á su vez á sucumbir con la subida al trono de doña Isabel II. Subsistió sin embargo hasta el año de 1836 la Junta general dei Principado: sus resoluciones adolecian ya de cierta discordanza, resintiéndose todos sus actos de falta de libertad, pues si su accion venia siendo lenta y trabajosa en los últimos años del gobierno absoluto, cuanto no minarian su existencia el restablecimiento de las instituciones liberales, creándose como se creaban por ellas diferentes autoridades administrativas en todas las provincias de la monarquía y entre estas las diputaciones provinciales. A pesar de esto los ilustres patricios que componian la general del Principado, al ver sucumbir su antigua representacion, acordaron hacer el último esfuerzo para conservarla esponiendo á S. M. la inmemorial prerogativa que por su antigua constitucion, fueros y privilegios tenia el Principado de reunirse en Junta general, haciendo una larga enumeracion de los importantes serv cios que este cuerpo político administrativo habia prestaldo en todos tiempos al pais y á la corona, que le hacian acreedor á su conservacion como un venerable monumento que reasumia en si los recuerdos y gloriosas tradiciones del Principado. »

Nada pudo conseguirse, y la Junta de armamento y defensa, que por entonces se creó en la capital contribuyó tambien en esta ocasion à precipitar su inevitable ruina clamando por su extincion: promulgado el código político dé 1837 y dispuesto por el mismo la unidad en la manera de gobierno de todas las provincias de la Monarquía; desde entonces ha sufrido Asturias las mismas innovaciones que sus hermanas las demas provincias de España,

Finalmente su poblacion, segun censo mandado practicar por decreto de las córtes de 27 de Enero de 1822 arroja el resultado de 375.505 habitantes. Por datos publicados por la policía en el año de 1826, asciende á 464.565 y por último el censo de 187 le da un total de 524.527 habitantes.

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CAPITULO IV.

Gijon y principal papel que representa en la lucha de independencia. Tumulto del 27 de Abril de 1808.-Partida del consul francés. Los representantes de Gijon en la Junta general del Principado. A sonadas.-Patriotismo de los gijoneses.-Sucesos de los dias 26 y 27 de Mayo.—Guerra á Napoleon.-Acuerdos del Ayuntamiento.-Recibimiento á los enviados de la Junta.-Se embarcan para Inglaterra.-Publicacion de la paz con Inglaterra y Suecia. Se desembarcan multitud de pertrechos de guerra. Fragatas inglesas.-Distincion con que es recibido Sir To mas Dyer.-Onerosa contribucion.-Nuevos vocales para la Junta general del Principado.- Pretension desoida del público.Diversas felicitaciones.-Disgusto con que se mira el nombramiento de Pescy.-Tránsito de tropas.-Ballesteros en Contrueces.-Donativos.-El marqués de la Romana se embarca para Rivadeo.- Entrada de los franceses. Su comportamiento.Evacuan la villa.-El cuartel general de Arce en Gijon.-Rasgos patrióticos.--Nuevos disgustos que ocasiona el Sr. Pescy.Segunda entrada de los franceses.-Fortificaciones y precauciones militares,-Fuerzas con que contaban.-Las guerrillas.Tiroteos.-Sorpresa á la guardia del Principal.-Ardides de los enemigos.-Fusilamientos secretos.-Heroismo y astucia de un sargento español.- Las tinieblas del Jueves Santo de 1811.-Un baile. Entrega de un convoy de granos.-Empréstitos forzosos. -Repugnancia de los vecinos à desempeñar cargos bajo el gobierno intruso.- Irritantes exigencias.- Robos.- Rondas. Emigraciones.-Desolacion.-Evacuan los franceses á Gijon.— Disparos que les hace la escuadra de Renovales.-Los españoles en el acueducto de las aguas.-Porlier deshace la retaguardia del enemigo y les pone en fuga.-Continúa en su persecucion.

Si á Asturias le cabe la honra de haber sido lapri

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