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ge á la ciudad por un cerero de Oliva llamado Francisco Ruiz intimandola su total ruina como no jurase por su Rey al Archiduque. La respuesta fue, Que si volvia él ú otro con tales embaxadas, le colgarian de una almena. Hicieron luego los Alicantinos algunas şalidas con buen orden, y Avila tuvo que retirarse con los suyos, los quales ultimamente se fueron derramando por varias par tes, como que más eran foragidos que soldados.

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Ya por entonces habia podido pasar al reyno alguna tropa Castellana al mando de D. Cristoval de Moscoso Conde de las Torres; y antes habia ido Virrey á Valencia D. Joaquin Ponce de Leon Duque de Arcos: pero este, habiendo llegado á Torrente, legua y media de la ciudad, vio las cosas en el est tado mas dificil y peligroso, y tuvo por necesario regresar á la Corte. El Conde de las Torres entró con su tropa por Requena, y fue penetrando hasta Quarte, una legua de Valencia. Todo lo halló pervertido, y los pueblos en tal grado de obstinacion á favor del Archiduque, que hubo de llevarlo todo á sangre y fuego. Pusole á Paterna y demas pueblos que le venian delante caminando á San Mateo. Quarte, lugar de 300 vecinos, se quemó por sus mismas manos con la ma→→ yor parte de sus moradores, por no rendirse;

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y se vio en él un remedo de la antigua Sagunto. No menos el Conde enviaba partidas de tropa por el contorno en sus marchas, para que pusiesen fuego despues de saquea dos, á los pueblos, caserias y molinos: lo qual propiamente no era destruir á los ene migos, sino á España, sin utilidad alguna; pues los asi tratados se hacian mas enemigos y rebeldes. Baxó despues á la Plana por ha ber sabido que Villa-Real deseaba volver al Rey pero seducida posteriormente por algunos rebeldes que en ella habia, persevesu rebelion. Hizola el Conde varias propuestas y partidos si se reducia al Rey: pero negadose á todos, empleó la fuerza. Abrieron los soldados con hachas una puer ta: entraron por ella en la villa: pero sien do la entrada angosta y estando bien defen dida, quedó inundada de sangre. Las Guardias Españolas quemaron al mismo tiempo otra puerta y entraron por alli abriendose camino con las armas; pero la resistencia de los naturales y algunos Ingleses que habia en su defensa fue tal, que hizo por: gran rato dudosa la victoria Por ultimo, atacada la villa por todas partes, fue tomadas árviva fuerza dia 8 de Enero, entregada á las Has mas, y los habitantes pasados á cuchillo sin distincion o de edades nii sexôs. Exînierouse solo las Iglesias ye los. oficiales hubieron de

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trabajar infinito para librarlas de la codicia del soldado. Los Ingleses se retiraron al çastillo, donde fueron hechos prisioneros, ha→ biendo perdido en la accion 150 hombres con el comandante Virtenfeld. Vista la suerte de Villa-Real, se sometieron Nules y Mur→ viedro.

Barcelona padecia las mayores atrocida→ des, sin poder el Archiduque contener la li→ cencia de la tropa; pues á nadie queria obe→ decer sino al Conde de Peterboroug, y este, como herege, permitia contra los catolicos todo genero de iniquidades. La tropa aloxada en las casas, primero robaba lo que ha bia, abusaba de las mugeres, y luego mu daba de posada; siendo todo confusion, violencias, desorden, quexas y aun muertes. Peterboroug dueño del soldado, hacia quanto se le antojaba sin respeto de nadie: el Duque de Moles administraba los negocios politicos, y el Principe de Lictenstein el palacio y familia del Archiduque: pero todos andaban encontrados entre sí y sin subordinacion alguna. Quien habia de administrar jus¬ ticia y vindicar agravios? Ordinariamente en las casas donde habia soldados aloxados, que eran casi todas, se prohibia la entrada á los padres de familia y á los parientes: quedaban unicamente las mugeres jovenes, y asi cada casa era un lugar de corrupcion. Eran

el

encer

las doncellas robadas por las calles rabanlas donde podian los raptores, y saciado su brutal apetito, las ponian otra vez en la calle para robar otras. De este ni demas horrores era permitido quejarse; pues que lo hacia, era luego acusado de enemigo del Archiduque, y paraba en la horca. Lost Ingleses, los Holandeses y muchos Alemanes hereges entraban por escarnio en las Iglesias con el sombrero puesto, aun estando patente la Santisima Eucaristia. En una palabra, no trae consigo la guerra genero alguno de males y miserias, que no le padeeiesen entonces los Catalanes; aunque padecian gustosos por sostener un perjurio. El Analista de Cataluña Narciso Felíu cuida bien de callarles, disfrazales y disminuirles.

En esta coyuntura resolvio el Rey Catolico poner personalmente sitio á Barcelona viendola tan enconada en su rebeldia, y que no queria oir amonestacion que se dirigiese á su reconocimiento. Mandó marchar á Cataluña las tropas que en Aragon tenia el Conde de San Estevan de Gormáz, y las que en Valencia mandaba el Conde de las Torres, excepto 2000 hombres que se le dexaron en el reyno. En el de Aragon habia 100 Franceses al mando del Mariscal de Tessé; y el Conde de Tolosa estaba en Colibre con una esquadra de 30 naves de linea y seis galeras,

con toda suerte de municiones y pertrechos, con objeto de ocupar la marina y combatir la ciudad por aquella parte. El Duque de Noalles habia tambien entrado en el Ampurdan con un grueso de Franceses, y puesto á contribucion toda la provincia.

CAPITULO VI.

Parte el Rey al sitio de Barcelona. Levanta el sitio. Toma el Archiduque el camino de Madrid. Pérdidas en Extremadura. Retirase la Corte á Burgos. Entran en Madrid

Hallandose

los aliados.

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allandose las cosas en este estado, salio de Madrid el Rey para Aragon á 23 de Febrero, acompañado de muchos Grandes. El Conde de San Estevan Virrey de Aragon salio á encontrar al Rey, acompañado de mu→ cha Nobleza de aquel reyno: Tessé con su exercito le esperó en Caspe, y junta ya la gente de guerra, pasaron el Ebro por Fra→ ga. Publicose perdon general de todos los rebeldes sin excepcion de personas: pero fue del todo inutil. Ninguno quiso indultarse. Tratóse en consejo de guerra si convendria comenzar las hostilidades por Monzon, Lerida, Tortosa y demas plazas fuertes, á fin de no dexar enemigos á las espaldas, y asegurar la

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