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Valle, ambas de la provincia de Zamora, llega á Pozuelo del Páramo, ya de la provincia de León, y sigue á Galicia.

A la derecha, en la misma puerta de la Soledad ya mencionada, está la carretera de Vigo, que pasa por la Puebla de Sanabria. De ésta ya nos ocuparemos.

Es un espectáculo digno de verse, señores, el movimiento que hay en esa puerta los jueves, que son los días de mercado.

Por las diversas vías de comunicación que os hemos presentado, afluyen á Benavente con sus productos parte de las provincias de Zamora, de León y de Valladolid, por lo cual podemos afirmar que, si no en el nombre, de hecho es Benavente la capital de parte de esas tres provincias.

Benavente está en una pendiente, cuya parte más alta es el paseo denominado La Mota», con espléndidas vistas, y la parte más baja es donde está la puerta de la Soledad. En La Mota es donde estaba el Castillo, hoy en completa ruina. Desde La Mota la vista es deleitosa y pintoresca, y como dice el Sr. Madoz: «Ora bosques interminables de una parte, ora jardines espaciosos é infinidad de huertas pobladas de árboles frutales, casas, molinos, pueblos, con las plateadas aguas de los ríos que serpentean por doquiera, dejan al observador en un éxtasis agradable al contemplar las obras de la industria y agricultura en competencia con la Naturaleza>.

Nada más exacto que cuanto hemos copiado del Sr. Madoz. La vista que ofrece La Mota supera á toda ponderación y tiene alguna semejanza con la que hemos admirado desde la Torre de la Vela de Granada.

D. Alonso de Pimentel, quinto Conde de Benavente, Adelantado mayor de León, puede decirse que fué el segundo fundador de Benavente, pues la mayoría de los edificios buenos que hay en la villa se levantaron en su tiempo. A su esplendidez se debe la fundación del Hospital de la Piedad, que á pesar de las vicisitudes por que han pasado este género de fundaciones piadosas aún vive con rentas propias. La portada del edificio es bastante buena y en su claveteada

puerta hay unos llamadores de primorosa labor, que hubo quien mandó embadurnarlos de albayalde..

También de fundación antigua cuenta Benavente con otro Hospital llamado de Convalecientes, y de la Diputación Provincial existe otro.

A Benavente fué Felipe el Hermoso desde la Coruña, donde desembarcó al venir á tomar posesión del Reino que correspondió á su esposa Doña Juana, é hizo su entrada en la villa la víspera de San Juan del año 1506.

Cuando en 1520 salió Carlos de Gante de Valladolid, se reunió en Tordesillas con D. Alonso de Pimentel, y juntos fueron á Benavente, donde se reunieron Cortes.

En el Castillo de Benavente se dió á Felipe II y á su esposa Doña Isabel de Valois una célebre merienda de dulces y pescados, que se compuso de más de quinientos platos; uno de ellos, el último, fué una trucha de veintidós libras que procedía de la Puebla de Sanabria, del lago de San Martín de Castañeda..... Que en lo de los quinientos platos se exagerase, no decimos que no, aunque lo refiere el señor Muñoz y lo menciona el Dr. Thebussem; pero podemos asegurar con toda verdad que hemos visto en aquella región truchas de tamaño extraordinario, y vivo está el General Marqués de Seijas, que siendo Gobernador militar de Zamora envió á su señor padre, Ministro en aquel entonces de la Reina Doña Isabel II, dos ejemplares que llamaron la atención por sus dimensiones poco comunes (1).

La carretera á la Puebla de Sanabria parte, como todas, de la misma puerta de la Soledad, de que ya hemos hablado, y pasado el puente de hierro se marcha por entre doble fila de corpulentos chopos, llegando al puente de piedra sobre el Órbigo, pasado el cual está Santa Cristina de la Polvorosa, á 4 kilómetros de Benavente. Continuando, en una

(1) En la Puebla, nos manifestó D. Alfonso Rodriguez San Román, que hará unos cuatro años pescaron una trucha de veintisiete libras.

Nuestro distinguido amigo el Excmo. Sr. D. Tirso Rodrigáñez nos ha referido que el año 1874 se envió al Sr. Sagasta desde Sanabria una trucha que recuerda pesó treinta y dos libras.

pequeña altura, se encuentra el monte de la Cervilla, que corta la carretera, y más adelante el monte de Vecilla de Trasmonte; siguen las ventas de Colinas y el pueblo del mismo nombre, para llegar al cual hemos hecho un recorrido de 12 kilómetros."

La venta llamada del Maestro la encontramos 2 kilómetros antes de llegar al pueblo de Sitrama de Tera, habiendo recorrido ya 20 desde el punto de origen.

A poco más de un kilómetro hay en la carretera una curva que afecta la forma de una herradura, y el paisaje, que desde todos los puntos se divisa, no puede ser más interesante por lo variado que resulta.

Siguiendo nuestro itinerario, llegamos á la venta de Sitrama, que queda á la derecha, y por nuestra izquierda vemos el valle de Tera en toda su extensión, con preciosísimo panorama.

Pasada la venta que hemos dicho, hay que subir una pendiente, desde donde se domina mejor el valle, y entonces, no con apasionado entusiasmo, sino con sobrada justicia, no podemos menos de sentirnos extasiados ante la contemplación de espectáculo tan hermoso, que nada tiene que envidiar á los más afamados panoramas del extranjero, que con pena oímos frecuentemente alabar á muchos de nuestros adinerados prohombres.

Estos, que debieran dar gallarda prueba de su patriotismo (que les impone su posición desahogada), lejos de ello, se manifiestan satisfechos y hasta orgullosos cuando nos cuentan (con no floja ignorancia á veces) las bellezas que vieron fuera de España, siendo así que no se tomaron el trabajo de averiguar que en la Península existen sitios verdaderamente deliciosos, que algunos son análogos y otros son superiores á los del extranjero.

Al llegar al kilómetro 27 estamos en Santa Marta de Tera, antigua finca del Obispado de Astorga, y pasando por el monte denominado el Chote, espléndida propiedad particular, hemos recorrido 30 kilómetros desde Benavente.

Siguiendo la carretera llegamos á Camarzana de Tera.

El panorama sigue siendo hermosísimo, siempre por la parte izquierda. Continuando nuestra marcha llegamos á Vega de Tera al alcanzar los 39 kilómetros, y á Junquera de Tera á los 42 de nuestra partida.

A continuación del nombre de estos pueblos va unido el del río Tera, porque todos ellos están colocados en su margen.

Siempre subiendo, y acentuada más la pendiente en este punto, llegamos á Rionegro del Puente, entre los 47 y 48 kilómetros. Algo más adelante está la venta del Empalme, donde tiene lugar la unión de la carretera que hemos recorrido desde Benavente con la que, pasando por Zamora, va desde Villacastín á Vigo. En este punto, convertidas en una sola ambas carreteras, la seguimos y llegamos á Mombuey, que dista 57 kilómetros de Benavente. Mombuey tiene gran importancia y es, digámoslo así, la capital de la comarca. Su situación, en un profundo valle, es pintoresca, y los lunes tiene un mercado de grandes transacciones.

De Mombuey á la Puebla de Sanabria, el camino es cada vez más interesante. Las continuas revueltas de la carretera, las frondosas arboledas, las subidas y bajadas y la ribera del Tera, hacen del paisaje un verdadero arsenal donde los pintores encontrarían variadísimos asuntos que trasladar al lienzo, todos á cual más bonitos.

De Mombuey, pasando por Asturianos, Palacios y Otero de Sanabria, llegamos á la Puebla, después de un recorrido de 88 kilómetros desde nuestra salida de Benavente, siguiendo en gran parte la cuenca del Tera.

Pasada la Puebla de Sanabria, los pueblos por que sigue la carretera son: Terroso, Requejo, Padornelo, Aciberos, Lubián, Chanos y Hedradas, último de la provincia de Zamora, pues el siguiente, Canda, es ya el primero de la provincia de Orense.

La Puebla de Sanabria está situada en una altura sobre roca viva á unos 53 metros sobre el nivel de los ríos Tera y Castro, que se unen en su vega. Tiene un Castillo en perfecto estado de conservación, cedido por Guerra para Cárcel.

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Arrabal y puente de entrada: Puebla de Sanabria.

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